Según el modelo que generó la Mesa Técnica de Formación Inicial Docente, un maestro debe ser profesional, participativo, flexible, interpretativo, técnico y científico. Con el pénsum que propone el Ministerio de Educación a partir de 2013, los políticos y sus funcionarios creen que podrán formar docentes con aquellas características. La iniciativa consta de dos partes sustituir la carrera de magisterio en nivel medio por un bachillerato en Ciencias y Letras con orientación a Educación, de dos años; y cursar un profesoreado universitario, de tres años.
Esto es lo que dice el papel; pero, ¿qué hay detrás de intentos deliberados por controlar la educación?
En la práctica, y con la eliminación de la carrera de magisterio en los colegios privados, el sistema de educación estatal (integrado por los políticos y funcionarios que lo controlan desde el Organismo Ejecutivo, la burocracia que trabaja como maestros en escuelas e institutos, y los alumnos que estudian a costillas de los tributarios) lo que busca es centralizar y monopolizar no sólo la producción de una clientela llamada magisterio; sino el control centralizado y monopólico de los que se le enseña a esa clientela.
¿De dónde salen los electores que votan por políticos que ofrecen más estado benefactor, más impuestos, y más regulaciones, sino de centros educativos en donde se les enseña a valorar aquello? ¿De dónde salen los súbditos que valoran la obediencia, la sumisión, la dependencia y la estabilidad, por encima de la libertad, la exploración, la independencia, y los cambios? Salen de centros educativos en donde se les enseña a valorar aquello. ¿De dónde salen los electores que le temen a la innovación, al emprendedurismo y a la responsabilidad individual, sino de centros educativos en los que se le teme al dinamismo, donde se desprecia al emprendedor y donde se cultiva el colectivismo?
Hay otra razón: para los grupos que viven de las masas descontentas, ¿qué más útil y valioso que graduar profesionales (de la educación, o de cualquier otra rama del conocimiento) que tengan expectativas elevadas debido a sus títulos; pero que estén prácticamente impedidos (en el sentido de crippled) para desempeñarse en un mundo cambiante, disruptivo, de emprendedores y competitivo?
Al sistema estatal de educación, integrado por los tres grupos citados arriba, les interesa la centralización y monopolización de la educacion; así como el control de los principios y valores con los que alimentan a los electores y activistas que mantendrán vivo su modus vivendi.
El sistema se nutre a sí mismo. Un jóven entra a estudiar magisterio para conseguir una plaza de trabajo en el Ministerio de Educación. El maestro burócrata cría, en sus clases, estudiantes que aprenden a valorar lo que les enseña el maestro. Cuando pueden, estos estudiantes (entrenados para valorar el sistema en el que se educaron ellos y sus maestros) votan por políticos que prometen mantener vivo el sistema.
Tomemos, por ejemplo, un tema de la propuesta de pensum para el bachillerato en cuestión: el tema de la productividad y el desarrollo. Si el sistema de formación de maestros no es centralizado ni monopólico, distintos maestros recibirán distintas perspectivas acerca de la productividad y el desarrollo. Los padres y estudiantes pueden elegir en qué clase de contexto intelectual se formarán los próximos maestros. Pero si el sistema es centralizado y monopólico el ambiente intelectual -filosófico- de los propximos maestros será el que favorecen los que usan capuchas, los que usan pañuelos y banderas rojas con negro, los que lanzan cócteles Molotov, los que pintan paredes, los que llevan playeras del Che Guevara, los que creen que pueden obstaculizarles el paso a otras personas para imponer sus intereses, y bueno…tu ya sabes.
Por eso es que en los establecimientos educativos se hace tanto énfasis en no cuestionar la autoridad, en que los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos individuales, y en que el sacrificio es un valor elevado para citar tres ejemplos. Con estudiantes y electores convencidos de estas tres ideas, el sistema estatitsta y el estado benefactor están garantizados, para bien de todos los que viven de ellos.