17
Feb 10

¡Ya es temporada de jocotes marañones!

No están muy galanes que digamos, pero estos son los primeros jocotes marañones o anacardos que veo en la temporada. Su inconfundible aroma es propio de la temporada de calor en Guatemala; y trae recuerdos de playa, de celebraciones callejeras y de fiesta.

A mí no me gustan vivos por lo astringente; pero el refresco y los helados de marañones de verdad me parecen deliciosos a más no poder. Y, por supuesto, también me gustan las semillas asadas. Recuerdo que mi tía abuela La Mamita las ponía a asar entre las cenizas del carbón, o bien, las secaba y pintaba caritas de mono en las semillas. Ella tenía mucha habilidad para esas cosas y, por ejemplo, también hacía peces son las semillas de los mangos de pita.
Estos marañones están muy bien acompañados por kiwis, mangos verdes y aguacates.


17
Feb 10

Los alegres cascarones

Ayer se celebró el Carnaval que en la ciudad de Guatemala no es gran cosa. El de Mazatenango dicen que es una gran fiesta; pero nunca he tenido la oportunidad de ir.


Los cascarones, en la foto, son tradicionales en todo carnaval chapín. Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo meses, elaboraba el confetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta. Los cascarones tradicionales también llevan -y quién sabe por qué- un grano de maíz.

16
Feb 10

El placer del café mañanero

Mi capuchinera estuvo fuera de combate unas semanas; y cómo la extrañé. Me hicieron falta sus suspiros profundos y los aromas que emana. Especialmente cuando -como ocurre hoy- acudo a ella antes de que el Sol empiece a iluminar al cielo.
El café, que es la causa de tanto placer, me gusta que sea 50% Antigua para acidez y 50% Cobán para frutosidad. Me gusta tostado oscuro y molido bien fino. Me gusta que me embobe y que me atraiga. Que su aroma me envuelva y que despierte mis sentidos.
Aaaaaaah, como disfruto mi café.

14
Feb 10

San Valentín no se celebra con abstinencias

Una de las cosas que me divierten en el Día de San Valentín, es que no es un día típicamente santo. Digo…el día de San Valentín no se celebra con penitencias, ni en este día se habla del valle de lágrimas; ni ¡menos!, se celebra con abstinencias.

Aparentemente, la fiesta se la inventó Geoffrey Chaucer, el poeta inglés que escribió Los cuentos de Canterbury. En su Parlamento of foules (1382), Chaucer escribió: Porque esto fue el día de san Valentín/ cuando cada ave vino aquí a elegir su pareja. El Parliament of Foules se presenta en un contexto ficticio de una tradición antigua, pero el hecho es que no existía tal tradición antes de Chaucer.

Otras fuentes explican que cuando la iglesia oficial suprimió las fiestas Lupercalias de los romanos, dio pie a una mala costumbre: expresar el amor sólo un día del año, en lugar de promover que el amor se exprese diariamente.

El origen del Día de San Valentín, dice esta hipótesis, hay que buscarlo en los antiguos ritos de la Roma antigua, todos los 15 de febrero se festejaban una fiestas para estimular la fertilidad y curar la esterilidad, en honor de Fauno y de la loba que amamantó a Rómulo y Remo. En dicho festejo había juegos eróticos que se se transformaron en orgías públicas; razón por la cual el papa Gelasio resolvió prohibir todo ese ritual pagano en el año 494.

No habiendo logrado suprimir aquellos desordenes, Gelasio se vio obligado a sobreponerles una fiesta cristiana, con la intención de que así los fieles se distrajesen; y así, estipuló que el 14 de febrero se honrase a San Valentín, el protector de los enamorados.

…y luego, para ampliar el espectro y el potencial de la fiesta, se añadio que este Día celebra al amor y a la amistad.

Yo, por mi parte, disfruto de este día como las aves de Chaucer; y a quienes me honran con su amor, su cariño y su amistad les deseo que tengan un día feliz…un año feliz, y una vida feliz.

La ilustración es una foto que tomé en Manifestarte.

24
Ene 10

¿Qué hay en un nombre?

Los nombres propios, como muchas cosas, responden a modas y a otras circunstancias del tiempo, el espacio y la historia.

En tiempos de mis bisabuelos y abuelos, la gente se llamaba Agapita, Cástulo, Doroteo, Herculano, Heráclio, Tránsito, o Gilberta, por ejemplo. Luego las cosas cambiaron y abundaron los Oscar, María, Carla, Ernesto, Alicia, Juan, Eduardo, Sylvia, Alfredo, Patricia, y así por el estilo. A mí me pusieron Luis porque así se llamaban mi padre y mi abuelo; y Alberto por…vaya usted a saber por qué me pusieron Alberto.
Ahora la tendencia es otra, y bien característica. Vea, usted, algunos de los nombres que hay en la lista de los aspirantes a ingresar a la carrera judicial en la categoría de jueces de paz, en Guatemala: Llecica, Betzy, Zoelen, Gilmar, Lesther, Geovanni, Ronal, Jozue, Marconelly, Dilabeth, Melvy, Geisler, Smaille, Jossue, Yanira, Weisman y Eribel.
En la línea de este mismo tema, Yoani Sánchez, en Cuba, tiene un blog dedicado a las personas que, como Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesy, y otras, tienen nombres que empiezan con la letra y.

07
Ene 10

El arte de robarse una esposa

Ahora los muchachos primero enamoran a las patojas para que lleguen a algún acuerdo antes de robarlas, sin embargo hay chicas que no quieren aceptar el compromiso, por lo que se tiene que actuar a la fuerza porque esa es la costumbre del pueblo. Antonio Chay, poblador de Zunil, Quetzaltenango, al comentar la práctica de robarse una esposa, entre los indígenas de aquella región del Occidente guatemalteco.

A mí me llama mucho la atención esta barbaridad; y es particularmente interesante que se ve como cosa natural que, si la patoja no cede al enamoramiento, y si por lo menos no se llega a algún acuerdo pacífico y voluntario, se tiene que actuar por la fuerza….porque esa es la costumbre.
El reportaje que da pie para estas meditaciones arroja información perturbadora: Cuando un hombre quiere contraer matrimonio, basta que le guste la muchacha para luego robarla; las desposadas suelen tener entre 12 y 15 años de edad; ni los sentimientos, ni la voluntad de las chicas tienen importancia; las muchachas son llevadas a la municipalidad y ahí, las autoridades civiles las casan; un antropólogo dice que el asunto este de los robos de esposas no es delito porque es una visión de cultura desde otro punto de vista; si hay desacuerdo familiar, el asunto se arregla mediante el pago de entre Q2900 y miles de quetzales por las muchachas, dea cuerdo con la posición económica del contrayente.

29
Dic 09

Injusta persecución contra las tiendas

Cuando yo era niño, y crecí en Ciudad Nueva, iba a la tienda que quedaba a la vuelta de la casa; y más tarde, cuando mis padres se fueron a vivir a la zona 10, iba a la tienda de El Gordo –que ahora es la célebre Carmelita– y que quedaba a unos 150 metros de mi casa. Cuando luego en mi vida, volví a Ciudad Nueva, sólo tenía que atravesar la Avenida Independencia, para ir a la tienda de doña Tinita. Y tanto El Gordo, como doña Tinita -por su afabilidad y generosidad- eran mucho más que los tenderos; uno no sólo iba a comprar ahí, sino que casi, casi, iba de visita.

Cuando vivíamos en la zona 15 caminaba 100 metros para ir a la tienda de La Canche, y curiosamente hacía lo mismo, para ir la tienda de otra Canche, cuando vivía en La Antigua. Donde vivo ahora, no necesito caminar más de 200 metros antes de encontrarme con por lo menos una tienda.

Las tiendas de barrio existen porque son muy útiles; y mientras más cerca de uno están, más útiles son. Esa es la razón utilitaria porque me parece injusto, impráctico e inaceptable, que se emprenda una campaña contra las tiendas de barrio en el Centro Histórico, o en cualquiera otra área donde viva la gente.
Hay, sin embargo, una razón más de fondo para oponerse a la injusta persecución contra los tenderos: Si su casa es suya, usted puede usarla para lo que le plazca, siempre y cuando sea una actividad pacífica que no viole derechos ajenos. Usted puede convertirla en tienda, o puede darla en alquiler para que sea usada como tienda. En un estado de derecho en el que se respetan los derechos individuales como el de la libertad y el de la propiedad, así sería. Empero, si el derecho de propiedad es inexistente, su casa ya no es suya, porque otros deciden qué puede hacer con ella, y qué no.
Una tienda puede que no sea lo más estético del mundo y puede que incomode a algunos; pero si presta servicios voluntarios y pacíficos que los vecinos aprecian, y si al prestarlos no viola la vida, la libertad y la propiedad de otros, ¡¿qué facultad podrían tener algunos para perseguir y estigmatizar aquella prestación de servicios?!

28
Dic 09

El refrescante ponche navideño

En casa hicieron el tradicional ponche navideño chapín. Se prepara con frutas, dependiendo de la región del país en que se elabore y de la receta familiar. La que hicieron en casa viene de la Costa Sur y por eso lleva coco; se sazona con pimienta gorda y clavos y se usan las frutas frescas incluyendo plátanos, papaya, manzanas, manzanillas, pasas, ciruelas y piña.
En casa de mi madre, el ponche se hacía con piña, que es común a todos los ponches chapines; pero se sazonaba con canela, se hacía con frutos secos del hemisferio Norte, como manzanas, melocotones y peras, además de las ciruelas y pasas que son de ley.
A mí, el ponche me gusta bien helado y que sea refrescante; pero si lo he de tomar caliente me gusta con un toque de ron.

27
Dic 09

Soy el monstruo come galletas

En Plaza Sésamo había un monstruo come galletas; y ahora, que hicimos galletas en casa, estoy convertido en ese personaje. Hicimos galletas de mosh y de Cornflakes de acuerdo con la receta tradicional de mi madre y de mi abuela.
En casa de mis padres, para estas fiestas hacíamos varias galletas: las de ley eran estas de mosh y Cornflakes;unas en forma de arbolito, con sabor a almendras; las de chocolate; los gusanitos de almendras, de verdad; y mis favoritas que son de mantequilla de maní con un chocolate chip. Y de ahí, aveces se hacían unas de nueces; otras barras de nueces y dátiles; unas de molasses y unas de cardamomo.
Aunque me gustaba que estuvieran en la mesa de Nochebuena, yo me las gozaba más en los días posteriores cuando veía televisión acompañado por un plato de galletas y un vaso de leche bien, bien, bien fría.
Las galletas navideñas eran guardadas en latas de galletas de soda vacías; pero recuerdo un año en que mi padre llevó unas latas grandes de manteca que un amigo le había regalado.
Recuerdo, también, que a mi madre y a los niños nos llevaba un par de tardes hornear todas las galletas y que las más difíciles eran las de chocolate porque este se derretía en las manos cuando uno hacía las bolitas. Las más delicadas, sin embargo, eran las de mantequilla de maní y chocolate chip porque había que sacarlas a medio hornear y ponerles rápidamente el chip antes de devolverlas para que se terminaran de cocer. Como yo no tengo mucha paciencia, para mí eran difíciles las de arbolito porque me costaba mucho que agarraran forma.

25
Dic 09

¡Feliz Navidad, con tamales y café!

Aaaaaaaaaaaah, como me disfruto el desayuno del 25 de diciembre. A mí me gusta empezar el día con un tamal negro y uno colorado, una tasa de café chapín y algo dulce que haya quedado de la cena de Nochebuena. En esta ocasión fue una rodaja de pastel de frutas y galletas que hicimos en casa.

Los tamales que comemos en casa, durante estas fiestas, son elaborados por doña Estela de Alburez (2474 0260). La suya es una receta antigua enraizada en San Martín Jilotepeque y una de sus características es que usa hojas de subanik y de maxán El subanik, por cierto es un plato típico de la región mencionada, que se prepara con un tipo de hojas que a doña Estela le llevan desde Petén. Normalmente los tamales se hacen con hojas de maxán y de sal. Las de subanik le dan un gusto especial y delicado a estos tamales.
Los tamales se elaboran con masa de maíz (aunque a muchas personas les gustan de arroz y de salpor), manteca de cerdo y carnes de cerdo, pollo, o chompipe. También con tomates, chiles y semillas tostadas. Los colorados, que son salados llevan aceitunas y chile morrón; los negros, que son dulces, llevan chocolate, pasas, almendras y ciruelas.
Este año el café es una mezcla de 50% Antigua y 50% Cobán. El primero aporta la acidez y el segundo confiere frutosidad.