No vi el debate presidencial porque tengo mejores cosas que hacer. Pero ahora que me metí a Twitter encontré que ese es el tema ineludible de la noche. Todos se están quejando de lo ineptos que son, de que no hay propuestas, de que sólo hay ataques, de que sí y de que no. Muchá, ¿de verdad esperaban propuestas? ¿De verdad esperaban algo de más altura? Con base en qué evidencias?
Entonces pensé…¡Hubo gente que pagó para ir al debate! Por la platea cobraban Q90. Y luego leí lo que escribió @abasme: ¿Alguien me puede explicar cómo llegaron esos dos a la segunda vuelta?
Entonces caí en la cuenta. Hay mara que vota por ellos. Llegron a la segunda vuelta, y están en el debate porque hay mara que votó por ellos. A ver…¿quienes de los lectores votaron por alguno de esos dos?
El problema, digo yo, no son Otto Pérez Molina y Manuel Baldizón. El problema son los que votan por ellos. El problema no está en la oferta política, que -aquí y en Tombuctú- lo que hace es lo que pide la demanda política. Así es como se ganan las elecciones. Como dijo V, en V for Vendetta: Si quieren encontrar culpables, véanse al espejo [aquellos que votaron por ellos]…y los que siguen apoyando el sistema que hace posibles a los dos que están compitiendo.
Estos son ejmplos de lo que se dice del debate en Facebook:
Que moderador mas flojo, los tres Guacala.
Escuchar el debate presidencial es algo que enferma, ni juntando a los dos se hace uno bueno.
Un debate presidencial que mas parece una riña callejera, entre dos borrachos pendencieros.
Deje que no respeten las reglas de un debate, que se ataquen en lugar de proponer, eso a decir verdad no es nada.
Ninguno de los dos merece mi voto.
Es una verdadera vergüenza, que oportunidades como esta solo revelen el pobre futuro que le darán a Guate.
Este debate es patético.
Me molesta que no hayan invitado a moderar a Laura Bozzo.
Esta será recordada como la noche de la pena ajena…
45 minutos de mi vida desperdiciados viendo a ese par de……
Que bien me siento de haber tomado la decisión de no ver el debate…
Rebaje presidecial. Triste y vergonzoso, un reflejo de nuestra sociedad.