Si los guatematltecos no queremos que la crisis nos ahogue tenemos que tomar decisiones; y la calidad de esas decisiones es importante. Podemos tratar de salir de la crisis gastando, o ahorrando; podemos tratar de hacerlo mediante la la distracción de recursos ajenos para propósitos políticos, o facilitando que las personas destinen sus recursos para resolver sus prioridades; podemos incrementar el clientelismo entre el sector productivo y la administración; o podemos incentivar el crecimiento del sector productivo; podemos fabricar empleos improductivos, o podemos facilitar la creación de empleos productivos. ¡Hay que decidir!
Yo me adhiero a la propuesta del Centro de Estudios Económico-Sociales:
Para salir de la actual crisis, es imperativo que el Gobierno de Guatemala impulse y realice inmediatamente las siguientes acciones:
1. Respetar los derechos individuales de los trabajadores. El trabajador debe tener libertad para cambiar fácilmente de trabajo y acceder a puestos que le rindan mayores ingresos y donde su potencial aporte más al país. La legislación laboral guatemalteca, incluidos el salario mínimo y la indemnización sólo cuando el trabajador es despedido, impone rigideces que limitan las oportunidades del mismo y obstaculizan el crecimiento económico. Debe constituirse un régimen especial de libre contratación de los trabajadores y establecerse la indemnización universal.
2. Devolver sus ahorros a los trabajadores. Se debe devolver la libertad al trabajador, para que, con el fruto de su trabajo, pueda escoger dónde y cómo asegurar su salud, qué fondo de pensiones contratar, cuánto ahorrar y dónde. Su fondo de pensiones debe ser heredable, para que el propio trabajador decida a quién heredar y cómo.
3. Incentivar la creación de empresas. Es urgente crear más y mejores oportunidades de trabajo, que le permitan a la población obtener mayores ingresos reales. El Impuesto sobre la Renta (ISR) castiga fuertemente el ahorro y la inversión. El Gobierno debe, por tanto, eliminar el ISR para atraer capital nacional y extranjero, que generará más fuentes de empleo, y aumentará la productividad y los salarios reales. El Gobierno debe también simplificar los procedimientos para pagar los impuestos, bajar las tasas impositivas de los que permanezcan vigentes y ampliar la base tributaria. Estas medidas aumentan la creación de empleo en el corto plazo y los ingresos fiscales en el mediano plazo. Por otro lado, el Gobierno debe erradicar las distorsiones derivadas de las regulaciones de los mercados respecto a todos los factores de producción. Estas regulaciones muchas veces sirven para otorgar privilegios, y siempre para incrementar los costos y causar pérdidas sociales.
4. Mantener la apertura comercial y simplificar los trámites relacionados con el comercio exterior, para beneficiar al consumidor guatemalteco. La crisis de los años 30 del siglo pasado se profundizó, en gran medida, debido al creciente proteccionismo en el mundo entero en ese momento. Se debe dar a los inversionistas una señal clara de que se seguirá una política de apertura comercial. La señal más clara y eficaz es eliminar los aranceles, sin excepción. Con ello se mejora el nivel de vida de la población, permitiendo el acceso a una cantidad mayor de productos y servicios, y a menor precio.
5. Establecer, de manera progresiva y por etapas, el patrón oro y desregular el sector financiero. Al contrario de lo que se dice en los medios, el sector financiero es uno de los sectores más regulados y controlados por el Gobierno, en Guatemala y en el resto del mundo. La crisis actual es consecuencia de un sistema financiero desarticulado, donde el dinero no tiene respaldo y la oferta crediticia puede ampliarse y reducirse irresponsablemente. La expansión crediticia desmesurada de los últimos años –especialmente en los EE. UU–, aunada a un marco regulatorio complejo, con incentivos perversos, provocó la crisis financiera mundial de hoy. Se debe regresar progresivamente a la disciplina del mercado; es decir: a una moneda respaldada por oro y a una regulación más sencilla, que permita mayor competencia bancaria. Esto implica que el Banco de Guatemala debe dejar de manipular la cantidad de dinero, y abstenerse de intervenir en las tasas de interés y en los tipos de cambio. Durante todo el proceso de reforma de las leyes financieras y bancarias se debe mantener vigente la Ley de Libre Negociación de Divisas.
Estos cinco puntos son acciones urgentes para combatir la pobreza y los efectos de la actual crisis. Ignorarlos sólo la prolongarán y profundizarán. Creemos, además, que el Gobierno debe darle la importancia debida y la prioridad necesaria a los siguientes aspectos:
A. Seguridad y justicia. Los tres derechos individuales más importantes son el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Respetarlos hace posible la innovación, la creatividad y la inversión. Los tres son garantizados en teoría por la Constitución de la República, pero en la práctica el Gobierno no los hace respetar. El Gobierno debe concentrarse tenazmente en mejorar la administración de la justicia –para que sea pronta, cumplida y eficaz– y en lograr una labor más eficiente de los cuerpos armados y de seguridad.
B. La legítima propiedad del subsuelo. Guatemala vive una polarización violenta por el uso de los recursos naturales. Estos conflictos podrían evitarse, si los integrantes de las comunidades interesadas fueran los legítimos dueños de sus propiedades, del agua y del subsuelo de las mismas. Como propietarios podrían libremente decidir qué hacer con sus propiedades, sin depender de la opinión política. La propiedad privada es fundamental para evitar conflictos y generar el desarrollo económico. Esto se puede lograr dando dos pasos simultáneos: (1) La propiedad de la superficie debe definirse claramente, garantizarse y ser totalmente transferible. (2) Hay que reconocerle a los dueños de la superficie el derecho a ejercer también la propiedad sobre el subsuelo, mediante títulos de usufructo del mismo.
Por la libertad individual de producir, consumir, intercambiar y servir sin coerción ni privilegios.