31
Ene 09

El primer meón del año

El primer meón de 2009 ha de haber oído el refrán que dice: Pija española, no mea sola. Para los nuevos, la sección de Los meones, en Carpe Diem, está dedicada a esa inmunda y chapinísima tradición de orinar en donde se antoje; y su propósito es llamar la atención sobre esta costumbre tan desagradable.

Gracias a mi amigo, Raúl, por la foto.


31
Ene 09

¿Por qué hay tanta delincuencia y por qué parece incontenible?

¡Hoy he descubierto el agua azucarada!; un misterio que ha escapado a políticos de todos los colores; a ONG de todos los sabores y a cooperantes de todos los olores. He descubierto que la delincuencia incontenible que enluta a las familias chapinas -y frente a la cual el presidente socialdemócrata dice que debemos tener paciencia– tiene una causa bien identificable: La impunidad.

¿Sabía, usted, que de cada 100 homicidios, sólo dos son juzgados? ¿Sabía usted que de cada 100 delitos, sólo cuatro llegan a debate? Los delincuentes saben que sus acciones no tendrán consecuencias jurídicas. Saben que el ideal de la certeza de la aplicación de la pena es un mal chiste. Saben que cuentan con jueces como al juez primero de Primera Instancia que fue generoso con cuatro secuestradores que fueron atrapados in fraganti. Saben que las autoridades políticas están más comprometidas con regalar pescados y hacerse propaganda; que con el combate contra la criminalidad.

De cada 100 asesinatos, ¡sólo 2 son juzgados! Esa es la causa de la delincuencia incontenible. Ahora bien…ya se preguntó cuántos de esos 2 que son juzgados son condenados. Y de esos que son condenados, ¿cuántos se imagina usted que cumplen cabalmente sus penas?

¿Se da cuenta? ¿Ya ve por qué descubrí el agua azucarada?


31
Ene 09

Marx tenía razón

Groucho Marx tenía razón cuando dijo que La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos en todas partes, diagnosticarlos incorrectamente y aplicar remedios equivocados.

¿Quiére pruebas?

El presidente socialdemócrata Alvaro San Nicolás Colom presentó su plan de emergencia económica, con el que pretende generar empleo y reactivar al sector productivo nacional. El plan se basa en gastar Q6 mil 910 millones; pero el monto de ese gasto está condicionado a la aprobación de préstamos, transferencias y la eliminación de candados presupuestarios. ¡Marx estaba atorado de razón!

Gracias al lector Luis Prieto.


30
Ene 09

Wachik’aj, las ideologías y ProReforma

Sigo comentando las criticas que el blog Wachik’aj le hace a ProReforma; y otro tema que abordó Martín es el de las ideologías.

Curiosamente, Martín se queja de que los chapines no estamos acostumbrados a debatir los argumentos; pero su exploración sobre el tema de las ideologías se pierde en distracciones y ofensas. Por ejemplo, cuando acusa a los promotores de ProReforma de mentir y de engañar, y hasta de algo tan absurdo como de querer ocultar que muchos de nosotros somos libertarios. ¡Esto es el colmo!, porque aunque yo no voy hablar por los demás promotores de ProReforma, ¿quién ignora que soy libertario? ¡Yo presumo de ser libertario! De hecho, hace ratos le tuve que explicar, a Martín, las diferencias entre los neoliberales y nosotros los libertarios.

Martín abusa, porque ¿por qué es que gente como Manuel F. Ayau iba a no aceptar que es libertario? ¡Hasta las piedras saben que Ayau, y docenas de promotores de ProReforma somos libertarios, paleoliberales, liberales clásicos, objetivistas, austriacos, u otras cosas parecidas! Martín abusa cuando clama: “Mentira. Acepten que todos son libertarios. No engañen”. Abusa porque trata de cuentearse a sus lectores, haciéndoles creer que los promotores de ProReforma hacen y dicen, lo que sólo él dice que hacen y dicen.

W se queja de que los chapines no estamos acostumbrados a debatir argumentos; pero, ¡Chispas!, si eso no le gusta (y yo comparto su disgusto), ¡que no lo haga él! ¡Que discuta argumentos, y que se deje de falacias ad hominem! Usted perdonará que le dedique tantas líneas al tema; pero aunque este tipo de recursos ofenden a la inteligencia y arrastran el nivel de las discusiones, vale la pena ocuparse de ellos para ponerlos en evidencia.

Ahora entremos en materia.

Es totalmente cierto que los libertarios, liberales clásicos y afines defendemos la vida, la libertad y la propiedad; es cierto que sostenemos que el poder del estado debe ser restringido; es cierto que no aprobamos que leyes concretas y específicas violenten aquellos derechos y la esfera de acción privada de las personas. ¿Con qué está, usted de acuerdo?

Pregunto, porque ¿cómo sería una sociedad en la que la vida, la libertad y la propiedad de las personas no fueran respetadas? ¿Le gustaría, a usted, vivir en una sociedad así? ¿Le gusta, a usted, vivir en una sociedad así?

Pregunto, porque lo de las leyes tiene que ver con algo que usted tiene que decidir. ¿En dónde prefiere vivir, en una sociedad en la que usted pueda hacer todo lo que desee, excepto aquellas cosas que por ser violatorias de los derechos individuales estén prohibidas por la ley; o en una en la que usted sólo pueda hacer lo que está permitido por la ley, aunque lo que vaya a hacer no viole los derechos de nadie? De esto se trata la distinción entre normas generales y abstractas, frente a las que son específicas y concretas. ¿Prefiere vivir en una sociedad en la que las leyes prohíban y castiguen las conductas criminales y el fraude; o en una en las que las leyes controlen, dirijan, especifiquen, y ordenen? ¿Prefiere vivir en una sociedad de personas libres, o en un hormiguero?

Yo quisiera saber qué prefiere W; porque, al parecer, su autor cree que aquellas aspiraciones libertarias son ideología. Y, ¡ay Martín!, ¿dónde están tus argumentos que tanto extrañas en otros?

Si uno va a un diccionario corriente, ideología es “la manera de pensar de cada uno[1]”; pero una simpleza así no es digna de Wachik´aj. ¿Por qué no exploramos mejor, y con profundidad, lo que es una ideología? Según Walter Scott, Napoleón despreciaba las ideologías porque, “sólo podían ejercer influencia sobre jovenzuelos de cerebro inflamado[2]”.

Dicho lo anterior, veamos dos visiones encontradas acerca de las ideologías, que sí vale la pena explorar en este contexto:

Ayn Rand explica que “una ideología política es un conjunto de principios apuntados a establecer o mantener un cierto sistema social; es un programa de acción de largo alcance, con los principios sirviendo para unificar e integrar pasos particulares en un curso coherente [3]”. En este sentido, como ProReforma es un proyecto de largo plazo que busca establecer normas que faciliten un sistema social más justo, y como se basa en principios unificadores como el respeto absoluto a los derechos individuales y a la igualdad de todos ante la ley, pues…bien podría responder a aquella definición de ideología. Sin embargo, la corriente de libertad que prevalece entre los promotores de ProReforma es otra. Ludwig von Mises, nos dice que las ideologías “son doctrinas sobre la forma de comportarse, es decir, sobre los fines últimos a que el hombre debe aspirar durante su peregrinar por la tierra[4]”.

¡Es en este sentido, austriaco, en el que ProReforma no es, ni puede ser ideología! De hecho, es en este sentido que el libertarianismo no puede ser ideología. Porque en tanto que a las ideologías les importa mucho orientar los fines individuales de las personas hacia los presuntos fines de la sociedad; al libertarianismo los fines no le interesan. Dice Mises que “puesto que nadie puede reemplazar los juicios de valor del sujeto en acción por los propios, es inútil enjuiciar los anhelos y las voliciones de los demás. Nadie está calificado para decidir qué hará a otro más o menos feliz. Quienes pretenden enjuiciar la vida ajena, o bien exponen cuál sería su conducta de hallarse en la situación del prójimo, o bien, pasando por alto los deseos y aspiraciones de sus semejantes, se limitan a proclamar, con arrogancia dictatorial, la manera en que el prójimo serviría mejor a los designios del propio crítico[5]”.

¡Más claro, no canta un gallo! En este sentido, en el Misiano, las ideologías se ocupan de los fines y del camino que ellas conocen para llegar a ellos; ya los libertarios, liberales clásicos y afines lo que nos interesa son los medios. Nos interesa saber si son idóneos, o no. Y ahí nos quedamos. Los que apoyamos ProReforma creemos que el proyecto es un medio atinado para conseguir una sociedad más justa, en la que cada cual pueda perseguir y alcanzar sus fines particulares, siempre y cuando no perjudique a terceros. Y ahí nos quedamos. No nos interesa imponer fines, ni señalar caminos. Eso se lo dejamos a las ideologías (en el sentido napoleónico y en el sentido misiano), de las cuales desconfiamos; y más si son totalitarias. Esto es porque como escribió Hannah Arendt “a lo que aspiran las ideologías totalitarias no es a transformar el mundo exterior o a transmutar revolucionariamente la sociedad, sino a transformar la propia naturaleza humana[6]”. Y en cambio, el libertarianismo respeta la naturaleza humana; con sus imperfecciones y todo.

En cuanto a sus objetivos, ProReforma explica claramente que “lo único que pretendemos es que impere el Derecho y la igualdad ante la ley para que todos los guatemaltecos, gobernantes y gobernados, con mismos derechos y obligaciones, vivamos en un país donde impere la paz, la justicia y la prosperidad”. ¿Está usted ideológicamente de acuerdo (en el sentido randiano), o en desacuerdo con estos planteamientos? En serio…¿quién puede estar en desacuerdo?

Ah, como quisiera que este fuera el tono de las discusiones sobre ProReforma –sin ninguneos, ni falacias-. Francamente me lo disfrutaría mucho más, si el asunto se tratara de argumentos. Eso sí, con todo y todo, seguiré comentando las críticas de Martín.

[1] Rances, diccionario ilustrado de la lengua española. Editorial Ramón Sopena, Barcelona, 1976. P. 403
[2] Alberto Méndez Martínez. Fundamentos generales de la ciencia política. B.Costa-Amic Editor, México, 1972. P. 206
[3] Ayn Rand. Capitalismo: el ideal desconocido. Grito Sagrado Editorial, Buenos Aires, 2008. P. 289
[4] Ludwig von Mises. La acción humana. Unión Editorial, Madrid, 2001. P. 214
[5] Ludwig von Mises. Ibidem. P. 24
[6] Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo. Taurus Ediciones, Madrid, 1974. P. 556.


29
Ene 09

La triste historia de la prostitución de los derechos humanos

Hoy leo que alguien se pregunta: ¿Para qué sirven los derechos humanos? Y luego se queja de que si un criminal llega a la cárcel, los derechos humanos y la corrupción se encargan de que ese sea su centro de operaciones y de que tengan una vida cómoda.

Es una lástima que el abuso que se ha hecho del concepto esté llevando a las personas a pensar que el respeto a los derechos humanos es un obstáculo para la convivencia social pacífica. Al haber incorporado las demandas de los grupos de interés, a la lista de derechos individuales, los que promueven esa incorporación han prostituido algo tan valioso y tan importante como es el principio de que los derechos individuales de todos deben ser respetados y protegidos absolutamente; y más aún, cuando se enfrentean a los intereses colectivos.

La propiedad de uno mismo quiere decir que uno es dueño de su vida; y negar eso, implica que otros tienen más derechos sobre la vida de uno, que uno mismo. Nadie más que uno es dueño de su propia vida, y uno no es dueño de la vida de otros. Ese es el principio generador de los derechos individuales.

Si a usted le interesa comprender la naturaleza de los derechos individuales, le recomiendo este vídeo de Ken Schoolland.

El peligro de que las personas no comprendan la importancia de los derechos individuales (o humanos, si así se les quiere llamar) es que podrían estar dispuestas a renunciar a ellos, en su persecusión del orden; y eso es el principio del fin de la libertad.


29
Ene 09

Si usted cree que todo esto es basura…

Si usted cree que todo esto es basura…debería ver lo que hace la administración con sus impuestos.


29
Ene 09

Las críticas de Wachik´aj, a ProReforma

El blog Wachik´aj se ha ocupado de ProReforma; lo cual es una oportunidad buena para iniciar otra discusión seria acerca de esta importante propuesta de reforma constitucional.

Esto es, claro, si logramos quitar algo de la paja abundante que Martín dejó entre el trigo de sus críticas a ProReforma. El autor de Wachik´aj dice que se ha propuesto hacer un análisis de los principios del proyecto; pero empieza con dos costumbres despreciables que muchos chapines tienen cuando pretenden animar un intercambio de ideas: Empieza descalificando y se queda en la superficie.

W ningunea a ProReforma porque según él, “es el ideario neoliberal de una parte retrógrada de la élite guatemalteca”; y bueno…a partir de ese argumentum ad hominem, Martín hace lo que puede, y establece el tono del resto del análisis que prometió.

Dice, por ejemplo, que él pasó cinco años de su vida leyendo “todo lo que ha podido sobre el liberalismo de Hayek, Misses y Ayau”; pero uno se pregunta qué tanto ha comprendido, si ni siquiera puede escribir correctamente el nombre de Ludwig von Mises. ¡Hombre!, no es que sea un nombre difícil como Keirkegaard, o como Schopenhauer; Mises, sólo tiene cinco letras. Y no hago esta observación para hacer chanza del buen Martín; pero sí para poner en perspectiva lo que viene de sus críticas y para poner en evidencia que así se puede ir uno en una discusión, pero que así no se llega a nada bueno.

W se queja porque ProReforma dice que “no es partidista porque no buscamos el poder; no lanzamos candidatos a presidente ni a diputados”. Acierta, cuando dice que “la parte clave” de un partido político es la de servir de intermediario entre la ciudadanía y el Estado (frase que yo preferiría poner como intermediario entre gobernados y gobernantes, esto es porque todos los ciudadanos son gobernados, pero no todos los gobernados son ciudadanos). Acierta cuando dice que, en Guatemala, el sistema de partidos políticos es precario. Empero, su crítica falla cuando se niega a ver que, precisamente por esa precariedad, en Guatemala los partidos son meras maquinarias electoreras, o roscas de amigos, constituidas para llevar a alguien al poder. Eso explica que el FRG sea de Ríos Montt; que Maíz sea de Rigoberta Menchú; que el Unionista sea de Arzú; y que la UNE sea de Colom, por ejemplo. Y falla la crítica de W porque, precisamente por esa precariedad y por ese carácter electorero, no son intermediarios de nada; y sólo sirven para alcanzar el poder, o para que sus propietarios influyan en él. ¡Por eso, precisamente, es que los gobernados buscan vías alternas para facilitar la intermediación! Seguramente, el ciudadano promedio se siente más representado por su sindicato, su cámara empresarial, su asociación cívica, su asociación gremial, ¡y hasta por su mara!, que por partido político alguno. A usted, ¿qué partido lo representa?

A mí me parece obvio que se puede tener participación política, sin que esta sea partidista, y me parece evidente que los partidos sirven más para alcanzar el poder, que para otra cosa, como no sea para conseguir empleo. Por eso es que es útil destacar el carácter no partidista de ProReforma, y es útil hacer énfasis en que no es una organización establecida para ofrecer candidatos a puestos públicos.

Y a estas alturas quizás valga la pena imaginar un ejercicio: que Martín organice un partido político; pero que les diga a las personas que no es para alcanzar el poder y que el partido nunca va a proponer candidatos para nada. Que les diga a los afiliados potenciales, que su partido sólo va a ser para intermediar entre los ciudadanos y el Estado. ¿Cuántos afiliados calcula usted que va a conseguir?

En entradas posteriores continuaré comentando las críticas de Martín.


29
Ene 09

Obama vrs. La realidad

Obama: “Mi tarea hacia el mundo musulmán es comunicarle que los estadounidenses no son su enemigo“.

La realidad: Al Qaeda transmitió un video, desde Yemen, donde muestra a ex prisioneros de Guantánamo que amenazan con volver a atacar.

Obama: Ordena el cierre de Guantánamo.

La realidad: Europa no quiere recibir a los presos de Guantánamo.

El bumpersticker es de Café Press


28
Ene 09

La rebelión de Atlas, ¿un Te lo dije?

“La moraleja de La rebelión de Atlas es que, invariablemente, los políticos responden a las crisis –que en muchos casos ellos mismos han creado– mediante el engendro de programas gubernamentales, leyes y regulaciones nuevas. Estas, a su vez, generan más destrucción y pobreza, mismas que inspiran a los políticos a crear más programas…y así la espiral en picada se repite a sí misma hasta que los sectores productivos de la economía colapsan bajo el peso de los impuestos y de otras cargas impuestas en el nombre de la equidad, de la igualdad y de las buenas intenciones”.

Si esta observación de Stephen Moore le parece de actualidad, espere a leer Atlas Shrugged: From Fiction to Facts in 52 Years, publicado en The Wall Street Journal el 9 de enero de 2009. Y antes de leer el artículo, seguramente querrá, usted, ver esta entrevista.

El artículo de Moore explica cómo es que los rescates, los paquetes de estímulo, el gasto público creciente y las normativas con nombres atractivos, entre otras políticas que están de moda ahora, son perturbadoramente parecidas a las que describe Ayn Rand en su novela; y que conducen por “el camino de servidumbre” y al colapso que hace necesaria La Rebelión.

¿Qué tal si las peores pesadillas se hacen realidad? ¿Qué tal si la realidad es peor que la ficción? “Muchos de nosotros, que conocemos el trabajo de Rand, hemos notado que con cada semana que pasa, y con cada plan de rescate y esquema de estímulo que se sucede en Washington, nuestros políticos actuales están cometiendo los mismos actos de locura económica que La rebelión de Atlas hizo parodia en 1957”, advierte Moore.

Moore confía en que todavía es tiempo de detener el hundimiento; si las personas comprenden, entre otras cosas que tarde o temprano todo el gasto en el que se está incurriendo va a tener que ser pagado. Y si comprende que no es necesario cometer errores, para salir de la crisis.

La lectura de La rebelión de Atlas puede ser un remedio que evite un hundimiendo total de la economía; o puede ser un triste te lo dije, luego de que los daños sean irremediables y que los costos se cuenten en términos de vidas humanas destruidas.


28
Ene 09

Hawaii, Bombay, y la educación estatal

Voy a retomar algo que recién mencioné; pero que vale la pena volver a comentar, dada la evidencia irrefutble que salió publicada el martes pasado.

El ministerio de educación estatal construirá ocho institutos tecnológicos. Según los polítcos y burócratas que controlan el sistema de educación del estado, en esos institutos podrían recibir hasta cinco mil estudiantes de educación preprimaria, diversificado y técnico vocacional. La aventura tendrá uno costo preliminar de casi Q11 millones cada uno.

Suena bonito, ¿no? A mí me recordó aquella canción de Mecano que decía: Hawaii, Bombay, son dos paraísos/ que aveces yo/ que monto en mi piso. Esto es porque la realidad de la educación estatal es otra:

-El ciclo escolar de 2009 empezó en más de 17,400 escuelas en medio de la confusión.
-Comenzó con escuelas sucias.
-Con mobiliario insuficiente.
-Con falta de maestros.
-Sin textos, ni útiles.
-No hay donde ubicar a los chicos.
-Sin recursos para pagar la luz, la extracción de basura, ni el servicio telefónico.
-Escuelas que atendían a 38 estudiantes, ahora tienen 80.
-En los institutos hay descontento por la falta de salones de clase y de pupitres.

Y claro…¿qué hace la administración? En lugar de buscar opciones creativas para resolver el problema, hacen más de los mismo y esperan resultados diferentes. Monta fantasías y fabrica sus Hawaii y Bombay para venderles ilusiones los más pobres, a los incautos, y a los que se aferran a la ideología. La administración es incapaz de manejar el sistema que tiene actualmente; y quiere hacerlo crecer.

Que no nos extrañe, entonces, que aquí y en otras partes del mundo en las que la situación es similar, la gente prefiera poner a sus hijos en los más humildes colegios privados, aunque sean de garage; antes que entregarlos al sistema de educación estatal.