propiedad privada
30
Dic 09
Pobres, pobres, pero libres de minería
29
Dic 09
Injusta persecución contra las tiendas
Cuando yo era niño, y crecí en Ciudad Nueva, iba a la tienda que quedaba a la vuelta de la casa; y más tarde, cuando mis padres se fueron a vivir a la zona 10, iba a la tienda de El Gordo –que ahora es la célebre Carmelita– y que quedaba a unos 150 metros de mi casa. Cuando luego en mi vida, volví a Ciudad Nueva, sólo tenía que atravesar la Avenida Independencia, para ir a la tienda de doña Tinita. Y tanto El Gordo, como doña Tinita -por su afabilidad y generosidad- eran mucho más que los tenderos; uno no sólo iba a comprar ahí, sino que casi, casi, iba de visita.
19
Nov 09
¡A por la reforma agraria!
La supuesta ley de desarrollo rural que Los Colom están promoviendo en el Congreso de la República contempla algo así como una política agraria que reformará y democratizará el régimen de uso, tenencia, propiedad de la tierra, desincentivando su concentración. Traducido a idioma de humanos, eso quiere decir que, si esa normativa fuera aprobada, los políticos decidirán cómo se usará la tierra, quien podrá ser su propietario y en qué condiciones. Someterá el derecho de propiedad a los intereses políticos del momento y hará realidad los sueños húmedos de cientos de políticos y burócratas ávidos de poder y de riquezas.
12
Jun 08
¡Vuelve la burra al trigo!
Diputados de la bancada socialdemócrtata han preparado una nueva propuesta para obligar al cultivo de granos básicos, en terrenos de más de cien manzanas que no se aprovechen en su totalidad. Un grupo de uneístas, encabezado por Leonel Castañeda, presidente de la Comisión de Agricultura, preparó una nueva iniciativa de ley con el mismo espíritu violatorio del derecho de popiedad y de la libertad. La diferencia es que solo afectaría a las fincas que no se cultivan en su totalidad; y que creará una piñata de Q50 millones para que los pipoldermos “compren granos básicos”.
Ojalá y la discusión de este abuso no se centre en porcentajes y en negociación de excepciones y ventajas. Ojalá se centre en principios. Y ojalá prive el criterio de que los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos; porque es de interés colectivo que los derechos individuales sean respetados absolutamente.
10
Jun 08
Reculo, dijo aquel
La bancada socialdemócrata propondrá derogar Ley Obligatoria y de Fomento para el Cultivo de Granos Básicos.
La norma, aprobada en 1974, durante el período militar, “es un decreto totalmente anacrónico, que no es aplicable, pero está vigente. Es una ley que se tendría que cumplir”, explicó ayer el presidente Alvaro Colom, al reconocer que la idea de reactivarla “fue una mala asesoría al Gabinete; no tiene ningún sentido en esta época”. La norma obliga a propietarios o arrendatarios de tierras —con más de cien manzanas— a utilizar un 10 por ciento del total de su extensión para la siembra de granos de primera necesidad.
Pero aquí viene lo más importante de este tiquismiquis que obligó a la administración a recular: “Cada persona es dueña de su propiedad, y no se le puede imponer ningún tipo de cultivo”, dijo el presidente Colom
05
Jun 08
Lo tuyo, ¿es tuyo? La Iglesia en Santa Cruz
Indígenas cakchiqueles de Santa Cruz Balanyá exigieron el retiro de la Iglesia Católica del lugar y la devolución de las propiedades que aquella organización supuestamente ha usurpado.
Los santacruceños han empezado acercamientos con la Iglesia Episcopal Anglicana y ya no quieren a la iglesia romana en la población.
El caso es que las propiedades que reclama la Cofradía del Sagrado Sacramento son ocupadas y fueron registradas por la Iglesia Católica, a pesar de que presuntamente les habían sido donadas a la citada cofradía. Empero, los cofrades no pudieron probar su derecho en los tribunales.
Es interesante ver como es que la organización que dirigen Rodolfo Quezada y Alvaro Ramazzini es celosa cuando se trata de su propiedad; y cómo es rechazada cuando la gente se da cuenta de que su discurso populista es sólo del diente al labio.
12
Abr 08
El derecho individual vrs. el colectivo
En esta semana recibí una valiosa carta de un lector. La suya ilustra un problema particular que enfrentan muchos guatemaltecos; pero a la vez es un problema general del cual no nos hemos dado cuenta.
Para hacer la historia corta, el lector vive en un sector de la zona 15 el cual algunos vecinos han decidido cerrar por seguridad y para ello han instalado una garita con sus costos y sus reglas correspondientes.
La carta se titula El derecho individual vrs. el colectivo; y a mi modo de ver hay dos formas de leerlo: la primera es como el derecho individual contra el derecho colectivo y en ese sentido me queda claro que los derechos son individuales y que no hay tal cosa como derechos colectivos.
De hecho, y eso nos lleva ala segunda forma de leerlo, los derechos individuales nos protegen contra el colectivo o la comunidad.
Los derechos, a saber, son tres: vida, libertad y propiedad; y si como individuos no tenemos la facultad de quitárselos, arrebatárselos, o impedirles su ejercicio a los demás, como individuos tampoco tenemos la facultad de delegarle a la comunidad, o a sus representantes, la facultad de quitárselos, arrebatárselos o impedirles su ejercicio a los demás. No podemos darles a otros facultades que no tenemos como personas individuales.
Un derecho es una facultad de las personas individuales que se ejerce sin necesidad de pedir permiso a nadie, ni a costas de nadie. Como los derechos son inherentes a los seres humanos, eso quiere decir todas las personas individuales gozan de los mismos derechos, siempre. Luego, la única obligación implícita en el ejercicio de un derecho es el respeto de los derechos ajenos.Los seres humanos, como personas individuales, tenemos derechos. Los grupos no. Los derechos los gozan los individuos no porque el grupo se los conceda, ni los goza para bien del grupo, sino que los goza para defenderse de la colectividad y de los otros. Cualquier cosa, parecida a un derecho, de la cual gocen sólo unos, y no todos los miembros de una sociedad; cualquier imitación de derecho de la que las personas gocen de cuando en cuando; cualquier pseudoderecho que para disfrutarlo haya que pasar sobre los derechos ajenos; y cualquier otra gracia que concedan la colectividad, o el tirano de turno, no son derechos, sino privilegios.
Lo que creemos conocer como derechos colectivos, en realidad son intereses colectivos. Una de las razones por las que la sociedad guatemalteca es una sociedad enferma es porque demasiadas personas creen que los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos individuales. Nótese, por favor, que no he dicho –como malintencionadamente se da a entender en algunos círculos- que los intereses individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos. Este es otro asunto que no voy a discutir ahora para no distraer del tema principal.
En una comunidad, o en una sociedad sana, los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos.
Dicho lo anterior, si yo viviera en un área que puede ser cerrada y protegida con garitas, estaría de acuerdo con que así se hiciera. Empero, es mi opinión que todos los propietarios y los que alquilan en el área deben estar de acuerdo con el alcance de las garitas y con el pago de su costo. Es decir, que debe ser una decisión de consenso, y no por mayoría.
La razón de aquello es que la instalación de la garita y sus costos son circunstancias que alteran las condiciones de vida, posteriormente al momento en el que los propietarios y arrendatarios decidieron mudarse al lugar. Y la situación es diferente cuando alguien llega a vivir a un lugar donde ya hay garita y se conocen los costos de la seguridad, pues no le queda más que aceptar las condiciones preexistentes.
Visto desde otro punto de vista, ni una mayoría, ni una minoría, tienen facultades para exigir que otros contribuyan a satisfacer sus necesidades de seguridad; ni siquiera en defensa de su derecho de propiedad, o su derecho ala vida.
Así como un individuo no puede exigirle a otro, u otros, que le de dinero para satisfacer sus intereses, necesidades y aficiones; así es como un grupo de individuos (sin importar su tamaño) no puede exigirle a otro grupo que le entregue su dinero para satisfacer sus intereses, necesidades y aficiones.
La única forma de cambiar legítimamente las condiciones que afecten los derechos individuales en un lugar como el descrito (o en una sociedad) es por consenso. Por mayoría, es absolutamente inaceptable.
Claro que nos han educado a respetar las decisiones democráticas (tomadas por mayoría); pero lo que no nos han dicho es que las decisiones mayoritarias deben estar limitadas por el respeto irrestricto a los derechos individuales de la minoría; y la minoría más pequeña es la minoría de uno.
El respeto a la vida, la libertad y la propiedad de unos, no debe estar sujeto a decisiones mayoritarias (y menos minoritarias). Sólo así podemos tener comunidades sanas, y una sociedad sana.