11
Nov 25

“Frankenstein”, ovación de pie

 

No pude evitar aplaudir cuando concluyó la pelicula Frankenstein, de Guillermo del Toro.  ¡Que fotografía! Visualmente, esa fantasía romántico/gótica basada en la novela de la genial Mary W. Shelley (que la escribió a la edad de 18) es un lujo. Su estética es sobrecogedora.  Por donde se la vea, yo digo que es casi imposible ser más fiel al libro no solo en forma (aunque difiera en un par de detalles), sino en fondo.  ¿Y qué decir de las actuaciones? 10/10. Esa novela/película de carácter ético debe ser vista y conversada. 

Poster de Frankenstein via Wikimedia Commons.

Tengo varias frases favoritas en la peli:

  • Mientras estás vivo, ¿qué recurso tienes sino vivir? Victor
  • Tú puedes ser mi creador, pero a partir de hoy, yo seré tu amo. La creatura
  • En ti he creado algo verdaderamente horrible, Victor; a lo que la creatura responde: No algo, alguien. Víctor
  • No puedo morir; y no puedo vivir…solo. La creatura.
  • El milagro no es que yo hable. Es que tu escuches. La creatura.
  • Victor, sólo escuchas cuando te hago daño. La cratura.
  • Me diste una vida no deseada. Te la devuelvo. Me creíste un monstruo. Ahora te devuelvo el favor. La creatura
  • La elección [la facultad de elegir] es la semilla del alma. Elizabeth

En abril de 2020 participé en el club de lectura virtual Rights and Responsibilities in Frankenstein and The Theory of Moral Sentiments, organizado por el Liberty Fund y fue una experiencia enriquecedoraEn esa ocasión hablamos sobre temas como si The Theory...es una obra trágica, u optimista.  Sobre la relación entre justicia y beneficencia. ¿Es lo mismo ser padre, que creador? Hablamos sobre la responsabilidad y sobre si Victor Frankenstein es un esquizofrénico y la creatura es, o no un alter ego. ¿Cuál es la diferencia entre llamar creatura, o monstruo a la obra de Frankenstein? Hacer promesas, ¿es moral, o inmoral? ¿Por qué es que, a veces, las personas se sienten culpables a la hora de castigar a los responsables de crímenes?

Durante el fin de semana, Frankenstein me llevó por varios vericuetos, seguramente para mi clase de ética de la libertad:  Un análisis ético objetivo permite extraer paralelismos profundos y contrastes reveladores entre la novela de Shelley (y la peli de del Toro) y la ética Objetivista:

El egoísmo racional vrs. el altruismo sacrificatorio

La ética Objetivista define la virtud del egoísmo como la racionalidad en la persecusió del interés propio a largo plazo, sin sacrificar a otros, ni ser sacrificado. En Frankenstein:

Víctor Frankenstein actúa inicialmente desde un egoísmo racional: su ambición científica es un acto de creación personal, un fin en sí mismo. Su error no es el egoísmo, sino la evasión de la realidad (un vicio cardinal en el Objetivismo): al crear el ser, rehúsa asumir las consecuencias racionales de su acto (la responsabilidad de guiar a una mente racional naciente).

La creatura, por su parte, no nace malvad, sino que se corrompe por el rechazo de su creador, el rechazo social y la ausencia de guía racional. Su demanda de una compañera es un grito de altruismo forzado: exige que Víctor sacrifique su vida y valores para redimirlo. En la novela, Víctor, al ceder parcialmente y luego retractarse, oscila entre altruismo y evasión, y nunca afirma su derecho moral a su propia vida.

La creatura encarna la mentalidad del second-hander, que Ayn Rand expone bien en El manantial: vive para la aprobación ajena, y al no obtenerla, recurre a la violencia. Víctor, en cambio, representa al creador que traiciona su propia mente al evadirse de la lógica de sus acciones. 

Claro que a creatura no vive para la aprobación ajena al inicio (en el calabozo, por ejemplo). Busca reconocimiento racional de su mente y virtud, algo moralmente legítimo (como en la cabaña donde hay empatía y bondad y al hacer tareas para la familia). Solo después del rechazo sistemático —y al no encontrar ningún ser racional que responda con juicio en vez de miedo— comienza a exigir por fuerza lo que no puede obtener por valor.

La responsabilidad del creador

En el Objetivismo, la productividad es una virtud central. El creador es moralmente responsable de su creación solo en la medida en que afecta su propia vida racional; pero Víctor:

Crea sin un propósito racional integrado: su acto es un fin en sí mismo, pero no evalúa las consecuencias en la realidad (ni biológicas, ni éticas, ni sociales). Al repudiar a la creatura, viola el principio de no agrasión y renuncia a su derecho a la propiedad de su creación (en sentido Objetivista: la mente que la produjo).

Lección objetivista: Un inventor, o un científico no están obligados a servir a la humanidad, pero sí a no evadir las consecuencias previsibles de sus actos. Víctor no debe su vida a la creatura, pero sí debe enfrentar la realidad de lo que ha creado. En el caso de la novela: no sólo la realidad de la cratura misma, sino la los crímenes que comete para extorsionar a Víctor.  Crímenes que la peli omite.

 La tragedia como consecuencia del anti-egoísmo

La novela es una crítica implícita al romanticismo byroniano (el genio torturado, el rebelde contra la naturaleza), y desde el Objetivismo es una parábola del altruismo y la evasión:

  • Víctor se sacrifica por su familia, por la creatura, por la culpa —nunca eiige su propia felicidad racional.
  • La cratura exige sacrificio ajeno como condición para su redención.
  • En la novela y en la peli, nadie elige la vida egoísta racional, ni el creador, ni la creatura, ni la sociedad.

La tragedia no surge del conocimiento, o de la ambición (como teme Shelley), sino de renunciar al egoísmo racional por altruismo, culpa o evasión. Si Víctor hubiera afirmado: He creado una mente racional; mi deber es enseñarle a pensar, no a servir ni a ser servido, la historia habría sido distinta.

Frankenstein ilustra lo que ocurre cuando el egoísmo racional es reemplazado por evasión y altruismo. No condena la creación, ni el orgullo del hombre, sino la traición a la mente. En palabras de Ayn Rand: El hombre es un fin en sí mismo y Víctor olvida esto, y la criatura nunca lo aprende.

¡Afirma tu mente racional y vive como un fin en ti mismo, o prepárate para la tragedia que sigue a la evasión!


08
Oct 25

Derrumbes y advertencia ignorada

Nos encaminamos a otra catástrofe porque los terremotos se repiten. Preocupa la urbanización del borde oriental del valle. Por motivos desconocidos, esa área no se movió en el 76 y es de esperar que el sistema de fallas que hay ahí se active en algún terremoto futuro, dice el documento de recomendaciones del Estado del aspecto geológico en el diagnóstico de la prevención de desastres por terremotos en Guatemala, por el geólogo Samuel Bonis, del Dartmouth College. Esto ya lo he compartido antes. Estamos advertidos:

Así se ve el derrumbe en el Km. 24. La foto la tomé de Clima Guatemala.

En esa área hay elementos de inestabilidad propios de una zona de fallas: taludes pronunciados, cosas fracturadas y alteradas, y filtraciones de agua, entre otros, añade el documento, Estado del aspecto geológico en el diagnóstico de la prevención de desastres por terremotos en Guatemala, de mi estimadísimo profesor de geología.

Para los desorientados, el borde oriental del valle está en la carretera a El Salvador, cerca de donde ocurrió el derrumbe en el Km. 24.

Independientemente de si las construcciones del área tienen licencia o no, creo que la advertencia de Sam no debería ser pasada por alto ni por las inútiles autoridades municipales, ni por desarrolladores, empresarios y clientes. En el documento, el geólogo advierte que, para sorpresa de nadie, en 1976 hubo mucha destrucción y muerte en los barrancos. Se culpó a las fallas; pero en realidad las únicas fallas fueron de juicio, ética y responsabilidad al construir, o permitir construir, en condiciones topográficas precarias.

El del lunes no es el único incidente en el área, ya que hubo uno en Muxbal, en 2020; y en 2013, el de una casa ubicada a la altura del Km. 10.5 de la zona, fue un derrumbe espectacular y peligroso. ¿Te acuerdas?

En aquella ocasión, mi cuate Kike (arquitecto) comentó: Hasta donde yo sé, todo el territorio de la ciudad está fracturado, producto de nuestro proceso sísmico; hay estudios geológicos que lo demuestran. Eso de vivir en laderas es una chifladura extrema porque el suelo siempre está en constante acomodamiento. Mi cuate, el difunto Roberto Woolfok, del Instituto Geográfico Nacional, me enseñó un mapa de las fallas que cruzan el asentamiento de la ciudad de Guatemala. Una lectora, Claudia, escribió: Mi profesor de tipología estructural nos decía que no había que construir a una distancia de una altura desde la orilla del barranco; o sea, que si la altura del barranco era de 100 metros, había que alejarse 100 metros de la orilla para construir; pero muchas veces la ignorancia de unos, unida a la inconsciencia e irresponsabilidad de otros, tiene consecuencias lamentables. El valle de la ciudad es un hundimiento muy antiguo, es decir, las laderas a los lados, la carretera a El Salvador y Mixco, están llenas de fracturas (fallas pequeñas, digamos) y no es recomendable construir tan cerca de la orilla. Se supone que, en una ladera, hay que retirar el equivalente de tierra al peso de la edificación para llegar al nivel del suelo que pueda “cargarlo”.

En esa dirección, el ingeniero Héctor Monzón ha explicado, muchas veces, que no hay desastres naturales, sino desastres fabricados; son las personas las que incuban los desastres al ponerse en situaciones de riesgo.

No podemos seguir ignorando la ciencia y la historia. Construir en zonas de riesgo no solo es jugar con la vida de las personas, sino también con el futuro de nuestra ciudad. Es hora de que autoridades, desarrolladores y ciudadanos asumamos la responsabilidad de tomar decisiones informadas y éticas. Porque, como bien dice Monzón, los desastres no son naturales: los fabricamos nosotros. No ignoremos las advertencias de Bonis, Monzón, Woolfok y el profesor de tipología estructural.


21
Mar 25

El seguro es civilizador

 

¡Ardió Troya! Porque la administración semiyera dispuso imponer un seguro obligatorio de responsabilidad civil contra terceros y ocupantes de vehículos particulares sin decir ¡Agua va!. Yo digo que es la única cosa buena que han hecho… y la hicieron con las patas; sin campañas previas de concientización y de persuasión, por ejemplo. Y la administración tuvo que recular.

¿Quién paga por cosas así? La foto es de dominio público, via Wikimedia Commons.

Aún con la reculada, la conversación al respecto es válida: aunque obligatorio, el concepto de un seguro de ese tipo no riñe con la libertad porque todo ejercicio de la libertad trae aparejada la responsabilidad. Y, ¿sabes?, la responsabilidad es hacernos cargo de las consecuencias de nuestras decisiones y acciones. Y ese hacernos cargo no es solo en el orden moral, sino material. Luego, si voy a hacer uso de mi libertad para conducir un vehículo, debo prever la posibilidad de hacerme cargo de los daños que pudiera yo causar por el uso del vehículo, incluso si los daños no fueran maliciosos.

En Los fundamentos de la libertad, Friedrich A. Hayek nos dice que siempre, en el mundo occidental, ha constituido un deber de la comunidad el arbitrar medidas de seguridad a favor de quienes —como consecuencia de eventos que escapan de su control— se vean amenazados… y añade que si de modo general se proclama el derecho a quedar protegidos contra las extremas adversidades… prescindiendo de si los interesados podría,n o debían haber adoptado las medidas previsoras oportunas y, sobre todo, si la asistencia adquiere tales proporciones que reduce al mínimo el esfuerzo individual, parece obvio que todo el mundo ha de venir obligado a asegurarse —o bien a adoptar las previsoras medidas de la clase que convenga— contra los habituales azares que comporta la vida. En el caso del seguro en cuestión, la justificación no se basa en que deba coaccionarse a la gente para que realice algo que redunda en su interés, sino en la circunstancia de que los imprevisores pueden no tener la capacidad de hacerse responsables. Imagina que tengas que pagarle la moto a un chato porque te distrajiste; el seguro te saca del apuro. Imagina que rayes un carrazo de esos que andan por ahí; el seguro te saca del apuro.

Hayek añade que si el gobierno exige que todo el mundo adopte determinadas medidas de prevención —de las que tan solo antes algunos se cuidaban—, parece lógico que el gobierno coadyuve a la creación de instituciones apropiadas al caso. Eso no debe interpretarse como subsidios ni seguros estatales, sino como abrir totalmente el mercado de los seguros a la competencia nacional e internacional y facilitar que el espíritu emprendedor e innovador desarrolle productos a precios razonables y con los mejores beneficios posibles. Yo insistiría en que hay que confiar en el mercado y en la creatividad empresarial. Y en que de ninguna manera se deben alcahuetear el mercantilismo, ni fomentar una piñata.

Resuelto el problema filosófico, aquí hay cuatro motivos prácticos para que aquel seguro sea una expresión de responsabilidad, incluso para personas con presupuestos familiares muy ajustados:

  1. Protección financiera para terceros vulnerables: Si un motorista o automovilista con recursos limitados causa un accidente, es probable que no tenga los medios para pagar los daños causados. El seguro obligatorio garantiza que las víctimas reciban compensación sin depender de la capacidad económica del culpable y evita que queden desamparadas.
  2. Evitar deudas abrumadoras para el conductor: Sin seguro, una persona de bajos ingresos que cause un accidente podría enfrentar demandas o costos legales que la endeuden de por vida. Aunque la prima del seguro representa un gasto, es mucho más manejable que pagar directamente sumas elevadas tras un incidente, especialmente para quienes ya tienen presupuestos ajustados.
  3. Reducción de conflictos y costos sociales: Los accidentes sin seguro a menudo derivan en disputas legales o situaciones donde el gobierno debe intervenir (por ejemplo, al cubrir gastos médicos de víctimas no aseguradas). El seguro obligatorio reduce esta carga a los tributarios, lo que beneficia indirectamente a todos, incluidos los conductores de bajos ingresos que dependen de servicios estatales.
  4. El seguro es civilizador: Sabiendo que hay un sistema que cubre daños, los conductores tienden a ser más conscientes de las consecuencias de sus acciones. Para alguien con poco dinero, el riesgo de perderlo todo en un accidente podría ser paralizante; el seguro le permite circular con cierta tranquilidad, siempre que cumpla normas básicas, sin que el costo sea prohibitivo si se diseñan pólizas accesibles.

Reconozco que para motoristas y automovilistas con presupuestos ajustados el costo del seguro puede ser una carga, pero aquellos motivos justifican su obligatoriedad si se implementan opciones de bajo costo en un mercado abierto y competitivo, sin privilegios para que no sea otra piñata semiyera.

Columna publicada en República.


04
Jun 24

Impuestos y coacción

En X circula la idea de que las distorsiones en las preferencias de los usuarios -motivadas por alzas en los precios, a causa de impuestos- no son coacción per se.  ¡Y claro que si son coacción! 

Para comenzar fácil los impuestos o tributos son impuestos; e imponer quiere decir obligar; y obligar es sinónimo de forzar. Los impuestos no los pagas voluntariamente; y tributos como el que pesa sobre los rendimientos del capital (o Impuesto Sobre la Renta) no los pagas, sino que te los quitan (te los retienen) antes de que recibas tu transferencia.  Ni siquiera puedes rehusarte a pagarlos porque nunca pasan por tus manos.  Cuando vas al supermercado no hay forma de decir: Por favor no me cobre IVA.  Los recaudadores usan drones para mantener controladas tus propiedades y forzarte a pagar el IUSI que ellos demandan. 

¿Cómo te fuerzan -los recaudadores- para hacer efectiva la imposición y el pago de impuestos? Te amenazan con que si no entregas tu propiedad (la parte que ellos reclaman), te causarán un daño.  ¿Qué daño? Te meterán preso.  Si no cumples con sus exigencias irás preso…enchachadopie con jeta porque no les pagaste.

Es como cuando un grupo delincuencial amenaza al tendero con que si no le paga le hará daño al negocio, a su familia, o al tendero. En esencia, la extorsión consiste en amenazar a una persona para obligarla a actuar de determinada manera y, así, obtener dinero . Si ves las similitudes, ¿verdad? 

La coacción puede ser legal, o arbitraria y consiste en usar la fuerza, o la amenaza del uso de la fuerza para conseguir que alguien haga algo, o deje de hacer algo.  En este caso la amenaza de cárcel es lo que consigue que las personas paguen los impuestos que -sin la amenaza- podrían elegir no pagar. La coacción puede ser legal si se hace conforme a la legislación aunque viole derechos individuales (que son la vida, la libertad y la propiedad de las personas); pero, ¿es legítima? No.  Si una norma viola derechos individuales no es legítima; aunque sea consecuencia de la voluntad de la mayoría (o de quienes alegan representar a la mayoría y aunque haya sido promulgada de acuerdo con el proceso de formación de legislación. De ninguna manera es aceptable la creencia de que la voluntad de la mayoría puede legitimar una norma que viola los derechos de una minoría. ¿Y cuál es la minoría más pequeña? La minoría de uno.  No hay minoría más pequeña que la de un individuo.  Existe una división importante entre lo que es legal y lo que es legítimo.  Lo legítimo lleva una carga moral de fondo; en tanto que a la legalidad sólo le concierne la formalidad superficial.

Entonces, ¿por qué podemos meter presos a asesinos, ladrones, secuestradores, y otros criminales de forma legítima? Porque, parafraseando a John Locke, cuando un criminal decide violar los derechos a la vida, la propiedad y a libertad de otras personas se pone en guerra contra los integrantes del orden social y renuncia a la plenitud del goce de sus propios derechos. No en su totalidad, claro (porque el orden social depende del respeto a los derechos individuales), pero ya no es igual a las personas que respetan la cooperación social pacífica. 

La ilustración de Hagar, The Horrible, Dik Browne la tomé de Facebook.

El tributario, a quien el gobierno decide quitarle su libertad y su propiedad, no se ha puesto en guerra con nadie. Tu…no te has puesto en guerra con nadie.  Sólo eres víctima de quienes pueden amenazarte con causarte el daño de la cárcel y otros daños colaterales, sólo porque alegan representar la voluntad de la mayoría y han cumplido con ciertas formalidades hechas a a medida.

Para estas alturas debería verse claro que si involucras impuestos en una relación eso es coacción. 

La distorsión de las preferencias

Hay grupos de personas a las que no les gusta tu forma de vida.  Por ejemplo: no les gusta lo que comes, o lo que bebes.

Como no se atreven a forzarte directamente para que no comas y no bebas lo que ellos consideran que no debes comer, ni beber; pues te lo pueden encarecer artificialmente mediante la imposición de un tributo. Entonces por ejemplo, a los productos que tienen grasas, azúcares, u otros componentes que aquellas personas estiman que tu no debes ingerir le ponen un impuesto con la idea de que, por caro, no lo puedas consumir por lo menos con la frecuencia que sueles consumirlo.

La ilustración de Hagar, The Horrible, por Dik Browne, la tomé de Facebook.

Como la mayoría de nosotros vivimos con un presupuesto limitado, la decisión de encarecer -mediante impuestos- algunos productos que consumimos nos hace  actuar de una forma en la que no actuaríamos en ausencia de tributos (de ahí la distorsión).  Parece una decisión voluntaria eso de que renuncies a comer,o beber productos que han sido encarecidos; pero no lo es. ¿Por qué? Porque la opción no responde a una decisión de mercado (como cuando no compras lorocos porque están caros). Sino que responde a una decisión política y ya sabes, la política es la ciencia del poder, es decir, de la capacidad de hacer que otras personas actúen como quieren los que ejercen el poder, ya sea mediante persuasión para influir, o mediante la fuerza, para obligar. ¿Qué instrumentos usan los grupos que quieren dirigir tu vida? La legislación que impone tributos. Descartada la persuasión, el instrumento es el castigo económico (la expoliación) si consumes lo que el grupo con poder no quiere que consumas. De ahí que es bueno que el impuesto fuera eliminado de aquella iniciativa. 

A los pipoldermos que controlan el estado niñera les gustan aquellos impuestos porque, ¿a qué político colectivista no le gusta gravar para gastar? Pero hay un efecto más perverso que la expoliación; y ese es el de la infantilización de los individuos. La coacción -disfrazada de información- destinada a modificar las preferencias de las personas, para que no consuman ciertos alimentos (y consuman otros) irrespeta la dignidad de las víctimas y las convierte en niños que llegan a creer, de verdad, que no deberían tener la responsabilidad las decisiones que toman en sus vidas porque esa responsabilidad ya la asumieron los políticos y burócratas…que luego te informarán que tienes que alimentarte con insectos.


07
May 23

Libertad y responsabilidad, reflexiones de Juan Ramón Rallo

 

El día que recibió el grado de doctor honoris causa en la Universidad Francisco Marroquín, Juan Ramón Rallo se echó uno de los mejores discursos de graduación que he oído. Eso fue el 6 de mayo de 2023.

Luisfi y Juan Ramón Rallo en el Jardín Manuel F. Ayau.

Juan Ramón es brillante y es una lástima que nunca he conversado con él.

La libertad va inexorablemente unida a la responsabilidad o, en un sentido más amplio, a la justicia: un individuo tiene el derecho a que sus planes de acción no sean anulados violentamente por terceros, porque esos terceros tienen el deber, la obligación y la responsabilidad de no anular violentamente los planes de acción de ese primer individuo (y viceversa). O, dicho de otro modo: la libertad solo existe, solo cobra sentido, dentro de un orden jurídico que define normativamente esas esferas morales dentro de las que cada individuo sí puede ser soberano, porque cada uno de los individuos está obligado a respetar la esfera de autonomía moral de los demás, dijo en su alocución.


26
Jul 22

Bergoglio abusa de sus facultades

 

Jorge Bergoglio se reunió con sobrevivientes de una antigua escuela residencial para indígenas en Canadá, para pedir perdón por el papel que tuvo la organización que dirige en la violencia infligida a miles de menores de pueblos autóctonos.

La foto la tomé de Facebook,

El dirigente católico dijo: Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, sobre todo a través de su indiferencia, en los proyectos de destrucción cultural y de asimilación forzosa promovidos por los gobiernos de la época, que culminaron en la sistema de escuelas residenciales.

Pero…¿puede Bergoglio hacer algo así éticamente?  Digo, porque la responsabilidad consiste en hacernos cargo de las consecuencias de nuestras decisiones y de nuestras acciones…personales e individuales, concretas.  Sólo puedes pedir perdón por tus decisiones y acciones, no por las de otros…y menos si son de hace décadas, o siglos. Quién perdona se comprende profundamente a sí mismo y a sus semejantes, permitiéndole entender la razón de por qué perdona. De ahí que el perdón deba ser personal e individual, concreto.  No puede ser un acto colectivista y abstracto.  No puedes pedir perdón por algo que no hiciste, y no puedes perdonar a alguien que no te hizo nada.  No tiene sentido alguno pedir perdón por algo que hicieron otros cuando no estabas en posición de tener algo que ver con esos actos.

Bergoglio tendría que saber y entender aquello porque la responsabilidad estrictamente personal de los actos es una de las rescatables aportaciones éticas del cristianismo. Opuesta, incluso, a la responsabilidad colectivista aniquiladora del Viejo Testamento en el que todos los bebés son pasados por las armas, o en el que dos ciudades son destruidas por fuego y azufre.  Sin distinguir individuos.  Sólo masas.

Bergoglio no sólo no está obligado a pedir perdón por decisiones y actos ajenos; sino que no tiene derecho a hacerlo.  Es vacía la pretensión de Bergoglio, y la de otros políticos. de buscar redención por actos que ocurrieron hace décadas y siglos, aunque diga que siente tristeza, indignación y vergüenza…porque no son suyas de sentir, ni suyas de expresar.

Es cierto que muchos miembros de la organización que ahora dirige Bergoglio cometieron abusos y hasta crímenes, como lo que algunos religiosos de su persuasión cometieron en Canadá, o el caso de Las hermanas de la Magdalena, por citar un caso entre ¿Cientos? ¿Miles? Pero…los responsables de aquellos actos fueron personas específicas, concretas e individuales, sobre todo individuales. No cabe criar culpa, ni atribuir responsabilidad a la Iglesia que no son sólo Bergoglio y sus cardenales, sino que son todos los católicos como tu, tu y tu, algunos de los que están leyendo estas líneas.


15
Jul 22

La propiedad y las emergencias

 

En semanas anteriores comenté que cuando el estatismo abandona a las personas, la gente tiene derecho a ayudarse a sí misma, sobre todo en circunstancias de emergencia.  Pero advertí que hay que tomar en cuenta que las emociones son los resultados automáticos de nuestros juicios de valor integrados por nuestro inconsciente y que maduramos cuando podemos controlar la mayoría de nuestras emociones…sin perjuicio de lo dicho en la primera parte de este párrafo.

Aquello, te recuerdo, es en el contexto de los arbolitos cortados en la carretera interamericana el 19 de junio pasado cuando la gente fue dejada a su suerte por los pipoldermos, a merced de un derrumbe y del tráfico bloqueado.

El derrumbe en cuestión. Foto por RepúblicaGT.

Faltó comentar el tema de la propiedad porque aquellos arbolitos son mantenidos de forma privada.  Tu propiedad es un derecho que deriva de la propiedad de ti mismo, es el fruto de tu trabajo, tiempo, energía y talentos, es la parte de la naturaleza que conviertes en algo de valor.  Como derecho, la propiedad de aquel fruto es la implementación del derecho a la vida porque te permite actuar para sustentar la tuya, sin que -pudiendo ser independiente- tengas que depender de otros para tu sustento.  Los acuerdos morales que hacen posible la cooperación social pacífica demandan que la propiedad sea respetada y protegida siempre.

Dicho lo anterior, en una emergencia, como la del derrumbe que da pie a estas meditaciones, el evento no elegido, ni esperado y limitado en el tiempo crea condiciones anormales en las que la meta principal es combatir el desastre, huir del peligro y restaurar las condiciones normales.  Te recomiendo La ética de las emergencias, por Ayn Rand.  Cabe superar el mal transe y ayudar a resolver la emergencia, en el entendido de que las emergencias son temporales y en el entendido de que el respeto a los derechos y la cooperación pacífica son valores permanentes, en tanto que los desastres son marginales e incidentales.

Y en el entendido de que somos responsables de nuestros actos, aún en emergencias. [Para el tema de la responsabilidad te recomiendo el capítulo 5 de Los fundamentos de la libertad, de Friedrich A. Hayek.]

¿Qué opinas?

Columna publicada en elPeriódico.

Artículos relacionados;


08
Jul 22

Emociones y responsabilidad

 

¿Te acuerdas de que la semana pasada comenté acerca de que tenemos derecho a ayudarnos a nosotros mismos cuando los pipoldermos nos fallan y nos causan daños y perjuicios?

Quedamos pendientes de comentar acerca del rol de las emociones y acerca del de la propiedad.  Así que, si me acompañas, exploremos las emociones en circunstancias como la del párrafo anterior.

La ilustración la tomé de Facebook.

Las emociones son los resultados automáticos de nuestros juicios de valor integrados por nuestro inconsciente. Las emociones son estimaciones de lo que promueve nuestros valores, o los amenaza; de lo que está a favor, o en contra de nuestros valores.  Digamos que procesamos nuestras emociones con base en nuestros modelos mentales, y que estos se forman a partir de nuestros sistemas de creencias, biografía personal y experiencias vividas.  Y ese procesamiento puede ser pensado, o no.

Decimos que hemos madurado cuando podemos controlar la mayor parte de nuestras emociones en la mayor parte de circunstancias; y podemos decir que actuamos de forma irracional cuando las emociones suelen controlarnos.  Cuando somos incapaces de serenarnos y pensar.

Me detengo aquí para un paréntesis:  Los seres humanos no solemos ser los mismos cuando actuamos individual y aisladamente que cuando actuamos en grupo.  En grupo podemos perder filtros e incluso la prudencia porque en “en mara” la responsabilidad se diluye y encontramos cobijo en el grupo.

Para ir cerrando, y estas no son más que notas exploratorias, los seres humanos -en grupo- podemos actuar de formas en que no actuaríamos solos, e incluso podemos entregarnos a sentimientos que no dejaríamos aflorar como individuos.  Pero, ya sea solos, o “en mara” debemos hacernos responsables de nuestros actos como individuos.

La responsabilidad individual es la clave porque el rol de la responsabilidad es invitarnos a pensar si estamos, o no, dispuestos a enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones y de nuestras acciones.  ¿Qué opinas?

Columna publicada en elPeriódico.


22
Abr 21

“Frankenstein” y Adam Smith

¿Por qué habría que leer Frankenstein, de Mary Shelley y capítulos selectos de La teoría de los sentimientos morales, de Adam Smith uno al lado de los otros? Pues porque participé en el club de lectura virtual titulado Rights and Responsibilities in “Frankenstein” and “The Theory of Moral Sentiments.

El coloquio fue organizado por el Liberty Fund y Adam Smith Works y hábilmente dirigido por Caroline Breashers.

En el mismo participaron personas de distintas partes del mundo y de distintas edades, todas ellas con algo valioso que aportar sobre los temas de las lecturas. ¡Me encanta este tipo de encuentros porque uno descubre mucho sobre las lecturas y a lo largo de las conversaciones!

Hablamos sobre temas como si The Theory…es una obra trágica, u optimista.  Sobre la relación entre justicia y beneficencia. ¿Es lo mismo ser padre, que creador? Hablamos sobre la responsabilidad y sobre si Victor Frankenstein es un esquizofrénico y la creatura es, o no un alter ego. ¿Cuál es la diferencia entre llamar creatura, o monstruo a la obra de Frankenstein? Hacer promesas, ¿es moral, o inmoral? ¿Por qué es que, a veces, las personas se sienten culpables a la hora de castigar a los responsables de crímenes?

Leímos Frankenstein, o el moderno Prometeo completa, claro; y de The Theory…leímos Of the Order in which Individuals are recommended by Nature to our care and attention; Of the beauty which the appearance of Utility bestows upon the productions of art, and the extensive influence of this species of Beauty; Of Sympathy, Of the Pleasure of mutual Sympathy, Of the Principle of Self-approbation and of Self-disapprobation, Of the love of Praise, and of that of Praise-worthiness; and of the dread of Blame, and of that of Blame-worthiness, y Of Justice and Beneficence.

Caroline Breashers, por cierto, tiene una conferencia estupenda al respecto y si te interesan aquellos temas, seguramente querrás verla.

 


09
Dic 20

La irresponsabilidad y la pandemia

Hoy he visto fotos de gente bailando en la plaza de una población, durante la celebración navideña organizada por la municipalidad del lugar.

La foto es de Soy 502.

He aquí 4 detalles que me llamaron la atención:

  1. La fiesta fue organizada por el gobierno local.
  2. Los asistentes no usan mascarilla, ni guardan distancia prudente alguna.
  3. Hay participantes de todas las edades.
  4. La fiesta fue organizada por el gobierno local.

¿En cuántas poblaciones del país ocurren cosas así? Y lo pregunto, no para promover que las autoridades locales (o nacionales) abusen de su poder e impongan restricciones arbitrarias; sino para subrayar la importancia que tiene la responsabilidad individual en condiciones de pandemia.

Puedo entender la necesidad que tiene la gente de celebrar y de compartir las fiestas; pero, ¿tiene que ser de forma tan irresponsable?  Y si bien podría atribuirle la irresponsabilidad a la ignorancia y a la inepcia de las masas, ¿hubo alguien en la corporación municipal que advirtiera que era mala idea organizar un chumúl comunitario?

¿Alguien nos contará si dentro de dos, o tres semanas, hay enfermos de covid-19 en aquella población? ¿Nos dejarán con la duda?

Las personas que participan en actividades multitudinarias de forma imprudente (y vota), ¿de quién creen que es la tarea de proveer y de pagar sus cuidados si llegaran a enfermarse? Temo…y ojalá me equivocara, que muchos creen que es del gobierno…o sea, de los tributarios. Estimo que mucha gente cree que puede actuar de forma irresponsable, y luego exigir que los tributarios se hagan cargo de las consecuencias. ¿La gente se expondría de aquella forma, si tuviera que enfrentar las consecuencias de sus actos?

Los políticos y burócratas que organizaron la fiesta, ¿actuaron de forma distinta a los patojos que organizaron y participaron en la fiesta de la mueblería en junio pasado? ¿Cuál es la diferencia entre una fiesta privada y una organizada desde el estado?

Repito que no estoy a favor de los encierros forzados, ni de las restricciones arbitrarias.  Repito que es responsabilidad individual actuar con prudencia, lavarse las manos, usar mascarilla, evitar reuniones multitudinarias.  Estoy convencido de que muchas personas actúan de forma irresponsable porque han sido infantilizadas en el sentido de que creen que son otros los que tienen que pagar por las consecuencias de sus actos.