Injusta persecución contra las tiendas

Cuando yo era niño, y crecí en Ciudad Nueva, iba a la tienda que quedaba a la vuelta de la casa; y más tarde, cuando mis padres se fueron a vivir a la zona 10, iba a la tienda de El Gordo –que ahora es la célebre Carmelita– y que quedaba a unos 150 metros de mi casa. Cuando luego en mi vida, volví a Ciudad Nueva, sólo tenía que atravesar la Avenida Independencia, para ir a la tienda de doña Tinita. Y tanto El Gordo, como doña Tinita -por su afabilidad y generosidad- eran mucho más que los tenderos; uno no sólo iba a comprar ahí, sino que casi, casi, iba de visita.

Cuando vivíamos en la zona 15 caminaba 100 metros para ir a la tienda de La Canche, y curiosamente hacía lo mismo, para ir la tienda de otra Canche, cuando vivía en La Antigua. Donde vivo ahora, no necesito caminar más de 200 metros antes de encontrarme con por lo menos una tienda.

Las tiendas de barrio existen porque son muy útiles; y mientras más cerca de uno están, más útiles son. Esa es la razón utilitaria porque me parece injusto, impráctico e inaceptable, que se emprenda una campaña contra las tiendas de barrio en el Centro Histórico, o en cualquiera otra área donde viva la gente.
Hay, sin embargo, una razón más de fondo para oponerse a la injusta persecución contra los tenderos: Si su casa es suya, usted puede usarla para lo que le plazca, siempre y cuando sea una actividad pacífica que no viole derechos ajenos. Usted puede convertirla en tienda, o puede darla en alquiler para que sea usada como tienda. En un estado de derecho en el que se respetan los derechos individuales como el de la libertad y el de la propiedad, así sería. Empero, si el derecho de propiedad es inexistente, su casa ya no es suya, porque otros deciden qué puede hacer con ella, y qué no.
Una tienda puede que no sea lo más estético del mundo y puede que incomode a algunos; pero si presta servicios voluntarios y pacíficos que los vecinos aprecian, y si al prestarlos no viola la vida, la libertad y la propiedad de otros, ¡¿qué facultad podrían tener algunos para perseguir y estigmatizar aquella prestación de servicios?!

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  1. Es importante ver que el "deterioro" del que habla el arquitecto es causa directa de la intervención abusiva de la Municipalidad. Las ordenanzas municipales no son mecanismos para violentar el derecho de propiedad. ¿Cómo es posible que por un acuerdo municipal se le prohiba al dueño de un inmueble no construir como se le dé la gana, no derribar la construcción y no dedicarla a lo que le plazca? Gracias a todas esas limitaciones es que los que eran propietarios abandonaron los inmuebles, pues "ya no son propietarios". El camino de querer "planificar" siempre es desastroso, inmoral y abusivo.

  2. A mi también me extrañó esa nota de la PL pienso que se están ganando el pan con un servicio a la comunidad, igual si no fueran tiendas las casas están deterioradas porque reconstruirlas de acuerdo al reglamento del centro histórico cuesta una fortuna, y sólo para que el Alcalde presuma de "su tacita de plata" no es justo. ¿Tendrán algo que ver los dueños de los puestos "chicleros"? Eso podría ser ¿no crees?Miriam Lavarreda 🙂

  3. e buena onda saber que eras vecino de mi barrio, a mi me cayo mal el comentario de prensa libre