Murales del San Bartolo en el Munae

Los murales de San Bartolo son extraordinarios, de verdad.  Muestran textos mayas antiquísimos (seguramente entre los más antiguos que hay), muestran un temprano, y avanzado nivel cultural y artístico de sus autores, y son bellísimos. Partes de ellos están en exhibición en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología; y te recomiendo que los visites.

En los fragmentos de arriba vemos al dios solar que lleva en su mejilla el signo Kin.  Está representado como un águila con grandes garras y aspectos del Dios Pájaro Principal. Detrás de esta figura está el dios Akan, deidad de la ebriedad, del pulque, o de la chicha que, en su frente lleva un ojo con sangre y un hueso, y su mandíbula está descaranada.  Sobre su frente lleva, además, un mechón de pelo decorado con cuentatas.

El templo que hay sobre la pirámide, en San Bartolo, era un espacio ritual para sacerdotes y, por lo tanto, sus epigrafía e iconografía no sólo son más complejas, sino que la paleta de colores es más rica e incluye púrpura, marrones y verdes.  En sus fragmentos -arriba- se identifican montañas sagradas, sacrificios, plantas florecientes y fertilidad.  De verdad que los colores llaman mucho la atención.

Mi favorito es el mural norte (la foto de arriba) que ya conocía bastante bien porque asistí a la conferencia que su descubridor, William Saturno, ofreció en la Universidad Francisco Marroquín (en 2006); y porque en el Museo Popol Vuh hay una reproducción estupenda por Heather Hurst. Este no está en el Munae, pero está muy bien reproducido e ilumnado para mostrar sus detalles fascinantes.

Es una escena fabulosa que ocurre en el supramundo, en una cueva sagradas y muestra al dios del Maíz y a su novia que reciben tamales y agua.  Muestra una cueva, en una montaña donde hay serpientes, jaguares y mucha vegetación; y a la vez es un lugar mitológico orignario y fértil. Yo siempre digo que la escena de más a la izquierda es el Big Bang maya, porque es una calabaza haciendo explosión y de la cual salen dioses, u hombres, con sus cordones umbilicales y cubiertos de sangre.

Hablando de sangre, en la escena de arriba, el héroe Ju´un Ahaw, deidad patrona de los reyes, hace sacrificio de sangre punzándose el pene.  ¿Sábes algo? Se que es un gran tema en sí mismo; pero me llamó la atención la escasa referencia a sacrificios humanos que hay en el Munae. Se que quizás es un tema políticamente incorrecto; pero, ¿tanto como para casi ignorarlo?

De paso…la exhibición de las piezas de San Bartolo está muy bien curada.  Se aprecian bien las piezas y hay información rica al respecto.  ¡Felicitaciones!  Igual, ¡Kudos! a quienes son responsables de la exhibición sobre Kaminaljuyú que está a la entrada de las salas.  Da mucho gusto pasar por ahí.  Casi no se queda atrás la exhibición de piezas maestras.  Lástima que el resto del museo esté casi igual que como estaba la primera vez que lo visité, con mi padre, a principios de los años 70.

Cierro estos comentarios con otra escena de San Bartolo, una entronización y con la invitación para que visites el Munae y goces de estas exhibiciones.

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