China, el café y el petate del muerto…

Aquí en Guatemala, asustar con el petate del muerto, quiere decir asustar con algo que de ninguna manera debería espantarlo a uno. Hoy leo que “El gobierno chino está interesado en aumentar las compras de café costarricense”. La noticia de de Efe, y fue publicada por Prensa Libre en su página 40 de hoy.

Lo comento porque los cafetaleros chapines ya andaban con la finta de que si no establecemos relaciones diplomáticas con China, los guatemaltecos vamos a perder grandes oportunidades para “nuestro” café.

Por cierto que el economista y columnista José Raúl González, les explicó muy bien a los cafetaleros (y a todos nosotros) cómo es que funciona el mercado: “Más de mil 300 millones de tacitas de café diarias son un montón de quintales. ¿Y se imagina lo que pasaría con el precio? ¿Cuánto cree que necesitamos exportar a China continental para que los caficultores guatemaltecos se beneficien de ese fenómeno? ¡Nada! No importa a quién le compren los chinos; el precio internacional subirá para beneficio de los productores guatemaltecos, colombianos, brasileños, ticos, etcétera. Es exactamente lo mismo que ocurre con el petróleo; cuando aumenta la demanda, su precio sube”.

Mi punto, ahora, es otro. El comercio internacional no es otra cosa que el intercambio entre personas que viven en diferentes localizaciones políticas. En los países que son relativamente libres, este intercambio se ve poco más o menos protegido de la intervención política de los gobiernos; pero en países que viven bajo dictaduras, más o menos autoritarias y hasta totalitarias, aquel intercambio depende directamente de la intervención política de los regímenes a los que está sometida la sociedad.

Por eso es que no es moralmente neutro hacer negocios con China, o con otras dictaduras como la de Pekin. El interés del gobierno chino por el café tico es un pago político por la traición de Oscar Arias al sustituir las relaciones diplomáticas de Costa Rica con Taiwán, por las relaciones formales con China.

El interés del gobierno chino en el café tico no es un asunto comercial relacionado solamente con precios, calidad y otras consideraciones de negocios. Es una decisión política de la que los caficultures ticos y otros empresaurios resultan cómplices.

Los caficultores chapines se beneficiarán de la demanda mundial de café, sin necesidad de servir a los propósitos de la dictadura de Pekin.

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