07
Feb 24

El temblor de anoche

 

Anoche sí sentí el temblor; porque el de la mañana…ni enterado; y lo curioso es que -seguramente a la hora del temblor de la mañana- yo les estaba explicando a mis estudiantes la importancia de tener un kit de terremoto.

Haz clic en la imagen para ver información sobre este sismo.

Les expliqué que Guatemala está sobre tres placas tectónicas y cruzada a diestra y siniestra por fallas geológicas activas. Aparte de tener tres volcanes activos. Por lo que no es raro que haya sismos cada tanto y que algunos de estos sean mortíferos como el de 1976 y los de 1917 y 1918. 

¿Qué tienen nuestros kits de terremoto en casa?

Una mudada de ropa,  baterías, una linterna, un par de botellas de agua, sendas latas de frijoles, elotes y atún, galletas de soda,, antigripales, antialérgicos, analgésicos, antidiarréicos, fósforos, vodka y algo de dinero cada uno. También incluimos una carpa y bolsas de dormir.

¿Sabes para qué son útiles las sirenas sísmicas?

Un cuate que sabe de estas cosas me explicó que hay 33 sirenas instaladas en el bulevar Los Próceres, el Obelisco, toda la Séptima Avenida y parte de la calle Martí.

No todas las construcciones tienen al mismo ingeniero estructural y la escala se percibe de menor, o mayor intensidad. Las alarmas se encienden de manera automática al llegar a 5 grados para arriba la intensidad.

El primer motivo para las sirenas es que si estás en un edificio en dónde no se siente nada a pesar que está temblando relativamente fuerte, esto puede presentar un riesgo porque significa que el edificio no es antisísmico, o por lo menos no al 100%. De acuerdo a la intensidad de la escala, el edificio puede presentar daños en la estructura y causar una catástrofe. La intención es que aunque no sientan que está temblando, sepan que deben prepararse para evacuar.

Entonces los edificios deben tener protocolos de evacuación, cosa que se que en muchos no existe, ni administración hay. En el mío, por cierto, hubo simulacro e información por parte de los bomberos, hace más de seis años y creo que no estaría de más repetirlo porque hay mucha gente nueva y mucha gente que, por imprudente, no acudió a la sesión informativa.

Otro motivo para las sirenas es que son para las personas que se encuentran caminando, o en movimiento dentro de un vehículo, si estás en movimiento el sismo no es perceptible y por ello, al sonar una alarma tan fuerte, te tiene que poner en avisó de que está temblando y que la intensidad puede presentar un riesgo.

Acá entra el otro problema, que los conductores sepan cómo actuar al escuchar la alarma, porque la misma desesperación puede causar que aceleren, personas que salgan corriendo de los lugares y sean atropelladas, y más


04
Feb 24

A 48 años del terremoto del 76

 

¿Conoces a alguien que cumpla 48 años de edad en enero?, es decir que ya esté rascando el medio siglo, pues esa persona nació en 1976 el año en el que los guatemaltecos sufrimos un terremoto que costó 23,000 vidas humanas. Yo estaba por cumplir 15 años de edad.

Si eres de los que se asusta con los temblores, imagínate como fue aquello que tuvo una magnitud de 7.5 y sus réplicas. Imagínate lo que es despertarte a las 3:03 de la madrugada con la impresión de que un tren entra a tu cuarto durante 39 segundos.

La revista National Geographic, de junio de 1976, fue dedicada al terremoto en Guatemala.

Esto es lo que recuerdo de aquella madrugada fatídica:

Bien dormido estaba y me despertó el sonido horrible como de un tren que pasaba junto a mi cama, y al instante: el estremecimiento de la tierra. Mi cama se agitaba y yo tardaba en despertar del todo, tratando -al mismo tiempo- de entender qué es lo que estaba pasando.

Cuando cesaron los movimientos me levanté y me vestí. Mientras lo hacía escuchaba los llamados confusos de mis padres y mis hermanos. Una librera había caído sobre la cama de mi hermano, Gustavo. Pero había sido detenida por la cabecera y no lo había lastimado. Mi madre, o mi padre habían sacado a mi hermana, Guisela, que era la más pequeña; y mi hermano, Juan Carlos, estaba sacando a su perro, Manix, de debajo de la cama. Simón, el papá de Manix acompañaba a mis papás como era su costumbre.

Salimos a la calle y todo estaba en orden…excepto los vecinos que también estaban afuera. Mis padres sacaron los carros a la calle y empezaron a sacar de la casa agua, colchas, y seguramente algo de comer.

Al amanecer todo estaba bien a nuestro alrededor. Parecía que no había pasado nada porque todas las casas estaban en pie y el único daño en la nuestra lo había sufrido una botella de Emulsión de Scott que se había caído en el comedor.

Esto es la prehistoria; así que no había teléfonos y no había forma de comunicarse con mis abuelas que vivían del otro lado de la ciudad; así que, al nomás salir el sol, con mi papá, fuimos en su busca. Cuando salimos de la zona 15 y llegamos al columpio de Vista Hermosa vimos los primeros daños alarmantes. La carretera estaba quebrada y había derrumbes. Más adelante había una pared que había colapsado. En la medida en que avanzábamos hacia el centro y hacia el norte de la ciudad veíamos más destrucción, y el corazón se me aceleraba.

Recordaba las historias que mi tía abuela, La Mamita, contaba acerca de los terremotos de 1917 y 18. Recordaba historias de la ciudad devastada, de cómo su familia había tenido que ir a acampar al Parque Concordia. Recordaba historias de la escasez de agua y de alimentos y de la gripe española. Todo aquello daba vueltas en mi cabeza.

Llegamos a la zona 3 donde vivían mi abuelita Juanita y La Mamita. Ahí la devastación era casi total. Había casas completamente destruidas y había escombros en las calles. Yo me imaginaba sacando los cuerpos de las dos viejitas… y en fin…fue un inquietante caminar a lo largo de tres, o cuatro cuadras de ripio esparcido en las calles. Se sentían la angustia y la desolación de las personas. Cuando llegamos a su casa, las viejitas estaban bien. La casa estaba resquebrajada pero en pié. Ellas y unas amigas, tomaban café en la sala, con los perros y todo estaba bien. Sacamos a las señoras y nos llevamos lo más necesario antes de dejar cerrado el inmueble.  Luego nos fuimos a la casa de mi abuela Frances. Al llegar a la Avenida Independencia nos enteramos que varias casas se habían ido al barranco y que había muertos. Rápidamente llegamos a la casa de mi abuela, que estaba en perfectas condiciones.

Ahí estaban  mi abuela Frances; Helen, una amiga de ella; mi tía Patricia y mis primos. Luego de constatar que todo estaba bien pasamos gasolina del carro de mi abuela al de mi padre y como yo tragué un poco de combustible en el proceso, fui al enorme congelador de mi abuela y me comí dos panes congelados. Y ese fue mi desayuno.

Entonces volvimos a nuestra casa, con la abuelita Juanita y La Mamita; y mi madre -con ayuda de mis hermanos- ya tenía todo organizado allá.

Para hacer la historia corta, durante varios días las viejitas durmieron en la sala de la sala de mis padres, mientras que ellos, mis hermanos y yo dormíamos afuera.  Primero en el garage bajo las mesas de ping pong convertidas en dormitorio; y en loa autos. Un par de días más tarde en el jardín, en carpas que nos enviaron de Nicaragua unos amigos de mis papas. Yo dormí con mi ropa a la mano durante casi tres años.

¿Estás preparado para el próximo terremoto? ¿Tienes tu kit de terremoto?


28
Ene 24

Despertar sísmico y el temblor lleva a leche y champurradas

 

Bien dormido estaba la noche del viernes cuando a las 11:52 p. m. me despertó un temblor de tierra.  Como siempre calculé si valía la pena levantarme, o no.  Concluí en que sí y -como siempre- me fui a la sala a grabar el movimiento.

Haz clic en la foto para ver la información.

¿Por qué hago esto? Porque vivo en un piso alto, así que no es como que me pueda poner a salvo si el temblor pase a ser el terremoto.  Porque si no es el terremoto la verdad es que puedo relajarme y concentrarme en el movimiento.  Porque me gusta, y no soy de salir despavorido en desabillé.  Yo, que tenía 15 años cuando el terremoto de 1976 se que ese tipo de movimientos telúricos no son cosa a tomar a la ligera; pero los temblorones no me inquietan.

En casa tenemos, además, mochilas equipadas para el caso de que tengamos que evacuar el edificio.  Nuestros kits de terremoto tienen una mudada de ropa,  baterías, una linterna, un par de botellas de agua, sendas latas de frijoles, elotes y atún, galletas de soda,, antigripales, antialérgicos, analgésicos, antidiarréicos, fósforos, vodka y algo de dinero cada uno. También incluimos una carpa y bolsas de dormir.

Claro que despiertos a la media noche, ¿cuál es el paso siguiente? Un asalto rápido a la cocina en busca de un vaso de leche y champurradas….y el tik tok correspondiente.

@luisficarpediem

Temblor en la ciudad de Guatemala. Magnitud 6.1 #temblor #earthquake #luisfi61

♬ sonido original – Luis Figueroa

Si te interesan los terremotos, en 2018, al cumplirse 100 años de los terremotos de 1917-18 la Universidad Francisco Marroquín organizó una serie de conferencias y une exposición fotográfica. Haz clic aquí para ver las conferencias; y haz clic aquí para ver la que yo ofrecí, titulada Vivencias y anécdotas de los terremotos de 1917-18.


14
Dic 23

¿Temblores en medio de “La batalla por Guatemala”?

Políticamente los guatemaltecos estamos viviendo La batalla por Guatemala; y lo que no necesitamos es un terremoto, menos en temporada de las fiestas de fin de año como en 1917.

Asilo Estrada Cabrera, donde hoy está el Ministerio de Salud. La foto es de José García Sánchez Haz clic en la foto para ver conocer más sobre don José y las fotos que tomó.

El temblor más fuerte de hoy fue a las 11:55 A. M. con magnitud de 5.8 y epicentro fue en Nueva Concepcion en la costa más occidental de Escuintla en la frontera con Suchitepequez; y ese lo sentí re bien. Mi madre sintió este y el que lo precedió, frente a Puerto Madero, en México. 

Tuve la dicha de que mi abuelita Juanita y mi tía abuela la Mamita me contaran, durante mi niñez y mi adolescencia, sus experiencias durante los terremotos de 1917 y 18.  La casa de mi bisabuela, Gilberta, quedaba en la Quinta avenida y 15 calle de la zona 1, justo al lado del consulado de los Estados Unidos de América, edificio que cayó parcialmente en el patio de mi bisabuela y que recientemente fue consumido por el fuego.  Ella y su familia se mudaron al campamento que se instaló en el vecino Parque Concordia y ahí pasaron unos días antes de conseguir un alojamiento mejor en lo que su casa era descombrada.  Por la Juanis y la Mamita supe de las angustias y las penas, las privaciones y las incomodidades.  Relatos y experiencias que luego viviría -salvando las distancias- en el terremoto de 1976.

En una madrugada del 4 de febrero de 1976, yo dormía como tierno; hasta que a las 3:03 a. m.  escuché un ruido como que una locomotora se estuviera aproximando a mi cama, e inmediatamente todo se sacudió.  No se movió…¡Se sacudió con violencia! En cuanto salió el sol mi padre fuimos a la casa de la Juanis y la Mamita a la zona 3 donde había mucha destrucción. Luego a la casa de mi abuela, Frances, que estaba en perfectas condiciones, pero unas cuadras antes, una casa con todo y la familia que la habitaba, había caído al barranco de Ciudad Nueva. Más tarde, con mis padres y hermanos organizamos en el jardín de la casa la forma en que íbamos a vivir mientras nos enviaban carpas desde Nicaragua, unos amigos de mis padres. 

Si te interesan los terremotos, en 2018, al cumplirse 100 años de los terremotos de 1917-18 la Universidad Francisco Marroquín organizó una serie de conferencias y une exposición fotográfica. Haz clic aquí para ver las conferencias; y haz clic aquí para ver la que yo ofrecí, titulada Vivencias y anécdotas de los terremotos de 1917-18.


18
Jul 23

Un buen temblorón

 

Mientras comía papas fritas frente a mi balcón se sintió el temblor de hoy.

De intensidad 6.5 el epicentro fue al sur de Intipucá en El Salvador. Hoy llené mi reporte para la U. S. Geological Survey, una costumbre que tengo desde hace años.

¿Ya tienes tu kit de terremoto? En casa tenemos carpas, bolsas de dormir y catres de campaña…pero a diferencia de lo que ocurría en 1976 no tenemos dónde establecernos con seguridad.  Eso sí, tenemos nuestras mochilas con algo de ropa, algo de alimentos y agua, dinero en efectivo, linternas, baterías, radio, medicinas imprescindibles y algo para primeros auxilios, fósforos, pañuelos desechables, navajas, copias de documentos importantes y pasaportes. Yo tengo una anforita con vodka.


16
Feb 22

¡Que temblorón el de anoche!

 

El temblor de anoche estuvo tan fuerte que me desequilibró cuando me dirigía a tomar vídeo del movimiento, fue la primera vez -desde no me acuerdo cuándo- que sentí que el piso era como liquido.

Como siempre me levanté inmediatamente y me dirigí a la sala para grabar el movimiento de un espejo.  Como vivo en un piso 11 está descartado eso de salir corriendo. En casa no hubo daños pero leí que a un cuate se le abrió la puerta del refrigerador y se salieron cosas.

Haz clic en la foto para ver el vídeo y escuchar el sonido.

Fue de 6.2 y el epicentro fue al sur de Nueva Concepción, Escuintla.

¿Ya tienes tu kit de terremoto? En casa tenemos carpas, bolsas de dormir y catres de campaña…pero a diferencia de lo que ocurría en 1976 no tenemos dónde establecernos con seguridad.  Eso sí, tenemos nuestras mochilas con algo de ropa, algo de alimentos y agua, dinero en efectivo, linternas, baterías, radio, medicinas imprescindibles y algo para primeros auxilios, fósforos, pañuelos desechables, navajas, copias de documentos importantes y pasaportes. Yo tengo una anforita con vodka.

Anoche me costo alguito volver a dormir, no por el miedo, sino porque los memes y los cometarios en Twitter estuvieron especialmente divertidos. Aquí hay unos:

Y aquí hay otros.

Hoy llené mi reporte para la U. S. Geological Survey, una costumbre que tengo desde hace años.  Lamentablemente hubo daños materiales en algunas carreteras y poblaciones y también hubo dos fallecidos por infarto, del susto, supongo.


04
Feb 22

A cuarenta y seis años del terremoto del 76

 

En una madrugada como la de hoy, la del 4 de febrero de 1976, yo dormía como tierno; hasta que a las 3:03 a. m.  escuché un ruido como que una locomotora se estuviera aproximando a mi cama, e inmediatamente todo se sacudió.  No se movió…¡se sacudió!

Con ocasión de aquel movimiento telúrico y sus réplicas murieron unas 23,000 personas y 77,000 fueron gravemente heridas.  Mi madre, por cierto, fue voluntaria en el Hospital Roosevelt para atender a personas que quedaron cuadraplégicas como consecuencia del terremoto.

Porque el fenómeno ocurrió en la madrugada, muchas personas murieron en sus casas de adobe; y no hubo caos vehicular en las ciudades.  ¿Te imaginas el caos del tráfico si el próximo terremoto ocurriera en el día mientras estás en tu trabajo y tus hijos están en el colegio?  No es por asustar; pero Guatemala está sobre tres placas tectónicas, está cruzada de fallas geológicas y es atravesada por parte del cinturón de fuego del Pacífico. Además, sabemos que no pasa mucho

¿Estás preparado? ¿Te has puesto de acuerdo con tu pareja sobre qué hacer si están separados ese día? ¿Qué pasará con tus hijos en el colegio, o los colegios? ¿Y con tus padres mayores? ¿Tienes kit de terremoto en tu casa?  Los teléfonos van a estar congestionados, si no es que están completamente inutilizados.

En casa tenemos carpas, bolsas de dormir y catres de campaña…pero a diferencia de lo que ocurría en 1976 no tenemos dónde establecernos con seguridad.  Eso sí, tenemos nuestras mochilas con algo de ropa, algo de alimentos y agua, dinero en efectivo, linternas, baterías, radio, medicinas imprescindibles y algo para primeros auxilios, fósforos, pañuelos desechables, navajas, copias de documentos importantes y pasaportes. Yo tengo una anforita con vodka.

Recuerda que no existen los desastres naturales; sino que son las personas las que incuban los desastres cuando se colocan en situaciones de vulnerabilidad.  En la ciudad de Guatemala, por ejemplo, hay muchas construcciones en situaciones de vulnerabilidad y riesgo. Si vives, o trabajas en una de ellas, ¿cuál es tu plan?

Columna publicada en elPeriódico.


04
Feb 21

¡A 45 años del terremoto de 1976!

Como quien dice nada, ya pasaron 45 años desde el terremoto de 1976 en Guatemala, sismo que dejó 23,000 muertos y 76,000 heridos. Luego de cuatro décadas y media, todavía recuerdo el ruido que me despertó esa madrugada, que era como si un tren se estuviera aproximando a mi cama.

Los que visitan este espacio con frecuencia saben que disfruto los temblores; siempre y cuando no sean el terremoto.  Saben que en casa tenemos dos kits de terremoto en sendas mochilas.

Esto es lo que recuerdo de aquella madrugada fatídica:

Recuerdo que me despertó el sonido horrible como de un tren que pasaba junto a mi cama, y luego el estremecimiento de la tierra. Mi cama se agitaba y yo tardaba en despertar del todo, tratando -al mismo tiempo- de entender qué es lo que estaba ocurriendo.

Cuando cesaron los movimientos me levanté y me vestí. Mientras lo hacía escuchaba los llamados confusos de mis padres y mis hermanos. Una librera había caído sobre la cama de mi hermano, Gustavo. Pero había sido detenida por la cabecera y no lo había lastimado. Mi madre había sacado a mi hermana, Guisela, que era la más pequeña; y mi hermano, Juan Carlos, estaba tratando de sacar a su perro, Manix, de debajo de la cama. Simón, el papá de Manix acompañaba a mis papás como era su costumbre.

Salimos a la calle y todo estaba en orden…excepto los vecinos que también estaban afuera. Mis padres sacaron los carros a la calle y empezaron a sacar de la casa agua, colchas, y seguramente algo de comer.

Al amanecer todo estaba bien a nuestro alrededor. Parecía que no había pasado nada porque todas las casas estaban en pie y el único daño en la nuestra lo había sufrido una botella de Emulsión de Scott que se había caído en el comedor. También habían caído algunas macetas y piezas de una vajilla.

No había teléfonos y no había forma de comunicarse con mis abuelas que vivían del otro lado de la ciudad; así que temprano, con mi papá, fuimos en su busca. Cuando salimos de la zona 15 y llegamos al columpio de Vista Hermosa vimos los primeros daños alarmantes. La carretera estaba quebrada y había derrumbes. Más adelante había una pared colapsada. En la medida en que avanzábamos hacia el Centro y hacia el Norte de la ciudad veíamos más destrucción, y el corazón se me aceleraba.

Recordaba las historias que mi tía abuela, La Mamita, contaba acerca de los terremotos de 1917 y 18. Recordaba historias de la ciudad devastada, de cómo su familia había tenido que ir a acampar al Parque Concordia. Recordaba historias de la escasez de agua y de alimentos y de la gripe española. Todo aquello daba vueltas en mi cabeza.

Llegamos a la zona 3 donde vivían mi abuelita Juanita y La Mamita. Ahí la devastación era casi total. Había casas completamente destruidas y había escombros en las calles. Yo me imaginaba sacando los cuerpos de las dos viejitas… y en fin…fue un inquietante caminar a lo largo de tres, o cuatro cuadras de ripio esparcido en las calles. Se sentían la angustia y la desolación de las personas. Cuando llegamos a su casa, las viejitas estaban bien. La casa estaba resquebrajada pero en pié. Ellas y unas amigas, tomaban café en la sala, con los perros y todo estaba bien. Sacamos a las señoras y nos llevamos lo más necesario antes de dejar cerrado el inmueble.  Luego nos fuimos a la casa de mi abuela Frances. Al llegar a la Avenida Independencia nos enteramos que varias casas se habían ido al barranco y que había muertos. Rápidamente llegamos a la casa de mi abuela, que estaba en perfectas condiciones.

Ahí estaban  mi abuela Frances; Helen, una amiga de ella; mi tía Patricia y mis primos. Luego de constatar que todo estaba bien pasamos gasolina del carro de mi abuela al de mi padre y como yo tragué un poco de combustible en el proceso, fui al enorme congelador de mi abuela y me comí dos panes congelados. Y ese fue mi desayuno.

Entonces volvimos a nuestra casa, con la abuelita Juanita y La Mamita, y mi madre ya tenía todo organizado allá.

Para hacer la historia corta, durante varios días las viejitas durmieron en la sala de la sala de mis padres, mientras que ellos, mis hermanos y yo dormíamos en el jardín en carpas que nos enviaron de Nicaragua unos amigos de mis papas. Yo dormí con mi ropa a la mano durante casi tres años.

¿Estás preparado para el próximo terremoto?


23
Jun 20

Un temblor que se dejó sentir

El temblor de las 9:29 (Central time) se dejó sentir muy bien y duró bastante tiempo.

Imagen de previsualización de YouTube

 

Como estaba sentado, trabajando, pude sentir cuando empezó a mecerse el edificio de una manera lenta y sostenida.

El epicentro fue a 12 kilómetros al sur-suroeste de Santa María Zapotitlán, México y su magnitud fue de 7.4. Con razón nos meció por aquí.


04
Feb 20

Cabrakcán y la conmemoración del terremoto

Para los guatemaltecos, El terremoto fue el de 1976 y hoy se cumplen 44 años de aquella tragedia en la que murieron unas 23,000 personas.  ¿Estás preparado para el que viene? Y digo el que viene porque…ya sabes, Guatemala está sobre tres placas tectónicas y cruzada a diestra y siniestra por fallas geológicas activas. Aparte de los volcanes.

Kabrakán, por Guilllermo Grajeda Mena; según el Popol Vuh, él es el hacedor de terremotos.

Hubo un gran simulacro en la ciudad de Guatemala y en la Universidad Francisco Marroquín participamos como un ejercicio educativo y de prevención.  En 1976 yo tenía 15 años de edad y recuerdo muy bien aquella madrugada fatal.  Por eso, quizás, es que siempre me gusta estar listo para un movimiento telúrico de importancia.

En mi casa, por ejemplo, tenemos organizados dos kits de terremoto: estos son es una mochila por habitante con una mudada de ropa,  baterías, linterna, un par de botellas de agua, latas de frijoles, elotes y atún, galletas de soda, antigripal, antialérgico, analgésico, antidiarréico, fósforos, vodka y algo de dinero. También carpas y bolsas de dormir.

No está demás pensar que, si el próximo terremoto fuera en el día:

  • ¿Tienes un plan para reunirte con tu familia que, posiblemente estará dispersa?
  • Los colegios de tus hijos, ¿tienen planes para terremoto? ¿Los han discutido contigo?
  • Tus hijos, ¿saben exactamente que hacer si hay un terremoto y están fuera de casa?
  • ¿Ya tienes tus mochilas de emergencia?
  • En tu trabajo, condominio, o edificio, ¿tienen plan para terremoto?