27
May 10

Historias de "dislexia musical"

Cuando yo estaba en Primer grado de Primaria, aquel verso del Himno nacional que dice: Y lograron sin choque sangriento; yo lo cantaba como Y lograron cincho que sangriento; de modo que no tenía pies ni cabeza. Esta anécdota sacó a colación otras similares:

Hay un juego cuya canción dice: A pares y nones vamos a jugar; y este cuate entendía A paresinola vamos a jugar; pero como el asunto le parecía incoherente, interpretó que lo que decía la canción era Apareció un ala. Y así cantaba él la canción.
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Hay una pieza de Madona que dice: Señorita más fina; y este otro cuate entendía Señorita matutina. Había otra canción que decía: New York, Río, Tokyo; y él cantaba New York, Río, Romio. Una de las que más me divirtió es la historia de este cuate que, aquel verso de Pinocho que decía: Todo esto será en vano, le falta el corazón, a él le sonaba como A todo ser humano le falta el corazón, y así lo cantaba.
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En Guatemala, la gente canta: Vamos a la vuelta, del toro, torojil; en la creencia de que la canción es acerca de un toro; empero, la letra verdadera dice: Vamos a la huerta, del toro…toronjil, siendo el toronjil, una hierba.
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La gente juega un juego que, originalmente, dice: Un, dos, tres, treinta, luz roja; pero aquí se dice: Un, dos, tres, treinta, cruz roja.
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La más elaborada y compleja de todas es de las iglesieras de La Costa Sur. Allá hay una canción que dice Derrama una estrella/ divino fulgor./ Hermosa doncella/ nos dio el Salvador. Pues bien, las señoras en cuestión la cantan así: De rama, a una estrea/ divino fulgor/ Hermosa doncea/ nos dio El Salvador; y esto es por dos razones. La primera es por la dislexia musical; y la segunda es porque entienden que no es veia, sino vea; que no es feia, sino fea; y que no es seia, sino sea. Ergo, no es estrella, sino estrea. Por ese mismo motivo, no es doncella, sino doncea. Y la mara cree que El Salvador es el país vecino.

11
May 10

Barquillos, horchata y refresco de canela

Típicos de las fiestas infantiles, en Guatemala, son los barquillos, los chiquiadores, el helado y los refrescos de horchata y de canela; también el pastel con turrón y los sandwichs de jamón y queso, y más recientemente los hot dogs, o las pizzas.

El sábado pasado, durante un almuerzo al que asistí, nos ofrecieron barquillos y turrón; y fue impresionante cómo reaccionamos en la mesa. ¡Aaaaaah, barquillos y turrón! Esas golosinas sacaron a los niños que llevamos dentro y ahí mismo brincó el espíritu ludico. Lo primero fue recordar el menú de las fiestas infantiles de casi todos los que estábamos en la mesa; y acto seguido el infaltable juego de ponerse los barquillos en los dedos.

La verdad sea dicha, nunca disfruté de las piñatas y de las fiestas infantiles. Me fastidiaba tener que socializar con niños desconocidos y -como era introvertido- detestaba ser el centro de atención cuando había que romper la piñata. Y para mí, lo único bueno que había en aquellos acontecimientos era el momento en el que comía mi helado con barquillos, y el momento en el que tomaba agua de canela (que ya no se acostumbra).

En casa nunca tuve una piñata. Mis padres organizaron dos, o tres en el colegio, cuando estaba en Pre-primaria y Primaria; y mi abuela, Frances, me hizo otra cuando tenía unos 5, o 6 años. En casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita mi hermano y yo podíamos tener piñatas para dos cuando quisiéramos; pero poquísimas veces hicimos uso de esa facultad. Yo era un antisocial y mi hermano era el sacrificado.

¿Y cómo celebrábamos nuestros cumpleaños? Mis padres nos invitaban a cenar afuera, con amigos de ellos, o con alguno que otro tío, o tía. Y nos la gozábamos como micos. La primera vez que rompimos con el tema de la fiesta infantil fue cuando estaba en el Segundo año de primaria y cuando volví de clases, al medio día, mis padres me estaban esperando para ir a almorzar a La Antigua. Comparado con eso, ¿por qué iba a querer una piñata con críos?

Eso sí, antes y ahora, siempre estoy listo para comer barquillos con turrón. Y por lo visto, los niños que ahora son mis cuates, también.


31
Mar 10

Apaleado en el Scrabble

Hoy recibí dos palizas seguidas en Scrabble. Pero aunque haya recibido dos apaleadas, fue una tarde sabrosa de buena conversación, buena compañía y de buen vermouth con un twist de mandarina.


16
Ene 10

Juegos y palabras

El Scrabble es, en realidad, el único juego de mesa que disfruto. Aveces aguanto un rato de Dominó y durante un tiempo me dio por el Monopolio (especialmente cuando lo jugaba con mis padres y hermanos); pero para nada me emocionan tanto como el primero. Empero, de cuando en cuando me gozo mucho el Boggle.
Mi abuela -Frances- me enseñó a jugar Scrabble, al mismo tiempo en que me enseñó a hacer crucigramas. Ella era muy buena en este juego, tanto en inglés como en español; y aunque su juego favorito era el Canasta, también era magnífica en las Dama chinas, en el Yahtzee, y en el Dominó.
A mi bisabuela -Adela- le gustaba un juego de naipes llamado Spite and Malice, y aveces conseguía que yo jugara con ella. Nunca fui muy bueno en el Ajedrez, a pesar de que mi tío Freddy hizo bastante para enseñarme, y a pesar de que mis padres me regalaron un tablero muy bonito. En lo que si consiguió empatinarme mi tío fue con el Master Mind, juego que disfruté mucho durante algún tiempo.
De los juegos tradicionales chapines, con mi tía abuela La Mamita hice y tuve un capirucho de carrizo de madera para hilo. Con un chaye se horadaba y se le daba forma a un carrizo y de esa forma se hacía el capirucho. También tuve barriletes, chajaleles, teléfonos hechos con cajitas de fósforos e hilo, y aunque vi cómo jugaban tipache y taba en Panajachel, nunca jugué con ellos. Al trompo, tampoco pude hacerle nunca.

13
Sep 09

Fuegos artificiales en mi ventana


El fin de semana pasado hubo juegos pirotécnicos frente a mi ventana; espectáculo que disfruto mucho. Me gustan los colores y las formas que el ingenio humano consigue con los fuegos artificiales.

A mí no me emocionan mucho los cohetes y ahora me molesta su ruido; pero este tipo de luces de verdad me causan emoción y me dan alegría. Cuando era niño me gozaba las estrellitas, los silvadores, y hasta los extintos saltapericos; pero entonces todo era muy rudimentario. No como ahora que las luces son verdaderamente elaboradas y asombrosas.

En algún momento de mi adolescencia, tenía un tubo de cañería que en un extremo estaba tapado con un palo de escoba. Usaba ese tubo para poner dos cohetillos; uno viendo para adelante y otro para atrás. Luego encendía la mecha del que veía para adelante y al estallar ese expulsaba a su compañero y le encendía la mecha para que -al instante- saliera volando y estallara en el aire.

05
Abr 09

Recuerdos de terremoto

Después de la seguidilla de temblores de ayer, se puede decir que todo ha pasado, sin que pase nada. Aunque, eso sí, en el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología e Hidrología, estiman que habrá unos tres días de movimientos terrestres.

Y bueno, a esto de los temblores, si uno vive por estar tierras, no queda más que acostumbrarse. Anoche dormí con mi Terremoto Kit que tengo listo desde hace años: una mochila con una mudada de ropa, una lata de frijoles, una de atún, linterna, baterías, agua, fósforos, medicinas de primeros auxilios, una anforita de tequila, radio, galletas de soda, cámara de fotos, papel y bolígrafo, y cositas así.

Ayer, luego del temblor fuerte de las 8 de la noche, mi madre vino a casa para unirse a la noche de Scrabble que teníamos aquí; y entonces recordamos algunas cosas del terremoto de 1976.

Al día siguiente de aquel 4 de febrero, y como no había pan, ella horneó biscuits. Mismos que yo recuerdo como magníficos y efímeros; no sólo porque nos los comíamos inmediatamente, sino porque el día 6, Gustavo, que era el mensajero de mi papá, llegó con pan abundante porque su padre tenía panadería y ya la había echado a andar.

También nos acordámos de que el único cassette que teníamos mi hermano Juan Carlos y yo era uno de Paul Anka; y en la carpa que compartíamos, todas las noches se escuchaban Having My Baby, Papa y otras…pero siempre las mismas.

Recordamos que mi padre y los vecinos hacían rondas durante las noches; que nos fascinabamos oyendo las historias de los terremotos de 1917 y 18 contadas por La Mamita, mi tía abuela; y que yo dormí con mi ropa echa un taco, durante por lo menos dos años.

He aquí, informes sobre los sismos de ayer más notables.


05
Abr 09

¡Wow, un temblor más!, I feel the earth move under my feet

I feel the earth move under my feet. Un temblor más. Ahora estaba en el balcón de mi casa, jugando Scrabble y sentí perfectmente el jalón.


31
Mar 09

Pelotas de tripa de coche

Tradicionales y coloridas pelotas de tripa de coche es lo que lleva este vendedor que me encontré, el domingo, atrás del monumento a José de San Martín, en la Avenida de las Américas.

Lo divertido es que, en realidad, no son hechas con tripa de cerdo o marrano; sino con el hule que se extrae de ciertos árboles propios de Retalhuleu, en la Costa Sur de Guatemala.  ¿Quién sabe de dónde sacó la gente que son hechos de tripa de cerdo? ¿Es posible que antes sí fueran hechos con ese material?
Cándido especula y me dice que es posible que antes se usaran vejigas de cerdo infladas y luego cubiertas de hule criollo; pero sería bueno saber si esto es cierto.  
En Guatemala, estas pelotas se las ve con frecuencia y son muy populares.  Yo creía que para jugar partidos improvisados de fútbol; pero el lector S@kis, observa atinadamente que, como rebotan mucho, no son buenas para el balompié, pero si para otros juegos que requieren pelota.

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29
Mar 09

Luces, horno y Scrabble

El bocado de la reina es un postre típico de la mesa guatemalteca; y se come cuando hay.  Esto es porque usualmente se hace con el pan que ha ido sobrando durante unos dìas, mezclado con leche, huevos, azúcar, vainilla, canela y pasas.  En mi casa se lo conocía como pudín de pan; se comía con frecuencia relativa y a mí me gustaba mucho llevarlo para la rafacción del colegio.
No soy muy de juegos de mesa; pero si he de elegir uno que de verdad me divierte y me entretiene, ese es el Scrabble.  Me gusta mucho porque tiene que ver con palabras, y porque es una mezcla razonable de suerte y de conocimientos.  
Bocado de la reina y Scrabble, fue lo que con mis amigos Marta Yolanda y Raúl elegimos para pasar la absurda Hora de la Tierra.  Encendimos todas las luces de la casa y horneamos aquel postre delicioso, nos acomodamos y disfrutamos de los beneficios de la luz,  de la civilización, y de la buena compañía. 
Si usted apagó sus luces, y quiere conocer el tipo de ideas que comparten valores con la Hora de la Tierra, lo invito a visitar  The Voluntary Human Extintion Movement, a ver si todavía le quedan ganas de unirse a la causa de regresar al mundo a la oscuridad.

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22
Feb 09

El placer del Scrabble

No se cómo ocurrió; pero durante años olvidé lo mucho que me gusta jugar Scrabble. Y ayer por la tarde redescubrí ese placer. El reto de encontrar la mejor palabra posible, y de aprender nuevas palabras, ¡¿Cómo pudo olvidarseme eso?!

En dos palabras, el Scrabble se trata de formar palabras; y de alguna manera se parece a un crucigrama. Cuando era niño y adolecente lo jugaba con mi abuela, Frances, que era la diosa del Scrabble en inglés y en español. En casa de mis padres no lo jugábamos mucho, pero me dió mucho gusto, ayer que abrí el juego, encontrar anotaciones de punteos de principios de los años 90 en las que están los nombres de mi madre y de mis hermanos.

Francamente yo no soy muy de juegos. Nunca me gustó jugar a las cartas, por ejemplo. Y sólo de cuando en cuando jugaba Spite and Malice con mi bisabuela, más por complacerla que por divertirme. Nunca fui particularmente bueno con el Ajedrez; pero en un año el el que mis padres nos regalaron un Ajedrez, para la Navidad, mi hermano y yo disfrutábamos mucho cuando llegaba a casa mi tío Freddy porque el sabía bastante de ajedrez y nos enseñaba con gusto. En ese tiempo, también, pasaba buenos ratos jugándo Monopolio con mis padres y mis hermanos.

El Dominó me gusta un poco, pero no me da placer como el Scrabble. Para hoy en la tarde, ya tengo planeadas unas partidas de Scrabble entre letras, palabras, buana conversación, buena compañía, y café del mejor.

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