16
May 07

La flor de Perdidos en el espacio, IV

Mi flor de Perdidos en el espacio sigue creciendo y el pedúnculo ha sido vencido por el peso. Si uno ve detenidamente, arriba a la derecha, podrá ver que viene otro botón.


15
May 07

Otro ataque del estado niñera

La Motion Picture Association of America ha decidido que las pelis en las que haya fumadores merecerán una clasificación R, de restringido. ¿Qué pasará proximamente? ¿La MPAA le pondrá R a las peliculas en las que la gente salga comiendo hamburguesas y pizza? ¿Cuál es el límite para el estado niñera?

La ilustración la tomé de Bureaucrash.


15
May 07

Los delincuentes obedientes

Ayer, el presidente Oscar Berger participó en la destrucción de unas 1000 armas que estaban en custodia del Organismo Judicial desde hace 16 años. Berger dijo que “quisiéramos vivir sin las armas; precisamente hoy (ayer) hablé con el vicepresidente del Congreso sobre el tema de la inciativa de ley de armas y me dijo que está en agenda”.

Lo que necesitamos es una ley de armas y seguro que los delincuentes, obedientes, van a entregar las suyas, parecen creer algunos; y ¡sí, pues, ya vas!, digo yo.

Carmen Rosa De León, de la Comisión para la Destrucción de Armas, apoya la iniciativa y estimó que en Guatemala hay un millón de armas sin registro y que 250 mil tienen licencia.

Y yo apuesto una ceja a que los delincuentes no registran sus armas.

Si quiere ver algo inteligente sobre las armas por favor vea este reportaje, en inglés.


15
May 07

Mi amiga la oligarca

Mi amiga, la oligarca Marta Yolanda Díaz-Durán, acaba de salir de mi oficina. Vino a protestar porque la había quitado de la foto que tenemos con Alvaro Vargas Llosa; y para que no siga alegando…, pues aquí está la foto.


15
May 07

Buche y moronga

El sábado fui con mis amigos Raúl y María Dolores a almorzar donde doña Mela, en el Mercado Central.

Lo que a mi me gusta son las tortillas con buche y chicharrón, y las tortillas con moronga. Las tortillas son de maíz; el buche es un ensanchamiento en el esófago de las aves y ahí almacenan sus alimentos antes de que pasen a la molleja; el chicharrón es piel de cerdo y las morongas se hacen con la sangre del mismo animal (y recuerdan un poco a las morcillas).

De postre me gustan las tortitas de yuca con miel de abejas, pero en esta ocasión, como llegamos tarde, tuve que conformarme con rellenitos de plátano. Esas son como croquetas de plátano rellenas con frijoles negros dulces.

Cuando voy allá me gusta acompañar mi almuerzo con una Nesbitt´s, no se por qué. El de doña Mela es uno de los comedores más tradicionales del Mercado Central. Por supuesto que sirven tacos, frijoles, guacamol, chojín (picado de rábano), chiles rellenos, plátanos fritos, enchiladas y otras delicias locales.

Les cuento esto porque, como este espacio es visitado por personas de otras latitudes, a lo mejor les llama la atención conocer algo sobre la comida típica chapina.


14
May 07

Tributo al comunismo

De mi amigo, Constantino, recibí este Tributo al comunismo. Ojalá que lo vean aquellos que usan playeras del Che Guevara, que anuncian la revolución en las paredes del Centro Histórico, y que creen que el socialismo es un ideal noble.


14
May 07

El regreso del perfecto idiota, comentado

Del cuate peruano, Héctor Ñaupari, he recibido los siguientes comentarios acerca de El regreso del perfecto idiota latinoamericano, obra de Carlos Alberto Montaner, Alvaro Vargas Llosa y Plinio Apuleyo Mendoza.

Se ha publicado El regreso del idiota, de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa (Random House/Mondadori, México, 2007, 343 páginas) tercera entrega de estos destacados defensores de la libertad, el progreso y bienestar, valores tan esquivos como urgentes en nuestros países, y que causara, como es lógico, ácidos e insultantes comentarios por parte de la divine gauche latinoamericana.

Lo novedoso es que todos estos presurosos pero desacertados “críticos” cometían el grave yerro –como hicimos notar en su oportunidad– de no haber leído el libro, que todavía no había salido a la venta, un rotundo y al mismo tiempo grave caso de deshonestidad intelectual, amparado en el siniestro silencio de sus compañeros de ruta y de otros ingenuos en la academia y la cultura, de un lado a otro del continente.

Como seguramente estos aviesos y poco serios comentarios continuarán, nos apresuramos a recomendar este magnífico libro e insistir en su inmediata lectura. En sus inquietantes páginas, nuestros autores pasan revista a la actualidad de América Latina y, en su análisis, sorteando las zigzagueantes coyunturas de nuestros países, rastrean, en primer término, la genealogía intelectual y política de los “nuevos” izquierdistas de esta parte del continente.

En el libro queda claro que el neosocialismo o “socialismo del siglo XXI” latinoamericano está viviendo un autoengaño: se considera a sí mismo pleno de vitalidad, cuando en realidad se ha fosilizado, exponiendo su oscura decrepitud a la realidad solar e inmisericorde de nuestros tiempos, y dilapidando inexorablemente el poco capital espiritual que todavía le queda. “Nietas de Marx, hijas de Lenin y sobrinas de Freud”, como sostienen los escritores, el último héroe de las izquierdas, Ernesto Che Guevara, lleva muerto más de cuarenta años, y casi nadie conoce su verdadero pensamiento –resumido en esa terrible frase suya: “ser… una fría máquina de matar”– ni sus crueldades y asesinatos a sangre fría, teniéndosele más como un fenómeno chic antes que como un verdugo a mansalva de adolescentes, lo que fue en realidad.

Sin correr la suerte de Guevara, –como puntualiza brillantemente el libro comentado– fuera de las costas de Cuba, el viejo y enfermo Comandante que la tiraniza no inspira los enfebrecidos entusiasmos de hace cuatro décadas, repetidos hasta el hartazgo en proclamas, poemas, odas y canciones de nueva trova. Más bien, queda patente que es, para todas las democracias en el mundo, una gran incomodidad, por sus sostenidas violaciones a todos los derechos humanos, su saudita riqueza, su olímpico desprecio a la libertad de pensamiento, prensa y expresión, y, sobre todo, por llevar el triste título de ser el dictador más antiguo de América Latina.

Del mismo modo, convienen los autores en que muy poco sensato ha de ser tener como adalides a líderes indigenistas, nacionalistas y tropicales bolivarianos –los “izquierdistas carnívoros”– que repiten los mismos clichés de hace cuando menos un siglo y medio; y, peor aún, cuando se sabe que comparten también los mismos apetitos de poder desaforado y supremo. En realidad –como comprueba el libro– en sus discursos y metodologías, nuestra izquierda se ha detenido en el tiempo. Un clarísimo ejemplo de ello es Silvio Rodríguez. Como señala con indudable acierto el destacado crítico literario peruano Gustavo Faverón –a quien nadie puede acusar, por cierto, de neoliberal– “Silvio Rodríguez canta la revolución y es un ejemplo estrepitoso de conservadurismo. Su música es la eterna repetición edulcorada y entristecida de las mismas tres notas; sus letras son tan nuevas como pueda ser nuevo a estas alturas alguien que parece no haber leído en su vida nada más que a Bécquer y al Che Guevara. Ni siquiera su guitarra parece haber sido afinada en los últimos treinta años. Uno tiene la impresión de que afinarla sería un acto demasiado experimental para Rodríguez: es imposible detectar ningún tipo de evolución en sus discos: su primera época y la última son lo mismo”[1].

Es por eso que, acorde con los nuevos tiempos, como destacan Mendoza, Montaner y Vargas Llosa, hay una izquierda renovada en América Latina, la cual ha abordado el tren de la historia, porque ha comprendido la realidad del mercado sin anteojeras ni corsés ideológicos, lo mismo que el respeto a los derechos esenciales de las personas y la democracia, sin perder por ello sus preocupaciones sociales.

Si algo podemos concluir de esta “izquierda vegetariana” –como se la denomina en el libro– es que resulta mejor y más práctico convencerles de la naturaleza bienhechora del mercado, que lograr que algunos liberales tengan en cuenta las evidentes desigualdades que padece nuestra región. No obstante, ése no es el caso de los autores de El regreso del idiota, pues, si una evidencia resalta en el libro, es el reconocimiento de la pobreza y las divergencias sociales de Latinoamérica, y su solución a través de la libertad y el emprendimiento empresarial sin cortapisas, propuestas que, a fuerza de insistir, y reforzadas por el peso de la realidad, vienen siendo acogidas en diversos países.

Asimismo, en el libro se explica al gran público el complejo de Fourier, mal psicológico descrito por un venerable economista austriaco, Ludwig von Mises, el cual aqueja a las izquierdas latinoamericanas y europeas por igual –configurando un rarísimo caso de igualitarismo psiquiátrico, donde el denominador común está representado por un “sueño [que] es… un escape a anhelos reprimidos…”– y que consiste en descargar en el otro –la burguesía, el imperialismo, el neoliberalismo hambreador y genocida– sus amargas frustraciones, bajo la coartada de “reivindicaciones sociales”, en una “providencial transferencia de la culpa”, como destacan los autores. Resolver este mal latinoamericano es una tarea pendiente si se quiere alcanzar realmente el desarrollo para la región, y que las reformas no queden simplemente en modernizaciones cosméticas, tragedia que ha ocurrido en el pasado, también analizada escrupulosamente en El regreso del idiota.

Finalmente, en su último capítulo, este libro quiebra uno de los mitos que más ha vendido la izquierda en ambos lados del Atlántico: el monopolio de la autoridad moral de sus intelectuales. Cuando leemos la conspiración del silencio urdida contra Hayek, y su posterior vindicación; la odisea de Popper, huyendo del totalitarismo nazi, lo mismo que Ayn Rand y su dramático escape del comunismo emergente en su Rusia natal; o, los insultos proferidos contra Carlos Rangel, tenemos la certeza que hay una historia paralela, de heroísmo y compromiso, de sacrificio y virtud, en los intelectuales liberales, que debe ser escrita. Estimo que el homenaje rendido a estos paladines en este libro sea el punto de partida para contarla. Ése es mi deseo y mi esperanza.

[1] Faverón, Gustavo. Dean Reed y los héroes quietos. Revolución conservadora (invitado especial: Silvio Rodríguez). Blog Puente Aéreo, del autor. Mayo, 2007.

En la foto estamos Alvaro Vargas Llosa, y su servidor.

14
May 07

La flor de Perdidos en el espacio III

Mi flor de Perdidos en el espacio sigue creciendo. Esta planta me la obsequió mi abuela, junto con una pequeña colección de cactos y suculentas.

Aquí se puede ver el tamaño del botón comparado con un teléfono móvil.


13
May 07

¿Es usted un ciudadano normal, o todavía piensa?

Aquí, en Guatemala, circula un correo electrónico que invita a las personas a cambiar el país, entre otras cosas, mediante el pago de impuestos. Y yo sugiero que vayamos más allá. Sugiero que cuestionemos los tributos y el uso que se les da. Sugiero que cuestionemos el sistema entero. Sugiero que cuestionemos si queremos una sociedad basada en la competencia por privilegios, o una basada en la cooperación voluntaria y pacífica.

Sugiero que el ciudadano deje de verse a sí mismo como súbdito y se vea como cliente; en el sentido misesiano de que el cliente es el soberano.

La ilustración fue tomada de Etiqueta.


12
May 07

Feliz, como una lombriz

1. En 1972 el rey de Bután decidió hacer de la Felicidad Nacional Bruta la prioridad de su país; y cuando leí aquella noticia, en The New York Times que publica Prensa Libre, pensé: De plano que es un truco publicitario para atraer al turismo New Age, y a imitadores de George Harrison, el ex Beatle que se volvió budista.

Sin embargo resulta que no. Algunos científicos sociales, economistas, y burócratas decidieron entrarle en serio a la investigación de la felicidad mediante el uso de encuestas y en el caso de la Subjective Well-Being Rankings of 82 Societies, de World Values Survey, uno se entera de que México ranquea en 4.32; El Salvador lo hace en 3.67 y que Perú está en 1.32. Puerto Rico ranquea alto en 4.67, e Indonesia ranquea bajo en -2.4. Guatemala no está incluida en el estudio.

Me hubiera gustado saber en qué rango está Guatemala, debido a que entre mis inclinaciones epicúreas, hedonistas y sibaritas considero que el derecho a la búsqueda de la felicidad es el más importante de los derechos individuales. Me adhiero plenamente a la frase de Ayn Rand, que dice que “El propósito de la moral es enseñarte, no a morir y a sufrir; sino a disfrutar y a vivir”.

Aquí hay que hacer un alto y tomar en cuenta algunos detalles que importantes: 1. las encuestas son instrumentos burdos para la exploración de la psique de las personas; 2. La noción de felicidad es algo muy personal; y 3. Las palabras feliz y felicidad no se traducen en forma directamente proporcional de un lenguaje a otro, y en todo caso expresan expectativas culturales e ideales que no son universales. Entonces, ¿no resulta muy subjetiva la medición del bienestar subjetivo?

Aquellos temas los explora el estudio In Pursuit of Happiness Research. Is it Reliable? What Does It Imply for Policy?, elaborado por Will Wilkinson, del Cato Institute; y tienen importancia actual porque en el ambiente electoral chapín, no falta quienes crean que las políticas públicas que apuntan al socialismo, son más efectivas que las políticas públicas capitalistas, en cuanto a favorecer aquella búsqueda.

La gente tiende a creer que el capitalismo “materialista” hace infelices a las personas; pero la evidencia muestra la libertad económica está fuertemente relacionada con niveles altos de felicidad. Para probar esto, Willkinson muestra los resultados del estudio Economic Policy and the Level of Self –Perceived Well-Being, por Ovasaka y Takashima.

Aquellos resultados “sugieren que la gente se preocupa, inconfundiblemente, acerca del grado en el que la sociedad en la que vive le provee de las oportunidades y de la libertad necesarias para emprender nuevos proyectos y para tomar decisiones basadas en sus propias preferencias”.

Hay verdades que se nos olvidan y que Willkinson nos recuerda con gracia: “Si usted quiere personas menos materialistas, cree más cosas materiales disponibles para ellas, de modo que puedan dejar de preocuparse tanto por lo material y empiecen a preocuparse por cosas como la felicidad y el significado de la vida”.

En conclusión: hay más posibilidades de encontrar la felicidad cuando tenemos libertad para elegir de acuerdo con nuestras preferencias, que cuando legisladores, burócratas e ingenieros sociales diseñan lo que debería hacernos felices.

2. Por error paré en la 8ª. Avenida de la Zona 1 el viernes pasado; y me llevé una sorpresa agradable al ver que en el sector por el que andaba los vecinos han pintado sus casas y han puesto macetas en los balcones. El área se ve muy agradable. Ojala que los cambios hayan sido voluntarios, y no bajo algún tipo de coacción.

3. Desde que leí un titularcito que decía Derrota al socialismo, aquí en Prensa Libre, he notado un silencio ensordecedor entre mis colegas. Claro que en Francia todavía están pendientes las elecciones parlamentarias de junio, y ahí se definirá todo. Empero, es un buen momento para ver el documental Heaven on Earth, The Rise and Fall of Socialism, que está disponible en Take One, la tienda de vídeos de Futeca, en la zona 14.

Publicada en Prensa Libre el sábado 12 de mayo de 2007