Queja de un estudiante: En la clase de Historia no hemos visto nada; solo hemos pasado leyendo y comentando en clase de cosas que sucedieron en la época a estudiar.
Queja de otro estudiante: Leyendo un libro no he aprendido NADA.
Queja de un estudiante: En la clase de Historia no hemos visto nada; solo hemos pasado leyendo y comentando en clase de cosas que sucedieron en la época a estudiar.
Queja de otro estudiante: Leyendo un libro no he aprendido NADA.
Queja de un estudiante en una clase socrática ¡de lógica!: Pagamos porque nos enseñen, no para deducir por nuestra cuenta.
Cuando yo estaba en Primaria, los libros que usábamos para estudiar Reading, Mathematics, Grammar y otras materias propias del idioma inglés venían de los Estados Unidos. Yo digo que hasta 1971 las ilustraciones de aquellos libros traían sólo adultos y niños blancos; pero a partir de 1972 las nuevas ediciones de aquellos libros empezaron a incluir adultos y niños negros. Y una maestra nos explicó que era para reflejar mejor la composición de la población. Por eso es que ahora muchos libros incluyen personajes latinos, orientales y demás. En Guatemala, por cierto, canches quiere decir rubios.
De eso me acordé cuando vi el mural que adorna la Escuela Oficial Urbana Mixta No. 20, José Antonio Salazar, que muestra a dos niños rubios. Esa ilustración, ¿refleja la composición de la población? No digo que tenga que reflejarla; pero como esta es una escuela estatal y la administración de Los Colom se suponía que iba a tener rostro maya, pues es interesante la elección que hicieron para este mural. Si fueran sólo niños mayas los del mural, ¿reflejaría la composición de la población? Como en el Ministerio de Educación se las dan de políticamente correctos y es uno de los instrumentos más importantes para el indoctrinamiento de lo políticamente correcto, llama la atención el mural en cuestión.
Unas 27 escuelas estatales están en peligro de dejar de operar porque el Ministerio de Educación no ha pagado el alquiler de los inmuebles que ocupan.
Esto demuestra dos cosas, que no hace falta demostrar, pero que no está de más poner en evidencia:
1. La educación no es prioridad para la administración socialdemócrata de Los Colom. Ellos tienen otras prioridades.
2. La administración socialdemócrata de Los Colom no tiene respeto alguno por la gente que les alquila inmuebles.
La Administración sí tiene dinero; pero lo usa en otras cosas que sí son importantes para ellos. La caricatura del genial Fo nos cuenta, por ejemplo, cómo es que este fin de semana Sandra Evita Torres fue a inaugurar campos de fútbol, a un costo de Q23 millones, mientras que ese dinero hace falta en los hospitales, o en las escuelas. Otra vez es la historia del cuadro de propaganda que mandaron a traer a Rusia a un costo de Q1.5 millones. El dinero de los tributarios -y de los donantes ingenuos- lo tienen, pero sólo lo gastan en lo que les es políticamente útil, y no en lo que es importante.
Adicionalmente, díganme ustedes si no es una falta de respeto hacia los que les alquilan inmuebles eso de que no les paguen. Imagínese que usted dependiera de los ingresos de la casa que da en alquiler, para vivir, o para ajustar su gasto. Imagínese que los políticos socialistas y sus burócratas no le pagaran durante meses y meses.
Hoy nos enteramos de que el Congreso aprobó una normativa que obliga al Ministerio de Educación a impartir educación ambiental en el pensum de estudios de todos los niveles, tanto en las escuelas totalmente estatizadas, como en las que administra el sector privado. El Ministerio tendrá que asignar Q27 millones para hacer efectiva la norma, a partir del año entrante.
Lamentablemente, la corriente que prevalece en el ambientalismo es una que condena las ciudades, la cultura, la ciencia, la tecnología y la industria; y prácticamente empuja a devolver a la sociedad al oscurantismo. Lo vemos en el rechazo al uso del petróleo, en el rechazo a la construcción de hidroeléctricas, en la oposición a nuevas fuentes de empleo en minas, fábricas y otras actividades productivas.
Ojalá que la educación ambiental a la que sean sometidos los niños no sea una que deforme sus mentes para convertirlos en ecohistéricos y en enemigos del progreso. Si a usted le interesa la conservación del ambiente, sin caer en la ecohisteria, seguramente querrá visitar estos dos sitios valiosos:
En aulas anegadas y entre lodazales estudian y juegan los niños de la escuela oficial urbana mixta de la colonia El Esfuerzo en Chimaltenango. El establecimiento educativo estatal no cuenta con alcantarillado. Cada vez que llueve, el agua se acumula en el patio dela escuela e ingresa a lo que se supone que son las aulas; pero no son más que galeras construidas con láminas de zinc. ¡Hasta un niño en silla de ruedas tiene que pasar más penas en la escuela!, y muchos estudiantes tienen dolencias el la piel a causa de la humedad y el lodo.
La administración socialdemócrata de Los Colom tenía dinero de los tributarios que pudo haber sido usado para aliviar las malas condiciones en las que estudian los niños. Condiciones que, sin duda son las mismas, en muchísimas escuelas más. Empero, decidió usar aquel dinero en algo que para los políticos en el poder es más prioritario: A un costo de Q1.5 millones trajeron un cuadro desde Rusia y ahora lo tienen exhibido en el Palacio Nacional. El cuadro es propaganda revolucionaria y claro: La Revolución necesita rigor. Los niños pues, habrán de aguantarse para que la socialdemocracia pueda hacer suya la iconografía revolucionaria y celebrar a lo grande. La Revolución necesita del sacrificio.
La foto es de una manifestación revolucionaria y la tomé en una exhibición que vi en el Paraninfo Universitario.
En Escuintla, una madre de familia asegura que la suya y otras familias están sacrificando otras cosas para sus casas a cambio de juntar dinero para alquilar una casa en la que están estudiando sus hijos. Y esto es porque, aparentemente, la educación estatizada no les ha cumplido con la construcción de un Instituto que les había ofrecido.
Si aquellos padres de familia dejan de comprar ciertas cosas para sus casas, con tal de darles un lugar a sus hijos para que estudien; ¿es porque desprecian, o porque valoran la educación?
Si no aprecian la educación de sus hijos, lo que hacen cuando dejan de comprar cosas para sus casas y usan ese dinero para facilitarles la educación, lo que están haciendo es dejando de obtener cosas que son de mayor valor para ellos, y las están sacrificando por algo que desprecian.
Si valoran la educación de sus hijos, lo que hacen cuando dejan de comprar cosas para sus casas y usan ese dinero para facilitarles la educación, lo que están haciendo es dejando de obtener cosas que son de menor valor para ellos, con tal de tener dinero para adquirir algo que es de mayor valor: un lugar para que sus hijos estudien.
Sacrificio es dar algo de mayor valor, a cambio de algo de menor valor; y a juzgar por el texto de la noticia que originó estas meditaciones, tengo la impresión de que los padres valoran mucho la educación de sus hijos, hasta el punto de que están dispuestos renunciar a cosas que valoran menos para facilitar que sus hijos tengan donde estudiar.
El costo de oportunidad es aquello de lo cual se priva una persona, o a lo cual renuncia una persona, cuando cuando hace una elección, o toma una decisión. En el caso que nos ocupa, cuando los padres dejan de comprar cosas para la casa para tener con qué pagar el lugar en el que estudian sus hijos, lo que hacen es pagar el costo de oportunidad; pero eso no es sacrificio. A mí me parece que valoran más la educación de sus hijos que las cosas para la casa. Que triste sería que fuera un sacrificio.
El fin de semana lluvioso y gris no estuvo tan mal gracias a las buenísimas pelis que vimos:
1. The White Ribbon o Das Wiesse Band. Si a usted le interesan el tema de la maldad y el de la responsabilidad de los propios actos, esta película le va a dar bastante en que pensar. Se desarrolla en la Alemania rural de entre 1913 y 1914, y muy atinadamente es una peli en blanco y negro. Mientras la veía, me acordé que si el sintoismo fue el sistema de valores que hizo posible el imperialismo y el militarismo que desencadenó el involucramiento de los japoneses en la II Guerra Mundial; los valores y las supuestas virtudes que atestiguamos en The White Ribbon son los que prepararon a los alemanes para necesitar, buscar y elegir a Adolf Hitler y al nacionalsocialismo.
2. The Class o Entre les murs. Esta peli explora las relaciones intensas entre un maestro de francés y sus estudiantes de distintos orígenes culturales. Es una película que me puso muy, pero muy tenso no sólo por las situaciones que muestra, sino por los dilemas que plantea. Expone, muy bien, los problemas que, para la búsqueda de la excelencia, representa la educación estatizada y obligatoria. La peli, además, está hecha como si fuera un documental y a ratos uno de verdad tiene la sensación de que está viendo un aula de verdad, no una película.
3. Eulogy. Esta comedia, de estupendo humor negro le puso el toque lite al fin de semana. Con un final sorpresivo y personajes bien desarrollados, y si usted no se intimida por el humor inteligente y audaz, esta peli no lo va a decepcionar.
4. Chéri. Esta peli se desarrolla -minutos menos- en la misma época que The White Ribbon; pero en un ambiente diametralmente distinto: en París de La belle époque. Llena de color y de art nouveau, no cuenta una historia particularmente retadora; pero los diálogos, ¡ah, los diálogos!, son ingeniosos y dignos de atención. Como cuando Madame Pelux le dice a Lea de Doneval: Hueles bien. ¿Has notado que la piel ligeramente fláccida retiene mejor el aroma del perfume?
Las tres primeras son de Take One, la tienda de vídeos en Futeca de la zona 14; y la cuarta la vi en la tele. Las cuatro son muy recomendables.
En el marco de la serie de coloquios Exploraciones sobre la libertad, estoy preparándome para dos días de discusiones sobre la educación universal, compulsiva y estatal. Junto a varios colegas latinoamericanos y españoles hablaremos sobre la teoría de la educación compulsiva, la economía política y la educación estatal, las justificaciones filosóficas de la educación estatal, la escolaridad compulsiva en el Siglo XX, la educación privada y la educación privada y los pobres.