12
Ene 08

El buen pastor

Algunas veces, en medio de hechos que podrían ser noticiosos, la presencia de la Prensa ocasiona que se alteren los ánimos y que las cosas se salgan de su justa dimensión.

“Estábamos en una calle haciendo tomas de los grupos que empezaban a congregarse. La gente sólo se reunía. De repente, uno de los que estaban al frente se dio cuenta de que mi compañero y yo estábamos grabándolos y empezó a vociferar y a saltar con violencia. Agitaba un palo y se dirigió al grupo que lo seguía; y en un momento todos le siguieron en sus gritos y en sus brincos. Gritaban muy fuerte, tomaron piedras y empezaron a destrozar vitrinas y automóviles”.

Hace años, después de una serie de disturbios ocasionados por migrantes haitianos en varias ciudades de los Estados Unidos de América, tomé un curso de producción de noticias por televisión. El curso lo dieron una productora y un camarógrafo de Miami y la anécdota anterior la relató el camarógrafo para ilustrar cómo es que la presencia de las cámaras tiene “efectos secundarios” que pueden ser perjudiciales y que pueden ofuscar la conducta de las personas.

Yo creo que algo así es le pasa a Rodolfo Quezada y que por eso es que domingo a domingo dispara homilías como cañón suelto. El Cardenal sabe que la prensa está ahí para llenar segundos y cuartillas, de modo que se siente presionado para opinar. Digo esto porque tengo cuates que creen que él hace esas cosas con mala intención; y porque por un momento creí que lo hacía por ignorancia. Ahora creo que sólo es porque el pobre se siente presionado.

El domingo pasado, por ejemplo, el Príncipe de la Iglesia especuló sobre las regalías que deberían recibir las empresas mineras, sobre turismo y sobre ambientalismo.

El último día de 2007, al purpurado hizo observaciones acerca de si José y María habían sido migrantes ilegales e incursionó en los campos de la economía y del salario para dar su opinión sobre aquellos temas. El 24 de diciembre no estuvo tan mal porque habló de Nacimientos; pero el 17 ya había dado una “cátedra” de economía al hablar sobre el consumismo y el mercantilismo, e hizo cábalas sobre la naturaleza del valor.

Así puede uno irse hasta no a saber cuándo y lo que se va a notar es que Quezada se luce, frente a las cámaras, comentando hechos de actualidad y difundiendo sus peculiares hipótesis sobre los campos más diversos del conocimiento humano. Su Eminencia llena cuartillas y ocupa segundos como pocos.

Yo creo que esa avidez mediática les hace daño a su organización y a su rebaño. Si no, ¿por qué es que la mayoría de chapines cree que la Navidad es el 24 de diciembre? Para el guatemalteco promedio, el 25, que es el verdadero día de la fiesta de la Natividad, no sirve más que para recuperarse de la goma y para levantarse tarde. ¡Hasta las misas del gallo se hacen bien temprano el 24!; práctica que pareciera confirmar, de forma imprecisa y algo velada, que la fiesta es ese día.

Algo así ocurre con la festividad de la Pascua. El chapín promedio recuerda con solemnidad y a grandes costos la pasión y muerte de Jesús. Por eso es que el Viernes Santo es el la cúspide de la Semana Mayor. Tres fastuosas procesiones recorren las calles capitalinas, además de una multitud de pequeños santoentierros, de barrio. La Antigua Guatemala se pone sus mejores galas y el mensaje de llorad y arrepentíos cunde en los corazones.

¿Y qué pasa en el Domingo de Resurrección? Niente. Ese es el día en que los guatemaltecos se curan de la cruda adquirida como consecuencia de la parranda del Sábado de Gloria. El chapín promedio conmemora la muerte; y deja pasar la oportunidad de celebrar la vuelta a la vida.

En vez de hacer tantas homilías sobre política y economía, Quezada y su equipo ya podrían concentrarse en cuestiones religiosas que contribuyeran a la formación y al crecimiento espirituales de su rebaño. El prelado seguramente no saldría tanto en los medios; pero su grey se lo agradecería.

Publicada en el diarioPrensa Libre el sábado 12 de enero de 2008


30
Dic 07

"La anatomía del compromiso"

“No se vale participar para obstaculizar los procesos”, dijo el procurador de los derechos humanos, de Guatemala, el viernes pasado, al cuestionar el proceder de representantes de algunos sectores sociales en las instancias de diálogo convocadas por el gobierno.

Sergio Morales dice que “los sectores sociales deben participar más para aportar y empujar los procesos, en busca del bien nacional”.

Le he puesto atención a estas declaraciones del Procurador porque ilustran muy bien, ¡pero muy bien!, los errores metodológicos de la muchos políticos y analistas guatemaltecos. En esta entrada voy a ocuparme de dos: el colectivismo, y el hábito de tratar las cosas en paquete.

El colectivismo se hace evidente cuando se piensa que la política, o la economía, son cuestiones de sectores sociales, de grupos sociales, o de grupos de interés; no de individuos. Se piensa que hay un interés nacional más allá de la suma de los intereses individuales. Esta forma de pensar estima que lo que importa es el grupo, y entonces, sin un grupo, uno no es nada. Desde una visión marxista, estos grupos son las clases sociales; pero desde otras perspectivas, hay grupos étnicos, o de sexo, para poner dos ejemplos.

Yo prefiero el individualismo metodológico que entiende la acción humana como un proceso personal, y no como uno grupal. Para los políticos del corte del Procurador, lo que importa es llegar a acuerdos entre grupos de interés y lo que valen son los acuerdos, no los contenidos. Esto es porque esa posición tiene raices utilitaristas a la manera de que lo que se persigue es el mayor bien para el mayor número, sin tomar en cuenta a las minorías que disienten. Por eso es que aquel que no esta de acuerdo con lo decretado por la mayoría es un obstaculizador de procesos, un negativo, un inconforme, o “un miembro de las mafias”.

El hábito de tratar las cosas en paquete es muy cómodo y es otra característica del análisis político y económico chapín. Al descartar el individualismo metodológico, políticos y analistas centran su atención en grupos de personas y eso conduce a agrupar ideas y fenómenos de igual manera.

Quien hace eso, deliberadamente ignora las diferencia sutiles pero importantes que existen entre las ideas (aunque superficialmente parezcan iguales) y entre los miles y millones de actos y hechos que día a día conforman eso que conocemos como sociedad. Por eso es que muchos políticos y analistas creen que la sociedad actúa y piensa. Por eso creen que el mercado es un “dios”, o que el mercado consume y produce.

El tratar las cosas en paquete tiene una ventaja para aquellos políticos y analistas: les permite hacer caso omiso de los principios y de los valores porque “el paquete es más importante” que las valoraciones individuales, o los principios involucrados en las decisiones personales. Desde aquella perspectiva, el paquete es más grande y por lo tanto debe tener precedencia.

Por eso es que, para ellos, los intereses generales deben prevalecer sobre los derechos individuales. Y por eso es que aquellos que no están de acuerdo con lo que decide la mayoría, son los que obstaculizan los procesos. Los procesos, son más importantes, para ellos, que las personas individuales que se ven involucradas en ellos.

Para ellos el interés nacional es más importante que los derechos individuales de cualquiera que se oponga a los designios del grupo (mayoritario, o minoritario) que haya acordado cuál es ese interés nacional.

Por eso también, es que muchos “representantes de sectores” que llegan a los dialogos convocados por los políticos, llega a regatear posiciones y no a defender principios. No llegan a cuestionar si es legítimo y moral que el gobierno tome recursos ajenos por la fuerza para atender y privilegiar a intereses particulares; sino que llegan a negociar la tasa del impuesto. O su temporalidad, como ocurrió con el Ietaap.

Yo digo que si un proceso viola los derechos individuales de una sola persona. ¡Una sóla!, el deber de cualquiera que valore la vida, la libertad y la propiedad, es obstaculizar ese proceso. Su deber moral es desactivarlo y ponerlo en evidencia.

En todo diálogo y en todo proceso político, los “representantes de los sectores sociales” deberían ponerle atención a algo que escribió la filósofa Ayn Rand en Capitalism: the unknown ideal (Capitalismo: el ideal desconocido). En el capítulo denominado La Anatomía del Compromiso, Rand describe algunas reglas acerca de trabajar con principios en la práctica y acerca de la relación de aquellos con objetivos concretos.

1. En todo conflicto entre dos hombres (o dos grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente.

2. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, es el más maligno, o irracional, es el que gana.

3. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos o difusos, eso obra en ventaja del lado irracional.

No hay, ni puede haber, nada de malo en defender la libertad individual frente al colectivismo. Y si uno está en un “diálogo”, imbuido en un “proceso”, no hay nada de virtuoso en acceder a las demandas del poder y a las exigencias de los grupos de interés por el sólo hecho de no ser un intransigente.

Los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad no se pierden de golpe; sino que se pierden cada vez que alguien accede a ceder un pequeño “pedazo”, para que no se rompa el diálogo, y para que no se interrumpa el proceso.


26
Dic 07

"No haremos locuras"

“Puedo asegurar que no haremos locuras”, dijo el presidente electo guatemalteco, Alvaro Colom. Y yo quiero creerle porque acaba de pasar la Navidad y porque ya viene el Año Nuevo.

Colom dijo que para alcanzar sus metas de lucha contra la pobreza es un prerequisito garantizar la seguridad y hacer una buena administración de la recaudación tributaria.

Yo que soy optimista moderado, creo que eso de no hacer locuras está muy bien. ¡Es que hay tantos Chávez, Evos, Ortegas, y Correas, sueltos por ahí!. Sin embargo, para ayudar a los guatemaltecos a salir de la miseria ¡se puede hacer tanto!

Por ejemplo: Se pueden respetar, sin excepción, los derechos individuales; el interés general no debe privar sobre los derechos individuales pues al hacerlo se estarían violando los principios básicos sobre los que se fundamenta el interés general; se debe crear un verdadero Estado de Derecho (y no de legalidad) en el contexto que hace viable la cooperación social pacífica y libre.

Se puede devolverles la propiedad privada de sus ingresos y ahorros a los trabajadores y permitírseles tener cuentas individuales y heredables. Se puede eliminar el impuesto sobre la renta y reducir el gasto del gobierno para facilitar que haya más inversiones de capital para que haya más y mejores oportunidades de empleo.

Se puede eliminar el endeudamiento público y se puede liberar el mercado laboral. Se pueden facilitar los trámites burocráticos y descentralizar la administración pública. Se les puede devolver, a los padres, la responsabilidad de la educación de sus hijos.

Se puede devolverles a las personas el derecho que tienen sobre el subsuelo de sus propiedades legítimas. Y se puede sesregular y liberar el subsector eléctrico.

Para más información sobre estas posibilidades, por favor haga clic, aquí.


12
Dic 07

Con la esperanza en manos de burócratas

Los diputados guatemaltecos aprobaron la nueva ley de adopciones. Y al respecto, tengo algunas preguntas:

¿Cómo evitarán, los políticos chapines, que el monopolio que han creado sea diferente al monopolio que tenía Guatel, o al monopolio que tiene el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social?

¿Qué harán para que el Consejo Nacional de Adopciones no sea un foco más de inhumanidad como es el Centro de Atención Médica Integral para Pensionados?

¿Por qué es que los burócratas y políticos que medrarán en el CNA no cometerán las mismas sinvergüenzadas que cometen en el IGSS, en el Crédito Hipotecario Nacional, en las aduanas, o en las compras de medicinas para el Ministerio de Salud, por mencionar sólo unos casos paradigmáticos?

Cuándo dar un hijo no deseado en adopción deje de ser una opción deseable, ¿cuál creen que va a ser la siguiente posibilidad?

Dentro de cinco años, o menos, ¿quién va a tener las agallas de publicar cifras comparativas de, digamos: cuánto se tarda, de verdad, un proceso de adopción; cuánto cuesta en términos reales y en términos de “mordidas”; cuánto ha crecido el número de abortos y cuánto cuesta el CNA por cada niño que logre ser adoptado?

Para ese entonces, los Berger, Rodolfo Quezada, y los embajadores de los Estados Unidos de América, los Países Bajos y España, van a poder tener el sueño tranquilo?

¿Cómo van a ser los hospicios del Estado para los niños no deseados que no sean abortados? ¿Van a ser como el legendario Elisa Martínez? ¿Algún lector tiene idea de cómo era la vida de los niños en ese lugar y en los otros hospicios que estaban a cargo de las “buenas gentes” que dirigían esos lugares espantosos? ¿Van a ser como el “magnífico” hogar que Oscar Berger les dio a los “jóvenes en riesgo” en la Finca Santo Tomás?

¿Por qué es que el monopolio de las adopciones en manos de los burócratas y políticos que siempre criticamos por corruptos e ineptos, es bueno? ¿Le confiaría usted un hijo a esa gente? Para muchos niños cuyo sueño es tener una familia, la esperanza ahora está en manos de esa gente. ¿Qué va a hacer, usted, al respecto?

La foto de la vergüenza es por Erlie Castillo, de Prensa Libre


08
Dic 07

Punto de inflexión

Los electores y los tributarios guatemaltecos tuvimos una experiencia gratificante. A fuerza de acciones individuales de repudio, conseguimos que los diputados echaran marcha atrás en su desvergonzada pretensión de asignarse indemnizaciones, entre aquellos representantes que no habían resultado reelectos para la próxima legislatura.

¡Y ahora no hay que soltar la presa! Aquellos políticos a los que les conviene que los chapines actuemos como súbditos y no como ciudadanos, perpetúan y refuerzan la idea de que la ciudadanía se vive sólo cada cuatro años en el día de los comicios. Sin embargo, en una república en la que el poder está sujeto a la ley, y en la que la soberanía reside en los ciudadanos, aquella se ejerce –o debería ser ejercida– todos los días, por todos los interesados.

Aquellos políticos también alimentan la idea de que la autoridad debe ser obedecida, y la de que las personas son parte de una gran maquinaria o de un gran organismo al que están obligadas a servir; aún a costa de sus derechos individuales, o de sus aspiraciones.

Es un hecho que políticos que llegan al poder para salir de pobres, o los que llegan al poder para imponer sus valores y sus programas, no se someten a la majestad de la ley por voluntad propia. Sin un adecuado ejercicio de la ciudadanía por parte de las personas individuales que pagan impuestos y que tienen que trabajar duro para conseguir esa plata, los políticos no tienen incentivo alguno para no desperdiciar aquellos recursos, si ni siquiera lo tienen para apropiarse de ellos.

Por eso es que fueron importantes las miles de llamadas telefónicas que ustedes hicieron a los programas radiales de opinión; y por eso es que fueron importantes los miles de correos electrónicos enviados a las secciones de opinión de los diarios, o directamente a los diputados. Por eso fue importante el personaje que se fue a parar al estacionamiento del Congreso, y protestó contra el abuso con un cartel y dando la cara.

Los diputados se recetaron aumento salarial e indemnización con el dinero que usted produce con su trabajo personal. Y lo justo es que usted decida si quiere darles ese dinero, o no. Mediante el presupuesto del estado, el Ministerio de Finanzas y los diputados están piñatizando el dinero que usted produce y les entrega cuando se ve obligado a pagar impuestos. Y lo justo es que usted decida si quiere darles ese dinero, o no. Y usted puede dárselos porque al fin y al cabo usted es el que trabaja duro para ganarse esa plata, pero la cuestión es: ¿Tenemos derecho a obligar a otros a trabajar para que los que viven del presupuesto del estado tengan una vida cómoda?

Los ciudadanos guatemaltecos hemos llegado a un punto de inflexión importante. Ahora sabemos que tenemos el poder para cambiar el rumbo de las cosas. Sabemos que podemos ejercer poder político, o al menos influencia política, si nos comportamos responsablemente y nos rehusamos a “bendecir” con nuestra inacción, los abusos de los políticos rapaces.

Los guatemaltecos acabamos de pasar por una experiencia de ciudadanía intensa. Y, como los venezolanos, y como aquel hombre que detuvo los tanques en la Plaza de Tienanmen, ahora sabemos que el poder de uno es sí tiene impacto.

Para los chapines, es el momento de definir nuestra futura relación con quienes ejercen el poder político. ¿Vamos a ser súbditos sumisos y obedientes; o vamos a ser ciudadanos conscientes, de pensamiento independiente y de acción decidida? ¿Vamos a admitir el despojo y el uso de la fuerza en las relaciones con el poder; o vamos a exigir el respeto a los derechos individuales y a la igualdad de todos ante la ley?

Y como no se trata sólo de quejarse y de criticar (que no está de más), ¿por qué no tomamos en serio la empresa de fundar un estado en el que sean posibles la paz y la prosperidad? ¿Por qué no dejamos de depender de la arbitrariedad y fundamos un estado de derecho? Para eso, le invito a que explore la propuesta de http://www.proreforma.org.gt//. Ahora sabemos que uno a uno, sí podemos tener impacto en el ejercicio del poder.

Publicado en Prensa Libre el sábado 8 de diciembre de 2007,


27
Nov 07

¡Larga vida a Colom!

La distribucion del poder, o de las funciones del estado, es uno de los logros más importantes del liberalismo. Gracias a ella se hace difícil la concentración del poder en una sóla persona, o en un sólo grupo.

Por eso es que, cuando leí que el futuro vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada, quiere que su administración tenga la facultad de modificar el presupuesto que apruebe el actual Congreso, me preocupé mucho. Urge que alguien le explique al médico la importancia de la distribución del poder; porque la gracia de que el Congreso apruebe el presupuesto y que la administración no pueda cambiarlo sin pedir permiso, es, precisamente, que esta no tenga el control absoluto del manejo de los recursos que el estado le extrae a las personas y que luego reparte entre distintos grupos de interés por medio del citado presupuesto.

Quizás con exceso de entusiasmo y con algo de candidez, Espada hace propuestas como la citada; o como la proclama de que los niños de Guatemala deberían de alimentarse con comidas altas calorías y en proteínas, como las que comen los marines de los Estados Unidos de América.

Yo me pregunto si de verdad será conveniente semejante sugerencia, sobre todo, tomando en cuenta que un marine hombre, que mide 5 pies y 10 pulgadas puede pesar entre 132 y 192 libras; en tanto que una marine mujer, que mide lo mismo, puede pesar entre 132 y 174 libras.

Y para que no se diga que uno es sólo críticas, he aquí una receta de Meal Ready to Eat, que podría sustituir a la galleta escolar (¿Todavía existe ese fraude?)

MRE Nachos

Ingredientes:

4 paquetes de galletas; 3 paquetes de queso con jalapeños; 1 paquete MRE de pollo o de bistec; 1 paquete MRE de frijoles.

Caliente los frijoles. Rompa las galletas en pedazos pequeños y extiendalos sobre una caja de MRE. Pique el pollo o el bistec en pedazos pequeños. Cuando los frijoles esten calientes espárzalos sobre las galletas, y repita aquellos pasos con los paquetes de queso y de pollo o de bistec. Sazone o añada chile.

La receta es del capitan Joseph Bevan, Reserve Officers’ Training Corps; y fue publicada en la Marines Magazine.

Y ya más serenamente, me digo en silencio: ¡Larga vida a Colom!

La foto es de Chad Hunt Photography Photo Blog


10
Ago 07

No son los 7 enanos…

No son los siete enanos, son pelusa en el ombligo.
La caricatura fue publicada en Prensa Libre, el 10 de agosto de 2007.


07
Ago 07

Actitud que podría ser ejemplar

A muchos candidatos no les importa compartir el partido, el listado de candidaturas y ¡hasta la mesa! con sinvergüenzas. En la vía de que el fin justifica los medios, muchos candidatos “se tragan la pildora” de tener que sentarse a la par de personajes cuestionables.

Sin embargo, de cuando en cuando, y hasta en la política chapina, hay chispazos de decencia. Hoy leo que “El Comité Ejecutivo del partido DIA analiza el caso de su presidenciable, el coronel Héctor Rosales Salaverría, quien condicionó su participación, porque está en desacuerdo con la candidatura del diputado Héctor Loaiza. Loaiza encabeza el listado de Quetzaltenango para reelegirse. Ha sido señalado de robo de combustible. Rosales indicó que esperará a ver qué decide el comité ejecutivo, pero reiteró que no está de acuerdo con la candidatura de Loaiza”.

Si Rosales sostiene su decisión, esta podría ser una actitud ejemplar para aquellos a quienes no les importa figurar al lado de Manolo Castillo, Oscar Rodolfo Castañeda, y otros de similares características.


20
Jul 07

Señales ominosas para la democracia chapina

Los políticos ven la tempestad y no se persignan: “¿Qué sería de los mítines de los políticos si no llevaran gente acarreada a escucharlos? Esto podría ser reflejo del desencanto hacia la campaña electoral, que no logra convencer a tantos indecisos. La próxima semana se conocerá si el porcentaje de indecisos, que el mes pasado superaba el 40 por ciento, disminuyó. La quinta encuesta de Vox Latina para Prensa Libre despejará esa interrogante”.


01
Jul 07

Nuestro lenguaje envenenado

Nuestro lenguaje envenenado es una entrevista que le hice al periodista y economista Carlos Rodríguez Braun, hace ratos. Aunque en aquel momento el tema principal era el lenguaje envenenado en la economía, ahora que en Guatmala estamos en temporada electorera, uno puede notar que las observaciones que hace Carlos les quedan como guantes a la actividad política.

La entrevista está aquí.