10
Ene 20

Los incendios en Australia

Una canción de Men at Work dice: Do you come from a land down under?/ Where women glow and men plunder?/ Can’t you hear, can’t you hear the thunder?/ You better run, you better take cover; y cuando yo veía las imágenes de koalas y canguros en los incendios de Australia, pensaba en qué ha de ser espantoso correr y resguardarse de fuegos así.

Por eso me dio rabia que autoridades en Australia hayan arrestado a unas 200 personas por iniciar, ¡deliberadamente!, algunos de los incendios que han devastado el país. Según el codirector del australiano Centro Nacional de Investigación en Bushfire y Arson, alrededor del 85 por ciento de los incendios forestales son causados ​​por humanos, de forma deliberada, o accidental.

Incendiarios captados en Melton West. Foto por theage.com.au

Por ahí, sin embargo, hay quienes afirman que se exagera el papel de los incendiarios y que el verdadero culpable es el cambio climático antropogénico.  Afirmación que sirve a la agenda destruccionista que asegura que los seres humanos somos un cáncer en el planeta. El tipo de gente que luego de que el tsunami de 2004 en Tailandia, devastó comercios y viviendas en una playa, pudo afirmar que La naturaleza ha regresado a nosotros. Quisiera que se quede así para siempre. ¡¿Puedes creerlo?! ¡Más de 150 mil muertos en aquel desastre, y los amantes del mar y la arena estaban en jolgorio!

En Guatemala, como en la Amazonia, los incendios forestales suelen estar vinculados a las rozas y muy relacionados con la pobreza y la economía de subsistencia.  Que no es lo mismo que los fuegos causados por irresponsabilidad, o por ideología.

El peligro de no identificar las causas de aquellos incendios, no sólo está en servir a los propósitos de los que creen que deberíamos comer insectos; hablar de todes y todx y condenan las ciudades, la cultura, la industria, la tecnología, el intelecto y aboga por el regreso de los hombres a la naturaleza, al estado de subanimales que gruñen y que cavan el suelo con sus propias manos. El peligro de no identificar las causas de aquellos incendios es que puedes ignorar la realidad; pero no las consecuencias de ignorar la realidad.

Columna publicada en elPeriódico.


09
Ene 20

Niños que abandonan la escuela

No te imaginas la tristeza que me dio al leer que más de 3.6 millones de niños y jóvenes que podrían asistir a un centro educativo no lo hacen y que en Huehuetenango, Quiché y Totonicapán son los departamentos con más inasistencia escolar.

Da tristeza porque aquella información confirma que la gente (los padres y los adultos jóvenes) no valoran la educación.

La foto es de elPeriódico.

Algunas personas ponen el carruaje antes que el caballo y piensan que la abundancia de personas educadas atrae inversión productiva; pero en realidad ocurre al revés.  La inversión productiva -que genera empleos atractivos- es la que también genera incentivos para valorar la educación que da acceso a aquellos empleos atractivos.

Dáme un momento y sígueme en esta.  ¿Está claro que la educación es un valor? Un valor es todo aquello que queremos adquirir, o conservar; pero hay un detalle importante: los valores son personales y son temporales.  Es decir que las personas valoramos cosas distintas, en tiempos distintos.  La educación, pues, tiene valor para quienes la valoran, cuando la valoran (es decir para quienes quieren conseguirla, o conservarla) ; y, por consiguiente, no tiene valor para quienes no la valoran (es decir para quienes no la quieran, ni conseguir, ni conservar).  ¿Está claro que personas distintas tienen valoraciones distintas en tiempos distintos?

Hay quienes creen que la gente valora mal; y que la gente debería valorar lo que ellos valoran.  Por eso creen que pueden, ¡y deben! imponer sus valoraciones sobre los demás.  Ya sabes, forzar a las personas a cambiar sus valoraciones para que valoren otras cosas.  ¿Qué hay de inmoral en aquellas creencia y práctica coercitiva? Que impide que las personas tomen decisiones de acuerdo con su mejor juicio y las infantiliza, las hace dependientes, anula su individualidad y su carácter de personas. Las hace objetos de valoraciones ajenas.

Sospecho, con mucha tristeza, que quienes abandonan las escuelas lo hacen porque no les ven valor, ni provecho a la educación (o sus padres no les ven valor, ni provecho a la educación) y tienen otras prioridades.  Trabajar para comer, por ejemplo; y este estado de cosas no es a causa de que no haya suficientes escuelas, ni maestros que valgan la pena; ni siquiera de que los pensa de estudios sean obsoletos, o ideologizados.  Es a causa de que mucha gente percibe que el costo  (económico, de oportunidad y emocional) a corto plazo de pasar seis años en la primaria; y cinco, o seis años más en la segundaria, no vale la pena en el largo plazo.  Porque….¿dónde es que va a trabajar la gente si no hay ofertas de trabajo?  Y no hay ofertas de trabajo porque no hay inversión productiva; y no hay inversión productiva porque no hay capital; y no hay capital porque no hay ahorro. Además la criminalidad y las extorsiones acaban con emprendimientos; las carreteras en mal estado y los túmulos encarecen el transporte; los impuestos para mantener a la clientela del sector público distrae recursos del sector productivo; la administración de justicia no es de fiar; y así nos vamos.

¿Viste? No es cuestión de construir más escuelas; darles más dinero a los burócratas de Joviel; o de imponer pensa de forma centralizada para que la gente valore la educación.  Es cuestión de que la gente identifique que, si se educa, o educa a sus hijos, estos van a tenere acceso a las oportunidades que demandan gente educada.

¿Quieres un ejemplo? A principios de los años 70 las mujeres que trabajaban en el servicio doméstico empezaron a dejar sus empleos para ir a trabajar a las maquilas.  Dejaban empleos poco valorados a cambio de empleos mejor valorados; y no es que las mujeres del servicio doméstico estuvieran capacitadas para coser; sino que las empresas que les ofrecían trabajo, también les ofrecían capacitación (educación). El caso es que consigueiron empleo, porque había trabajo, no porque estuvieran capacitadas.

Sospecho que, con el tiempo, las más chispudas entre ellas mejoraron sus empleos y sus ingresos en la industria de la maquila, o se movieron a otras oportunidades (cuando las había); y por supuesto ¡Pánico entre las amas de casa!

Pero se beneficiaron las mujeres que se fueron a las maquilas porque mejoraron sus empleos y sus ingresos. ¿Quiénes más se beneficiaron? Las mujeres que no tenían trabajo y querían empleo como domésticas, aunque no estuvieran capacitadas (educadas).  ¿Quién les dió la educación o instrucción necesaria? Pues sus empleadores El caso es que consiguieron trabajo, porque había empleo, no porque ya estuvieran capacitadas.

La educación, pues, sólo tiene valor si quienes la reciben le encuentran valor.


08
Ene 20

Efectos de la ley antiadopciones

Una bebé muerta, con su boquita tapada con cinta adhesiva para que no se oyera su llanto,y envuelta en una bolsa negra, fue encontrada en el parque de Barberena, Santa Rosa, bajo el árbol de Navidad.  ¡Que un mal rayo parta a quienes hicieron eso!…y que otro mal rayo parta a quienes legislaron y promovieron la legislación que hace casi imposible (legalmente) que una madre, o una persona que no quiere, o no puede criar un niño, le busque y le encuentre una familia que quiera y pueda criarlo.

Lugar, en Santa Rosa, donde fue encontrada la bebé. La foto la tomé de http://bit.ly/2T1nWpX

Mi primera reacción cuando leo historias como aquella es que qué clase de bestia abandona así a un bebé, en lugar de, por ejemplo, dejarlo en una iglesia a resguardo del frío y con posibilidades de que sea encontrada la criatura.

La segunda es que sin la ley antiadopciones es posible que estos bebés no deseados pudieran encontrar un hogar y una familia que los deseara y amara; en vez de terminar como basura.  Una ley de adopciones que no fuera ideológica y que facilitara el encuentro y arreglo entre padres que no quieren hijos (o no pueden tenerlos en este momento) con personas que les darían, amor, hogar y todo lo mejor que pudieran darles evitaría muchos de estos casos espantosos y tristes. No evitaría todos los casos, claro, pero les daría una salida a quienes ahora no tienen más opción que la del caso que inspira esta entrada.

Cuando leo historias así, de verdad deseo que los que promovieron e hicieron la ley antiadopciones no puedan dormir en las noches a causa de los llantos de quién sabe cuántos bebés que terminan deshechados, porque se les negó la posibilidad de ser adoptados.  Todos aquellos que creen que la maternidad puede y debe ser forzada, merecen no dormir en las noches.


03
Ene 20

Religión y economía

La praxeología es la ciencia de la acción humana; y la economía nos da el conocimiento necesario para comprender la relevancia de la acción humana consciente y con propósito. ¿Por qué es que la religión no habría de ser objeto de exploración económica? No sólo la religión (abstracta y mística) como prefilosofía, sino aquella como un medio que usan las personas para conseguir fines que valoran (concretos y pedestres).

Aquello hacen Rachel McCleary y Robert Barro en The Wealth of Religions.

Escucha el podcast aquí.

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Su capítulo titulado When Saints Come Marching In cuenta la historia de Pedro de Betancur; y como todo el libro, está lleno de data valiosa que el estudioso puede aprovechar. ¿Sabías que en 1964, en Guatemala, 8.2% personas decían ser evangélicas y que actualmente la cifra es de 40%? ¿Sabías que una forma de combatir ese crecimiento que se da en toda América Latina es la multiplicación de santos por parte de la iglesia católica? McCleary y Barro dan data abundante al respecto. La competencia es tal que Juan Pablo II llamó a los evangélicos lobos rapaces que están acechando a los católicos latinoamericanos para alejarlos de la iglesia de Roma. Ya desde 1824, Leon XII condenaba la tolerancia religiosa y la libertad de conciencia ante los peligros metodista y presbiteriano.

Profetas y mártires de Quiché.

Recientemente, la producción de santos en el contexto de una religiosidad popular se ha fortalecido como instrumento de competencia. La fabricación de santos del pueblo y la idea de rescatar el share del mercado perdido, las vi evidentes durante mi visita a Quiché, en agosto pasado. Incluso la creación de una nueva categoría de candidatos a santidad, creada por Jorge Bergoglio (llamada oblatio vitae) le facilita al Papa promover una ideología política sobre qué es un católico ejemplar; y Oscar Romero, así como beatos y santos del altiplano guatemalteco son prototipos.

Candidatos a beatos, en Quiché.

La iglesia católica (la empresa corporativa más duradera del mundo) se esfuerza, en parte por medio de la creación de santos, para mantener su poderosa posición mundial al actuar de manera más efectiva contra el protestantismo, comentan McCleary y Barro.

Columna publicada en elPeriódico.


01
Ene 20

¡El primer desayuno de 2020!

¡Llegamos a 2020 y llegamos desayunando tamales! ¡Ah, que dicha!  Para mí, la tradición de desayunar tamales en el primer día del año no sólo es una experiencia deliciosa y encantadora para los sentidos, sino una ceremonia de conexión con mi pasado, mi presente y mi futuro.  Es un acto de encontrarme y celebrar la vida.

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Anoche disfrutamos de la pirotécnia chapina en casa luego de visitar amigos y familia.  Ya sabes, la mejor parte de las fiestas del fin de año es la de compartirlas con las personas que amamos y valoramos y al llamado de ¡Salúd!, ¡L´chaim!, o lo que sea confirmar por qué es que amamos y valoramos a esas personas.  Recordar aventuras, alegrías y tristezas; crear nuevos recuerdos y abrazarnos con cariño.

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¿Por qué es que los tamales son símbolos importantes para mi?

¡Quienes me conocen pueden imaginar lo feliz que soy cuando abro las hojas de maxán  y me encuentro con los colores brillantes de estas delicias de la cocina guatemalteca!  Al mismo tiempo, los aromas intensos de los tamales colorados y negros  invaden mi cuerpo y mi mente y me llevan por un laberinto de recuerdos y alegrías.  El momento culminante  es cuando la masa gentil y el recado glorioso llegan a mi paladar.

Quienes visitan Carpe diem, desde hace tiempo, saben que valoro mucho las tradiciones como formas de mantener puentes con los recuerdos, el pasado y con quienes nos precedieron; así como con el futuro y quienes nos sucederán.

En ese laberinto de recuerdos (que a veces es vorágine), tengo la dicha de acordarme muy bien de los tamales de mi bisabuela, Mami; y de los de mi tía Baby; y de los pequeños, de 2 x 2 pulgadas y perfectamente doblados que  mi tía abuela, La mamita, nos hacía a los niños.

Los tamales de fin de año, en Guatemala, son colorados y negros.  Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolí) y, en el caso de los negros, con chocolate y anís. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, gallina y pollo e incluso de res.   Eso sí a mí me gustan más los de cerdo, y los de pato.  En ciertas regiones -especialmente en la Costa Sur- no se usa el recado del altiplano, sino una especie de mole.

Los tamales tienen raíces precolombinas, y fueron elevados a la décima potencia cuando se le añadieron ingrediente de Occidente. Del Nuevo Mundo son el maíz, los tomates, los chiles, y las hojas de maxán en las que son envueltos.  Los tamales negros, además, llevan chocolate. Del Viejo Mundo son las almendras, las pasas y las ciruelas. En los murales de San Bartolo puedes ver a una mujer ofreciéndole tamales al dios del maíz.

La gracia de los tamales no está sólo en la masa y en el recado, sino en la forma de envolverlos y amarrarlos.  Son una experiencia para todos los sentido.  Un tamal que no ha sido envuelto y amarrado elegante y apropiadamente pierde algo de su encanto. A mí, por cierto, me gustan más grandes que pequeños, y me gusta que la masa no sea muy espesa.

Hacer tamales es algo muy elaborado. Hay que lavar y asar las hojas. La masa tiene su propia ciencia y es cocida tres veces de tres formas distintas.  El recado lleva varios ingredientes que hay que asar y sazonar con mucho talento. Como siempre, el éxito de un tamal se halla en el balance de ingredientes, en la calidad de los mismos y en la pasión que se pone en ellos.

Desde mediados de los años 80, en casa comemos los de doña Estelita de Alburéz que son basados en  la receta de su madre en San Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.

…y este año, como en otros, L´chaim.  ¡Gracias a quienes me han acompañado! ¡Gracias a quienes me han tenido paciencia! Y como dice la canción…gracias a la vida, que me ha dado tanto.