10
Oct 10

Día de Bloody Marys

Ayer, con el sol y el calorcito del medio día -luego de una larga temporada lluviosa- fue día de Bloody Marys en casa.

Mi abuela, Frances, era la diosa de los Bloody Marys y de las Margaritas; y entre ella y mi papá me enseñaron a  hacerlos desde que yo era niño.  Para hacerlos, como los hacía ella, se mezclan el vodka, jugo de vegetales, limón, salsa inglesa y sal con apio al gusto; y luego se sirve sobre hielo abundante.  Por cierto que, cuando era niño, lo que se me permitía tomar eran Virgin Marys, sin el vodka.


10
Oct 10

Celia Cruz en la procesión de La Villa de Guadalupe

Como vivo en un barrio que era un pueblo aparte, antes de ser absorbido por la ciudad capital, durante casi todo el año se viven las tradiciones populares en las calles y en la plaza.  Ayer, por ejemplo, fue la procesión de la Virgen del Rosario, de La Villa de Guadalupe.

El pequeño cortejo iba precedido por una banda escolar con estilo brasileño y por lanzadores de bombas e iba seguida por una banda tradicional de procesión. Como esta es una procesión festiva, la música era muy alegre,como La vida es un carnaval, de Celia Cruz.


06
Oct 10

Un octubre fuera de lo común

A mí siempre me ha gustado el mes de octubre.  En tiempos del colegio, este era el mes en el que empezaban las vacaciones.  Con la llegada de octubre empiezan el frío y las fiestas del fin de año: Halloween, el día del fiambre, la temporada de barriletes, Thanksgiving, la quema del Diablo, la Navidad y el Año Nuevo.  Pero este octubre es especial:  No sólo tendrá cinco viernes, cinco sábados y cinco domingos; sino que en él ocurrirá la fecha 10/10/10.  Gracias a mi hermano, Juan Carlos, por la pista.

¡A celebrar, pues!


26
Sep 10

Organillera en la calle

Imagen de previsualización de YouTubeA esta organillera la encontré en la Sexta avenida de la zona 1, el 15 de septiembre pasado durante los festejos de la Independencia.  A mí me caen muy en gracia los organillos y a la gente siempre le llaman la atención.  Hace unos tres años me encontré a otro en el Cementerio General; y, a principios de este año, cuando visité el Museo de los Músicos Invisibles, descubrí una buena fuente de información sobre estos instrumentos y su fabricación aquí en Guatemala.

15
Sep 10

¡Ya es temporada de pasteles de Luna!

Hoy fui a traer mis pasteles de Luna. En otoño y en celebración del Festival Zongquiu, es una costumbre china la elaboración de estas delicias. Los pasteles de Luna son densos y pesados comparados con los pasteles occidentales tradicionales; y suelen estar decorados con caracteres que aluden a la felicidad, la longevidad y otros buenos deseos, acompañados por imágenes de flores y conejos entre otros.

Los rellenos varían; pero usualmente son pastas de flor de loto, de frijoles dulces, o de alguna combinación de nueces y semillas. Hoy conseguí de los que tienen incluida una yema de huevo salada; pero los prefiero sin huevo. Me gustan mucho más con sólo rellenos dulces no sólo por su sabor delicado, sino por su textura y su aroma.

A mí, los pasteles de Luna me gustaron desde la primera vez que los probé, seguramente a finales de los años 90, gracias a mis amigos de Taiwán. Desde entonces, siempre estoy pendiente de que salgan a la venta, a mediados de septiembre, en el restaurante Lai Lai.


01
Jul 10

Desfile de carrozas alegóricas

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Las carrozas alegóricas, durante la fiesta en San Juan Sacatepequez son muchas y muy ricas en expresiones. Por supuesto que siendo que aquella es tierra de hongos y de zompopos de mayo, no podían faltar carrozas alusivas a aquellas delicias.
Me disfruté mucho este desfile que, como muchos de su género, expresa la naturaleza festiva y solemne de los chapines. La creatividad de la gente se manifiesta no sólo en los temas escogidos, sino en los materiales que se usan, en la abundancia de flores, y en la iconografía. También es evidente que hay tradiciones que respetar. ¿Qué carroza que se respeta iría sin por lo menos una bealdad coronada?
Aaaaaaaaaah, como quisiera tener más tiempo para pueblear y visitar más de esta Guatemala tan hermosa.

03
Jun 10

El da la paloma y ella da el mico, costumbre chapina

¡Ah, que mal!, otra vez me perdí de la tradición del mico y la paloma en el Parque Central de la ciudad de Guatemala. Resulta que hoy, muchos chapines celebran la fiesta del Corpus Christi; pero como aquí es la tierra en la que las piedras flotan, la madera se hunde y como no, quiere decir sí, las fiestas cristianas toman giros fascinantes.
Se acostumbra que durante la fiesta, las parejas de novios, o cónyuges se hagan regalos entre sí; pero no cualesquiera regalos. La costumbre manda que el hombre le regale una figurita en forma de paloma y un membrillo a la mujer; y que esta le regale una figurita en forma de mico y una pera a su hombre. El intercambio de palomas y micos, así como de membrillos y peras tiene connotaciones sexuales que se les escapan a los que no conocen. Ergo: el hombre da la paloma y la mujer da el mico.
La mara cachureca dice que el intercambio tiene que ver con la primavera y la fertilidad; pero la primavera se acaba en dos semanas y a mí que no me digan que la fertilidad no tiene que ver con el sexo. Y que no me digan que la mara no es pícara cuando puede.
Yo tenía la intención de ir al Centro para comprar fotografiar esta costumbre, pero me agarró el trabajo y no me pude salir de la oficina. En fin…el año que viene, será.
¡Que bien!, mi amigo Pablo Velásquez nos proveyó esta foto de los micos que hay este año…y arriba, casi en la esquina se ve una paloma. ¡Gracias, Pablito!

21
May 10

¡Ya hay zompopos de mayo! ¡Yummy, yummy!

Miles de zompopos de mayo cubrieron las calles de Barberena, Santa Rosa, el pasado martes 18. Estos insectos encantadores constituyen una maravilla de la naturaleza y también son deliciosos. Yo los compro en San Juan Sacatepequez, donde también abundan; y allá los venden limpios (sólo los culitos) para asarlos en el comal, con mantequilla y sal, en tortillas de maíz.


Ya en el siglo XVIII, Francisco Ximénez, traductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su obra Historia natural del reino de Guatemala; y escribió que tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que crien alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.

Las fotos son de los zompopos que comimos en casa el año pasado.

11
May 10

Barquillos, horchata y refresco de canela

Típicos de las fiestas infantiles, en Guatemala, son los barquillos, los chiquiadores, el helado y los refrescos de horchata y de canela; también el pastel con turrón y los sandwichs de jamón y queso, y más recientemente los hot dogs, o las pizzas.

El sábado pasado, durante un almuerzo al que asistí, nos ofrecieron barquillos y turrón; y fue impresionante cómo reaccionamos en la mesa. ¡Aaaaaah, barquillos y turrón! Esas golosinas sacaron a los niños que llevamos dentro y ahí mismo brincó el espíritu ludico. Lo primero fue recordar el menú de las fiestas infantiles de casi todos los que estábamos en la mesa; y acto seguido el infaltable juego de ponerse los barquillos en los dedos.

La verdad sea dicha, nunca disfruté de las piñatas y de las fiestas infantiles. Me fastidiaba tener que socializar con niños desconocidos y -como era introvertido- detestaba ser el centro de atención cuando había que romper la piñata. Y para mí, lo único bueno que había en aquellos acontecimientos era el momento en el que comía mi helado con barquillos, y el momento en el que tomaba agua de canela (que ya no se acostumbra).

En casa nunca tuve una piñata. Mis padres organizaron dos, o tres en el colegio, cuando estaba en Pre-primaria y Primaria; y mi abuela, Frances, me hizo otra cuando tenía unos 5, o 6 años. En casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita mi hermano y yo podíamos tener piñatas para dos cuando quisiéramos; pero poquísimas veces hicimos uso de esa facultad. Yo era un antisocial y mi hermano era el sacrificado.

¿Y cómo celebrábamos nuestros cumpleaños? Mis padres nos invitaban a cenar afuera, con amigos de ellos, o con alguno que otro tío, o tía. Y nos la gozábamos como micos. La primera vez que rompimos con el tema de la fiesta infantil fue cuando estaba en el Segundo año de primaria y cuando volví de clases, al medio día, mis padres me estaban esperando para ir a almorzar a La Antigua. Comparado con eso, ¿por qué iba a querer una piñata con críos?

Eso sí, antes y ahora, siempre estoy listo para comer barquillos con turrón. Y por lo visto, los niños que ahora son mis cuates, también.


10
May 10

¿Por qué amo y admiro a mi madre?

Ayer pasé por su casa, en la tarde, y se hallaba feliz porque estaba ayudando a uno de mis sobrinos con su álbum del Mundial. Si hubieras visto las chispas que salían de sus ojos cuando contó que ya sólo les faltaban 26 estampas, sabrías por qué es que es imposible no sentir admiración y cariño por esta septuagenaria que sabe como apasionarse como niña.

Lo de las estampas me llega porque cuando yo era niño, era ella la que me llevaba a la Sexta Avenida, a inmediaciones del antiguo almacén Marlin, a comprar las de mis álbumes. Se, como mi sobrino, que ella de verdad se goza lo de las estampas y lo de llenar los álbumes.
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La admiro mucho porque ha sabido llevar la adversidad con dignidad; porque faltó mi padre no se intimidó y porque si lo hizo, sus hijos nunca nos enteramos. La admiro porque sabe ser la voz de la razón, en medio de la confusión; porque sabe conservar la serenidad, en medio del caos; y porque siempre tiene palabra de consuelo y cariñosas para cuando hacen más falta.
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La admiro porque es generosa, paciente, comprensiva y alegre. ¡Ah, como es alegre! Aunque fracasó miserablemente en enseñarme a bailar, nunca se desanimó en esa empresa. Y aunque ella baila fabuloso, nunca se avergonzó de que su primogénito tuviera dos pies derechos. Gracias a ella y a mi padre, en casa nunca faltaba la música.
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Nora debe tener, por ahí, un manual de cómo ser madre…y ahora lo aplica en su versión de cómo ser abuela. Sus nietos la adoran y yo se por qué. Porque contagia alegría, porque no pierde la cabeza y porque sabe lo que es la justa medida.
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Que sea divertida, generosa y paciente, no quiere decir que no sepa cuándo apretar el tornillo. Una mirada suya solía ser suficiente para evitar travesuras y otra conductas infantiles. Y si la mirada no bastaba, pues ahí iba un pellizco de dimensiones bíblicas seguido de la sentenciosa frase: Te es-tás luciendo.
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Ahora, con sus nietos, es incapaz de dar un buen porrazo; pero una de las anécdotas que estos más gozan que les cuente es cuando una vez, en la cocina, sin duda la tenía tan desesperada que agarró una paleta de madera y la levantó como para darme una nalgada con ella. Empero, la paleta sin duda estaba algo quemada, que, con la fuerza del momento de levantarla se rompió. Y yo quedé mudo, y ella se echó a reír con muchas ganas.
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Nora cocina como…como…como…!cocina de una forma innenarrable! Por mencionar sólo cuatro cosas, ¡nadie! hace mejor fiambre, mejor lasagna, mejores pies, ni mejores galletas, que ella. Tiene un green thumb increíble para los culantrillos; y sabe disfrutar de la vida. Se goza igual, una tortilla con sal, que cualquiera de las comidas que he mencionado antes. Tiene un talento nato para navegar en los ambientes más diversos y para hacer que los demás se sientan cómodos, bienvenidos, valorados y queridos.
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A mi lado estuvo cuando me dieron varicela, hepatitis y malaria; estuvo de mi lado cuando perdí un año en el colegio y cuando perdí mi primer empleo; estuvo cuando perdí a mi padre y cuando me le escapé a la parca. Ha estado en todas las buenas, y se las arregla para estar en las malas. Sabe cuándo hay que abrir una botella de vino, y sabe cuándo es mejor que haya silencio. Nora se ve menuda, pero siempre ha sabido cuidar a sus cachorros.
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A mis hermanos, a mis sobrinos y a mi -¡y a quien se le acerque con cariño!- siempre nos ha ofrecido un hogar feliz y un lugar a su lado; y aunque aveces no todo ha salido bien, lo cierto es que donde ella está, siempre hay lugar para la alegría, para la luz, para las cosas algo locas, para los aromas y sabores olímpicos y para la generosidad.
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Amo a mi madre porque es como es; y porque me ayudó a ser como soy.
A Nora -y a todas las madres que, por dicha, tengo en mi vida- ¡Feliz Día de la Madre!