10
Abr 11

Quizás es tiempo de repensar en ProReforma

Ahora que leo que la nueva Corte de Constitucionalidad está anuente a cambios a la Constitución, pienso que es una buena oportunidad para repensar ProReforma.

¿Qué tal una reforma que elimine todos los privilegios, incluso los que están más históricamente enraizados en nuesta sociedad?

¿Qué tal una reforma que apunte a la fundación de una república de verdad?

¿Qué tal una reforma que limite el poder de los políticos que por el momento detentan el poder?

¿Qué tal ProReforma?

¿Qué tal si rechazamos cualquier intento por preservar los privilegios, por ampliar la discrecionalidad de los políticos y de sus funcionarios, y por prostituir al sistema republicano?

¿Qué tal si repensamos en ProReforma?


17
Mar 11

Precios reales, y precios políticos

Los precios son mensajeros.   Llevan y traen la información necesaria para que los agentes económicos tomen decisiones acerca de dónde y cuándo colocar sus recursos.  A ese proceso, al de decidir dónde colocar recursos, se le llama cálculo económico; y el cálculo económico es imposible sin precios; y engañoso cuando no hay precios reales. Por eso es que son peligrosos los precios políticos, porque les proveen información distorsionada a los agentes económicos y porque responden a intereses políticos.  Con información distorsionada y sometida a intereses políticos, el cálculo que hacen los agentes económicos es hecho sobre bases falsas, o distorsionadas y sus decisiones resultan en desperdicio de recursos.

Por eso es que el precio del dólar no debe ser un precio político; y por eso es que el precio del dólar no debe responder a las exigencias de grupos de presión como el de los exportadores, o el de los importadores.  El precio del dólar debe ser el que es, y tanto exportadores como importadores deben hacer sus cálculos económicos con base en sus capacidades productivas y competitivas reales, ¡nunca sobre la posibilidad de obtener -o quitarles a otros- el favor político de conseguir un precio privilegiado!

Es inadmisible, pues, que -sea cual sea la causa- haya grupos de interés que puedan usar su poder de lobby, para obtener un precio político del dólar que lo beneficie.  Y menos si es a expensas de otros grupos, con menos poder de lobby, o sin capacidad de mover influencias.


24
Feb 11

El estado clientelar y Alvaro Velásquez

Alvaro Velásquez cree que la filosofía objetivista no es la adecuada para entender la historia guatemalteca y su producto histórico: un estado clientelar forjado a sangre y fuego, donde la intolerancia cumplio un rol atroz.

Pero honradamente, pocas filosofías son tan claras y tajantes contra los privilegios (clientelismo) y contra el uso de la fuerza (sangre y fuego) en las relaciones sociales.  La escuela austríaca, que Velásquez descalifica en su artículo de hoy, también es clarísima contra los privilegios y contra el uso de la fuerza en las relaciones sociales.

Ambas corrientes insisten e insisten en que todos, sin excepción debemos ser iguales ante la ley y que no debe haber leyes especiales ni para individuos, ni para grupos de individuos.  Leyes que permitan que unos tengan más derechos que otros, ni leyes que permitan que unos tengan derechos distintos a otros.  Ambas corrientes insisten  e insisten en que el bienestar -y la sociedad propiamente dicha- sólo son posibles como consecuencia de relaciones pacíficas y voluntarias.

La literatura objetivista y austríaca está llena de explicaciones al respecto; y en ese sentido, no me explico cómo es que la propuesta de Velásquez en el sentido de entrarle en serio a la lucha contra los privilegios riñe con los ideales objetivista y austríaco.

Basada en una propuesta del austriaco Friedrich A. Hayek, ProReforma hizo una propuesta audaz y descarada para entrarle en serio a la lucha contra los privilegios y propuso un artículo consititucional que dijera en ningún caso el Senado o la Cámara de Diputados emitirán Ley o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo.  ¿Quién más ha hecho propuesta semejante?

Para el objetivismo, egoísmo quiere decir que cada individuo tiene derecho a su vida; pero no a las de los demás. ¿Cómo puede  ser que -histórica, o ahistórcamente- este principio no sea uno que pueda contribuir a elevar la calidad política.  De verdad y ya en serio, ¿no tendríamos una mejor sociedad, y una mejor política, si cada quién pudiera perseguir su felicidad, sin dañar a otros?


31
Ene 11

El desatino de los precios tope para estacionamientos

Yo preferiría vivir en una sociedad en la que se respete las libertades de producir, consumir, intercambiar y de servir, sin coerción, ni privilegios.  Preferiría vivir en una sociedad en las que las relaciones entre personas fueran pacíficas y voluntarias; y no forzadas o coercitivas.

Por eso me parece desatinado que haya una iniciativa de ley que pretenda prohibir el cobro del estacionamiento en los centros comerciales; o que les ponga un precio tope a las tarifas que se cobran por estacionamiento en aquellos lugares.  La justificación, para ese tipo de prohibiciones me parece particularmente perversa: quienes la proponen estiman que el estacionamiento debe ser un servicio gratuito para el cliente.

Semejante desaguisado ignora el hecho de que el servicio de estacionamiento se presta en propiedad privada, a cuyo dueño no se le puede obligar a destinarla a propósitos que no sean los que le convengan.  Parte del despróposito que supone que las personas están obligadas a prestar servicios involuntariamente, y por la fuerza.

Nadie está forzado a ir de compras a tal, o cual centro comercial; y las personas que hacen sus compras en esos lugares lo hacen por voluntad propia.  Si quisieran -por la razón que fuera- podrían no ir a esos lugares y nadie, nadie, nadie, podría, ¡ni debería!,  forzarlas a regresar.  Quienes van de compras a esos lugares podrían ir en automóvil, en camioneta, en bicicleta, o a pie.  Nadie, nadie, nadie, podría, ¡ni debería!, obligarlos a ir en algún tipo de vehículo en particular.

Si se fueran admitidos como principios, las ideas de que las personas deben destinar sus propiedades a los propósitos que otros demanden y de que deben prestar servicios contra su voluntad, se estarían admitiendo como principios la abolición de la propiedad privada y se aboliría, también, la prohibición constitucional contra la servidumbre.

En la ciudad hay centros comerciales que cobran el estacionamiento y centros comerciales que no; y las personas tienen la libertad de elegir a cuáles de ellos van, y a cuáles no.  Ya se verá, con el tiempo, si a los centros comerciales que cobran les tiene cuenta hacerlo, o no.  Si la gente los abandona, ese será su castigo por haber pretendido un cobro que la gente no estaba dispuesta a pagar.  Pero si la gente continúa llegando, esto será prueba de que la gente valora cualquiera que sea aquello que reciben, o experimentan en sus instalaciones.  Ese será su premio por darle a la gente lo que quiere.

Una ley que prohibiera el cobro de estacionamiento, o que impusiera precios tope, sería un privilegio y un abuso; y yo preferiría vivir en una sociedad, sin privilegios,  en la que se respete las libertades de producir, consumir, intercambiar y de servir, sin coerción, ni privilegios.  Preferiría vivir en una sociedad en las que las relaciones entre personas fueran pacíficas y voluntarias; y no forzadas o coercitivas.


28
Dic 10

Si el etanol es tan bueno, ¿por qué tiene que ser forzado?

Cuando leo que el éxito de las inversiones en etanol dependen de que su uso sea obligatorio para ser exitosas,  la pregunta que se me viene a la cabeza es: Si el etanol es tan bueno, ¿por qué tiene que ser forzado?

En agosto de 2008, un grupo de Sugar Kings chapines aseguró que podrían invertir más en la producción de etanol, siempre y cuando exista una ley que les garantice el mercado para su producto.

Si el etanol es tan bueno, tan limpio y tan verde, ¿por qué deben forzar su consumo? Como a mí todo lo que es por la fuerza me da desconfianza, me alegro de que el Congreso guatemalteco haya frenado la ley del etanol.

Las reformas que pretenden los legisladores chapines son para hacer “la transición” más pausada y gradual; pero de verdad creo que lo que conviene es hacerla voluntaria. Si la cosa es tan buena como dicen, la gente la preferirá por barata y por rendidora.

Por lo pronto, quizás habría que meditar algunos hechos con respecto al etanol y los biocombustibles:

La apuesta a los biocombustibles es un juego de alto riesgo que los burócratas, viendo a corto plazo y alentados por grupos interesados, realizan no con patrimonio propio, sino con el esfuerzo y ahorros de la gente. El fracasado programa Pro-Alcohol en Brasil dilapidó 9.000 millones de dólares en subsidios.

Los biocombustibles, además, originan graves problemas ecológicos, al igual que otras fuentes renovables como el sol, viento e hidroeléctricas. Para generar 1.000 MW de electricidad, típico de una central nuclear, se requieren unas 600.000 hectáreas de cultivos de caña o maíz. Para generar la energía eléctrica que produce la central Itaipú mediante biocombustibles habría que cultivar más del doble de todo el territorio de Paraguay.

Un informe de las Naciones Unidas indica que el uso de maíz y caña de azúcar para producir biocombustibles puede ocasionar grandes hambrunas y miles de muertos. En Brasil, grandes superficies utilizadas para cultivos de subsistencia han sido reasignadas a biocombustibles y en muchos países el precio de los alimentos se ha incrementado.

Si estos datos le llaman la atención, seguramente querrá leer El etanol, la nueva religión; por Porfirio Crisaldo Ayala.


08
Nov 10

Privilegios: así no hay quien viva

Aquí no hay quien viva se llama una serie de televisión española que a mí me divierte mucho; y el título me sirvió para parafrasear el de esta entrada: así no hay quien viva, digo yo, cuando nos enteramos de que 1470 policías -pagados con dinero de los tributarios y no utilizados para darles seguridad a los que pagan impuestos- son usados para proporcionarles seguridad a 191 privilegiados.  En promedio cada uno de aquellos privilegiados goza de casi 8 policías por cabeza para cuidarlos de ladrones de carros, de ladrones de teléfonos, de extorsionistas, y de otros criminales.

Usted y yo, mientras tanto…usted y yo no importamos.  ¡No somos personalidades!  En realidad somos objetos.  Objetos de expoliación para que los privilegiados puedan vivir y dormir tranquilos.

Diputados y exdiputados, ministros, exministros y ex viceministros, expolicías, dirigentes de grupos de interés, y otros personajes pueden circular por la Aguilar Batres y la San Juan, por la 19 calle y la Diagonal 6 de la zona 10, la Avenida de la Reforma y la Calle Montufar, o por el crucero de la 13 calle hacia el Periférico, sin temor alguno porque los cuida personalmente la Policía.  Pueden irse de finde, sin preocuparse por sus casas porque los cuida personalmente la Policía.  No tienen que preocuparse de dónde dejan estacionados sus automóviles porque seguramente se los estaciona, y se los cuida personalmente la Policía.  La Policía que es pagada con dinero de los tributarios.

Como dije hace un rato: Si usted no está indignado, es porque no está poniendo atención.  Y ahora añado que es porque tiene la sangre de horchata.


18
Oct 10

La Revolución y su relación con los "empresaurios"

Nuestra agenda política era proteccionista y favorecía al empresario nacional ante el extranjero; esto admitió Alfonso Bauer Paiz, al referirse a la Revolución del 20 de octubre de 1944.

De esto se desprende que La Revolución era cómplice de los empresarios proteccionistas, empresarios mercantilistas, o empresaurios que tradicionalmente no han dudado en usar la fuerza del estado para servir sus intereses.  Es decir, que no han dudado en usar al estado para que sus intereses prevalezcan sobre los derechos individuales de todos.  ¡Con razón a los revolucionarios y los empresaurios les incomoda el liberalismo clásico!

El liberalismo sostiene que ni los intereses particulares, ni los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos individuales.  Sostiene que todos somos iguales ante la ley; y por eso se opone abierta y decididamente contra los privilegios.  Rechaza, por ejemplo, prácticas como el intervencionismo; y lo hace por razones morales, y no por razones meramente utilitarias.

Si usted tiene dudas, échele un ojo a La economía en una lección, por Henry Hazlitt.  En ese manual, aquel liberal genial y en la línea de otros grandes como los liberales Ludwig von Mises y Friedrich A. Hayek, o la objetivista Ayn Rand, tiene un capítulo que se llama ¿A quién protegen los aranceles?, uno que se llama El afán de exportar y otro que se titula La salvación de la industria X.  En los tres, y con su pluma privilegiada, Hazlitt explica por qué es que lo que hacían los revolucionarios, alcahueteando empresaurios, esta mal.  De acuerdo con lo que se acostumbraba, muchos empresaurios hicieron fortuna con prácticas proteccionistas; pero gracias a la ciencia económica y al liberalismo, ya se conocen el daño económico y moral que hacen esas políticas.  Y afortunadamente, más y más herederos de fortunas hechas al amparo del proteccionismo y de los privilegios luchan abiertamente contra ellos.

Por favor, tome usted nota: Los liberales escribimos y actuamos contra el proteccionismo y contra todo privilegio; en cambio, los revolucionarios son cómplices del proteccionismo y se ufanan de patrocinar privilegios.  Los liberales nos oponemos a los privilegios para los empresaurios; pero La Revolución, los multiplicaba.  No se deje engañar; porque quien lo confirmó fue Alfonso Bauer Paiz, uno de los íconos vivientes de La Revolución y ex ministro de Economía y Trabajo del gobierno de Juan José Arévalo.

La foto es de Alfonso Bauer Paiz, durante su intervención en un foro.


29
Ago 10

Reinas y buscadoras de rentas parasitarias

Ahí muy discreta, en la página 8 de la Prensa Libre de ayer, está la nota que cuenta que la representante de las reinas indígenas le pidieron al Congreso Q17 millones para construir un centro cultural.

¡Mis cielas!, están viendo que la Administración supuestamente no tiene dinero para seguridad, justicia, salud y educación, ¡y ellas quieren Q17 millones! para su centro cultural. Este es otro de esos casos en los que un grupo de interés particular pretende que los políticos les asignen una tajada del dinero que toman de los tributarios. ¿Sabrán, las reinas, que los recursos son escasos? ¿Sabrán, las reinas, que el dinero que se usaría para su centro cultural no se usaría para combatir a la inseguridad y a la impunidad, o que no se usaría en hospitales y escuelas? ¿Qué opinarán, las reinas, con respecto a tomar dinero ajeno por la fuerza para destinarlo a propósitos que sus legítimos propietarios no elegirían voluntaria y pacíficamente? ¿Sabrán, mis cielas, cuánto es Q17 millones y cuántos niños podrían no morir de diarrea y deshidratación con ese dinero?
Las reinas estas están como los aficionados al cine que quieren que los tributarios les paguemos su hobby; y están como los cantantes, que quieren obligar a las empresas a que usen sus servicios.
Todos estos buscadores de rentas parasitarias son gorrones que creen que sus intereses particulares deben prevalecer sobre el interés de todos.

10
Ago 10

Más arbitrariedad, privliegios e impunidad

Allá por finales de la década de los 80, hubo una iniciativa de oficial en el sentido de prohibir el uso de vehículos polarizados, con el argumento de que estos eran usados con propósitos delictivos. La disparatada prohibición se salió de la línea azul cuando pretendió excluir de ella a los vehículos usados por funcionarios. Por un lado, la excepción suponía que los funcionarios no se involucran en actividades delictivas; y por otro, les concedía a ellos el privilegio de protegerse, en sus vehículos contra la delincuencia y contra el sol.

De eso me acordé cuando leí que de los pretendidos efectos de la Ley de Extinción de Dominio, los funcionarios quieren excluirse a sí mismos.
Esa ley, que es parte de la Guerra contra las drogas, es una güizachada que legaliza el comiso y la expropiación sin el debido proceso legal, mediante el truco de apuntar contra las cosas, en vez de hacerlo contra los propietarios.
¡Con razón se espantaron los funcionarios!, y con razón quieren el privilegio de estar protegidos contra semejante legislación. Y claro, los funcionarios pueden protegerse a sí mismos; pero, ¿quién protege a los tributarios y a los electores? Esa ley no debe ser aprobada…¡y menos, con privilegios!

21
May 10

Una ayudita para los gorrones

El cineasta Nicolás Battle vino a Guatemala y apoyó la idea de que los cineastas locales deberían tener la facultad de tomar dinero ajeno, por la fuerza, y destinarlo políticamente para satisfacer sus inquietudes aunque los propietarios de aquel dinero no deseen que sea así. ¡Por supuesto, y claro, que Battle no lo puso así!; pero, ¿qué, si no eso, es la pretensión de que haya una ley que fomente el cine nacional con dinero de los tributarios?


No es por nada que Federico Bastiat escribió que El estado es la gran ficción por medio de la cual todo el mundo trata de vivir a expensas de todo el mundo; y a pesar de la generalización injusta de Bastiat, se entiende el punto. ¿O no? El estado es una gran ficción que sirve a los gorrones. Como los cineastas que andan promoviendo la ley citada.