Cuando yo estaba en Primer grado de Primaria, aquel verso del Himno nacional que dice: Y lograron sin choque sangriento; yo lo cantaba como Y lograron cincho que sangriento; de modo que no tenía pies ni cabeza. Esta anécdota sacó a colación otras similares:
juegos
27
May 10
Historias de "dislexia musical"
11
May 10
Barquillos, horchata y refresco de canela
Típicos de las fiestas infantiles, en Guatemala, son los barquillos, los chiquiadores, el helado y los refrescos de horchata y de canela; también el pastel con turrón y los sandwichs de jamón y queso, y más recientemente los hot dogs, o las pizzas.
El sábado pasado, durante un almuerzo al que asistí, nos ofrecieron barquillos y turrón; y fue impresionante cómo reaccionamos en la mesa. ¡Aaaaaah, barquillos y turrón! Esas golosinas sacaron a los niños que llevamos dentro y ahí mismo brincó el espíritu ludico. Lo primero fue recordar el menú de las fiestas infantiles de casi todos los que estábamos en la mesa; y acto seguido el infaltable juego de ponerse los barquillos en los dedos.
La verdad sea dicha, nunca disfruté de las piñatas y de las fiestas infantiles. Me fastidiaba tener que socializar con niños desconocidos y -como era introvertido- detestaba ser el centro de atención cuando había que romper la piñata. Y para mí, lo único bueno que había en aquellos acontecimientos era el momento en el que comía mi helado con barquillos, y el momento en el que tomaba agua de canela (que ya no se acostumbra).
En casa nunca tuve una piñata. Mis padres organizaron dos, o tres en el colegio, cuando estaba en Pre-primaria y Primaria; y mi abuela, Frances, me hizo otra cuando tenía unos 5, o 6 años. En casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita mi hermano y yo podíamos tener piñatas para dos cuando quisiéramos; pero poquísimas veces hicimos uso de esa facultad. Yo era un antisocial y mi hermano era el sacrificado.
¿Y cómo celebrábamos nuestros cumpleaños? Mis padres nos invitaban a cenar afuera, con amigos de ellos, o con alguno que otro tío, o tía. Y nos la gozábamos como micos. La primera vez que rompimos con el tema de la fiesta infantil fue cuando estaba en el Segundo año de primaria y cuando volví de clases, al medio día, mis padres me estaban esperando para ir a almorzar a La Antigua. Comparado con eso, ¿por qué iba a querer una piñata con críos?
Eso sí, antes y ahora, siempre estoy listo para comer barquillos con turrón. Y por lo visto, los niños que ahora son mis cuates, también.
16
Ene 10
Juegos y palabras
13
Sep 09
Fuegos artificiales en mi ventana
05
Abr 09
Recuerdos de terremoto
Después de la seguidilla de temblores de ayer, se puede decir que todo ha pasado, sin que pase nada. Aunque, eso sí, en el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología e Hidrología, estiman que habrá unos tres días de movimientos terrestres.
Y bueno, a esto de los temblores, si uno vive por estar tierras, no queda más que acostumbrarse. Anoche dormí con mi Terremoto Kit que tengo listo desde hace años: una mochila con una mudada de ropa, una lata de frijoles, una de atún, linterna, baterías, agua, fósforos, medicinas de primeros auxilios, una anforita de tequila, radio, galletas de soda, cámara de fotos, papel y bolígrafo, y cositas así.
Ayer, luego del temblor fuerte de las 8 de la noche, mi madre vino a casa para unirse a la noche de Scrabble que teníamos aquí; y entonces recordamos algunas cosas del terremoto de 1976.
Al día siguiente de aquel 4 de febrero, y como no había pan, ella horneó biscuits. Mismos que yo recuerdo como magníficos y efímeros; no sólo porque nos los comíamos inmediatamente, sino porque el día 6, Gustavo, que era el mensajero de mi papá, llegó con pan abundante porque su padre tenía panadería y ya la había echado a andar.
También nos acordámos de que el único cassette que teníamos mi hermano Juan Carlos y yo era uno de Paul Anka; y en la carpa que compartíamos, todas las noches se escuchaban Having My Baby, Papa y otras…pero siempre las mismas.
Recordamos que mi padre y los vecinos hacían rondas durante las noches; que nos fascinabamos oyendo las historias de los terremotos de 1917 y 18 contadas por La Mamita, mi tía abuela; y que yo dormí con mi ropa echa un taco, durante por lo menos dos años.
He aquí, informes sobre los sismos de ayer más notables.
05
Abr 09
¡Wow, un temblor más!, I feel the earth move under my feet
I feel the earth move under my feet. Un temblor más. Ahora estaba en el balcón de mi casa, jugando Scrabble y sentí perfectmente el jalón.
31
Mar 09
Pelotas de tripa de coche
Tradicionales y coloridas pelotas de tripa de coche es lo que lleva este vendedor que me encontré, el domingo, atrás del monumento a José de San Martín, en la Avenida de las Américas.
29
Mar 09
Luces, horno y Scrabble
22
Feb 09
El placer del Scrabble
No se cómo ocurrió; pero durante años olvidé lo mucho que me gusta jugar Scrabble. Y ayer por la tarde redescubrí ese placer. El reto de encontrar la mejor palabra posible, y de aprender nuevas palabras, ¡¿Cómo pudo olvidarseme eso?!
En dos palabras, el Scrabble se trata de formar palabras; y de alguna manera se parece a un crucigrama. Cuando era niño y adolecente lo jugaba con mi abuela, Frances, que era la diosa del Scrabble en inglés y en español. En casa de mis padres no lo jugábamos mucho, pero me dió mucho gusto, ayer que abrí el juego, encontrar anotaciones de punteos de principios de los años 90 en las que están los nombres de mi madre y de mis hermanos.
Francamente yo no soy muy de juegos. Nunca me gustó jugar a las cartas, por ejemplo. Y sólo de cuando en cuando jugaba Spite and Malice con mi bisabuela, más por complacerla que por divertirme. Nunca fui particularmente bueno con el Ajedrez; pero en un año el el que mis padres nos regalaron un Ajedrez, para la Navidad, mi hermano y yo disfrutábamos mucho cuando llegaba a casa mi tío Freddy porque el sabía bastante de ajedrez y nos enseñaba con gusto. En ese tiempo, también, pasaba buenos ratos jugándo Monopolio con mis padres y mis hermanos.
El Dominó me gusta un poco, pero no me da placer como el Scrabble. Para hoy en la tarde, ya tengo planeadas unas partidas de Scrabble entre letras, palabras, buana conversación, buena compañía, y café del mejor.