25
Ago 09

Dos bandas bajo mi ventana

Como vivo en un barrio antiguo de la ciudad de Guatemala, hay mucha actividad pueblerina bajo mi ventana. Procesiones, desfiles, ventas de atol, feria y otras prácticas alegran la vida insegura en el Valle de la Ermita.

El domingo pasado, dos bandas escolares desfilaron bajo mi ventana. No bajé a preguntar, pero supongo que es en preparación para las festividades del 15 de septiembre cuando se celebra la Independencia de Centroamérica. Dicha efemérides involucra desfiles de esta naturaleza -que es lo que realmente le gusta a la gente- y otras actividades que la posmodernidad ha tratado de convertir en costumbres.

En los pueblos no faltan los concursos de distinta naturaleza, los bailes, y una de mis favoritas que es la de las carreras con la llama de la libertad.

Allá por 1975 estuve así de cerca de desfilar con ocasión del 15 de septiembre. Asistí a todas las prácticas; pero a la hora de la hora mis padres se fueron al mar y tuve que elegir: ¿mar, o desfile? ¿mar, o desfile? ¿mar, o desfile?…y ganó el mar. Claro que después, en el colegio, tuve que pagar las consecuencias; pero la verdad sea dicha, ni siquiera recuerdo cuáles fueron.

A la larga supongo que ir a desfilar hubiera sido una experiencia divertida. Y es que no conozco a nadie de mi generación que haya marchado, y que no recuerde con cariño y nostalgia sus días de desfiles septembrinos.

24
Ago 09

¿Por qué hay alguna hostilidad contra ProReforma?

Desde hace varias semanas, casi no hay día en el que no haya un artículo de opinión que comente ProReforma; lo cual es buenísimo. Los temas que aborda el proyecto llaman a mucha reflexión de modo que su cuestionamiento y su discusión son muy valiosos. Empero, hay comentarios que no pasan de ser simplemente ataques, y estos generalmente vienen de parte de grupos de interés. Y lamentablemente muchos de esos ataques son por lo que los atacantes dicen que es ProReforma, y no por lo que es el pryecto. Los indigenistas lo atacan porque no se ocupa de sus intereses; los ecologistas hacen tres cuartos de lo mismo; algunos militares creen que es la semilla del anarquismo, la intelligentsia se incomoda porque el proyecto demanda integridad, porque no se parece a nada conocido, o porque no ha sido diseñado por ellos; la plutocracia criolla trata de hacer como si no existiera y más de un cura se ha expresado del proyecto, como si hubiera sido hecho por inspiración de Satanás. Los exguerrilleros lo atacan con rabia. Y, sin embargo, más de 70,000 personas prestaron sus firmas para respaldar el proyecto, y el día que fui con un equipo a buscar firmas a la población de Comalapa, la gente hacía fila para apoyar con su rúbrica.

Cuando noté esta peculiar alianza de los más dispares compañeros de cama, pensé que el mapa chapín de relaciones sociopolíticas estaba cambiando. Era evidente que si la plutocracia, los militares y la iglesia estaban del mismo lado que la exguerrilla, el viejo paradigma de izquierda y derecha (así con brocha gorda) era inadecuado para explicar las nuevas redes y las nuevas alineaciones. Pero ni siquiera un pincel más fino, como el de izquierda/colectivismo y derecha/individualismo resultó suficiente para los nuevos trazos que requería el nuevo mapa.

Se me ocurrió, entonces, que hay un establishment que ve en ProReforma una amenaza para sus intereses, para el estado patrimonial en el que operan, para su visión del mundo y para su lugar en el mundo. Pensé que si había personas que habían pasado todas sus vidas aprendiendo a vivir y a controlar el sistema -y que incluso habían estado dispuestas a matar y a dejarse matar-; ciertamente que esas personas verían a ProReforma como una amenaza para el statu quo y para su posición hegemónica, para sus privilegios, o para su modus vivendi. Seguramente que esas personas sentirían que, cuando al fin se sabían todas las respuestas, les íbamos a cambiar las preguntas.

…Y descubrí el agua azucarada.

En 1998, y en un libro que se llama The future and its enemies, Virginia Postrel explicó que las viejas etiquetas ya no funcionan e identificó a dos grandes grupos. Los devotos de la stasis o sea los que no quieren cambios y prefieren sociedades controladas y uniformes que sólo cambian con el permiso de alguna autoridad centralizada; y los dynamists que prefieren sociedades con fines abiertos en los que la creatividad y el emprenderurismo operan sobre reglas impredecibles y generan el progreso de forma impredecible.

Sólo en aquella stasis es posible la colaboración cómoda de plutócratas que creen que el país debería ser gobernado como se administra una empresa; militares que creen que el país debería ir hacia un solo objetivo común, como si fuera un ejército; exguerrilleros que creen que el país debería marchar por el camino que trazaron Marx, Lenin, o Mao; indigenistas que creen que su cosmovisión es superior a cualquiera otra; y de tecnócratas e intelectuales que creen que deberíamos tener un interés nacional multi e interclasista en el que tengamos tareas específicas a desempeñar como parte de un plan con fases que nos incorpore a todos.

Los dynamists, en cambio no están unidos por una agenda política común, sino por el entendimiento de que la sociedad es un orden complejo de procesos evolutivos tales como la investigación científica, la competencia en el mercado, el desarrollo artístico, y los inventos tecnológicos.

El libro de Postrel lo conocí gracias a mi amigo Bert, que un día de estos tuvo la paciencia de escuchar mi hipótesis acerca delestablishment. Como es buena onda no me dijo que lo que yo había descubierto, ya había sido descrito en The future and its enemies; pero en la medida en que me comentaba lo que había escrito la autora; y en la medida en la que avanzo en la lectura de la obra, en esas medidas mucho se ha aclarado. ¡Este era el pincel fino que nos hacía falta para no chorrear el análisis de lo que está ocurriendo en la sociedad chapina! Los que le tienen miedo al futuro y al cambio, están enfrentados con los que sabemos que todo cambia, y que podernos ser parte del cambio. Están enfrentados con los que en vez de aferrarnos a lo conocido, no tememos explorar lo ignoto. Están enfrentados con los que ya nos dimos cuenta de que si seguimos haciendo lo de siempre, fracasaremos como siempre.

Los stasists tienen miedo y por eso han reaccionado como lo han hecho frente a ProReforma.


23
Ago 09

La Harley Davidson de Ubico en la Smithsonian

Una de las motos Harley Davidson de Jorge Ubico, que el general quería tanto, se halla en el National Museum of American History, de la Smisthonian Institution. En la foto estoy frente al citado vehículo.

La cédula de la moto dice que un modelo raro de la II Guerra Mundial (1942), modificada especialmente para Jorge Ubico, presidente de Guatemala. En la ocasión de la foto, mi amigo Carlos Lizama R. me contó que el general, personalmente, había diseñado el timón de esta moto. ¿Cómo fue a parar allá? Fue un obsequio de Alfredo Cohen.
El asunto viene al caso porque, hoy, la Revista D, de Prensa Libre publicó un reportaje sobre Vehículos presidenciales; y en uno de sus párrafos dice que De la famosa Harley Davidson, que era de gusto preferencial del general Ubico, también se desconoce su destino. El Ejercito tuvo algunas a su cargo hace varios años, pero no se asegura que una de ellas hubiera sido la del emblemático exmandatario. La que fue utilizada por Jorge Ubico fue modificada por él, ya que el modelo original no se adecuaba a su persona, pues era para alguien de más estatura. Su pasión por viajar en motocicleta hizo que el cambio fuera patentado como la moto Ubico, la cual fue única, agrega el historiador Miguel Alvarez. [Francis] Polo Sifontes dice que muchas de las pertenencias del general desaparecieron después de que este saliera del país cuando fue derrocado. “Sus propiedades fueron saqueadas”, agrega.

23
Ago 09

Los 50 años de Barbuchín

Barbuchín es un clásico guatemalteco de la literatura infantil y acaba de cumplir 50 años. Yo no recuerdo haberlo usado, pero hay un ejemplar de la 19a. edición en casa. Según yo, para aprender a leer usé Pepe y Polita, de los mismos autores que son Daniel Armas y Virginia de Armas. Esto último tendré que verificarlo cuando tenga acceso a un ejemplar.

Por cierto que aprendí a leer y a escribir con Julia Camacho y con unas tarjetas cuadradas que tenían letras rojas. M y A, por ejemplo; y de ahí uno empezaba con Ma, me, mi, mo y mu. Para pasar luego a Mi mamá me ama y cosas así.
Recuerdo que tanto para lectura, como para reading tuve muy buenos libros y como me gustaría recordar sus títulos. Cuando era niño, había en casa un libro de Lolita Batres de Zea (vea usted, recuerdo el nombre de la autora, pero no el del libro) y en él habia una canción que todavía me causa mucha gracia. La misma decía: Corre, corre, niño, pajarito vuela/ que las estrellitas ya están en la escuela./ La maestra, Luna, dicta la lección/ y las estrellitas ponen atención. /Una estrella chica se llenó de tiza/ y todas las otras se mueren de risa.

El ejemplar de Barbuchín, por cierto, es de Raúl Contreras.

23
Ago 09

Facta, non verba

-Mama, pero de eso se puede morir.


-¿Y qué vamos a hacer?
Oído ayer un el parque de La Villa de Guadalupe.

22
Ago 09

El gato en las postuladoras debe ser impugnado

El acta de las reuniones recogerá en forma íntegra las votaciones y los integrantes de la comisión deberán procurar todos los medios para cumplir su objetivo de la forma más transparente posible; así dice la Ley de Comisiones de Postulación. Leo mi amansaburros y me entero de que íntegro quiere decir no sólo que tiene todas sus partes y como todos los medios no quiere decir algunos medios, no encuentro justificación alguna para que los miembros de las comisiones postuladoras violen la ley y dispongan que no cumplirán con el requerimiento de transparencia que hace el artículo citado.

La decisión de votar en secreto debe ser impugnada porque es violatoria de la ley: impide que las actas recojan en forma integra las votaciones, ya que algunas partes de las partes -la de quién votó por quién y la de la la responabilidad personal- no pueden ser recogidas; y porque, si bien es cierto que la impugnación podria retrasar el proceso, también lo es que si no se va a cumplir con la ley, entonces, ¿para qué fregados está la ley? Es absurdo que haya leyes y que aquellos a quienes se les aplica -¡sobre todo si están ejerciendo una función pública importante!- pueden decidir que no van a cumplir con ella para no tener que ser accountable. La decisión de los postuladores debe ser impugnada para dar el ejemplo de que no porque haya prisa, ni porque algo sea políticamente conveniente, se va a pasar por alto con el cumplimiento de la ley. Si la decisión no es impugnada, el mensaje para los actores políticos será el de siempre: No se preocupen, pueden incumplir con la ley a su antojo, siempre y cuando hagan las cosas tan a útima hora que lo urgente termine teniendo prioridad sobre lo importante.
Valga la analogía, el bien jurídico tutelado por el artículo 9 es la transparencia en las decisiones de los postuladores. Y, ¿qué transparencia va a haber si los postuladores ocultan por quién votaron? ¿Cómo será posible que el acta recoja todas las partes de las votaciones, si es imposible recoger por quién votaron los postuladores?
No es cierto que la secretividad contribuya a la libertad de los postuladores. Como saben hasta las piedras, la libertad y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda; y siendo que la intención de esta ley es que hombres probos, honrados y rectos elijan de forma transparente a los candidatos para magistrados, es fundamental que los postuladores sean responsables y accountable por sus decisiones. Dicho en otras palabras, la gracia es que se sepa por quién votaron porque por sus frutos los conocereis. ¿Cómo van a ser responsables y a entregar cuentas, si nadie sabe qué hicieron en realidad?
Es impropio comparar la secretividad propia de las votaciones en los comicios generales con la secretividad sucia de las votaciones en las comisiones de postulación.
La primera secretividad es en el contexto del ejercicio de un derecho cívico en el cual el elector asume libremente y ante sí la responsabilidad de elegir autoridades; y su responsabilidad y accountability es con su conciencia de ciudadano. La secretividad en ese contexto significa que nadie debe obligar a otros a revelar su voto y que nadie está obligado a revelarlo; pero, incluso, no quiere decir que uno no pueda revelarlo.
La segunda secretividad es en el contexto de una obligación legal que tiene características legales bien definidas: debe ser tan transparente que el acta que la recoja debe mostrar todas sus partes. El postulador no ejerce un derecho, sino que cumple con una obligación específica; y su responsabilidad y su accountability no son consigo mismo, sino con aquellos que le impusieron la obligación de tomar decisiones con transparencia. Por eso es una secretividad sucia, ya que enturbia la necesaria transparencia que hay en la naturaleza de este proceso.
La primera secretividad protege al votante en el ejercicio de un derecho; en tanto que la segunda oscurece el proceso, en el ejercicio de una obligación. La segunda secretividad es un gato metido para beneficio del establishment.
Si los postuladores incumplen con aquella obligación legal, incurren en ilegalidad.
La foto es por Raúl Contreras, en La Recoleta.

21
Ago 09

El "moonwalk" eterno

Por sugerencia de mi amiga, Rebeca: The Eternal Moonwalk project, un tributo a Michael Jackson. Ya sabes dónde hacer clic. Ya vi que hay dos chapinas y un chapin.


21
Ago 09

Establishment 3, Transparencia 0

Con la aprobación del voto secreto en la Comisión Postuladora de la Corte Suprema de Justicia, el establishment se anotó un punto más y el marcador ahora es así: Establishment 3, Transparencia 0.

Como la Comisión Postuladora de magistrados de la Corte de Apelaciones también se recetó secretividad; y como la de la CSJ no hará pública la información de los candidatos, la costra nostra ha empezado a cundir en aquellas comsiones.
Usted dirá que no hay que ser pesimista; pero sostengo que si los postuladores tienen la facultad de mantener en el secreto y en la oscuridad sus decisiones, entonces no son responsables ni accountable por ellas. Sostengo que entonces, el establishment y tiene las de ganar y que todo seguirá como siempre. ¡Sostengo que sin responsabilidad, ni accountability, no hay transparencia!; y sostengo que, en consecuencia, los buenos servirán para refrendar las maniobras de aquellos que medran en el secreto y en el anonimato.
Por cierto, van mis respetos para los postuladores Estuardo Gálvez, Hugo Maúl, Angel Barrios, Amada Guzmán y Guillermo España, que votaron contra la votación secreta.
No faltará quien crea que la secretividad protege a los postuladores; y hay uno que sostiene que cuando se traten de comprar los votos, más de un postulador podrá jugarles la vuelta a los compradores. Pero la más perturbadora (y surreal) de todas las excusas fue la de Hugo Rolando Escobar, que dijo: Yo no me fijé, No recuerdo que hablaran de voto secreto. ¡Aliviados estamos!
En este mismo contexto, llama la atención que 34 grupos se hayan unido para fiscalizar las postulaciones; y yo pregunto: Si la información de los postulantes va a ser secreta; y si los votos de los postuladores van a ser secretos, ¿qué fregados van a fiscalizar? Otra cosa sería si aquellos grupos se organizaran para demandar que se hagan públicos los datos de los aspirantes; y que los postuladores se hagan responsables y sean accountable de sus decisiones.
De otra forma, todo esto empieza a parecer papas y pan pintados.

20
Ago 09

¡El gato ya está en las comisiones postuladoras!

La publicidad y transparencia que le impuso la Ley de Comisiones de Postulación al proceso de selección de candidatos a magistrados del Organismo Judicial, colapsaron con la aprobación de votaciones secretas y con la opción de no autorizar la revelación de información de los aspirantes a los cargos.


En el caso de la comisión de la Corte de Apelaciones, el establishment consiguió que los postuladores no enfrenten la responsabilidad y la accountability de sus decisiones porque podrán realizar sus votaciones al amparo y en la oscuridad del secreto.

En el caso de la postuladora de la Corte Suprema de Justicia, los candidatos podrá decidir si autorizan, o no la publicidad de sus datos. Y con eso, el velo de lo oculto impedirá que la ciudadanía -que es la última garante de este proceso- conozca quiénes ¡en realidad! son los candidatos entre los que están eligiendo los postuladores.

El marcador señala: Establishment 2, transparencia 0. Y una parte de mi empieza a creer que esto ya no es serio y que a partir de aquí, la suerte está echada. Otra parte, sin embargo, piensa que nada está escrito en piedra y que estas decisiones deben ser revertidas.

La foto es por Raúl Contreras, en La Recoleta.

20
Ago 09

Parlacén, ¿el principio del fin del ñaque?

El vicepresidente de Panamá, Juan Carlos Varela, le presentó la carta de solicitud de retiro de ese país del Parlamento Centroamericano al canciller guatemalteco, Haroldo Rodas, en la sede del despacho de Relaciones Exteriores. Al acto no se les permitió el acceso a los reporteros, con el pretexto de que la visita no fue oficial.

Es una lástima que los periodistas no hayan podido asistir a este acto histórico porque, con su retiro de ese ñaque que es el Parloteo Centroamericano, Panamá ha puesto en evidencia que el emperador está desnudo.