02
Nov 11

¡Descubrí la tumba de mi bisabuela!

La última vez que visité la tumba de mi bisabuela, Gilberta Cabrera, fue cuando yo tenía como 6, o 7 años de las manos de mi abuelita Juanita y mi tía abuela La Mamita.  Y durante 43 años, a pesar de mis frecuentes visitas al Cementerio General, nunca volvía visitar aquel sepulcro.  Mi madre lo había visitado, hacía años, y no se acordaba donde estaba.  Y yo tampoco.

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Ayer, mientras hacía mi exploración anual del cementerio, con ocasión del Día de los muertos, me topé con ella.  Caminaba sin rumbo, buscando escenas para mi cámara fotográfica y para Carpe Diem cuando me llamó la atención una tumba abandonada que daba la impresión de haber tenido mejores días.  ¡Y qué, si era la de mi bisabuela! , acompañada por por lo menos cuatro familiares más: Elvira, Luz, Guadalupe y Manuel*.

Yo no creo en la vida después de la muerte y en esas cosas; pero me dio mucho gusto dar con la tumba de doña Gilberta a quien sólo conozco por dos retratos que tengo de ella y por las historias que me contaba mi abuelita Juanita. En las fotos están la lápida de doña Gilberta, y una foto en la que aparece. Ella es la tercera dama de negro, sentada de derecha a izquierda.

En esta visita a la necrópolis descubrí que los ladrones se robaron la barda de hierro que rodeaba la tumba de mi bisabuela, Adela; de donde ya, hace años, se habían robado los floreros de bronce y la lápida de mi tío abuelo, Emilio.  De todo el cementerio, los ladrones se han llevado el bronce y el hierro.

En junio de 2010 me enteré de que había sido descubierta la tumba del abuelo de mi bisabuela, Adela;  el capitán de barco y arquitecto Isaac Hart, que vivía en Hawaii.

*En abril de 2022 mi sobrino, Andrés, descubrió que la lápida fue robada.


13
Feb 11

Los cascarones anuncian las fiestas


Los cascarones anuncian las fiestas del Carnaval; y me encontré estos ayer en el mercado. Los cascarones son imprescindibles para las festividades son huevos vacíos, rellenos con confetti y un grano de maíz, coloreados con añilina y cubiertos con papel de China. ¿Podría, alguien, explicarme cuál es el propósito, o el significado del grano de maíz?

La idea, con los cascarones es rompérselos a alguien en la cabeza; normalmente de forma sorpresiva. El año pasado, por cierto, fui al Mercado Central con una amiga y un visitante extranjero al que andábamos paseando.  Cuando vi un canasto de cascarones tomé uno y se lo rompí en la cabeza a mi amiga; y en ese momento, el visitante puso cara de pánico y alcanzó a decir: ¡A mí no! En parte porque debe haberlo tomado por sorpresa, y en parte porque llevaba puesto un peluquín, y sin duda temió que yo le estrellara un cascarón en su bisoñé.  Y a mí no me quedó más que aguantarme la risa.

Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo de meses, elaboraba elconfetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta.

Muchas culturas en Europa y en el Oriente Medio tienen la costumbre de pintar huevos.


12
Dic 10

Los niños en la fiesta de mi barrio

En Guatemala, como en México y supongo que en otros países de Centroamérica, es costumbre que para la fiesta de Guadalupe los niños usen trajes indígenas.  Cuando yo era niño, mi abuelita Juanita y La Mamita me hicieron partícipe de aquella tradición en más de una ocasión.

Los de la foto son mis amiguitos Alessandro, Alejandra y Brandon, a quienes encontré en la plaza acompañados por su abuela, Carmen.


17
Feb 10

¡Ya es temporada de jocotes marañones!

No están muy galanes que digamos, pero estos son los primeros jocotes marañones o anacardos que veo en la temporada. Su inconfundible aroma es propio de la temporada de calor en Guatemala; y trae recuerdos de playa, de celebraciones callejeras y de fiesta.

A mí no me gustan vivos por lo astringente; pero el refresco y los helados de marañones de verdad me parecen deliciosos a más no poder. Y, por supuesto, también me gustan las semillas asadas. Recuerdo que mi tía abuela La Mamita las ponía a asar entre las cenizas del carbón, o bien, las secaba y pintaba caritas de mono en las semillas. Ella tenía mucha habilidad para esas cosas y, por ejemplo, también hacía peces son las semillas de los mangos de pita.
Estos marañones están muy bien acompañados por kiwis, mangos verdes y aguacates.


17
Feb 10

Los alegres cascarones

Ayer se celebró el Carnaval que en la ciudad de Guatemala no es gran cosa. El de Mazatenango dicen que es una gran fiesta; pero nunca he tenido la oportunidad de ir.


Los cascarones, en la foto, son tradicionales en todo carnaval chapín. Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo meses, elaboraba el confetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta. Los cascarones tradicionales también llevan -y quién sabe por qué- un grano de maíz.

20
Oct 09

Alfajor, el dulce perdido

Después de unos 35 años, ¡mi madre volvió a hacer alfajor! Mi tía abuela, La Mamita, hacía este dulce -que llamaba alfajor- con miel de azúcar, miel de abejas, miga tostada de pan y jengibre. En casa se dejó de hacer porque c. 1974 mi madre lo hizo y le salió muy duro. Recuerdo muy bien que estaba petrificado; y bueno, nunca volvió a animarse a hacerlo. Y el último alfajor hecho personalmente por La Mamita, debe haber sido de allá por 1970.

Lo llamo el dulce perdido no sólo porque tenía tantos años de no comerlo, sino porque no se lo encuentra entre los dulces típicos guatemaltecos. Me gustaría saber si algún lector chapín recuerda el alfajor, porque tengo la impresión de que ya nadie lo come por aquí. Y, de hecho, en estos 35 años que pasaron desde que lo comí por última vez, nunca oí que alguien lo mencionara.

Me gusta mucho su sabor de jengibre; pero también la textura de la miga (que La Mamita insistía en que no debía ser muy fina) y el sabor de la miel.

Muy conocidos son los alfajores argentinos Havanna, claro; pero estos son muy diferentes a los de La Mamita. En Google, las principales referencias a alfajor me llevaron a los argentinos que son dos galletas, masas, o pastas unidas por algún tipo de dulce y aveces cubiertas por chocolate. Empero, existe un dulce llamado alajú o alfajor que se parece al alfajor chapín: esto es un dulce hecho con pasta de almendras, piñones o nueces, pan rallado y tostado, especias y miel. El citado alajú se come entre obleas, como el turrón; y a mí eso me parece una idea muy práctica porque el alfajor chapín lo comíamos con cucharitas.


05
Oct 09

Una zopilota, dos aplausos…

Una zopilota, con dos aplausos y un hombre adentro; mis padres contaba que así se pedía una sopa de frijoles, con dos tortillas y un huevo en un lugarcito que frecuentaban en San José, Costa Rica, a principios de los años 60.
De eso me acordé cuando vi a este par de zopilotes frente a mi ventana. También me acordé de que mi tía abuela, La Mamita, cantaba algo que iba así: Ya murió la cucaracha,/ ya la llevan a enterrar./ Entre cuatro zopilotes/ y un hermoso gavilán.
Los zopilotes también sirven para piropos…aunque no sean piropos muy agradables. Mi padre contaba de uno que, apropiado para una chica vestida de negro, decía: Adiós zopilotío lindo, aquí está tu chucho muerto.

20
Sep 09

Las delicias y misterios del anís

Hoy me enteré de que los estudios de ADN muestran que un puñado de especies representan los linajes [de flores] más antiguos que viven en la actualidad. La más antigua de todas las ramas está representada por una sola especie: un arbusto llamado Amborella, que se encuentra solammente en Nueva Caledonia, en el Pacífico Sur. Los nenúfares y el anís estrellado representan a las dos especies más antiguas que le siguen, vivas en la actualidad.


La foto es de anís estrellado, una de mis especias favoritas. Desde niño me gustaban muchísimo los anicillos de colores y de textura rasposa que mi tía abuela, La Mamita, mantenía en un frasco, en su armario. Los anicillos, por cierto, se hacen con otra especie de anís, no con anís estrella. Ya de grande, uno de mis licores favoritos es el Pastis, que también se hace con esa especia. También me gusta mucho cuando se le añade al atol de elote y al chocolate.

La especie de anís que usamos en los anicillos y en el atol o en el elote, era muy apreciado por los romanos debido a que se creía que ayudaba en la digestión (lo cual es muy cierto) y porque se estimaba que era un antídoto contra las picaduras de escorpión. También se creía que es útil contra el mal de ojo y contra las pesadillas. Esta especie, emparentada con el perejil, es originaria de la Creciente Fertil y de ahí se expandió por el mundo hasta alcanzar el hemisferio americano.

El anis estrella, sin embargo, es una planta completamente diferente y emparantada con la magnolia; es nativa del sudesde de Asia y se la cultiva mucho en China. Mi amiga Mónica usa este tipo de anís cuando hace butifarras y mi amigo Rafa cuenta que contiene ácido shikimico, que es el material básico para el oseltamivir o Tamiflú y que por eso el precio de esta especia ha subido mucho en tiempos de gripe A1H1. El anís de la foto, por cierto, vienen de Tailandia y me las trajo mi amiga Grete.

La información sobre el anís es de Avanelle Day & Lilie Stikey.The Spice Cookbook. David White Co., New York, 1964; en tanto que la información sobre la antiguedad del anís estrella es de Carl Zimmer. Las Flores revelan sus misterios. The New York Times, en Prensa libre, 20 de septiembre de 2009, P. 9

31
Ago 09

El pequeñísimo "jardín" de hierbas

Ayer empezamos a plantar un pequeño jardín de hierbas en casa. Ahí está el orégano que se salvó porque tenía ganas de vivir, acompañado por un chiltepar, hierbabuena, tomillo, romero y albahaca.

El orégano es nativo de la región mediterránea y su nombre se deriva de origanum que, a su vez, viene de las voces griegas orus, que significa montaña y ganus, que significa gozo. Es, entonces, el gozo de la montaña. El tomillo es un símbolo de actvidad y las abejas difícilmente resisten el atractivo del olor de sus flores; esta hierba también sirve para encantamientos y en El sueño de una noche de verano Oberon sugiere buscar a Titania y a su corte en un banco donde crece el tomillo silvestre. La albahaca, en Grecia, era tan apreciada que sólo el rey podía cortarla y si lo hacía con una oz de oro. En Italia siempre ha sido una prenda de amor y en Rumania cuando un chico acepta de una chica, una ramita de esta hierba, significa que está comprometido. Nativa de la India, la albahaca es considerada una hierba sagrada. El romero es símbolo de fidelidad y del recuerdo; y en Hamlet, la trágica Ofelia dice: Este es el romero, para el recuerdo. Te ruego, amor, que recuerdes.
El aporte del Nuevo Mundo lo pone el chiltepe, que es uno de mis chiles favoritos porque a la vez que es picante y aromático, es gentil.
En la terraza de la casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita, solía haber una o dos cajas de madera -de esas que antes se usaban para embalar- en las cuales mi hermano y yo cultivábamos zanahorias, rábanos, espinacas y acelgas. Una vez algo extraño pasó y lo único que creció en las cajas fueron bledos. Años mas tarde, en la casa de mis padres, mi papá reservaba un rincón del jardín para cultivar perejil, cebollín, rábanos y zanahorias. Y de todo eso me acordé cuando preparabamos, en casa, el pequeño jardín de hierbas.
Como el espacio es pequeño, a las hierbas la acompañan el cactus que mi abuelita Frances me dió para que absorbiera los virus que atacan a las computadoras; y mi planta de Perdidos en el espacio.
La información sobre las hierbas es de Avanelle Day & Lilie Stikey. The Spice Cookbook. David White Co., New York, 1964.

12
Ago 09

¡Aaaaachú!, Arias tiene Gripe A

Ahora que leo que Oscar Arias, el presidente de Costa Rica, tiene Gripe A, me acordé de que en 1918, cuando la Influenza Española, algunos famosos murieron a causa de aquel mal. Entre ellos se cuentan Edmond Rostand, el autor de Cyrano de Bergerac; Egon Schiele, pintor austriaco muy mencionado en uno de mis libros favoritos que es Los cuadernos de don Rigoberto, de Mario Vargas Llosa; Max Weber, autor de Economía y Sociedad y de La ética protestante y el espíritu del capitalismo; y Jacinta Marto que decía haber visto a la Virgen María.

La primera vez que oí de la Influenza Española, fue cuando mi tía abuela La Mamita nos contaba cómo ella y su familia habían vivido los terremotos de 1917 y 1918; y ella recordaba las mascarillas que había traído la Cruz Roja y otros detalles de la epidemia. Ella era una preadolecente entonces, pero recordaba mucho y sabía como contarlo.