Sentido común

Es apropiado que ese fuera el título de la columna de Manuel F. Ayau, así como el de la antología que debería ser leída por todo el equipo político que está por hacerse cargo del Gobierno.

Muso escribió Por qué fracasan los gobiernos y explicó que como los políticos no se consideran ineptos, ni cínicos, y además confían en su buena voluntad, elaboran planes: un menú de aspiraciones que no deja problema sin resolver. Confían en que la solución dependerá de escoger colaboradores igualmente capaces y honrados, y que con buen tino esto será suficiente. Es la historia de siempre. Y la razón por la cual fracasan sigue escapándoseles”. Y recomienda: “cuando en un país prevalece un régimen de derecho y no de hombres, sobre la base de leyes generales, abstractas, establecidas a priori, que rigen conductas en lugar de buscar resultados específicos… surge lo que se llama economía de mercado, que no deja oportunidad a la corrupción… porque no hay privilegios y sí eficiencia económica y justicia. Quien facilite este estado de cosas pasará a la historia como el mejor presidente que jamás haya existido.

Advirtió: No es el Estado el que tiene derecho preeminente sobre el fruto del trabajo de los ciudadanos. Todo lo contrario: son ellos quienes, a través de representantes encargados de legislar, establecen qué porción de sus ingresos entregarán al Estado para que cumpla la misión que le han encomendado.

Llamó la atención sobre el hecho de que la gente más intolerante es la que más reclama paz, pluralismo y diálogo, y hasta parece ostentar la exclusividad de las virtudes y la sensibilidad social. Generalmente estas personas no admiten las buenas intenciones de quienes no están de acuerdo con ellas. El colmo es que muchos de los que tan apasionadamente reclaman pluralismo son los que más endosan epítetos y etiquetas a sus oponentes ideológicos. Dijo que Tener derechos individuales significa que ninguna persona o grupo impone, a través de leyes o reglamentos, sus intereses sobre los derechos de otros.

Muso tendría mucho que enseñarles a nuestros gobernantes si no queremos que este gobierno fracase miserablemente como el anterior. En manos de políticos hábiles, Sentido común puede encender un mejor futuro para los chapines.

Esta columna fue publicada en El Periódico.

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