El siguiente es un editorial de La Nación, en Costa Rica, titulado Grupos alternativos chavistas. ¿Cómo reaccionará la administración guatemalteca? Las élites chapinas, tan progres y tan salsas, ¿se dán cuenta de lo que significa esto? ¿Saben qué me vino a la mente cuando leí esto? Que el mal, en el mundo, ocurre porque tu permites que ocurra.
-Hugo Chávez propone destinar $200 millones para financiar grupos subversivos en Centroamérica y México.
-Los enemigos de nuestra institucionalidad democrática son campo abonado para recibir este dinero.
La noticia sobre la inclusión de una partida de $200 millones en el presupuesto del Gobierno de Venezuela para el 2008, con el propósito de financiar “los grupos alternativos en Centroamérica y México” para oponerlos al “dominio imperial” de EE. UU. ha causado preocupación en los Gobiernos de México y El Salvador. Igual aprehensión suscitará en otros gobiernos latinoamericanos por la insolencia de la iniciativa y por los objetivos que persigue.
El texto oficial que da cuenta de este monto se intitula Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013. La partida citada figura en la sección Áreas de Interés Geoestratégicas, cuya finalidad, según informamos el miércoles pasado, es “orientar la política exterior venezolana en función de la construcción de nuevos polos de poder”. En cuanto a América Latina, se propone “neutralizar la acción del imperio fortaleciendo la solidaridad y la opinión pública de los movimientos sociales organizados”. El proyecto de presupuesto se encuentra en la Asamblea Nacional, lo que garantizará su aprobación.
El presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, ha reaccionado con prontitud, dada la relación, según expresó, entre los llamados círculos bolivarianos, adictos a la violencia, y el FMLN ( Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional). Por su parte, el subsecretario mexicano de Relaciones Exteriores para América Latina, Jerónimo Gutiérrez, manifestó que solicitarán a Venezuela que “aclare sus intenciones de fortalecer movimientos alternativos”, por cuanto el Gobierno de México no aceptará intromisión alguna contraria a su marco constitucional. Cualquiera sea la reacción del presidente Hugo Chávez, debe tenerse en cuenta la naturaleza actual del régimen venezolano, patente en la provocación interna y externa, y en la desunión que fomenta.
Con la aprobación de esta partida financiera o sin ella, la intromisión del Gobierno de Chávez en los asuntos internos de otros países es un hecho público y notorio. Es la consecuencia de una persona mesiánica o de un partido único que quiere todo el poder y que, reforzado por recursos financieros ilimitados, necesariamente tiende a sobrepasar las fronteras propias. El maná petrolero, despilfarrado a manos llenas, dentro y fuera de Venezuela, ha sido la avanzada de esta estrategia que, inscrita ahora en el presupuesto nacional, denota las pretensiones geoestratégicas o “imperialistas” de Hugo Chávez. Esta realidad exige suma cautela y energía de parte de los países latinoamericanos, máxime cuando estos recursos se reparten so capa de justicia social.
Si la creación de estos “grupos alternativos” obedece a la estrategia de Chávez de enfrentar a EE. UU., el propósito no puede ser más risible. Esta obsesión antinorteamericana diagnostica a cabalidad el problema mental del presidente de Venezuela. Esta obsesión se desahoga con estos disparates, pero el problema se queda en casa, en nuestros países, donde el disparate toma otro rostro y otro contenido: el financiamiento de grupos refractarios a la aceptación del sistema democrático y del sistema político, o bien propensos a prestar atención a cualquier propuesta en igual sentido.
Desde este punto de vista, la comprobación, en estos años y, en forma más exacerbada, en estos meses, de grupos y dirigentes (sindicales, estudiantiles, académicos, profesionales y políticos), en nuestro país, dispuestos a renegar de los valores democráticos, a rechazar la institucionalidad democrática e incluso a recurrir a la violencia, en nombre de un falso patriotismo, debe mantenernos en guardia y actuar en defensa de la democracia. Son terreno abonado para irrigarlo con recursos petroleros. Nuestro editorial de ayer fue claro en este sentido.