23
Dic 22

¡Me encantan estas fiestas!

 

En mi casa, nochebuena y navidad huelen a pinabete y a manzanillas, huelen a tamal colorado y a tamal negro, huelen a pólvora, a ponche de frutas y a pavo relleno con la receta de mi bisabuela, Mami, cuidadosamente interpretada para adaptarla a nuestro gusto.  Es muy posible que la receta se remonte a Minnie, la madre de mi bisabuela.

¿Te la comparto?  Cortas pan francés del día anterior en cubos y los remojas en vino blanco; remojados los cubos, no empapados.  Picas los menudos del pavo y los fríes en mantequilla abundante y los sazonas con sal y pimienta.  Añades cebolla y apio picados fino.  A esa mezcla le sumas castañas y champiñones en rodajas y vuelves a sazonar.  Ahora es el momento de agregar salvia en polvo y perejil picado fino.  Cuando esa mezcla ya está unificada le añades el pan remojado en vino y te aseguras de que la mezcla quede pareja y vuelves a revisar la sazón.  El pan debe integrarse a los ingredientes anteriores; pero no debe convertirse en una masa.  ¡Esa es la clave!

Para mí, el pavo es sólo un vehículo para conseguir el relleno horneado.  Este último es mi parte favorita, aunque, la verdad sea dicha, nunca le digo que no a una buena rodaja de carne oscura.  Mami decía que comer pechuga es como comer sábana; y aunque en casa nunca nos sale reseco el pavo, estoy de acuerdo con mi bisabuela.  Por mucho, ¡prefiero la carne oscura!

Todo aquello, sin embargo, no tiene la menor importancia si no es compartido con personas que amo, o por lo menos que les tengo cariño.  En casa, en realidad, celebramos el solsticio de invierno, yuletide, las saturnalias, el cumpleaños de Newton, la nochebuena y la navidad.  Celebraríamos kwanza, ¿por qué no? Algunas de aquellas personas están presentes, y otras están en el recuerdo.

No tengo pruebas; pero tampoco tengo dudas de que los abrazos navideños de los seres queridos…e incluso de desconocidos son los mejores.  Desde que era niño, cuando mis padres nos despertaban a mis hermanos y a mi a la media noche, con el coheterío, y nos bajaban a la sala para ver la casa iluminada y los regalos, mi parte favorita eran los gritos de ¡Feliz navidad! y los abrazos.  Dime si no es dulce y encantador el momento de los abrazos.

Actualmente, en casa cenamos temprano y aprovechamos las visitas de familia y amigos.  Pero en aquel tiempo la cena se servía a la media noche porque la fiesta seguía hasta que los adultos quisieran.  De modo que al bajar había aromas, sabores, texturas y sonidos que fueron sumándose al baúl de los recuerdos más queridos.  El sonido de mi tortuga aporreada con un chinchín pintado con nij, por ejemplo. La letra y la música de A la rorro niño… y de O Tannembaum, para mencionar algo más.

Ya un poco mayor, ¿quién podía impedir que despenicáramos una ametralladora de cohetes y nos dedicáramos al antiguo arte de quemar uno por uno los petardos? ¿Quién podía evitar que fumáramos el cigarrillo que usábamos para encender los cohetes? ¿Quién podía evitar una guerrita?

Para mí, y en casa, estas fiestas son para vivirlas del modo en que nos hace felices.  Son para conectarnos con las generaciones que nos han precedido y con las que están llenando sus propios baúles de recuerdos.  Son para celebrar la vida; de modo que, a ti y a tu familia, desde estas líneas y desde nuestros corazones, les deseamos paz, salud, prosperidad y amor.

Columna publicada en elPeriódico.


18
Dic 22

Fiesta en Panimachavac

 

Con marimba, convite, cohetes y estofado de res, la población de Panimachavac, Tecpán, celebró la inauguración del techo para el patio de su escuela; y tuve la dicha de participar en la fiesta.

¡Había que hacer fiesta porque ese techo fue un proyecto de toda la población!

En la celebración ofrecieron bailes un grupo de maestras y otro de estudiantes y ambos grupos lucieron trajes de Quetzaltenango.

Las señoras del lugar prepararon arroz, tamalitos de canak y estofado de res.  Fue uno de los mejores estofados de res que he probado y me encanta acomañado por aquellos tamalitos que sólo he probado en el área de Tecpán y son un lujo.

Por cierto, el árbol de canak o árbol de manitas es mencionado en el Lienzo de Quauhquechollan de forma muy destacada; también Tecpán es mencionado en ese documento histórico.

Hubo convite de Quiché y los trajes siempre son un espectáculo; pero fue notable la participación de dos niños de Panimachavac disfrazados de Hombre araña y Batman.  Que dicha que los niños participan y conservan las tradiciones.

La marimba orquesta alegró la fiesta y lástima que no nos pudimos quedar a bailar.

Durante los actos y con justicia, la familia Estrada Menéndez recibió un reconocimiento por sus aportaciones a la escuela.  Recuerdo con qué alegría nos la mostraron -hace 20 años- cuando recién habían sido concluidas unas aulas.


15
Dic 22

Torito, marimba y bailadores

Salir a cazar toritos es uno de mis deportes favoritos en diciembre.  En casa nos encanta ir a la zona 1, para la fiesta de Guadalupe, en busca de toritos, mariposas y ese tipo de fuegos artificiales.

Este año fue diferente porque fuimos a cenar a la casa de amigos queridos, deliciosa sopa azteca, con una playlist mexicana estupenda y muchas anécdotas en buenísima compañía; así que sólo vimos un torito en el tradicionalísimo Callejón Maravillas.

En 2021 escribí que Estoy seguro de que el año entrante será muy bueno en términos de fiestas populares y tradicionales.  Esto es importante porque las tradiciones no sólo nos dan un sentimiento y una sensación de comunidad; sino que cumplen una función sanadora frente a la desesperanza y a la inestabilidad. Aromas, alimentos y sonidos, texturas y colores, así como rituales nos traer recuerdos y nos invitan a reflexionar.  Fuegos artificiales, costumbres,  disfraces y más son parte de aquel acervo rico y enriquecedor; y no me equivoqué, en general en 2022 las fiestas populares y tradicionales, con su música y su pólvora han estado magníficas.

Cuando yo era niño, las historias de mi tía abuela, La Mamita, acerca de toritos durante las fiestas tradicionales disparaban mi imaginación. Yo tenía muchas ganas de ver toritos y no fue hasta hace relativamente pocos años que vi el primero en San Juan del Obispo. Desde entonces pocas cosas me emocionan y divierten tanto y me ponen tan contento como salir a buscar toritos y verlos desplegando sus luces y sus colores entre la gente que se les acerca y les huye. ¿Alguna vez te ha corrido un torito? Es de lo más divertido y emocionante.

En casa nos gusta llevar a esta fiesta a extranjeros visitantes y a chapines que nunca han visto toritos; y nadie ha salido decepcionado.


20
Nov 22

Espectacular la fiesta del Árbol Gallo

 

Anoche, la fiesta de inauguración del Árbol Gallo estuvo espectacular.  Pero en casa no vamos sólo por la iluminación del Árbol y la de las avenidas Reforma y De Las Américas, no vamos sólo por la música, ni vamos sólo por los fuegos artificiales aunque todo aquello es magnífico, colorido y alegre. Vamos por disfrutar de la gente, de la alegría de las familias y de las caritas maravilladas de los niños.

Las familias se congregan desde temprano y hacen picnic, duermen la siesta y esperan la fiesta.

Este año, aquella inauguración fue doblemente significativa porque, a la tradición se le sumó el hecho de que es el retorno de la fiesta.  Luego de los encierros del 2020 y del bajón del 2021, anoche la gente salió a las calles y el espectáculo estuvo a la altura.

La del Árbol Gallo es una fiesta de colores.

A mi me encanta ver a las familias que van desde temprano y se instalan en la grama de la Reforma y Las Américas, que llevan sus mantas y su comida y la pasan bien.  Me gustan las ventas de comida y de todo tipo de chalchigüites.  ¿Sabes que me dio mucho gusto anoche? Desde hace años hay un viejito que vende bromas.  Vende juguetes ingeniosos para hacer bromas y trucos.  Pues el hombre sobrevivió a los encierros y ahi andaba ofreciendo sus mercancías.

El viejito de las bromas.

El momento en que se encienden el Árbol Gallo y suena la música es particularmente chulo para ver las caras de los niños.  También cuando empiezan los fuegos artificiales.  Y cuando digo niños, no me refiero únicamente a los que lo son por su corta edad, sino a aquellos adultos que todavía tenemos la capacidad de maravillarnos frente a lo que es maravilloso.  Esta fiesta y otras de la temporada son tan propicias para celebrar la vida; sobre todo ahora que sabemos que nos puede ser arrancada de un plumazo.

A disfrutar entre árboles y luces.

Es una fiesta familiar.

El Festival del Árbol Gallo -de la Cervecería Centroamericana- se celebra desde hace 37 años y sin duda es parte importante del imaginario chapín de las fiestas de fin de año.  En unas semanas serán las Luces Campero y el Festival Navideño en la Plaza de la Constitución.  Cayalá ya está vestida de fiesta y luces. El Departamento de Artes Escénicas de la Universidad Francisco Marroquín celebró Joy.

Nada impide ir y celebrar la fiesta en la calle y con la gente.

¿Qué más viene ahora? La quema del diablo; la fiesta de Guadalupe en mi barrio y en el centro con sus fascinantes toritos; y la Nochebuena con la alegría de los fuegos artificiales.

La cosa es pasarla bien, con los cuates.

Esta vez vimos el Árbol Gallo desde el bulevar Liberación.

Algo que no he mencionado en otras ocasiones es que al final del espectáculo las familias llenan los restaurantes que están a inmediaciones del Monumento a los Próceres en todas las arterias que convergen en ese espacio.  Anoche había colas en casi todos los y habia familas comiendo y disfrutando alegremente.

Júpiter nos acompañó anoche; pero también estaban Marte y Saturno.

Las familias gozan del Festival del Árbol Gallo.

Es tradición que cuando estamos en la fiesta compramos juguetes con luces para darlos a niños a los que intuimos que sus padres no les pueden comprar juguetes y…¿sabes qué? Anoche nos costó encontrar ese tipo de chiquitos.  También es tradición que volvamos caminando a casa por la 20 calle, acompañados por las familias que vuelven de igual forma a sus casas.  Lo triste es que muchas de esas familias no tienen opción porque no hay transporte colectivo en la noche.

Luces y más luces.

Cada quién disfruta y celebra a su modo.

Es una fiesta para el que quiera celebrarla.

Una sóla cosa empaña la fiesta de verdad: la misma gente que disfruta de la celebración sea la gente inmunda que deja el lugar y sus alrededores hechos un asco: pero date una vuelta en la madrugada del 25 de diciembre por la 18 calle; o date una vuelta por La Antigua en la noche del Viernes Santo y vas a ver exactamente de lo mismo.  Date una vuelta por cualquier fiesta de pueblo y ¿qué crees que vas a encontrar? La cultura de la inmundicia por todas partes.

¿Cómo no admirarse del espectáculo?

 

Se celebra con los amigos, con la familia, con la pareja y con quienes se apunten.

Yours truly en el Festival del Árbol Gallo. Foto por Raúl Contreras.

De todos modos, ¡Que estas fiestas y el espíritu celebratorio chapín viva por siempre!…y desde Carpe Diem les deseo a los lectores felices fiestas junto a sus familias y seres queridos, larga vida y prosperidad.

De vuelta a casa, en familia.


31
Oct 22

Halloween, las brujas y la envidia

 

Halloween es una fiesta en la que se celebra la vida y en la que se hace mofa del misticismo; una fiesta en la que se les quita importancia al mal y a los monstruos y por lo tanto es una fiesta que merece ser celebrada.

La de hoy es una noche juguetona en la que -con disfraces- nos burlamos de la muerte y celebramos la vida; en Halloween hacemos nos reímos de las brujas, de la hechicería, de los fantasmas y de otros productos del misticismo.

Bruja de cara blanca saluda a bruja de cara negra. CC BY 4.0 via Wikimedia Commons

Hablando de brujas, y esto es serio, para la mayoría de la gente, su primera asociación con la palabra “bruja” es por medio de cuentos de hadas, de “Macbeth”, o con la quema de brujas, dice Helmuth Schoeck en su libro Envy.  En esa obra, Schoeck explica que desde tiempos inmemoriales la sospecha de brujería o de magia negra ha caído sobre aquellos que tienen un motivo para ser envidiosos -de alguien menos feo que él mismo, de padres con suerte, o de un campesino con una mejor cosecha y ganado sano, etc.  Después de todo, la mala suerte sólo puede caer sobre aquellos que tienen algo que perder: buena salud, belleza, posesiones, familia.  En un intento de entender emocionalmente el problema de la mala fortuna, parecía razonable buscar a personas que pudieran ser envidiosas.

Sigue Schoek: Durante los juicios contra brujas, en Europa, las acusadas eran precisamente personas que, de alguna manera, hubieran levantado sospechas de que eran envidiosas y, por lo tanto, pudieran desearle el mal a otros.  Gradualmente, sin embargo, el hombre envidioso mismo se constituyó en el acusador; y las acusadas pasaron a ser personas guapas, virtuosas, orgullosas y ricas, o las viudas de ciudadanos ricos.  Este doble papel de la envidia con respecto a la brujería es evidente en pueblos primitivos. El forastero, el lisiado, cualquiera que estuviera discapacitado es sospechoso y es considerado como responsable de causar daños.  Empero, el  mismo hombre primitivo es capaz de asegurar que otro miembro de su tribu sólo es rico, poderoso, buen bailarín o cazador sólo porque ha obtenido, mediante magia negra algo que les debería pertenecer a otros miembros de su tribu.

Desde el año pasado, en casa ponemos altar de muertos para recordar a los nuestros.

Algunos antropólogos ven en la brujería creencias que funcionan como válvulas de seguridad, como instituciones entendibles y deseables mediante las cuales son reguladas las tensiones intersociales, dice Schoeck; pero [Clyde] Kluckhohn sostiene que el efecto destructivo e inhibidor de aquellas ideas ha sido enormemente subestimado, y que más que controlar sentimientos agresivos lo que hacen es producir timidez y reducir las relaciones sociales.  Kluckhohn no deja lugar a dudas con respecto a la conexión inmediata entre la envidia y las sospechas de brujería.

En su obra, Schoek cita un trabajo de John  Gillin titulado The Culture of Security in San Carlos. A Study of a Guatemalan Community of Indians and Ladinos y dice: También es generalmente cierto entre las culturas indígenas centroamericanas que la envidia y la codicia son tenidas como anomaías o crimenes.  Los indígenas conocen una clase de enfermedad que es producida por la magia, a la que llaman envidia, enfermedad que es invocada por una persona envidiosa.  La víctima tiene el innegable derecho, reconocido por la comunidad, de matar al su enemigo si puede descubrirlo.  Por esa razón es inconcebible que alguien admita su envidia.

Los niños y adultos trajeron buenos disfraces y mucha alegría; y el gato los recibió con chocolates.

Decidí compartir con ustedes estas lecturas para añadirle a la celebración de hoy un toque adicional al carácter festivo y lúdico que tiene, porque a ratos sospecho que la envidia es un sentimiento muy presente en la sociedad guatemalteca.  Eso sí, que conste, que el hecho de haberme puesto solemne no quiere decir que no me disfrute la fiesta de las calabazas, los gatos negros, las escobas, los disfraces y las telarañas.

En casa ya está listo el 90% del fiambre para el almuerzo de mañana; hoy celebramos la Brujitas´ Nite y tenemos monedas de chocolate para los niños vecinos que salen a pedirlos en la tarde.


15
Sep 22

¡Potluck chino de independencia!

 

Desde hace varios años, en casa es tradicional celebrar este día con un potluck chino de Independencia.  Nos juntamos varios amigos y comemos comida china para el almuerzo, antes de ir a la ceremonia de arriada de la bandera.

Esta fue la primera ronda del potluck chino de Independencia en 2022.

En casa, con algunos amigos, nos encanta celebrar el 15 de septiembre, Día de la desvinculación de la monarquía hispánica. El pretexto común para la fiesta es el de celebrar a la patria; y no deja de ser conmovedor aquel patriotismo cándido que pasa de generación en generación, porque tu patria es donde está enterrado tu mux.  Sospecho, sin embargo, que en el fondo lo que celebramos en estos días es la vida, o la maravillosa posibilidad de celebrar.  El hecho de que uno pueda hacerlo con quien uno elige y el hecho de que uno se puede divertir y pasarla bien.  Se vive plenamente cuando se disfruta la vida. Sobre todo después de la experiencia amarga de los encierros y prohibiciones del 2020.

¿Qué es un potluck y por qué es chino el nuestro?

En la costa sur es tradicional que, luego del desfile del 15 de septiembre la gente vaya a almorzar a algún restaurante chino.  De modo que en mi casa y con algunos amigos, tenemos la costumbre de juntarnos en este día para almorzar y cada quién trae un plato chino distinto en un orden espontáneo, su plato favorito, de su restaurante favorito.  La idea es comer distintos platillos y celebrar antes de irnos a la plaza de la Constitución para la ceremonia de arriar la bandera y para ver las bandas escolares. Un potluck, por cierto, es lo que en buen chapín llamamos fiesta de traje.


15
Sep 22

El acto de arriar la bandera y las bandas estudiantiles

 

La plaza de la Constitución estuvo alegre -a pesar de la lluvia pertinaz- porque los chicos y las bandas llegaron para asistir al acto de arriada de la bandera nacional.  La Sexta avenida y la plaza estaban llenas de gente y había ambiente de fiesta.

Los cadetes llegaron puntuales para la ceremonia y hubo fuegos artificiales.  Entonamos el Himno Nacional…e hizo falta el Himno de Centroamérica. No hubo tenor.

Banda en la Sexta avenida al concluir el acto de arriada de la bandera.

Llegó el alto mando del ejército; pero no estaba el Presidente.  Técnicamente no es que hiciera falta, pero quizá por respeto a los estudiantes que llegaron empapados y a los cadetes también estuvieron bajo el agua, hubiera sido bueno que estuviera ahí.  Total, parte de la gracia de ser el jefe del estado es servir como símbolo en estas ocasiones.

Si me preguntan el acto estuvo deslucido.  Como ayer, hicieron falta las salvas de artillería.  El arreglo del Himno Nacional estuvo fatal.  ¿Vas a creer que pusieron un disco de marimba en vez de tener una marimba de verdad? ¿Vas a creer que el Palacio Nacional no estaba iluminado y la Catedral sí?

El Palacio oscuro y la Catedral bien iluminada.

Repito, como escribí ayer, que tiene su mérito el rescate de esta fiesta; y por eso mismo pienso que la ceremonia de este día no debería haber sido descuidada.  Sobre todo porque los violentos y sus mensajes de odio y muerte se hicieron presentes durante el día. Me recuerdan el espeluznante grito de ¡Viva la muerte!, por José Millán-Astray.

¿Y qué sustituiría a la ley? ¿La arbitrariedad? ¿La legislación? ¿Que fijación tiene esta gente con la muerte?

¿Qué quieren? ¿Dictadura? ¿Anarquía? ¿Cómo puede haber aborto legal, como pide esta pinta, sin ley, como exige la pinta de la foto anterior?

Con todo y todo, es alegre ver las bandas y a la gente, las familias y los niños que las aplauden.  MIs respetos a los estudiantes que acuden a la arriada de la bandera, sobre todo cuando llueve como suele llover en septiembre.

Chapó y gracias por una fiesta que disfrutamos grandes y chicos.

¡El año entrante será mejor!…y no faltará el entusiasmo en los estudiantes y en las bandas, en quienes acuden a las antorchas y en las familias que disfrutan de estas fiestas.


14
Sep 22

La fiesta de las antorchas y de las bandas

 

Cada 14 de septiembre miles de guatemaltecos de todas las edades y de todas las condiciones nos reunimos en la plaza de la Constitución y en el monumento a los Próceres de la Independencia, para celebrar la víspera del aniversario de la desvinculación de Guatemala de la monarquía española.

Es una fiesta familiar, sana, pacífica y llena de alegría.

Los niños disfrutan mucho esta fiesta. Haz clic en la foto para ver más fotos.

A la plaza llegan bandas escolares que recorren las calles de la zona 1 para presenciar la izada de la bandera nacional a las 6:00 p. m. Es alegre ver la multitud y variedad de bandas que van llegando al lugar y ocupan sus lugares de forma ordenada y espontánea.  Este año extrañamos mucho los cañonazos al momento en el que los cadetes de la Escuela Politécnica izan elevan la bandera al son de la Granadera.  Entiendo que este año no hayan llevado la artillería de salva a la Plaza, pero ojalá y el año entrante si la haya.  Es muy divertido ver a los niños que se gozan ese momento y hay que ser un poco niño para disfrutar plenamente de estas fiestas.

Una banda, una familia.

Los himnos de Guatemala y Centroamérica son entonados en el acto.  Este año, el tenor Gustavo Palomo cantó el Himno Nacional acompañado de la banda sinfónica del Ejército; pero no cantó el Himno de Centroamérica.  Eso fue mala idea porque la mayoría de la gente no conoce ese himno cuya letra es muy chula.

Luego es leída el acta de Independencia y hay fuegos artificiales.  No se si este año habló el presidente Giammattei porque dejamos la Plaza al concluir los himnos.  Quienes visitan este espacio saben que no soy fan del Presidente; pero este es un buen momento para agradecerles a él y a la Municipalidad capitalina que hayan rescatado esta fiesta.  En el 2020 no se hizo por los encierros y el miedo; y el año pasado se hizo a medias debido a los violentos que amenazaron los festejos.  Esta fiesta le pertenece a la gente, a la gente pacífica y a las familias y debe ser protegida.

Las de la plaza de la Constitución y del monumento a los Próceres son fiestas familiares. Haz clic en la foto para ver más fotos.

Al abandonar la zona uno nos dirigimos a la zona 10 y estacionamos en la 13 calle para caminar sobre la Avenida de la Reforma hacia el monumento a los Próceres, u Obelisco en donde se reúnen miles de personas para encender antorchas y llevarlas a sus poblaciones, barrios, colonias, iglesias y demás.  Como pueden ser un papá, una mamá y su pequeño hijo, pueden ser grupones de…que se yo…treinta, o más. personas.  De todas las edades. De todas las condiciones.  Todos unidos en la fiesta por el deseo de pasar buenos momentos, y divertirse en paz con alegría.

Se que es cuestión de gustos y se que mucha gente disfruta el espectáculo montado en el lugar; pero yo prefiero ese fiesta espontánea, sin la mayor intervención posible de burócratas por bien intencionados que sean.  La fiesta ocurre de forma ordenada y pacífica sin necesidad de gastos superfluos, ni de organizadores, ni animadores.   Es cosa mía.  También era alegre cuando no vaciaban la fuente y llegaban muchos jóvenes a meterse a agua porque eso les divertía.  Pero es cosa mía.

¿Sabes qué es lo que más disfruto de estas fiestas?  A las familias y a los niños.  Hay que ser algo niño para disfrutar. plenamente estas celebraciones populares y callejeras.  Hay que abandonar la burbuja ideológica y la burbuja habitual para valorar la celebración colectiva, sobre todo en una sociedad en la que los violentos no descansan y en la que no siempre es fácil ganarse el pan.

Hay que ser un poco niño para maravillarse con  estas fiestas. Haz clic en la foto para ver más fotos.

¿Cuál fue el pelo en la sopa? Es que a veces cae un pelo en la sopa.  Pues, ¿vas a creer que mucho escenario, muchos espectáculos y todo…pero la llama de la libertad, en el Obelisco estaba apagada?

El pebetero estaba apagado.

¿Por qué es que eso es importante? Porque la placa que acompaña a la llama, ahora ausente, dice: Guatemalteco, esta llama simboliza nuestra suprema aspiración de libertad y de justicia. Venérala, respétala no permitas que se extinga nunca. Esta no es una fiesta vacía y tiene contenido.  Un contenido que heredan los niños que van a la plaza de la Constitución y los chicos que van con bandas; uno que heredan los niños que van al monumento a los Próceres y corren con antorchas. Uno que heredan los que no tienen por qué crecer en una sociedad de odio y de resentimiento, en una sin violencia y en una con justicia…en libertad.

Se que lo de las bolsas con agua divierte a muchos; pero esa novedad tiene dos desventajas: Primero, que es invasiva porque te cae agua sin pedirla y eso podría generar roces innecesarios; y segundo, porque es un basural, las bolsas ensucian la ciudad y las carreteras sin necesidad alguna.

Abajo, mi participación en Libertópolis sobre este tema que me encanta:

Y ya. para finalizar…porque mañana también hay fiesta, ¿ves a lo que me refiero con los violentos?

¡Viva Guate, y viva la libertad! Por todo lo que es bueno, lo que es bello y lo que es pacífico.


10
May 22

A Nora en el Día de las madres

 

Un día pasé por su casa y estaba feliz porque ayudaba a uno de mis sobrinos con su álbum del Mundial. Si hubieras visto las chispas que salían de sus ojos cuando contó que ya solo les faltaban 26 estampas, sabrías por qué es que es imposible no sentir admiración y cariño por esta octogenaria que sabe cómo apasionarse como niña.

La admiro porque ha llevado la adversidad con dignidad; porque cuando faltó mi padre no se intimidó y porque si lo hizo, sus hijos no nos enteramos. La admiro porque sabe ser la voz de la razón, en medio de la confusión; porque sabe conservar la serenidad, en medio del caos; y porque siempre tiene palabra de consuelo para cuando hacen más falta.

La admiro porque es generosa, paciente, comprensiva y alegre. Aunque fracasó miserablemente en enseñarme a bailar, nunca se desanimó en esa empresa. Y aunque ella baila fabuloso, nunca se avergonzó de que su primogénito tuviera dos pies derechos.

Sin duda que Nora tiene un manual de cómo ser madre… y lo aplica en su versión de cómo ser abuela. Sus nietos la adoran y sé por qué. Porque contagia alegría, porque no pierde la cabeza y porque sabe lo que es la justa medida.

Que sea divertida, generosa y paciente, no quiere decir que no sepa cuándo apretar el tornillo. Una mirada suya solía ser suficiente para evitar travesuras y conductas infantiles. Y si la mirada no bastaba, pues ahí iba un pellizco seguido de la sentenciosa frase: Te-es-tás-lu-cien-do.

¡Nadie! hace mejor fiambre, mejor lasaña, mejores pays, ni mejores galletas que ella. Se goza igual, una tortilla con sal, que cualquiera de las comidas que he mencionado antes; y tiene un green thumb increíble para los culantrillos.

Estuvo a mi lado estuvo cuando me dieron varicela, hepatitis y malaria; estuvo de mi lado cuando perdí un año en el colegio y cuando perdí mi primer empleo; estuvo cuando perdí a mi padre y cuando me le escapé a la parca. Ha sabido estar en las buenas, y se las arregla para estar en las malas. Sabe cuándo hay que abrir una botella de vino, y sabe cuándo es mejor que haya silencio. Nora se ve menuda, pero siempre ha sabido cuidar a sus cachorros.  Todavía es como el conejito de Duracel…pero en cámara lenta.  Sólo…no te dejes engañar. por las apariencias.

A quien se le acerque, con cariño, siempre ha sabido ofrecerle un hogar feliz y un rincón a su lado; y aunque a veces no todo ha salido bien, lo cierto es que donde ella está, siempre hay lugar para la alegría, para la luz, para las cosas algo locas, para los aromas y sabores olímpicos y para la generosidad.

A Nora, y a todas las madres: ¡Feliz Día de la madre!


11
Dic 21

No me quedé sin toritos

 

Mi barrio es la Villa de Guadalupe donde hoy es fiesta; y hubo toritos, gigantes, bailes como es tradición.

Debido a los encierros y las prohibiciones del año pasado, la celebración fue bastante sencilla; y en 2019 había sido peor.  Me alegro de que la tradición de estas fiestas sea rescatada y que la gente del barrio esté dispuesta a echar la casa por la ventana como se dice en buen chapín.

Ya sabes, en Guatemala las fiestas se adornan con pólvora y la de Guadalupe no es la excepción.

Estoy seguro de que el año entrante será muy bueno en términos de fiestas populares y tradicionales.  Esto es importante porque las tradiciones no sólo nos dan un sentimiento y una sensación de comunidad; sino que cumplen una función sanadora frente a la desesperanza y a la inestabilidad. Aromas, alimentos y sonidos, texturas y colores, así como rituales nos traer recuerdos y nos invitan a reflexionar.  Fuegos artificiales, costumbres,  disfraces y más son parte de aquel acervo rico y enriquecedor.

Si visitas con frecuencia Carpe diem, sin duda sabes que mi elemento favorito de las fiestas populares son los toritos.  ¡Amo los toritos!

Cuando yo era niño, las historias de mi tía abuela, La Mamita, acerca de toritos durante las fiestas tradicionales disparaban mi imaginación. Yo tenía muchas ganas de ver toritos y no fue hasta hace relativamente pocos años que vi el primero en San Juan del Obispo. Desde entonces pocas cosas me emocionan y divierten tanto y me ponen tan contento como salir a buscar toritos y verlos desplegando sus luces y sus colores entre la gente que se les acerca y les huye.