Lorocos y pitayas

En casa, hoy fue inaugurada oficialmente la temporada de lorocos y pitayas.  Hicimos spaghetti con lorocos y pitayas con Triple-sec.

En Guatemala los lorocos son propios de la cocina del oriente del país.  Cuando yo era niño eran muy escasos; pero ahora abundan bastante.  Se comen los botones; ni muy tiernos que estén verdes y duros, ni cuando ya se han abierto los pétalos. Esto es muy importante porque los que son muy tiernos y los tallos saben fatal.

Tradicionalmente se comen con pollo, en dobladas, en chuchitos o con arroz; pero en casa también los hacemos como salsa para spaghetti y en pizzas. El de la foto es spaghetti con salsa de lorocos que se prepara con facilidad: en mantequilla cristalizas cebolla, añades los lorocos bien selaccionados, sazonas con sal y pimienta y los cueces de modo que queden no recocidos,y luego añades crema de la mejor.  En casa usamos crema de Acul, Quiché.  Hoy los servimos con aguacates sazonados con sal negra de Sacapulas.

Recuerdo los lorocos desde que era niño y en casa los hacían con pollo para el almuerzo en tanto que, para las cenas, los hacían con arroz, o en empanadas.  Como eran escasos, también eran proporcionalmente caros, así que, cuando había lorocos era fiesta.

¿Y qué hubo de postre? ¡Pitayas con azúcar y Triple-sec! Que es uno de mis postres de frutas favorito.

A las pitayas se las conoce como frutas dragón, y en Honduras, creo,  hay una cueva, habitada por murciélagos, de la cual salen ríos de sangre.  Sangre que no es otra cosa que los excrementos de aquellos quirópteros alimentados con estas frutas maravillosas.

Aquella historia la leí en uno de mis libros de lectura en la primaria. Imagínate qué sentían los antiguos habitantes de esas tierras cuando veían ríos de sangre saliendo de Xibalbá. Y, tras de aquellos flujos, a los mismísimos mensajeros del inframundo, quizá millones de zotz.

Lo que destaca de las pitayas que conocemos es su color extraordinario; porque, para ser justos, su sabor no es la gran cosa.  En casa eso lo resolvemos al añadirles azúcar y un toque de Triple-sec.

¿Sábes qué ya está cerca? La temporada de anacates.

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