23
Mar 15

En recuerdo de Hipatía de Alejandría

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Acabo de notar que varios de mis cuates de Facebook están posteando alusiones a Hipatía de Alejandría; y esto es porque aquella filósofa y científica fue asesinada en marzo de 415, o 416.

Hipatía estacó en los campos de las  matemáticas y la astronomía. Cultivó la lógica y las ciencias exactas. Hija y discípula del astrónomo Teón, Hipatia fue la primera mujer matemática de la que se tiene conocimiento razonablemente seguro y detallado. Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía;  gmejoró el diseño de los astrolabios primitivos e inventó un densímetro.

Su asesinato es impresionante: En plena Cuaresma un grupo de fanáticos  se abalanzó sobre la filósofa cuando ella regresaba en carruaje a su casa.  Fue golpeada y arrastrada por toda la ciudad.  Fue desnudada y  golpeada con piedras y tejas hasta ser descuartizada y sus restos fueron paseados en triunfo por la ciudad para finalmente ser incinerados.

Ahora que se recuerda a esta mujer extraordinaria, Agora es una película que te recomendo.   Su nombre ha sido rescatado, para la cultura popular, por la extraordinaria película de Alejandro Amenábar.


19
Dic 14

José García Sánchez y los terremotos de 1917 y 18

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José García Sánchez, propietario del estudio fotográfico La exposición, fue El hombre que fotografió la Historia.  Con ocasión de los terremotos de 1917 y 18 él y su esposa se hallaban en la Catedral de la ciudad de Guatemala.  El tomó una foto de la nave, viendo hacia el Poniente e inmediatamente ocurrió el sismo que derribó la cúpula y destruyó parcialmente aquel edificio. Gracias a que él se hallaba ahí, en ese preciso instante, nos legó fotografías -separadas por pocos segundos-  que retratan aquella gran tragedia. Así me lo contó mi cuate, el doctor Jorge Mario Zebadúa G., nieto de don José.

De don José, el autor de Imágenes del recuerdo (en Prensa Libre), Armando Moreno, escribió:  don José García Sánchez, fue el hombre que dejó plasmada parte de la historia gráfica de Guatemala, en sus momentos de alegría y tragedia.  Español de pura cepa, llegó a Guatemala con una compañía de zarzuela, se enamoró de Guatemala y se quedó aquí para siempre. Falleció hace ya algunos años.  En diversas oportunidades la pregunta obligada de los amigos lectores es ¿Y cómo consigue las fotos?  Hoy contestaremos la pregunta adjunta a la evocación de uno de los más grandes fotógrafos que ha tenido Guatemala, gráficas que él tomó personalmente durante una época que ya es historia en nuestro medio.  En los libros “La calle donde tu vives” [de Héctor Gaitán] se han publicado.

En 1970, Arturo Taracena F. editó el libro Los terremotos de Guatemala, Album conmemorativo del cincuentenario (1917 y 18-1968) , que fue publicado por la Tipografía Nacional.

El álbum con las fotos de don José García S.

En el libro, Taracena cuenta que para conmemorar el cincuentenario de los terremotos que destruyeron la ciudad de Guatemala, se presentó en el pasaje del Palacio Nacional una exposición de fotografías alusivas. Este álbum ofrece la imagen de Guatemala antes de los terremotos y de los efectos de aquella catástrofe a fin de perpetuar su recuerdo ante las nuevas generaciones, las cuales tendrán, como es natural, cada día menos noción de la magnitud y consecuencias de la dramática prueba de los terremotos ocurridos entre el 25 de diciembre de 1917 y el 24 de enero de 1918. La idea conmovedora de la destrucción material, proporcionada por las fotografías, se completa con la lectura de dos de las emocionadas e impresionantes crónicas de José Rodríguez Cerna, reproducidas de su libro “Entre Escombros”, publicado a mediados de 1918, haciendo verdad su título, literalmente entre escombros, frescas, patentes, las terribles escenas vividas por los guatemaltecos de entonces.

Algo de lo que escribió Rodríguez Cerna: 

La ciudad alegre y confiada tuvo en la noche del 25 el despertar del terremoto.  Un instante bastó para que el “Aquí fue Guatemala” fulgurara en el muro sombrío; y el techo se desplomó sobre los desprevenidos comensales de la vida… Nada permanecía en pie.  Los edificios caían con sordo estruendo o como con quejidos lastimeros, envueltos en el espeso sudario de un polvo de asfixia.  En una inverosímil embriaguez, como una bacante loca, la ciudad se entregaba a la más trágica de las danzas, presa de un vértigo sin nombre.  Las maderas unificaban su fracaso en un solo estrépito infernal.  Por los techos rotos, a través de los claros que dejaban las tejas que a chorros caían a la calle, el cielo se asomaba por primera vez… Apagada la luz eléctrica, la catástrofe exterminó con la complicidad de la tiniebla.  Y arriba, aunque velada por el polvo, la ironía de una luna veraniega poniendo su  manso contraste de claridad sobre el pavor indescriptible; aunque a las veces parecía también pálida de miedo… Las gentes saltaron enloquecidas y semidesnudas de los lechos.  Entre la oscuridad y el tumulto del maderamen y de los muros que caían, los niños fueron llevados casi a rastras.  Las pequeñas camitas, cerca de las cuales pudiera aún oírse vibrar de alas angélicas, quedaron destrozadas, como frágiles cuerpos… el loco terror se daba cuenta de lo que sucedía.  Un inmenso grito de desesperación subió desde todos los ámbitos hasta los cielos impasibles y serenos… Llegaban veloces mensajeros de horror, con detalles del cataclismo, que en cada barrio se creía mayor que en los demás.  Para escuchar los detalles espeluznantes la curiosidad se arremolinaba en corrillos ansiosos, que se estremecían a cada relato:  Por los suelos los templos, los edificios públicos, las casas famosas por su lujo o su belleza… Poco a poco la ciudad se fue convirtiendo en campamento.  Las primeras covachas, las improvisadas barracas, surgieron entre la arboleda de los parques, a lo largo de las calles, dentro de los solares, en los campos vecinos. Fue un heterogéneo conjunto de materiales, en que el zinc fraternizó con el petate y la madera con flotantes telas.  La metrópoli cobró un vistoso y bizarro aspecto de agrupación de beduinos y de conglomerado de esquimales… Al aire libre ardieron fogatas y aparecieron puestos de venta.  La oferta y la demanda entablaron su antigua disputa bajo cualquier toldo tambaleante.  Las abluciones mañaneras se hacían a la vista de todo el mundo: se iniciaba la promiscuidad de la desgracia.  Lo que se pudo salvar se aglomeraba en montón: sillas sobre camas, consolas de mármol a la par de enseres de cocina.  Se oyeron las primeras risas y todos contaban a todos dónde y de qué manera les había sorprendido el terremoto.  Hubo chisporrotear de anécdotas y asomó la eterna vanidad en el relato de sucedidos estupendos y salvaciones milagrosas...

Los terremotos de 1917/18 y yo

Tuve la dicha de que mi abuelita Juanita y mi tía abuela La Mamita me contaran, durante mi niñez y mi adolecencia, sus experiencias durante aquellos terremotos.  La casa de mi bisabuela, Gilberta, quedaba en la Quinta avenida y 15 calle de la zona 1, justo al lado del consulado de los Estados Unidos de América, edificio que cayó parcialmente en el patio de mi bisabuela.  Ella y su familia se mudaron al campamento que se instaló en el vecino Parque Concordia y ahí pasaron unos días antes de conseguir un alojamiento mejor en lo que su casa era descombrada.  Por ella supe de las angustias y las penas, las privaciones y las incomodidades.  Relatos y experiencias que luego viviría -salvando las distancias- en el terremoto de 1976.

¿Por qué compartir estas fotos?

Francis Gall, presidente de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, le escribió a Taracena Flores y le dijo:

  1. Los terremotos de 1917-1918 echaron por los suelos la mayoría, si no todas, las construcciones que eran orgullo de la ciudad, como lo demuestra la valiosa serie de sus fotografías.
  1. Las fotografías dan una idea completa de la magnitud de los sismos y constituyen los únicos testimonios gráficos existentes de los fenómenos telúricos acaecidos hace 50 años [96 años, ahora].  Son, de consiguiente, importantes documentos que muestran lo que era la ciudad antes del aciago mes de diciembre de 1917.
  1. De consiguiente, opino que debe hacerse un esfuerzo para publicación de todas las fotografías, por constituir valiosos documentos que hablarán a la posteridad y que, gracias a su conocida acuciosidad y devoción hacia lo nuestro, con ímprobos trabajos usted ha sabido reunir.

Celebro, pues, que mi cuate Jorge Mario Zebadúa G, nieto de El hombre que fotografió la Historia, haya compartido conmigo estas fotografías y el libro de Taracena Flores.  Estoy seguro de que los lectores valoran ese gesto, y que lo valorarán muchas generaciones de chapines más.


12
Dic 14

“Cómo se manipuló la paz”

141212 Como se manipuló la paz

¡Ya está a la venta el libro Cómo se manipuló la paz!; pero, ¿por qué es importante? Porque la Historia estudia la acción humana como tal y esta no es sólo una colección poco más o menos ordenada de datos; sino que trata de las valoraciones y las motivaciones de los actores en contextos específicos.

Durante 36 años grupos armados intentaron establecer –en Guatemala– una dictadura del proletariado inspirada en los pensamientos colectivista y totalitario que hace posibles pesadillas como la de Cuba, la de Corea del Norte, para citar sólo dos que sobreviven en nuestros días.

Aquellos grupos fueron derrotados cívica, política y militarmente.  Cuando colapsaron sus patrones en Europa oriental, la Unión Soviética y Asia, se hubieran vuelto irrelevantes (como pelusa en el ombligo), si no hubieran recibido apoyo  –en Occidente – para conseguir acuerdos de pacificación que no sólo les lavarían la cara, sino que les conseguirían espacios políticos y mediáticos.   Actualmente mantienen esos espacios mediante actos de violencia como bloqueos de carreteras; y el control de la narrativa acerca de la natualeza de sus acciones, de sus valoraciones y de sus motivaciones.

Cómo se manipuló la paz es una obra que ayuda al lector intelectualmente honesto a integrar y comprender lo que ocurrió luego del colapso de la exguerrilla y su resurgimiento como casta revolucionaria en ¿tiempos de paz?

Uno puede estar en desacuerdo con ciertas partes de la obra.  Por ejemplo, en el hecho de que –en un estado de derecho– es inadmisible que la institución armada se dedique a hacer obras que les deberían estar vedadas a otras ramas del sector público (que es el sector coercitivo de la economía y de la sociedad).  Pero, superado este detalle (importante), a quien quiera entender qué ocurrió en Guatemala seguramente le interesará conocer la perspectiva de la historiografía militar sobre los derechos humanos en el conflicto armado, así como las ficciones y la leyenda negra elaborada en ese campo.  Le interesará saber cómo es que los vencidos se apoderaron no sólo del tema de los derechos humanos, sino del indigenismo y de la bandera de la paz.

Columna publicada en El periódico.


07
Dic 14

El abuelo de mi tatarabuela, ella y la anexión de Hawaii

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Hawaii fue formalmente anexado a los Estados Unidos de America el 12 de agosto de 1898, y el abuelo de mi tatarabuela -William Wond-  fue uno de los que se opuso; y también mi tatarabuela, Edwina  Minnie Schuman née Hart. El 17 de enero de 1893 un grupo de ciudadanos estadounidenses, apoyados por el gobierno de los Estados Unidos, le dio un golpe de estado a la reina Lili’uokalani, y estableció una república independiente cuyo objetivo fue el de facilitar la anexión de aquellas islas a los EE.UU.  Como miembro de la Hawaiian Patriotic League, William Wond firmó una de las peticiones hechas la presidente William McKinley para que no se hiciera aquella anexión.  La ilustración de esta nota muestra una de las hojas de la petición, encabezada por Wond.

Curiosamente, o tal vez no tan curiosamente, la historia familiar cuenta que Fred W. Makinney, el tercer esposo de mi tatarabuela (antes de que se casar con ella) redactó la carta -enviada por el gobierno provisional de Hawaii al presidente Grover Cleveland- en la que se solicitaba aquella anexión. Me encanta esta historia porque es uno de esos casos en que en una misma familia hay dos posiciones políticas radicalmente opuestas. Cuando mi tatarabuela firmó la carta, todavía estaba casada con mi tatarabuelo, Emil Schuman.  Abajo la petición firmada por mi tatarabuela Minnie. Los hombres firmaban en peticiones distintas a las de las mujeres.

Parte de los Makinney acaban de estar de visita en Guatemala y conocieron La Antigua y Panajachel.  Mi sobrino, Luis Andrés, encontró las peticións firmada por William y su nieta Minnie…y qué coincidencia, hace 73 años fue el ataque japonés a Pearl Harbor.

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13
Nov 14

Parque Concordia y terremotos de 1917-18

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Para los terremotos de 1917-18, mi bisabuela Gilberta y su familia pasaron varios días y noches en carpas (polveras o tembloreras, les decía la gente) ubicadas entre los grandes árboles que había en el Parque Concordia (ahora conocido como Parque Enrique Gómez Carrillo y mucho antes conocido como Las victorias).  Luego pasaron un tiempo en la Casa de te, en el Zoológico La aurora y luego no recuerdo donde hasta que pudieron volver a su casa.

Su casa, ubicada en la Quinta avenida y Quince calle de la zona 1 no fue muy dañada; excepto porque parte del consulado de los Estados Unidos de América, que era su vecino de mano izquierda, cayó en la parte de atrás del inmueble.  Todo esto me lo contó mi abuelita Juanita.  La embajada de los Estados Unidos se nos metió en el patio de atrás, decía ella.

Gracias al grupo Fotos antiguas de Guatemala encontré las fotos que ilustran esta entrada. Una es del parque como era en aquellos tiempos, y otra de una polvera.  Nótense el hacinamiento de los muebles y el estilo de estos. ¡Y otra de la Quinta avenida y 15 calle viendo hacia el Sur!  Mi abuela, Juanita, contaba de unos italianos que tomaban bon vino, y de un chino que componía bombillas eléctricas.  Si lo que está a mano izquierda (aunque no se ve) es el Parque Concordia, la casa de mi bisabuela estaba sobre la Quinta, a mano derecha, y sería la penúltima casa de esa cuadra.  Al fondo de la cuadra de la izquierda parece que  todavía no estaba construido el inmueble que luego ocuparía el consulado de los EUA. Esta foto es de Kildare & Valdeavellano.

Los terremotos de 1917 y 1918 se les llaman así porque aunque los sismos comenzaron el 17 de noviembre de 1917, lo sucedieron cuatro mas fuertes y devastadores. El primero fue el del 25 de diciembre de 1917 a las 10 de la noche y el segundo ocurrió el 29 de diciembre de de ese año;  el tercero fue el 3 de enero de 1918 y el ultimo sacudió el 29 de enero de ese año.


03
Nov 14

Idolos de piedra en el camino a Mixco

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Dicen los Maudslay: We had set out late in the afternoon, and our first journey  was purposely a short one of eight miles, -just enough to settle down men and mules to their work, – to the small town  of Mixco, the home of arrieros, mules, washerwomen, and bakers and purveyors in general to the capital.  A los viajeros les faltó contar que de Mixco también venían las chichiguas o nodrizas para los niños que las necesitaban en la ciudad de Guatemala.

Me dieron ganas de compartir las fotos de A Glimpse at Guatemala(1899); un libro publicado por Ann Carey Maudslay y Alfred Percival Maudslay, viajeros británicos que estuvieron en Guatemala a finales del siglo XIX.


26
Oct 14

“La ciudad de Guatemala desde el Cerro del Carmen”

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Cuentan los Maudslay: The city of Guatemala occupies a beautiful position in the middle of a broad plain, surrounded on all sides by mountains and volcanoes…Two storied houses are as scarce as earthquakes are frequent.  Churches and houses alike are white-washed, and the general  effect is cheerful and even dazzling in the bright sunlight of the tropics…Street tramways, telegraph and telephone wires and enectric lights are there to keep us up to date; but in spite of their intrusion, it is Old Spain -the Spain of the Moors- which comes uppermost to one`s mind when wandering agout the city….Nothing in the whole city was so attractive to both of us as the great market-place, and there we spent many hours.

Me dieron ganas de compartir las fotos de A Glimpse at Guatemala(1899); un libro publicado por Ann Carey Maudslay y Alfred Percival Maudslay, viajeros británicos que estuvieron en Guatemala a finales del siglo XIX.

La ilustración es de Blanche Hunter a partir de una fotografía.


23
Oct 14

“Desembarcando en San José”

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Me dieron ganas de compartir las fotos de A Glimpse at Guatemala (1899); un libro publicado por Ann Carey Maudslay y Alfred Percival Maudslay, viajeros británicos que estuvieron en Guatemala a finales del siglo XIX.  La primera es esta de un grupo de viajeros desembarcando en el puerto de San José.  No sólo es una de las primeras del libro, sino que recuerdo que mi bisabuela, Adela, me contó que así la bajaron del barco cuando ella vino a Guatemala unos años después.

Dicen los Maudsley: We anchored in the open sea, and when the time came to go ashore we were each in turn swung over the ship´s side in a chair and deposited with a bump on the top of the other passengers and piles of baggage in a large lighter which swayed alongside.

La ilustración por Ada Hunter es a partir de una fotografía.


12
Oct 14

El Día de la hispanidad ignorado

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Ve pues…los dos diarios que leí hoy ignoraron que hoy se celebra (o se celebraría) el Día de la hispanidad.  Esta es una fecha me gusta pensar en que es una efemérides apropiada para celebrar la Civilización Occidental. La civilización que ha crecido alrededor de Aristóteles, Francisco de Vittoria, Galileo Galilei, Isaac Newton, John Locke, Charles Darwin, Thomas Edison y Steve Jobs entre muchísimos otros.

En el norte se le llama Día de Colón, pues allá la hispanidad no tuvo la trascendencia histórica que tiene actualmente.  Yyyyyy.. claro que Cristobal Colón tenía sus defectos; pero su persona encarna muchas de las virtudes que han hecho posible Occidente: una mente independiente, espíritu emprendedor y curiosidad científica, por mencionar unas. Todo ello, a pesar de los prejuicios y de las supersticiones que prevalecían en su tiempo.

Una buena forma de celebrar esta fecha es leyendo El genio de Occidente, por Louis Rouggier. Y vale la pena celebrarla porque la Civilización Occidental es, sin duda alguna, el logro más grande de la Humanidad. Y para apoyar esta afirmación, menciono tres motivos entre muchos otros, para animar la discusión:

Los derechos individuales, la racionalidad y el método científico.  Esas son tres aportaciones maravillosas de Occidente.

Otro libro que vale la pena mencionar en esta fecha es  Empires of the Atlantic World, en el que John H. Elliot:  The retrospective reading of the histories of colonial societies inevitably conceals or distorts aspects of a past that needs to be understood on its own terms, rather that in the light of later preconceptions and preoccupations.  To see societies in the context of their own times rather than from the privileged vantage point afforded by hindsight is not to excuse or mitigate their crimes and follies.

Por mi parte lo celebraré cocinando algo sabroso.

La ilustración es parte del texto de la carta de Cristobal Colon a Luis de San Angel, en la que le cuenta de su descubrimiento.


08
Oct 14

Guatemala a principios del siglo XX

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No querrás dejar de ver este video.  ¿Será de la Cinemateca de la USAC? ¡Es estupendo!  Aunque está identificado como Guatemala de 1930 a 1935, las tomas de la catedral de la ciudad de Guatemala, sin sus campanarios, hacen suponer que hay tomas de años anteriores.  Seguramente de poco después de los terremotos de 1917 y 1918.

De cualquier manera, mi escena favorita es la de las alfareras en el minuto 9:25.  Y otras escenas encantadora son la del policía dirigiendo el tráfico (¿el tráfico?); las de la antigua estación del ferrocarril, la hermosa 18 calle de la zona 1 cuando era hermosa, la 6a. avenida cuando tenía dos vías, y el Mapa en relieve inaugurado en tiempos de don Manuel Estrada Cabrera.