Ayer, con el sol y el calorcito del medio día -luego de una larga temporada lluviosa- fue día de Bloody Marys en casa.
Mi abuela, Frances, era la diosa de los Bloody Marys y de las Margaritas; y entre ella y mi papá me enseñaron a hacerlos desde que yo era niño. Para hacerlos, como los hacía ella, se mezclan el vodka, jugo de vegetales, limón, salsa inglesa y sal con apio al gusto; y luego se sirve sobre hielo abundante. Por cierto que, cuando era niño, lo que se me permitía tomar eran Virgin Marys, sin el vodka.