01
Dic 07

¡Trabajemos más!

En Bolivia, una turba incendió la casa de un senador a quien se le imputaba haberse vendido al presidente Morales. Y para no ir muy lejos, aquí en Guatemala ya hemos visto escenas de pobladores quemando casas de alcaldes, estaciones de policía y juzgados.

La primera lección de estas dos noticias es que, cuando la gente se cansa, se cansa de verdad. En tanto que la segunda lección que deberíamos extraer es que ¡¿Qué fregada necesidad hay de llegar a aquellos extremos?!

Resulta evidente que a ellos no se llega de la noche a la mañana. La suma de abusos es la que desata la furia de la plebe que, dada la naturaleza de esa furia, generalmente no concluye hasta que la violencia y la destrucción (o un muerto) sacian la sed de lo que la turba entiende por justicia.

El martes pasado, la mayoría de diputados guatemaltecos aprobó concederle a sus compañeros no reelectos una indemnización; y para más infamia los representantes se subieron el sueldo. Además. Los diputados gozarán de bonos y de canasta navideña. Por concepto de indemnización, los representatnes recibirán Q38 mil cada uno, por cuatro años de trabajo.

Este abuso de los diputados coincide con el momento en el que el Congreso aprobó un presupuesto de más de Q42 mil millones, en medio de quejas de que el dinero no alcanza para prestar los servicios mínimos de seguridad y de justicia que debería ofrecer el estado; ni para cubrir las necesidades de los pobres que, supuestamente, ocupan a la administración.

Dicho presupuesto incluye aportaciones para cuanto grupo de interés puede conseguir una. Si a aquellas tajadas les sumamos la sinvergüenzada de los diputados, se confirma que el propósito del gobierno chapín es transferir la riqueza a aquellos que tienen poder político; y que la consigna para los tributarios es: ¡Trabajen más duro!, porque los que viven del presupuesto dependen de ustedes.

Estas dos últimas observaciones me llevan a preguntar: ¿Quién tiene la culpa de que los diputados abusen como abusan?

A lo largo de la historia política de Guatemala, como electores y como tributarios, los chapines hemos tenido una actitud de súbditos más que de ciudadanos. Con inocencia impresionante, nos quejamos de lo ineptos y de lo corruptos que son los políticos, pero no vacilamos en entregarles nuestros ahorros y en encargarles tareas de importancia. ¿Cómo explica usted semejante incoherencia?

A lo largo de la historia política del país, las dirigencias se han apartado de los principios y han caído en las redes de la ambigüedad y del relativismo. El intercambio de concesiones y la tolerancia de la apariencia sobre la realidad han sido las actitudes corrientes en las relaciones sociales y en las relaciones de poder. El bueno, entonces, no es el que no roba; sino el que sabe distinguir cuándo y entre quienes es aceptable tomar los ahorros ajenos por la fuerza, y cuando hay que hacerlo con discreción.

La culpa del IETAAP, por ejemplo, no la tienen tanto los políticos, los burócratas y los grupos de interés que viven del presupuesto del estado, sino aquellos que, cuando se le conocía como ISET, hicieron concesiones y aceptaron la imposición de un tributo “extraordinario y temporal”.

Si los diputados se salen con la suya en cuanto a recibir las indemnizaciones que se han recetado, y si la administración se sale con la suya en cuanto a la ampliación de la vigencia del IETAAP, la culpa la vamos a tener los electores y tributarios que permitimos que aquello ocurriera. Y un día de estos nadie va a saber ni cómo ni cuándo pasó, pero, ¡Dios no lo quiera!, la gente se va a cansar de tanto abuso. Los Chávez y los Evos, así como las quemas de casas de políticos, no ocurren en el vacío. Están precedidos por historias de abusos que fueron dejados pasar, y por élites incapaces de comprender que la vida, la libertad y la propiedad deben ser defendidas; no negociadas. Trabajemos más, pues; porque los que viven del presupuesto, dependen de nosotros.

Publicado en el diario Prensa Libre el sábado 1 de diciembre de 2007


10
Nov 07

Memes

Un meme, según una teoría popular sobre la transmisión de la cultura, es “la unidad mínima de transmisión de la herencia cultural”. Suele ser una frase, o una sola pieza.

Según el creador de esta teoría, igual que ocurre con los genes, los rasgos culturales o memes, también se replican y están agrupados. Los memes se agrupan en dimensiones culturales que pueden crecer con nuevas adquisiciones de orden cultural. Pero; mientras que los cromosomas son unidades naturales e independientes de nuestras acciones y elecciones, las dimensiones culturales son construcciones que nosotros hacemos. De esa cuenta, la cultura no es tanto un conjunto de formas de conducta, como información que especifica dichas formas de conducta.

La teoría de los memes no es aceptada entre la generalidad de científicos. Algunos creen que es una broma de su autor, o, en el mejor de los casos, una extrapolación innecesaria. No falta quien piense que si se aplica a la ciencia política, o al estudio de la sociedad, puede llevar a conclusiones erróneas. Meme, ¡por supuesto!, no debe ser confundido con memo.

A sabiendas de esto y porque es divertido, aquí van los primeros memes de la todavía no estrenada administración de Alvaro Colom y Rafael Espada:

“Yo tengo el propósito de convertir a Guatemala en un país socialdemócrata, pero con rostro maya, con olor a tamal de maíz”. Alvaro Colom, en Prensa Libre del 6 de noviembre de 2007.

Alvaro Colom “anunció que descarta desde ya impulsar reformas a la Constitución”. El Periódico del 6 de noviembre de 2007. Ese mismo diario reporta que el Presidente electo “Escuchará sugerencias de sindicalistas para Educación y Salud”.

Colom dijo que no viajará mucho; pero antes de que siquiera empiece su administración “Su primer viaje lo hará a El Salvador, Honduras, Belice y México. Una segunda gira incluye Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Colombia. Luego viajará a España, Brasil, Argentina y Chile”, así lo reportó El Periódico, el 6 de noviembre pasado. Ese día, Siglo Veintiuno lo puso de otra forma: “Previo al 14 de enero, el presidente electo pretende visitar a 13 mandatarios de la región”.

A mí me alegra que Colom haya tenido el valor de anunciar que su administración será socialdemócrata. Por el bien de los guatemaltecos, ojalá que la suya sea la primera administración socialista que demuestre que esa corriente (emparentada con el nacionalsocialismo y con el socialismo real) es capaz de contribuir con algo al desarrollo y bienestar de los chapines. Hasta ahora, la socialdemocracia vergonzante que ha prevalecido en Guatemala, en alianza con el mercantilismo, lo único que han conseguido es que los intereses particulares priven sobre los derechos individuales; con la consiguiente multiplicación de los privilegios y de la arbitrariedad, y para el empobrecimiento de todos (menos el de los privilegiados), en desmedro de mejores posibilidades de cooperación social pacífica.

Dicho lo anterior, regreso a los memes: “Guatemala es un país medieval. Acá no hay ricos ni pobres, hay nobles y plebeyos. El pobre se cree plebeyo y el rico, además de creerse noble, es resentido social y le molesta que los demás progresen”. Eso dijo Rafael Espada en El Periódico del 7 de noviembre de 2007. En esa misma edición, Espada dice: “Soy socialdemócrata desde que nací…bueno, desde la escuela de medicina”. Y agrega: “Yo he hecho más por el país que los que viven acá”.

Y ya que estamos en memes, aquí va mi favorito: “Algunas personas han sido muy enfáticas en decir: Esto es para tu campaña, porque no quieren a Álvaro o a Sandra, o no confían en ellos o en la UNE. Y me dicen: Sólo por vos voy a votar por la UNE. Eso dijo Rafael Espada en Prensa Libre del 16 de octubre pasado.

Publicado en el diario Prensa Libre el 10 de noviembre de 2007


03
Nov 07

¡Vaya, pues!

1. Por fin llega el día de la segunda vuelta electoral; pero para mí, viene como el día en el que tuve que sacarme las muelas cordales.

Luego de mucho darle y darle; luego de leer todos los días los reportes de los diarios acerca de las ideas, las promesas y las actitudes de los dos candidatos; luego de echarles un ojo a lo que dicen que son sus planes de gobierno y luego de meditarlo bien; he confirmado lo que ya me temía: En el largo plazo, y para la generalidad de los guatemaltecos, no importa mucho quién de los dos gane.

Ninguno se ha comprometido a respetar absolutamente la vida, la libertad y la propiedad de los chapines. Ninguno ha prometido que eliminará el impuesto a los rendimientos del capital. Ninguno ha anunciado que liberará a los guatemaltecos del monopolio del seguro social, o de esos lastres que son la educación y la salud burocratizadas.

Yo, por candidatos como los que hay, no voto con gusto. Por otro lado, y a la larga, el problema no son los candidatos; porque el problema de Guatemala no tiene tanto que ver con las personas que llegan a la administración; sino con el sistema en sí mismo. Tenemos un sistema que no garantiza ni el respeto a los derechos individuales de todas las personas, ni la igualdad de todos ante la ley.

Desde las elecciones pasadas yo he votado nulo. La razón de esa forma de elección es que, aunque mi sufragio nulo no tiene valor jurídico, esa forma de voto sí manda un mensaje político: El de un franco rechazo al sistema; acompañado por la manifestación de mi derecho a no ser obligado a elegir entre dos opciones que no quiero, ni merecen mi confianza.

En esta ocasión, sin embargo, en mi papeleta no voy a poner algo como Mejor cambiemos el sistema o Denme candidatos que valgan la pena. Con sabor a bilis en la boca y con mucha dificultad, voy a poner una X sobre la casilla de una de las opciones.

Primero, porque he llegado al convencimiento de que uno de los dos candidatos, con todo y sus roscas y sus clientelas, es ligeramente peor que el otro. Francamente, en eso tuve que elegir entre cuáles sinvergüenzas son tolerables y cuáles no. Y me consuelo al parafrasear a Chumi Chumez: ¡Estoy harto, quiero ineptos nuevos! Segundo, porque le tengo respeto a uno de los candidatos vicepresidenciales; en tanto que al otro, niente.

Como elector, y como tributario, estoy totalmente claro de que con mi sufragio seré cómplice de un absurdo en el corto plazo. Pero tengo ganas de decir Se los dije, cuando la próxima administración nos arrastre por el mismo camino de servilismo con las burocracias internacionales, por el mismo camino de incoherencia, y por el mismo camino de confusión por el que nos ha arrastrado la administración que se va.

¡Vaya, pues!, mañana voy a ir a poner mi X en una de las casillas; pero que conste que más que nada es porque lo que se perfila en la otra casilla me para el pelo. Eso sí, mi compromiso con cambiar el sistema –que es lo que verdaderamente generará más bienestar y desarrollo para los guatemaltecos– sigue firme. Por eso es que mi opción real se halla en ProReforma.

2. Bloguear no es un crimen. ¿Recuerda usted a Kareem? El es un joven bloguero egipcio que se encuentra en prisión por algo que muchos guatemaltecos han derramado sangre para que todos tengamos y conservemos. Está preso por ejercer su libertad de expresión. Kareem ha criticado a la administración egipcia y a su presidente y por eso ha sido encarcelado. Bajo la presión del fundamentalismo y de la tiranía, su padre ha renegado de él. Este viernes 9 de noviembre, en muchas ciudades del mundo, habrá expresiones de solidaridad con Kareem.

Si desea contribuir a su liberación, y a la defensa de la libertad de expresión, dele una llamada telefónica al embajador Maher Baddar al 2333-6296. Por favor pídale que su gobierno respete la vida y la integridad de Kareem y que lo libere.

Publicado en el diario Prensa Libre el sábado 3 de noviembre de 2007


17
Oct 07

Tu playera no es chilera, en El Diario Exterior

¡Mi columna titulada Tu playera no es chilera, acerca del carácter asesino de Ernesto Guevara, fue publicada en eldiarioexterior.com!

La misma fue publicada -originalmente- en el diario Prensa Libre; y luego aquí, en este espacio.

Gracias a mi amigo Ramón, por la pista.


16
Oct 07

Cuarenta años sin Che

“Ernesto Guevara vivió y murió acorde con aquella cita bíblica: El que a hierro mata, a hierro muere. Ahora que se celebran 40 años de su asesinato en Bolivia, sus fans continúan venerando la figura de una persona que nunca dudó en imponer sus ideas por la fuerza, de asesinar como fue asesinado y de dejar una herencia de muerte, esclavitud y subdesarrollo disfrazada de liberación.

El Che –como le decían por su nacionalidad argentina– luchó por imponer, mediante una revolución violenta, la dictadura del proletariado en el marco de un gobierno marxista-leninista. A 40 años de su muerte, podemos evaluar cuán equivocado estaba y cuánto dolor y muerte provocó, y continúa provocando, una ideología tan caduca.

Los Vietnam, las Cubas, las Coreas del Norte, los países –ahora libres– que permanecieron cautivos tras la cortina de hierro impuesta por la Unión Soviética, etcétera; todos ellos y tantos otros son ejemplos de lo que el Che quería para toda la humanidad.

El Che aparece ahora como una figura mítica entre aquellos equivocados que continúan creyendo que la liberación está en el marxismo revolucionario que él promulgaba, no obstante que millones de personas, que lo han vivido también lo han rechazado.

Su presencia en camisetas y todo tipo de parafernalia es más un síntoma de la imperiosa necesidad de estar a la moda que de una conciencia revolucionaria. Sus aficionados han caído víctima del más superfluo consumismo que el Che tanto hubiera criticado. Igual se ha vuelto chic andar con un iPod que con una camiseta del Che.

Guevara tiene una gran ventaja sobre otras figuras revolucionarias. A diferencia de otros déspotas, como Lenin y Stalin (URSS), Mao (China), Ho Chi Min (Vietnam), Castro (Cuba), Pol Pot (Camboya), Kim Il-sun (Corea del Norte), el Che nunca gobernó propiamente hablando.
Por lo tanto, no sufrió el desgaste político de haber sido el protagonista de las múltiples violaciones de derechos humanos que caracterizaron a esos regímenes y que hoy son juzgados por la historia.

Ese relativo aislamiento del gobierno y su muerte apenas a los 39 años le ha facilitado continuar como una leyenda, pura e impoluta, pero aun así, tan sólo una leyenda.

Y como todo mito, el Che seguirá con su aura entre una minoría, que siempre existirá, producto ya sea de una rebeldía propia de la juventud o de la frustración humana. Identificarse con la vida y fracaso personal de otro looser –como dirían los patojos– puede ser el consuelo que muchos buscan y que el Che les ofrece. Si a eso vamos, tenemos Che para largo. Hasta la derrota siempre”.

Publicado por José Raúl González, en Prensa Libre.


09
Oct 07

Molesto homónimo, ¡otra vez!

El 9 de octubre de 2007, en Prensa Libre, el Tribunal Supremo Electoral publicó su segundo informe sobre el financiamiento de los partidos políticos. En uno de los partidos se menciona a un Luis Figueroa como uno de los financistas de una de aquellas organizaciones. Para evitar confusiones aclaro que yo, con cédula A1-616575 y de nombre completo Luis Alberto Figueroa Jurado, no soy el financista citado. Con mi dinero sólo apoyo ideas, no candidatos, ni partidos.

El 13 de agosto pasado ocurrió la misma cosa; y una aclaración al respecto fue hecha el 17 de agosto.


06
Oct 07

Hoy no

Hoy no fue publicada Carpe Diem en Prensa Libre. La columna volverá a su espacio habitual el próximo sábado.


04
Oct 07

Confirman relaciones Guatemala-Norcorea

Lo que usted leyó ayer en Carpe Diem ha sido confirmado hoy por Prensa Libre: “Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada la semana recién pasada en Nueva York, Guatemala y la República Popular Democrática de Corea —el país más hermético del mundo— aprovecharon para entablar relaciones diplomáticas”.

El diario le dedicó su Editorial al tema y dice: “Guatemala debe mantener relaciones diplomáticas con la mayor cantidad de países. Eso es correcto. Pero tampoco tiene necesidad de apresurarse a establecerlas con aquellos que siguen siendo considerados una especie de parias internacionales, a consecuencia de la manera como son gobernados”.


27
Sep 07

Voto por Carlos Peña

En mi opinión, sin patrioterismo y objetivamente, Carlos Peña se desempeñó de forma admirable hoy. El sábado, en Prensa Libre y en este espacio, comentaré por qué merece admiración y respeto. Una vez más tendrá mis votos. Envía la palabra “Carlos” al número 43657.


24
Sep 07

¿Cuál desbalance?

Si la izquierda revolucionaria guatemalteca termina de desaparecer, como debería de haber desaparecido hace ratos, ¿habrá un desbalance en el país? Esa inquietud ha sido manifestada por varios comentaristas políticos luego de la implosión que sufrió la exguerrilla en los comicios del 9 de septiembre pasado.

Mi hipótesis es que no; y que no hay que perder de vista las habilidades para las que si son buenos los exguerrilleros. Para comenzar, ni el 6% del electorado encuentra expresión en las opciones revolucionarias; y si a esas le descontamos a Rigoberta Menchú, que según Pablo Monsanto “dejo de ser revolucionaria hace muchos años”, sus cifras se ponen mucho más tristes. Adicionalmente, al verdadero revolucionario la democracia le sopla las verijas.

El revolucionario coherente percibe a la democracia burguesa como una falsedad que se presenta como defensora de la igualdad y de los derechos de las personas; pero que sólo sirve a los intereses de la clase dominante. El revolucionario consistente intuye que la democracia burguesa es un escenario muy limitado para la lucha del proletariado. El revolucionario de verdad siente que la democracia socialista (o dictadura del proletariado) es la única expresión política que sirve a la clase trabajadora.

Eso explica la arremetida que Monsanto le pegó a la dirigencia indígena en la célebre entrevista del 2 de septiembre pasado. Al final, la dirigencia mayense le falló a la revolución porque esa dirigencia es más indigenista que proletaria y porque la gente es menos cándida de lo que creía la vanguardia de la revolución. Todo el candongueo terminó en nada.

Lo que no ha colapsado es el ideal socialista según el cual los intereses colectivos tienen prioridad sobre los derechos individuales; una idea compleja, y poderosa en su sencillez aparente.

La incomprensión de sus alcances perversos hace posible, por ejemplo, que muchos integrantes de algunas élites del país crean, ¡de verdad!, que su responsabilidad social va más allá de servir a los consumidores, respetar los derechos ajenos y obtener ganancias. Y ahí andan, proclamando que ¡yo soy más santo que tú!, porque acceden a las demandas que impone la creencia de que los intereses colectivos tienen prioridad sobre los derechos individuales.

Lo que no ha colapsado es lo políticamente correcto y la complacencia con el relativismo. Los revolucionarios han tenido mucho éxito en desprestigiar la lealtad a los principios y la confianza en los valores. Por eso es que, en muchos ambientes, la flexibilidad en los principios es más apreciada que la verticalidad. Por eso es que se admira al acomodaticio y al inconsistente. Por eso es que para La Revolución, ahora son más importantes los progres y los que buscan el balance, que los mismísimos comandantes.

Ya desde 1848, los revolucionarios sabían que para el éxito de su causa era importante desarticular la propiedad, promover impuestos progresivos, gravar el derecho de herencia, controlar el crédito, controlar el transporte, controlar la producción, hacer del trabajo una obligación social y manipular la educación. Todas estas prácticas políticas son prácticas socialistas que materializan la consigna de que el interés colectivo debe privar sobre los derechos individuales. Son prácticas que muchos dan por incuestionables, y son prácticas que deberían llenar de orgullo a cualquier revolucionario que haya leído: “Un espectro se cierne sobre Europa…”

No hay, ni habrá desbalance alguno si desaparece la izquierda revolucionaria. Sus ideales todavía sobreviven entre nosotros porque el socialismo no necesita de la exguerrilla para hacer avanzar su agenda entre muchos chapines. Cada vez que alguien se olvida de que los intereses colectivos NO deben prevalecer sobre los derechos individuales, la libertad pierde sus alas, y los ideales de La Revolución hacen crecer las suyas.

Publicada en el diario Prensa Libre el sábado 22 de septiembre de 2007