27
Jul 17

¡Volvieron los murales de González Goyri!

Para  nada soy fan de eso que la gente llama arte abstracto; y entiendo que los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos.  Sin embargo, lamenté en su momento la remoción de unos murales de Roberto González Goyri, de un edificio de la zona 1.  Y me alegra que hoy vayan a ser reinaugurados, luego de volver a su lugar.

Esta es la historia de por qué.

En 1976 yo recibía clases de mecanografía en un colegio que está situado a dos cuadras del parque Enrique Gómez Carrillo y la camioneta Uno me dejaba en ese lugar.  En una de tantas pasadas vi para arriba y en el edificio localizado en la Quinta avenida y Quince calle noté unos murales firmados por Roberto González Goyri, uno de los más notables, admirados y respetados artistas guatemaltecos. Hay murales bellísimos suyos en el Banco de Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y otros edificios.  El Tecún Uman monumental de la zona 13 es del maestro.

A lo largo del proceso de deterioro de la zona 1 a veces pasaba por mi mente el hecho de que era notable que aquellas obras de arte estuvieran por ahí sin que nadie -aparentemente- reparara en ellas.  En medio de la fealdad y de la inmundicia del área, y aunque artisticamente  no fueran de mi gusto, era bonito saber que estaban ahí.  Y me hubiera gustado que se quedaran ahí. En esa cuadra estaba  la casa de mi bisabuela, Gilberta a principios del siglo XX, lo cual le añadía encanto a todo el asunto.

Los murales fueron removidos hace dos años y los clamores, las vestiduras rasgadas, los puños cerrados y el crugir de dientes a causa su eliminación no se hicieron esperar. A  mucha gente le  gusta pensar que ciertas obras de arte, incluidas las de arquitectura, no son propiedad de sus propietarios, sino que son algo así como propiedad de todos. Esa forma colectivista de ver las cosas supone que si algo es del gusto de algún colectivo, su propietario no puede disponer de él.  Sucedió hace poco con las estructuras de una gasolinera en la Avenida de las Américas y sucedió hace ratales con un mural pintado en un teatro.

Hace años, yo mismo lamentaba la destrucción de varias casas de arquitectura extraordinaria y cincuentera, que estaban ubicadas en la Avenida de la Reforma, y que fueron sustituidas por edificios.  Pero una cosa es lamentar un cambio; y otra muy diferente es pretender que el propietario de un inmueble, o de una obra de arte, no pueda disponer de ella como corresponde, sólo porque un grupo de interés estima que no deba hacerlo….o peor aún, que no tenga derecho a hacerlo.

La pretensión de que los propietarios de un edificio (o de una obra de arte) no pueden cambiarlo porque hay un grupo que valora  el edificio (o la obra de arte)  parte de la pretensión arrogante de que todos deben valorar lo mismo; y parte de la pretensión peligrosa de que lo tuyo, no es tuyo.  Si prevaleciera el criterio de que los propietarios de una obra de arte en un edificio no pueden alterarla, se crearía un incentivo perverso: el de que es mejor no añadir obras de arte a los edificios para no correr el riesgo de que luego, haya gente que disponga que no se pueden alterar la obra de arte, ni el edificio.

Lamenté la sustitución de los murales del maestro González Goyri por azulejos anodinos; pero respeto el derecho de los propietarios de los murales no sólo a tener gustos distintos a los míos, sino a disponer de su propiedad como le convenga. ¿Por qué? Porque ya lo dijo Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.


15
Feb 17

Los murales de González Goyri están de vuelta

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En noviembre de 2015 de armó un alboroto porque los murales del edificio ubicado en la Quinta avenida y 16 calle de la zona 1 -por maestro Roberto González Goyri– habían sido removidos.  El lunes pasé por ahí y vi que ya están de vuelta, y me dio mucha alegría.  En la foto no se ven; pero están detrás de los andamios.

En su momento lamenté la sustitución de los murales de González Goyri por azulejos anodinos; pero explresé mi respeto por el derecho de los propietarios de los murales no sólo a tener gustos distintos a los míos, sino a disponer de su propiedad como le conviniera. ¿Por qué? Porque ya lo dijo Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.

La pretensión de que los propietarios de un edificio (o de una obra de arte) no pueden cambiarlo porque hay un grupo que valora el edificio (o la obra de arte)  parte de la pretensión arrogante de que todos deben valorar lo mismo; y parte de la pretensión peligrosa de que lo tuyo, no es tuyo.  Si prevaleciera el criterio de que los propietarios de una obra de arte en un edificio no pueden alterarla, se crearía un incentivo perverso: el de que es mejor no añadir obras de arte a los edificios para no correr el riesgo de que luego, haya gente que disponga que no se pueden alterar la obra de arte, ni el edificio.

Dicho lo anterior celebro el retorno de los murales con la esperanza de que no haya sido por la fuerza, ni por la amenaza del uso de la fuerza.

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Hay murales bellísimos de Roberto González Goyri en el Banco de Guatemala, en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y en otros edificios.  El Tecún Uman monumental de la zona 13 es de aquel gran artista.


23
Abr 16

Tala de árboles en Tikal

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En el parque nacional Tikal -que es un área protegida- veintiún personas instalaron un campamento y a lo largo de varios días talaron 15 manzanas de las 60 que tenían planeadas.

Al ser capturados, los depredadores jugaron su mejor carta: no son invasores, dijeron, pues sólo buscan un pedazo de tierra para trabajarlo,  Pidieron comprensión del gobierno para que se les deje libres y que les concedan tierras para que puedan darles de comer a sus hijos.  En el área, once incendios han sido localizados entre Tikal y Yaxhá, ocasionados por personas que tienen la intención de invadir y asentarse por allí. La usurpación, tala y quema de áreas protegidas, en Petén es algo muy común.

Claro, si tu sabes que lo que es de todos no es de nadie y conoces la tragedia de los comunes, aquello no te va a sorprender.  La tragedia de los comunes sucede cuando  varios individuos, motivados por sus intereses de corto plazo, destruyen un recurso compartido -que es común o de todos- aún cuando claramente es el caso de que no resulta en su interés de largo plazo que ocurra aquella destrucción.

Tikal, Yaxhá, la Laguna del tigre, el reino Kan, Amatitlán, Atitlán, ríos en Izabal y en la Costa Sur están siendo invadidos, talados, quemados, depredados, contaminados, envenenados, desviados y mucho más a pesar de la propaganda irresponsable que promueve, contra toda evidencia, ideas como la de que el colectivismo y el estatismo son las mejores vías para conservar bosques y cuencas.

¿Qué crees que ocurriría si 21 personas acamparan durante varios días y talaran 15 manzanas de un bosque privado?  Voy a aventurarme a decir que no estarían ahí durante días y que no lograrían talar más de unos pocos árboles.  Voy a aventurarme a decir que serían rápidamente denunciados, capturados y procesados de acuerdo con la ley.  Y que la destrucción que estaban ocasionando se detendría ahí.

Pero también voy a atreverme a suponer que, velozmente, grupos de oenegeros gritarían que los taladores son pobrecitos campesinos, que son perseguidos políticos y que siendo que el alimento es un derecho su captura es un crimen contra la humanidad. Clamarían al cielo y acudirían al discurso de odio y elevarían los niveles de conflictividad.

La falta de derechos de propiedad claros y sólidos, definidos y defendiblels, la colectivización y la estatización, hacen posibles talas, contaminaciones y otros males que están destruyendo bosques y cuencas.

La foto es de la selva de Petén desde lo alto de la pirámide de El tigre, en El mirador.


22
Abr 16

Es en serio: #AguasConLaLeyDe Aguas

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Escucha el podcast aquí.

Decenas de decenas de desvíos de ríos en la Costa Sur ubicó el Ministerio de Ambiente.  El problema, señaló el titular de la cartera, es que poblaciones que viven río abajo pasan hambre, por la mala calidad del agua que les llega, después de que el río recobra su cauce, pero contaminado.  Así lo reportó Prensa Libre.

¿Sabes por qué es que hay gente que desvía ríos y no le da pena hacerlo? Por la misma razón que los elefantes se están extinguiendo en la mayoría de países de Africa, y no se están extinguiendo en India.  Por la misma razón que –a pesar de que comemos pollo y huevos– las gallinas y los gallos no se extinguen.  En Africa los elefantes son de todos, son del estado (como el agua en Guatemala); en tanto que en India los elefantes tienen propietarios específicos que tienen interés en su conservación.  Lo mismo ocurre con las gallinas y los gallos, que no se extinguen porque sus propietarios tienen intereses de largo plazo en su conservación saludable.

Si en India alguien mata tu elefante, ¿qué harías? Si fueras criador de pollos y alguien envenenara, o se llevara tus aves, ¿qué harías? Si tu vecino corriera la cerca que separa tu jardín del suyo en perjuicio tuyo, ¿qué harías? Si alguien se llevara el agua de tu depósito (agua que ya pagaste y es tuya) ¿qué harías?  Puedes proteger lo tuyo y puedes reclamar daños y perjuicios judicialmente, si alguien te los causa, porque lo tuyo es tuyo.  Pero, aquí, los ríos, los mantos acuíferos y similares son de todos (así en abstracto)…y lo que es de todos, no es de nadie.  Sin derechos de propiedad claros y seguros, ¿a quién y cómo le reclamas si desvía el río que es del estado (así en abstracto)?  Si vives río abajo y el vecino de río arriba desvía el río que también es tuyo (así en concreto), puedes defender tu derecho porque tienes un título para hacerlo.

Una ley de aguas que colectivice los recursos hídricos, que descarte la propiedad de los mismos y los estatice es una condena de miseria y muerte para los más pobres y vulnerables. ¿Te atreves a averiguar por qué, o vas a seguir dejándote manipular por el discurso de odio de los colectivistas? Te invito a que visites www.redrana.org

Esta columna fue publicada en elPeriódico.


26
Feb 16

¡Aguas! con las aguas

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Puedes escuchar el podcast aquí.

Dos fiscalías especiales, del Ministerio Público, investigan el desvío de los ríos Madre Vieja y Achiguate.  En Quetzaltenango hay protestas por el desvío del río La flor.  En Totonicapán hay conflictos por la venta de pajas de agua.

Debido a historias como aquellas, la reacción de algunas personas es la de que “debería haber una ley para que el agua sea de todos”.  Ya sabes, porque el agua es fuente de vida y así.  Sin embargo, el agua potable, o el agua apropiada para la agricultura no son escasas porque el agua no abunde (de hecho, el agua abunda); lo que pasa es que no siempre está donde se la necesita, cuando se la necesita y en las condiciones que se las necesita.  Por eso decimos que el agua es un recurso económico; y como recurso económico, que es, debe ser producida y transportada.  Si el agua es de todos, entonces es de nadie; y esa es una de las causas más importantes de la escasez, y ciertamente una de las causas más importantes de conflictos.

En el mundo, más de un millardo de personas no tiene acceso a agua limpia a pesar de que el 97 por ciento del agua –en países donde abunda la pobreza– es proveída por entidades estatales.  O quizás es por eso.

En el libro Water for sale (que seguramente querrás leer y está en español aquí), Fredrik Segerfeldt comparte ejemplos de Macao, Buenos Aires, Guinea y otros.  Los derechos de propiedad bien definidos, sobre el agua, reducen significativamente los riesgos de conflictos y no es cierto que aquellos perjudiquen a los más pobres.  En el artículo De la tragedia de los ríos comunes, por Jorge Chapas, en http://goo.gl/ywPe2I puedes conocer un tipo de solución llamada Intercambio de derechos.

En Guatemala hasta los mendigos tienen teléfonos móviles gracias a la desestatización de las telecomunicaciones. La colectivización y el estatismo fracasan en proveer de agua a los pobres, como fracasan en darles buena educación, y fracasaban en proveerlos con teléfonos.

Columna publicada en elPeriódicoy la foto es del río Jordán, en Huehuetenango.


11
Feb 16

¿De quién son los lugares turísticos?

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Pobladores del municipio de Lanquín tomaron medidas de hecho que pueden afectar el ingreso y tránsito libre al Semuc Champey y a las grutas de Lanquín, en Alta Verapaz; por lo que el Programa de Asistencia al Turista, emitió un comunicado en el que les recomienda a los visitantes no viajar a aquel destino.  Esta es la segunda vez que los pobladores hacen este tipo de cosas.  El comunicado fue dirigido al Cuerpo Diplomático acreditado en en Guatemala.

Según Proatur, al menos 200 personas tomaron las instalaciones de la Municipalidad de Lanquín y los dos lugares turísticos.  Lo que quieren con estas medidas violentas es que se les conceda el derecho de propiedad de los sitios turísticos.

La discusión de a quién le pertenecen los sitios turísticos es una discusión válida y que hay que tener; pero, ¿de forma violenta?   Este tema se parece bastante al de a quién le pertenece el pasado; tema que Alberto Garín explora en este pequeño artículo.

A finales del año pasado visité el Cimarrón, un sitio fantástico ubicado en Nentón, Huehuetenango; y cuando empecé a hacer los arreglos para ese viaje extraordinario, la persona a cargo me advirtió que posiblemente no podríamos visitar aquel fenómeno geológico porque había un enfrentamiento entre dos poblaciones debido a quien tiene derecho a cobrar por el acceso a la dolina.

Tuve suerte porque el conflicto terminó antes de que llega; pero caminando iba, en dirección del Cimarrón -habíendo pagado la tarifa de acceso- cuando vi los restos quemados de lo que parecían bancas y columnas de madera.  La explicación fue que más tardaban los habitantes de una población en construir la estación para el descanso de los visitantes (y vaya si no hace falta un lugar de descanso), que lo que tardaban los habitantes de otra población en llegar a destruirla y quemarla.

Imagínate cómo ha de ser que un turista eche viaje a aquellos lugares remotos y bellísimos, y se encuentre con que no puede verlos porque la gente está peleando.  Es como cuando turistas han llegado a Tikal sólo para encontrarse con que el sindicato ha cerrado el acceso.

Un país turístico debería resolver este tipo de asuntos, sobre todo un país turístico que no hay modo que aproveche todo su potencial.


08
Feb 16

Ordenamiento territorial y miedo a lo insospechado

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Puedes escuchar el podcast aquí.

Para los efectos de esta ley se entiende por ordenamiento territorial la función pública que ejerce el estado y las municipalidades, por si, por convenio, o en forma mancomunada, para gestionar la planificación, ordenamiento y regulaciones sobre la ocupación y uso del territorio, de acuerdo a criterios de respeto y preservación del medio ambiente, sostenibilidad, desarrollo económico, competitividad y mejoramiento de la calidad de vida de la población, materializándose en un sistema integrado de normas, políticas públicas, directrices y acciones de planificación y actuación territorial, dice el proyecto de ley marco de ordenamiento territorial que se discute en el Congreso.

Ahora te lo voy a traducir:  Para efectos de esta legislación se entiende que los políticos y funcionarios pueden usar la fuerza para obligarte a usar tus inmuebles de forma en que tu no lo harías voluntariamente.  Los políticos y funcionarios se atribuyen la facultad de prohibirte usar tus inmuebles de forma que contravenga sus designios.  Tu derecho de propiedad queda anulado y sobre él prevalecerán criterios políticos que no excluyen la arbitrariedad propia de la esfera coercitiva de la economía.  Los intereses de quienes se atribuyan la representación de los intereses colectivos prevalecerán sobre los derechos de todos.

Según la Comisión Extraordinaria de Catastro y Ordenamiento Territorial la ocupación del territorio nacional ha sido hecha sin un orden preestablecido, de forma arbitraria y antojadiza, lo que condena a los ciudadanos a un crecimiento insospechado.  Según este texto la ocupación del territorio de Guatemala debería hacerse de forma centralmente planificada, como han crecido y se han desarrollado otrás áreas en las que los políticos y funcionarios usan la fuerza para ordenarlas; por ejemplo, ¿salud, educación, vivienda, puertos, turismo, aeropuertos, carreteras, agricultura y otros que funcionan tan, pero tan bien?  ¿Para no condenar a los ciudadanos a la incertidumbre? Independientemente de otras consideraciones, ¡estos son los stasists en acción!

En  The future and its enemies, Virginia Postrel explicó -hace como 18 años-  identificó a dos grandes grupos en la sociedad. Los devotos de la stasis o sea los que no quieren cambios y prefieren sociedades controladas y uniformes que sólo cambian con el permiso de alguna autoridad centralizada; y los dynamists que prefieren sociedades con fines abiertos en los que la creatividad y el emprenderurismo operan sobre reglas impredecibles y generan el progreso de forma impredecible.

Sólo en la stasis es posible que medren y colaboren plutócratas que creen que un país debería ser gobernado como se administra una empresa; militares que creen que el país debería ir hacia un solo objetivo común, como si fuera un ejército; exguerrilleros que creen que el país debería marchar por el camino que trazaron Marx, Lenin, o Mao; indigenistas que creen que su cosmovisión es superior a cualquiera otra;  tecnócratas e intelectuales que creen que deberíamos tener un interés nacional multi e interclasista en el que tengamos tareas específicas a desempeñar como parte de un plan con fases que nos incorpore a todos; y políticos y funcionarios arrogantes que creen que ellos saben más y mejor que tu.  Y por eso le temen a la libertad y al crecimiento insospechado, es decir aquel que no está bajo su control político.

Los dynamists, en cambio no están unidos por una agenda política común, sino por el entendimiento de que la sociedad es un orden complejo de procesos evolutivos tales como la investigación científica, la competencia en el mercado, el desarrollo artístico, y los inventos tecnológicos.

La ley marco de ordenamiento territorial es una manifestación de un cáncer que está ocurriendo en la sociedad guatmalteca: Los que le tienen miedo al futuro y al cambio, están enfrentados con los que sabemos que todo cambia, y que podernos ser parte del cambio. Aquellos enfrentados con los que en vez de aferrarnos a lo conocido, no tememos explorar lo ignoto e insospechado. Están enfrentados con los que ya nos dimos cuenta de que si seguimos haciendo lo de siempre, fracasaremos como siempre.

Los stasists tienen miedo y por eso se emboban con cosas como la ley marco de ordenamiento territorial.  Además…para ellos ha de ser sabroso imponer sus criterios y de paso conseguir una teta más para aferrarse al presupuesto del estado.   La ley viene con ministerio ad hoc y todo lo que eso implica: plazas para los compadres, contratos para los socios, viáticos, gasolina,…casas, carros, sueldos, puntos.

La legislación propuesta es criminal porque, ¿vas a creer que el texto prohibe que en suelos rurales sean construidas edificaciones de tipo urbano?  ¡Es la locura del stasis; que condena a los habitantes del campo a quedarse al margen del desarrollo y de la infraestructura.

Es criminal porque el artículo 66 faculta a los políticos y funcionarios (y a su clientela) a expropiar(despojar) cuando los políticos y funcionarios (y su clientela) dispongan que un inmueble es de utilidad colectiva, beneficio social, o interés público lo que confirma que el derecho de propiedad deja de existir en función de los intereses de quienes digan actuar en nombre de la colectividad, o del público.

Es criminal porque el artículo 67 faculta a los políticos y funcionarios (y a su clientela) a forzar a los propietarios a usar sus recursos de forma en que no lo harían voluntariamente y aún contra sus propios intereses, so pena de despojo o expropiación.  Este artículo es una versión urbana de la vieja legislación de tierras ociosas que use recetaba en el campo.

Todo esto es el stasism, es el colectivismo, el estatismo, la fatal arrogancia, y el totalitarismo hechos legislación.


19
Nov 15

Los murales de González Goyri, y Benito Juárez

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En 1976 yo recibía clases de mecanografía en un colegio que está situado a dos cuadras del parque Enrique Gómez Carrillo y la camioneta Uno me dejaba en ese lugar.  En una de tantas pasadas vi para arriba y en el edificio localizado en la Quinta avenida y Quince calle noté unos murales firmados por Roberto González Goyri, uno de los más notables, admirados y respetados artistas guatemaltecos. Hay murales bellísimos suyos en el Banco de Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y otros edificios.  El Tecún Uman monumental de la zona 13 es del maestro.

A lo largo del proceso de deterioro de la zona 1 a veces pasaba por mi mente el hecho de que era notable que aquellas obras de arte estuvieran por ahí sin que nadie -aparentemente- reparara en ellas.  En medio de la fealdad y de la inmundicia del área, y aunque artisticamente  no fueran de mi gusto, era bonito saber que estaban ahí.  Y me hubiera gustado que se quedaran ahí. En esa cuadra estaba  la casa de mi bisabuela, Gilberta a principios del siglo XX, lo cual le añadía encanto a todo el asunto. iPero ya no están…y no faltan los clamores, las vestiduras rasgadas, los puños cerrados y el crugir de dientes a causa su desaparición, o eliminación.  A  mucha gente le  gusta pensar que ciertas obras de arte, incluidas las de arquitectura, no son propiedad de sus propietarios, sino que son algo así como propiedad de todos. Esa forma colectivista de ver las cosas supone que si algo es del gusto de algún colectivo, su propietario no puede disponer de él.  Sucedió hace poco con las estructuras de una gasolinera en la Avenida de las Américas y sucedió hace ratales con un mural pintado en un teatro.

Hace años, yo mismo lamentaba la destrucción de varias casas de arquitectura extraordinaria y cincuentera, que estaban ubicadas en la Avenida de la Reforma, y que fueron sustituidas por edificios.  Pero una cosa es lamentar un cambio; y otra muy diferente es pretender que el propietario de un inmueble, o de una obra de arte, no pueda disponer de ella como corresponde, sólo porque un grupo de interés estima que no deba hacerlo….o peor aún, que no tenga derecho a hacerlo.

La pretensión de que los propietarios de un edificio (o de una obra de arte) no pueden cambiarlo porque hay un grupo que valora  el edificio (o la obra de arte)  parte de la pretensión arrogante de que todos deben valorar lo mismo; y parte de la pretensión peligrosa de que lo tuyo, no es tuyo.  Si prevaleciera el criterio de que los propietarios de una obra de arte en un edificio no pueden alterarla, se crearía un incentivo perverso: el de que es mejor no añadir obras de arte a los edificios para no correr el riesgo de que luego, haya gente que disponga que no se pueden alterar la obra de arte, ni el edificio.

Lamento la sustitución de los murales del maestro González Goyri por azulejos anodinos; pero respeto el derecho de los propietarios de los murales no sólo a tener gustos distintos a los míos, sino a disponer de su propiedad como le convenga. ¿Por qué? Porque ya lo dijo Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.


06
Oct 15

¿Robo de fotos en Facebook?

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En un grupo en el que participo hay una discusión acerca de si la gente se roba las fotos de uno cuando las copia y las usa en su muro, o en otros muros.

Mi perspectiva es que uno pone fotos en lugares como Facebook, Twitter para que otros las vean, las usen, las compartan y las aprovechen (a menos que expresamente advierta lo contrario y/o use un copyright*). Sería bonito que cuando otras personas usan fotos originales de uno le dieran el crédito; pero no hacerlo es más una descortesía que un hurto, y ciertamente no es un robo; esto es porque el robo implica violencia, y hacer copy/paste no involucra violencia.

Cuando cacho que alguien ha usado una foto de mi autoría sin darme crédito, normalmente trato de contactar a la persona y le pido que por favor me reconozca como autor. No le pido que no use la foto, ni nada parecido porque me parece absurdo tratar de evitar las copias y poner material como fotos en un espacio público a merced de tecnología que no sólo hace posible la copia, sino que hace que la copia sea muy sencilla.

A veces les pongo un sello que dice luisfi61.com a las fotos que pongo en Carpe Diem, o en redes sociales, sólo para que si alguien las aprovecha se sepa de donde vienen; pero parto del supuesto de que serán copiadas y aprovechadas (¡y me halaga mucho que sean copiadas!).  Desde una perspectiva más formal, habrás notado que en este espacio hay el siguiente caveat:  A menos que se especifíque lo contrario, los contenidos y fotografías de Carpe Diem son de Luis Figueroa y están disponibles bajo licencia

Creative Commons License

Carpe Diem by Luis Figueroa is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.  Esta es una buena opción para facilitar el aprovechamiento del material que uno pone; y permite que este sea copiado con el crédito debido, no para usos comerciales, ni para hacer derivados. pero hay otras opciones.

En Carpe Diem trato de usar sólo ilustraciones mías; y cuando uso las de otros reconozco al autor, o por lo menos indico que no son mías, o de donde las obtuve. Un recurso muy valioso para ilustraciones ajenas es Wikimedia Commons.

Comparto estas meditaciones porque es un buen tema de discusión. Entiendo que como mi mente es mi propiedad, los derivados (artísticos, científicos, intelectuales y otros) de mi mente también son mi propiedad.  Y entiendo que mi propiedad es mía y que nadie tiene derecho a usarla sin mi permiso…pero si no quiero que alguien más use mi bicicleta, tal vez no debería dejarla en la calle sin candado. ¿Verdad?

*Y aún en este caso habría que tomar en cuenta la Fair Use Policy.  Gracias a Fernando McDonald por recordarme este punto.

La foto es de Su servidor en bicicleta y la tomó Raúl, de Así es la vida.


20
Feb 15

“Swiss Leaks”, una vez más porque es importante

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Anda en boca de muchos la posibilidad de que lista de Swiss Leaks podría incluir cuarenta y un cuentas bancarias de guatemaltecos con unos $32.4 millones en depósitos. Según las noticias y una lista filtrada por Hervé Falciani -un ex trabajador del banco de servicios financieros multinacionales, HSBC, con sede en Reino Unido- aquella organización bancaria sirvió para que miles de sus clientes escondieran millones de dólares por medio de su filial en Suiza.

Los medios chapines no han publicado la lista anunciada de guatemaltecos  (hasta el jueves al mediodía cuando escribí estas líneas); pero estoy seguro de que –en alguna oficina oscura– más de uno se está saboreando con la cacería de brujas.

Este es un momento apropiado para detenerse y meditar:

Hay tres grandes grupos de personas que esconden dinero: 1. Aquellos cuyas fortunas son consecuencia de actos delictivos comunes (como secuestros, por ejemplo); 2. Aquellos cuyas fortunas son consecuencia de actos criminales y delictivos como el saqueo del dinero ajeno tomado por la fuerza y aquellos cuyas fortunas son consecuencia del abuso del ejercicio del poder, tal es el caso de los políticos y su clientela que se roban los impuestos y viven de privilegios y, finalmente, 3. Aquellos que protegen de la expoliación y del saqueo sus fortunas legítimamente producidas con ingenio y trabajo.

Los primeros y segundos son de naturaleza muy distinta a los terceros.  Los primeros y segundos deben ser expuestos, perseguidos, procesados y condenados por delincuentes y criminales. Pero el tercer grupo sólo hace lo que está moralmente obligado a hacer: defender su propiedad contra el robo. Nadie que proteja lo que es legítimamente suyo contra los depredadores debe ser moral, ni penalmente condenado por defender su propiedad y sus derechos.

Es inaceptable que se ponga en el mismo canasto a los saqueadores y a sus víctimas que se protegen.  Moralmente, no son iguales; son opuestos. Y Falciani no es un héroe ya que faltó a la confianza y traicionó la seguridad de quién sabe cuánta gente que no debería haber sido expuesta.  Ahora ya sabes, no dejes que te mareen con esto.

Columna publicada en El periódico; y la ilustración la tomé de aquí.