Luego de casi un año volví a intentar con el pastel de chocolate de cuando era niño…y bueno, ya sabes…los fracasos son oportunidades. (Los fracasos son oportunidades, los fracasos son oportunidades, los fracasos son oportunidades).
Cuando era niño, uno de los pasteles tradicionales en casa de mi abuela, Frances, y en la de mis padres era el de chocolate con turrón de menta. Me gustaba muchísimo la combinación del chocolate con la menta y me encantaba el color del turrón. El aroma era irresistible.
Esta vez conseguí el chocolate en tableta como dice la receta -no cocoa, como la vez pasada-; pero el pastel me salió menos suelto y se endurecieron los bordes, quizás porque el horno estaba demasiado caliente.
Una vez más, el pastel -que ya había crecido- se bajó de repente dentro del horno; y yo no había abierto la puerta. Otra vez fue triste porque tenía ilusión.
Como la vez pasada, el turrón de menta sí salió magnífico, del tono de verde adecuado, con el aroma y con el sabor exactamente a los que estaban en mi memoria. Ya sabes, la comida trae recuerdos.
Como hace casi un año cubrí el fracaso de pastel con el turrón delicioso y el resultado no estuvo mal porque, si bien el pastel no era hermoso, ni su consistencia la esperada, su sabor sí que estaba muy rico.
¡Habrá que probar otra vez!