república
18
Dic 09
ProReforma, antes de que colapse el sistema
21
Jun 09
¿Otros cuatro años de Los Colom?
Lula me dijo que los primeros cuatro años son para consolidar equipo; los segundos cuatro años, para hacer los grandes cambios; yo solo tengo cuatro, pero les garantizo que va a haber otros cuatro, realmente haciendo los cambios, con otra persona, aseguró el presidente chapín Alvaro San Nicolás Colom.
21
May 09
Nuevas formas de rescatar la república
Durante al fracasado golpe de estado que protagonizó el presidente guatemalteco Jorge Serrano Elías en 1993, entre los periodistas extranjeros que cubrían aquel lamentable episodio chapín, se corrió la idea de La democracia del Camino Real.
26
Dic 08
Meditaciones sobre la disciplina de partido
Ahora que leo que el partido oficial de la administración socialdemócrata expulsó de sus filas al diputado Manuel Baldizón, por indisciplina , creo que es oportuno hacer unas meditaciones sobre la disciplina partidaria.
A mí, ese concepto no me termina de convencer. Los partidos políticos deberían ser organizaciones intermediarias entre quienes ejercen el poder y los que los eligen y los que pagan las cuentas. Una mejor intermediación se haría efectiva si los partidos fueran comunidades de principios y valores, con plataformas programáticas en las que los distintos liderazgos compitieran por su idoneidad para realizar aquellas plataformas y sostener aquellos principios y valores.
Pero los partidos no son eso, ni están cerca de serlo. En realidad son roscas de amigos y clientes diseñadas para funcionar como maquinas electorales que lleven a personas determinadas al poder. Independientemente de sus principios y valores (por buenos que sean) e independientemente de sus plataformas programáticas (si las tuvieran). En esas condiciones, la llamada disciplina partidaria es imposible porque entre las dirigencias partidarias no existen suficientes elementos vinculantes más allá del momento electoral. Una vez alcanzado el poder, las razones para que las dirigencias permenazcan vincluadas se desgastan y se debilitan y lo que pasa a ser importante es conservar el poder y la influencia.
La competencia dirigencial que sería sana en un partido político de principios se convierte, entonces, en pelea de perros para conservar, o para adquirir el control la maquinaria. ¿A qué se puede apelar para la disciplina en esas condiciones?
Estoy de acuerdo con que un partido de principios les reclame, a sus miembros, coherencia y lealtad a los principios fundacionales de la organización; pero aún así, -y sobre todo de forma transparente- un dirigente partidario tiene más compromisos morales con su conciencia y con los compromisos de principios que tenga con sus electores, que con las pretensiones de disciplina partidaria.
La disciplina es propia de un ejército, de una clase de gimnasia, y hasta de un músico; pero cuando se trata de enfrentar los principios y valores personales, con las pretensiones de un grupo como un partido político, es impropio hablar de disciplina.
Celebro que la Unidad Nacional de la Esperanza se esté desmoronando (del mismo modo en que se han desmoronado sus predecesores en el poder); y celebro que Baldizón se quede sin máquina electoral. Pero si los chapines hemos de construir una república en democracia, sana, es bueno meditar sobre qué bases lo vamos a hacer, y es bueno usar el lenguaje apropiado.
27
Ago 08
¡Al diablo con la distribución del poder!
La división del poder, conocida también como separación de poderes, o más apropiadamente, como distribución del poder, es una de las características más importantes de un estado de derecho. Esto es porque no es un secreto que la concentración del poder lleva a la dictadura; y aunque es un hecho que el poder político es uno, también lo es que la distribución de funciones -en una república- debe ser defendida y sostenida para evitar el despotismo propio de aquellos que se atribuyen la facultad de ejecutar, legislar y ejercer la función juristiccional sin pesos, ni contrapesos.
Carl J. Friedrich, citado por Alberto Herrarte en su obra El Estado de Derecho, dice que “la división del poder es la base del gobierno civilizado”; y Karl Loewenstein, también citado por Herrarte, advierte que “la clasificación de un sistema político como democrático constituciona depende de la existencia o carencia de instituciones efectivas por medio de las cuales el ejercicio del poder político está distribuido entre los detentadores del poder, y por medio de las cuales los detentadores del poder están sometidos al control de los destinatarios del poder”.
Me meto en estas profundidades porque Sandra Evita de Colom, esposa del Presidente socialdemócrata de Guatemala, llegó al Congreso de la República (o ex república) a exigir Q2 mil 800 millones para su consejo de coersión social. En el marco de esa visita, el factotum de los Colom en el Congreso, Mario Taracena, pronunción las siguientes palabras con respecto a Fonpetrol: “Ordenes del Presidente y la Primera Dama. Haremos lo que el Presidente diga”. Un Congreso servil es camino seguro para la concentración del poder.
12
Jul 08
Una razón más para volver a votar nulo
Los partidos políticos evolucionaron como organizaciones de ciudadanos que podían funcionar como intermediarios entre quienes ejercen el poder (el gobierno) y los que los elijen y pagan los impuestos (los gobernados).
Por descuido de estos últimos, aquí y en muchas otras partes del mundo, los partidos políticos han degenerado en grupos de interés al servicio de quienes los controlan. En Guatemala la situación ha emperorado porque, francamente, los partidos ni siquiera son facciones, son roscas electoreras organizadas para llevar a sus propietarios al poder.
¿Le daría usted $4 a una de estas roscas? Hoy leo que la Comisión Electoral del Congreso quiere duplicar la deuda política y pretende poner sobre los hombros de los electores y tributarios el peso de más de más de $14 millones.
Los partidos chapines, que deberían cumplir su función natural con base en plataformas programáticas y principios que unan a sus miembros, no son más que maquinarias temporales para tener acceso a puestos de eleccion pública. Y yo digo que es una sinvergüenzada y una canallada lo que pretenden los políticos. Yo digo que hasta que los partidos deben ganarse la confianza de sus potenciales donantes, yo digo que los partidos no deben poder forzar a la gente a mantenerlos, yo digo que los partidos deben madurar.
En una democracia en construcción, y sobre todo en una república sana, los partidios deben evolucionar al lado de la sociedad de la que forman parte. Los partidos son importantes porque tienen una función dentro del sistema político; pero si nos engañamos mediante el financiamiento artificial de partidos que no lo son (sino que son roscas electoreras), lo que hacemos es criar una democrácia y una república asentadas en arenas movedizas.
La llamada deuda política no independiza a los partidos como se pretende hacer creer; al contario, los hace inmerecedores de la confianza de los electores, los hace artificiales, los hace totalmente dependientes de la teta del estado, los hace serviles, les hace innecesaria la maduración y refuerza su tendencia a convertirse en roscas.
Yo por lo pronto, si tengo que darle un centavo más a un partido, contra mi voluntad, ya tengo una razón adicional para votar nulo…, como si hicieran falta más motivos.
04
Jun 08
Meyer se equivoca de pe a pa
” Yo soy el presidente del Congreso y no tengo por qué estar en la picota pública todos los días”, espetó hoy el socialdemócrata Eduardo Meyer; y con esa frase se ha pegado un resbalón de antología. Efectivamente, Meyer es el presidente del Legislativo; y, ¡por ese motivo! sus actos administrativos deben estar sometido al escrutinio público 24/7.
Es tradicional que los pipoldermos se crean una raza superior que, por estar en el ejercicio del poder, está, tambíen por encima del bien y del mal. En la historia política chapina no han faltado los que han creído que las leyes son para los demás y no para ellos. Sin embargo, en Guatemala el poder proviene del pueblo y los funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su conducta oficial. Adicionalmente, todos los actos administrativos son públicos y los interesados tienen derecho a obtener, en cualquier tiempo, informaes, copias, reproducciones y certificaciones que solicinte.
Los actos administrativos de los pipoldermos, están sujeto al escrutinio público porque aquellos son cuestiones de interés público, y porque los políticos son personajes públicos.
Si Meyer y otros pipoldermos no quieren estar en la picota pública, que dejen la política y la administración de la república (o sea de la cosa pública); y se dedique a cultivar setas, o a algo tan privado como eso.
02
Ene 07
Amable comentario de don César
De don César Elí Rivera, amable y frecuente lector, recibí el siguiente comentario:
En relación a la número dos de las uvas por usted propuestas, también he leído el Proyecto de ProReforma. Personalmente, creo que estamos justo en camino de consolidar una democracia más pareja, y sin embargo, el proyecto en mención parece proponer más una aristocracia. La pregunta entonces es: democracia o aristocracia. FELIZ AÑO 2007.
Definitivamente democracia; pero entendida como una forma pacífica para cambiar gobierno y para elegir autoridades, así como para tomar ciertas decisiones en común siempre que ellas no violen los derechos de las personas. Definitivamente estoy contra aquel concepto de democracia que supone, peligrosamente, que la mayoría debe tener poder ilimitado.
Yo creo que no es bueno que alguien tenga poder ilimitado: ni un rey, ni un dictador, ni una aristocracia, ni una plutocracia, ni una democracia. El poder siempre debe ser limitado. Por eso sostengo que es importante preservar el sistema republicano de gobierno; y entiendo que ProReforma es sobre eso: sobre preservar los derechos individuales de todos por igual, sobre tener un gobierno con poderes limitados y subre preservar un sistema republicano de gobierno.
Gracias don César, sus comentarios siempre dan en que pensar.


