21
Jul 23

La Guatemala desconocida

La Guatemala conocida es la que arrastran por el lodo muchas ONG, buen número de medios de comunicación, docenas de comentaristas, organismos internacionales y todo el que puede.  Es la Guatemala de la miseria, de la ignorancia, del desempleo y de la corrupción por decir algo.  Pero hay una Guatemala desconocida que hay que explorar y conocer mejor.  Es la de los guatemaltecos que están más allá de las estadísticas manidas y la de los guatemaltecos que jalan la carreta sin hacer bulla y sin levantar polvo.

Voy a repetir: La Guatemala desconocida hay que explorarla y conocerla mejor.  No basta publicar una gráfica para aquello; pero una gráfica invita a saber más, a preguntarse ¿Por qué? ¿Cómo así? ¿Cómo?

Atardecer en la ciudad de Guatemala.

Por ejemplo, el grupo Statista publicó una gráfica que muestra que el desempleo en Guatemala es de 2.2%; y coloca a este país con una tasa inferior a la de México situada en 4.1% y muy inferior a la de Costa Rica de 16.4%.  La actitud que me gusta es la de preguntarse cuáles son las fuentes de esa información y qué entienden los responsables por desempleo.  Como es una gráfica comparativa, es importante explorar si las comparaciones se hacen mediante el uso de parámetros consistentes.  Pero, ¿cuál es la reacción fácil? Un sarcasmo y dice un tuitero: O sea, la gente que migra al Norte se va porque es pendeja entonces, porque “trabajo” hay.  Yo diría que la diferencia entre trabajar en Guate y trabajar en los EE. UU. es que allá es más productivo el trabajo (porque hay más capital); y que ese es suficiente motivo para migrar aunque aquí haya empleo.

¿Otro ejemplo? Se publica que los guatemaltecos tenemos el coeficiente intelectual más bajo de la región, muy lejos de haití que nos saca 34 puntos de ventaja.  Así puestas las cifras duelen y dan entre rabia y tristeza; pero,como lo ha explicado el tuitero @kmfolgar…los tests de inteligencia ¿están bien contextualizados culturalmente?. ¿Toman en cuenta las limitaciones por lenguaje, o por educación? ¿Se vale usar extrapolación de datos en una sociedad multicultural y plurilingüe? No lo se, Rick, dice el tuitero.

Mujeres comprando boxboles en Chajul, Quiché.

Mucho se ha escrito sobre lo perjudicial que es el salario mínimo porque saca del mercado a jóvenes sin experiencia, aadultos mayores y a personas que estarían felices de trabajar por menos siempre que otras condiciones de trabajo sirvan a su sus propósitos.  Un análisis de Picodi, pone en evidencia que en Guatemala ($383) hay un salario mínimo más alto que en Chile ($369) y en México ($315), a pesar de que el PIB per capita de Guatemala sólo es de $5,473 en tanto que el de Chile es de $15,355 y el de México es $11,091.

Con todo y todo es imposible negar que Guatemala sea un país donde abunda la pobreza; pero, ¿están manipuladas las cifras de pobreza? Un estudio de Olav Dirkmaat y Daniel Fernández demuestra que las cifras oficiales no corresponden a la realidad porque el INE estaba calculando mal el precio de los alimentos y que el porcentaje de la población por debajo de la línea de pobreza no es un cataclismico 59.3%  como ha asegurado el Banco Mundial, sino que anda por 9.5% si situamos aquella linea en personas que viven con menos de $2.75 al día.  No es que en Guatemala no haya pobreza, repito, pero no es la pobreza extrema que le gusta exhibir a organismos internacionales y a ONG.

¿Qué tal si exploramos y descubrimos que los guatemaltecos no somos pobres debido a la corrupción? Dirkmaat prepara la publicación de un estudio que evidencia que Guatemala no es pobre porque es corrupta. Estudios como estos dos últimos, ¿qué tipo de recepción deberían tener en el ambiente?  Una de sana curiosidad y de espíritu de búsqueda de la verdad? ¿O debería tener la usual recepción de descalificación, insultos y falseamiento de la realidad?

Cualquiera que visite una población que es centro de comercio en Guatemala, ya sea en día de mercado, o no, va a notar que hay una intensidad bisnera que no corresponde a las estadísticas apocalípticas. En Guatemala hay problemas; y si queremos resolverlos, ¿qué corresponde? ¿Hacerlo con información real, o con información arbitraria? ¿Mediate la via usual del estatismo, o nos ponemos creativos? 

Columna publicada en República.


18
Jul 23

Un buen temblorón

 

Mientras comía papas fritas frente a mi balcón se sintió el temblor de hoy.

De intensidad 6.5 el epicentro fue al sur de Intipucá en El Salvador. Hoy llené mi reporte para la U. S. Geological Survey, una costumbre que tengo desde hace años.

¿Ya tienes tu kit de terremoto? En casa tenemos carpas, bolsas de dormir y catres de campaña…pero a diferencia de lo que ocurría en 1976 no tenemos dónde establecernos con seguridad.  Eso sí, tenemos nuestras mochilas con algo de ropa, algo de alimentos y agua, dinero en efectivo, linternas, baterías, radio, medicinas imprescindibles y algo para primeros auxilios, fósforos, pañuelos desechables, navajas, copias de documentos importantes y pasaportes. Yo tengo una anforita con vodka.


17
Jul 23

La marimba de Mami

 

Mi bisabuela, Adela, tenía una marimba extraordinaria. Aún recuerdo que mi pecho temblaba cuando sonaban sus teclas y me paraba frente a ella para sentir la vibración y sus notas.

Adela, mi bisabuela, baila con su segundo esposo, Victor Morales. Atrás baila Chi-Yun Fei, esposa del escritor Karl Eskelund, ca. 1947 Foto por Helen Williams.

Ese instrumento, de madera de hormigo, fue fabricado por Rosendo Barrios, propietario de la famosa Fabrica Internacional de Marimbas; y uno de los orgullos de Mami era su marimba.

En un reportaje titulado Una voz de madera, Mario Barrios (hijo de Rosendo) contó que la última marimba fabricada por su padre fue la del Hotel Casa Contenta, en Panajachel. En aquella época la propietaria de aquél establecimiento legendario era mi bisabuela, Adela Schuman de Morales, y ella le dijo a don Rosendo: Quiero una marimba que suene. Dicho y hecho. De la fábrica salió una marimba tallada al gusto; pero, sobre todo, potente. Tanto que el sonido rompió los vidrios del lugar, cuenta el reportaje por Christa Bollman que fue publicado en la Magazine 21, el domingo 24 de enero de 2002.

Esa marimba pasó a propiedad del Ministerio de Trabajo y ahora se llama Marimba de Recreación Laboral…a menos que por algún acto de magia la marimba de Mami haya ido a parar a manos de algún funcionario. El martes, que estaba buscando un son y me encontré con varias grabaciones de aquella marimba. ¿Cómo no se me había ocurrido antes?

Con esa marimba y en el salón del Hotel Casa Contenta, bailaron mis padres, mis abuelos y mi bisabuela…y yo todavía llegue a tocar sus teclas a finales de los años 60. Teclas que, en efecto, hacían que a uno le temblara el pecho. 


14
Jul 23

Celebro su vida, agradezco su enseñanza

Doña Rebeca vio mi letra y debe haber pensado horrores así que me dijo que me iba a enseñar un tipo de letra llamado script.  Y me puso a hacer planas.  Es que mi letra, hasta tercer grado de primaria, era particularmente fea.  No es que ahora sea bella, pero entonces era muy fea.  Era una mezcla de mala letra de molde, con mala letra de carta y la cosa era seria porque mi madre y mi abuela tenían muy, pero muy bonita letra; eso sí, me salvaba la de mi padre, que sin ser fea, no era armoniosa.

Aquel fue el primer proyecto de Rebeca Fernández de Arias, codirectora -con Lila de Englhart- del Colegio Guatemalteco Bilingüe, en mi persona. Doña Rebeca acaba de cumplir 100 años y no sólo celebro su vida, sino que agradezco la influencia que tuvo en la mía.

La educadora, Rebeca de Arias celebró 100 años de edad. La foto la tomé de Facebook.

Desde siempre a mí me ha gustado la historia.  De chico consumía todo lo que podía sobre los egipcios, los griegos y los romanos; la revolución francesa, los mayas, los viajes de Colón y las hazañas de Hernán Cortés, por mencionar algo.  En sexto grado, cuando se estudiaban historia y geografía universal -luego de haber estudiado historia y geografía hispanoamericana en quinto, e historia y geografía centroamericana en cuarto- doña Rebeca me hizo disfrutar más de algo por lo que yo tenía fascinación.  No era pesado aprenderse los ríos y montañas de Europa y de Asia, si era para la clase de doña Rebeca y para contextualizar mejor la historia.

No recuerdo bien si también me dio matemáticas, pero como esa nunca ha sido mi área de interés, creo que borré ese archivo.

De cualquier manera, doña Rebeca era una de esas maestras de antes. ¿Tuviste una de esas? Eran maestras a las que les apasionaba enseñar, y era de aquellas a las que les importabas.  Para un estudiante díscolo, como yo, era muy importante que los maestros se enfocaran y encontraran la forma de mantener mi atención, y obtener resultados sin desanimarme.  Ella tenía esa gracia.

Además, era muy elegante y distinguida. ¡Lo es ahora que tiene 100 años!  Guapa y media es doña Rebeca. ¿Cómo no iba uno a sentir respeto y cariño por aquella dama y por su talento docente?

Durante algún tiempo antes del 2020 me la encontraba haciendo mandados sabatinos en Super Verduras, o en Paiz de Las Américas.  Su saludo siempre era cariñoso y a mi me daba mucho gusto verla.  Siempre preguntaba por mi madre y por mis hermanos que también habían estudiado con ella; y por mis sobrinos que siguieron la tradición.  El hecho de que supiera quien soy siempre me dio una sensación de confort.  ¿Sabes? Todo está bien, porque esto está bien. 

Doña Rebeca ha cumplido 100 años y no es poca cosa; sobre todo porque a lo largo de su vida ha visto crecer y multiplicarse promociones y promociones de personas que nos formamos bajo sus cuidados y con sus enseñanzas.  ¡Salud, doña Rebeca!, por una vida rica, hermosa y ejemplar. Muchas gracias, doña Rebeca.

Columna publicada en República.


13
Jul 23

Semilla y el legado de la CICIG, ¿aprenderemos?

 
Hasta las piedras saben que estoy convencido de que un gobierno de la mala simiente puede ser muy malo para todos; pero, ayer que el juzgado séptimo de instancia penal ordenó la suspensión de la personalidad jurídica del partido Movimiento Semilla, que promueve la candidatura presidencial de Bernardo Arévalo surgió la duda, ¿qué dice la legislación electoral al respecto? No podrá suspenderse un partido después de la convocatoria a una elección y hasta que ésta se haya celebrado.
 

La justicia. La foto la tomé de aquí Facebook.

La verdad no me extrañaría que la mala simiente haya hecho chanchuyos y marufias en la recolección de firmas para su inscripción como partido político y en sus asambleas (de hecho creo que sería muy raro que otros partidos no hagan lo mismo).  ¿Habrá algún partido que no tenga muertos entre sus afiliados? No veo nada inmoral en pagarle a una empresa para recolectar firmas; pero, ¿el gasto por ese servicio fue registrado como manda la normativa electoral?, aún así…
 
Suponiendo que se han cometido delitos es obvio que hay que investigarlos, y como nadie es culpable hasta que no se demuestre lo contrario, una sanción administrativa, o penal, ¿sólo cabría luego de que los imputados fueran citados, oídos y vencidos en juicio?  ¿Cabe aplicar una sanción administrativa porque se está investigando la posible comisión de un delito, o varios? 
 
Era una práctica nefasta de la mal recordada CICIG señalar y condenar a sus objetivos, incluso antes de iniciar investigaciones.  Pero muchos de los que ahora se quejan de lo que ocurre aplaudían los jueves de CICIG, aplaudían a los jueces ad hoc de aquella comisión y aplaudían sus practicas que violaban el derecho al debido proceso.  
 
En todo caso, es al Tribunal Supremo Electoral y, específicamente al Registro de Ciudadanos a quienes les corresponde aplicar las sanciones de ley, luego de que se compruebe la responsabilidad penal y administrativa de la mala simiente si las hubiere. No se me ocurre cómo es que las sanciones son previas a aquella comprobaciòn.
 
Estas meditaciones, por supuesto, no son para defender a aquel partido político, sino en defensa del orden constitucional y del estado de derecho, así como de la ley. 
 
Las leyes, incluidas las electorales, deberían existir para evitar arbitrariedades, sobre todo en momentos de emergencia, incluidas las emergencias políticas.  Lamentablemente, la legislación electoral chapina fue diseñada -en tiempos de la CICIG- para servir a intereses particulares y ¿quién se iba a imaginar que la tortilla se volearía rápidamente?   
 
Por eso es que las leyes deben ser hechas con lo que John Rawls llamaba el velo de la ignorancia; de modo que cuando las personas y los legisladores eligen principios de justicia (o hacen leyes), no sepan cuáles van a ser sus circunstancias y condiciones particulares a la hora de aplicar aquellas leyes y que el no saber que posición ocuparán durante su vigencia eso sea un incentivo para hacer leyes generales, abstractas e impersonales.
 
Ahora estamos en una situación que levanta muchas sospechas.  ¿Por qué la legislación se le aplica a la mala simiente y no a otras organizaciones similares en condiciones similares? ¿Por qué se esperó hasta ahora? ¿Esto es obra del gobierno y del partido oficial? ¿Va a ir a parar a la Corte de Constitucionalidad?
 
El caso es que el poder se usa; todos creen que el poder será usado para el bien; pero mi cuate, Pablo, que es fan de El señor de los anillos, explica: El anillo (el poder) fue forjado por Sauron y el anillo es terrible. 
 
Lo que cabe, ahora, es defender el orden constitucional y la ley contra las necesidades del poder y de la política.  Se debe respetar la lamentable decisión popular del 25 de junio pasado. Debe haber lecciones el próximo 20 de agosto.  Los magistrados del TSE deben demostrar que son dignos del mandato que tienen. Las cortes deben fallar apeadas a la Constitución y a las leyes.  Y ¿aprenderemos de nuestros errores?

12
Jul 23

Adiós a Milán Kundera

 

La única novela que he leído de Milán Kundera es La vida está en otra parte y la leí como parte de una clase.

MIlán Kudera, fotopor Elisa Cabot, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

La clase era Literatura y política impartida por Glenn David Cox ca. 1988. La adolescencia de Jaromil, el poeta/protagonista, ocurre en medio de la revolución comunista en Checoslovaquia, recién terminada la II Guerra Mundial y el régimen comunista prohibió sus libros.  Aquella, sin duda, era una novela apropiada para la clase en cuestión. Para mí y como novela de adolescencia (que no de adolescentes) aquella no fue tan encantadora como Demián, de  Herman Hesse -que es una de mis favoritas- pero ahora lamento no haber guardado el libro que me llama la atención releer. 

Milán Kundera falleció el 11 de julio pasado, en París. Adiós, Milán Kundera.


12
Jul 23

Juventud en apuros: dificultades en lectura y matemáticas tras encierros

 

Los encierros forzados y el aislamiento a los que fueron sometidos muchos jóvenes durante 2020 y 2021 siguen pasando su factura: El desempeño en lectura entre los graduados 2022 descendió 6.21% comparado con el logro que los estudiantes del último año de diversificado alcanzaron en 2019, la última evaluación que el Ministerio de Educación hizo antes del covid-19. Los resultados en Matemáticas muestran una mínima mejora de 0.4%.

La foto la tomé de aquí https://bit.ly/43kPabu.

Los jóvenes no saben leer y, ¿sabrán dividir?  Estos son los resultados más recientes agravados por las clases en casa, muchas veces en condiciones inapropiadas y las clases de dos veces a la semana; pero los resultados de años anteriores no son admirables.  

¿Sabes qué sorprende, pero no sorprende? La evaluación incluyo 130,144 jóvenes y ¡siete de cada 10 estudiaron en un colegio privado, y dos de ellos en establecimientos estatales! una cantidad mínima en el sector municipal y por cooperativa.  No sorprende porque toda la educación en Guatemala es estatal en el sentido de que desde el Ministerio de Educación se diseñan los currícula y con contadas excepciones nada de fondo se hace en los colegios que no sea autorizado y supervisado por la autoridad centralizada estatal.  Lo que conocemos como colegios privados son agencias del sistema estatal que funcionan por permiso. 

Prácticas como la de pasar el año por decreto, y la creencia de que la educación es un derecho que no se le puede negar a nadie han bajado la barra de las exigencias académicas.  

¿Cuántos libros al año leerá el estudiante chapín promedio?


11
Jul 23

¿Será que alguien cae con esto?

 

¿Será que hay gente que cae en estos timos?

La foto la tomé de https://bit.ly/44Bm7lc

Rrrring, Rrrrring:

-Aló

-¿Hablo con XX?

-Identifíquese, ¿con quién hablo?

-Hace una semana usted estuvo preguntando por productos financieros.

-¿De dónde me habla?

-De su banco de confianza.

-Y…¿cuál es mi banco de confianza?

–De donde le hemos estado ofreciendo productos financieros y usted los ha rechazado; y en esta ocasión lo llamo para ofrecerle una modalidad distinta…

-Disculpe, me llama en medio de algo y no puedo atenderlo.

-¡Por educación termine de escuchar lo que le tengo que decir y lo que le tengo que ofrecer!

XX cuelga.

¿Será que hay gente que cae en este tipo estafas? Porque seguro que esto es un engaño.


10
Jul 23

Rayos en el volcán de Agua

 

Una buena tormenta eléctrica se desató hoy al atardecer y produjo rayos sobre el volcán de Agua.

La hora dorada acompañada por rayos. Foto por Luisfi.

Desde mi balcón se aprecia rayo tras rayo sobre el coloso, junto a la ciudad de Guatemala.

La tormenta eléctrica duró varios minutos. Foto por Luisfi.

Me encantan las tormentas eléctricas…pero como dice mi mamá: De lejos se ven los toros.  Cuando los rayos caen muy cerca y uno tras otro ya no me encantan.


07
Jul 23

Minerva y el positivismo en Guatemala: una visión histórica reveladora

 

Minerva en Guatemala. La presencia de la diosa romana en las artes y en la guerra ordenada en el gobierno de Manuel Estrada Cabrera fue el título de una conferencia que ofreció el investigador e historiador Ricardo del Molino en el Museo Popol Vuh.

En dos platos, Ricardo nos contó que el régimen de Estrada Cabrera fue la más pura y profunda manifestación política del positivismo de Augusto Comte no sólo en Hispanoamérica, sino en el mundo.  ¿Y qué es el positivismo? Una filosofía que sostiene que todo conocimiento genuino es el resultado de la interpretación de hallazgos sensorialmente observables y verificables. Es decir, de hallazgos medibles y contables. 

Mi bisabuela, Adela, y su amiga Clara Schippers en la carroza frente al templo de Minerva. Haz clic en la foto para ver más fotos. La foto es de mi álbum familiar.

Los positivistas creían que los fenómenos sociales eran susceptibles de ser observados y comprehendidos mediante el mismo método que se usa en las ciencias naturales.  Su lema político, plasmado en la bandera de Brasil, es Orden y progreso.  El propósito de la guerra ordenada, enunciado arriba, era el de imponer un orden social; y en ese contexto, los positivistas estaban convencidos de que el progreso era imparable y sólo traía cosas buenas. 

Marte, pues, es el dios romano de la guerra agresiva, irracionalmente violenta y conflictiva; en tanto que Minerva es la diosa de la guerra ordenada y racional contra la ignorancia y la barbarie, por la educación y por la ciencia. Pero más que científico y racional, el positivismo era cientificista y racionalista; y gozaba de buena prensa.  ¿Has leído Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos? ¿O por lo menos has visto la peli con María Félix? La hacienda Altamira y el protagonista Santos Luzardo son símbolos positivistas que estaban muy vivos en 1929, y décadas más tarde.

Lo fascinante de la hipótesis de Ricardo es que el tirano de los 22 años deja de ser sólo el dictador caprichoso y sediento de poder que pintaron Rafael Arévalo Martínez y Miguel Ángel Asturias (este último con una maestría admirable), sino que su gobierno (quizás agriado por la muerte temprana y trágica de sus hijos y por una serie de atentados), se enmarca brillantemente en el contexto de una filosofía que gozaba de mucho prestigio desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX…y sobrevive en el XXI.

A mi lado liberal clásico el positivismo le incomoda porque quienes hemos leído a Friedrich A. Hayek y a otros autores similares entendemos que el progreso no es inevitable y entendemos que lo que conocemos como progreso social en realidad es evolución social.  Entendemos, por ejemplo, que lo que la gente conoce como progreso, no siempre trae cosas buenas porque la evolución social es un largo proceso de prueba y error.  Y entendemos que el ideal de orden y progreso es peligroso porque…bueno…es constructivista, ¿quién va a ser el ordenador? ¿Qué entiende ese ordenador por orden? ¿Qué entiende por progreso? ¿El orden y el progreso van a ser a costa de la libertad? ¿Van a ser a costa del individualismo? ¿Van a ser medidos desde una perspectiva colectivista? 

Eso, sí, como dice Hayek, sin las fuerzas que producen eso que llamamos progreso, la civilización y todo lo que valoramos -y ciertamente casi todo lo que distingue al hombre de las bestias-, o no existiría o no podría mantenerse por más tiempo.

A mi lado objetivista el positivismo le incomoda porque Comte fue quien desarrolló el concepto de altruismo en su Catecismo positivista.  No debemos confundir altruismo con benevolencia, sino que hay que entenderlo en su significado original: la idea de que todos estamos moralmente obligados a vivir para los demás y que, por lo tanto, no existen los derechos individuales.  Apunta hacia una supuesta identidad de los intereses personales con los de la comunidad y no sorprende que -por esa vía y poco más tarde- otros pensadores hayan arribado a la idea espantosa de que el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.

Ayn Rand explicó que para el altruismo el “beneficiario” de una acción es el único criterio de valor moral y en tanto que el beneficiario sea cualquiera menos uno, todo se vale.

Entender a don Manuel Estrada Cabrera y sus minervalias en un contexto neoclásico -más universal que el de la dictadura hispanoamericana ramplona- le da dimensiones nuevas (que no necesariamente buenas) al período de la historia guatemalteca entre 1898 y 1920.  También invita a pensar qué del positivismo comtiano -racionalista y constructivista- todavía está bien, bien vivo entre nosotros los chapines para desgracia nuestra.

Columna publicada en República