El viejo amigo y maestro , Joe Keckeissen, está luchando por la vida contra los efectos de tres derrames. Tres no han podido con él porque Joe parece frágil, pero no lo es.
A sus más de 80 años, él podía dar clases mejor que cualquiera y viajaba de Xela a Guatemala y viceversa, en camioneta. No en pullman, sino en chicken bus. Recientemente, si uno le preguntaba que cómo estaba tenía dos respuestas: Cada vez más viejo; …o mi favorita (por el sentido del humor que lo caracterizaba): Ya hablé con el jefe de los gusanos, y le dije que no espere mucha comida.
Conocí a Joe a principios de los años 80, en la Universidad Francisco Marroquín, cuando me incorporé a la Sociedad Guttemberg que él dirigía. En ella, como en sus clases, compartía con estudiantes ansiosos, y generosamente, sus conocimientos sobre la Escuela Austriaca de Economía. Y compartía el orgullo que sentía de haber sido discípulo de Ludwig von Mises en Nueva York. Joe tenía el don de transmitir su pasión por la libertad y su respeto y admiración por el economista austriaco. La Sociedad Guttemberg fue la predecesora del Mises Team que dirigió durante la primera década del Siglo XXI.
Esta es una entrevista que mis amigos Luis Adolfo y José Eduardo, miembros de la SG, le hicieron en 1982.
Eso sí, como aquellos eran otros tiempos, las sesiones de la Sociedad, luego de ensayar alguna obra de teatro, o de empezar algún tipo de discusión, terminaban en la cafetería Pecos Bill y no concluían hasta que ya no cabían cervezas en la mesa. Para Joe, el bien económico por excelencia es la cerveza.
Joe es salesiano y fue instructor de artillería. Es muy engañosa su apariencia frágil; porque Joe lleva consigo un espíritu fuerte y generoso.
Su más reciente contribución a la causa de la libertad son sus valiosas introducciones sobre la opus magna de Mises: La acción humana, durante el seminario que, durante este año, celebramos con la lectura de aquel tratado de Economía.
Este maestro admirado y querido por muchos está dando batalla, y seguramente el jefe de los gusanos va a tener que esperar. Y los que le tenemos cariño y respeto, esperamos poder darle un abrazo pronto.