15
Ene 09

Desencanto y superficialidad de Vielman

Desencanto, es el título de un artículo en el cual el banquero y periodista, Julio Vielman, intenta desprestigiar al capitalismo laissez-faire y al Objetivismo, mediante maniobras retóricas que involucran las ejecutorias de Alan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América.
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Vielman se sirve de que Greenspan fue miembro del círculo más cercano a la filósofa Ayn Rand, y luego elabora con humo y espejos para hacer que las cosas parezcan lo que no son. Por ejemplo, el banquero asegura que el Objetivismo se identifica con el pensamiento de Adam Smith “quien 300 años antes, había postulado que los mercados deben ser libres de interferencia para funcionar eficientemente para que el interés propio conduzca al bienestar de todos”.
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Este análisis evidencia la superficialidad de Vielman. La filosofía Objetivista se distingue, sobre muchas otras, porque explica el valor del capitalismo (y del mercado, que es lo que ocurre cuando la gente puede intercambiar su propiedad en ausencia de coacción arbitraria), no en sus resultados accesorios, como sería el bienestar de todos; sino en que es moral, bueno y justo y en que es el único sistema que puede proteger efectivamente la dignidad y la vida de los individuos. Para más sobre este tema, por favor vea este vídeo. El capitalismo es individualista; en tanto que la justificación de Smith es colectivista. El capitalismo es egoísta racional, y la justificación de Smith es altruista. La explicación Objetivista y la justificación de Smith provienen de principios diametralmente opuestos e incompatibles y sólo la superficialidad puede confundirlos. Desde el punto de vista Objetivista, el capitalismo sería moral, bueno y justo, aún cuando no produjera los resultados estupendos que produce en términos de bienestar para todos.
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Así es el tono del resto del artículo de Vielman, que no me tomaría la molestia de comentar, si no fuera porque el autor de Desencanto es de esas gentes de las que se habla tanto.
Vielman cree que se apunta un home run cuando cita a Greenspan como un objetivista decidido a “ser partícipe de los esfuerzos para promover el capitalismo de los mercados libres desde adentro”; y cuando asegura que Greenspan “empujó a ajenos para desmantelar el sistema regulatorio financiero montado desde la Gran Depresión”. Vielman quiere que creamos que Greenspan era un capitalista desregulador. Pero luego, el autor de Desencanto se resbala porque muestra a Greenspan, como era en realidad. Vielman escribe que Greenspan promovía tasas de interés bajas. ¡Y hasta las piedras saben que ni el Objetivismo, ni el capitalismo laissez faire aprueban la promoción de tasas desde un ente regulador! En una economía libre, capitalista, las tasas -que son precios- son el resultado de las millones de transacciones de los actores en el mercado; no de la voluntad el ente regulador, ni el Presidente del ente regulador, a menos que las imponga por la fuerza mediante el uso de su capacidad de regulación. En una economía mercantilista, o socialista, ¡para eso está el regulador; para poner y sugerir precios y para corregir lo que le parece que está mal, aunque distorsione el mercado.
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Greenspan no es un abanderado del capitalismo, ni del Objetivismo; es un portaestandarte del mercantilismo y del mainstream. Servía a los banqueros como Vielman; y más aún, a aquellos que hacen negocios cuando pueden, y si es al amparo del proteccionismo y de los marcos regulatorios, mejor. Los banqueros que Vielman señala en Desencanto, son los que les daban préstamos a los clientes que sólo calificaban porque Greenspan había bajado artificialmente las tasas de interés; y los que generaban inversiones de papel en respuesta a los incentivos que creaban las condiciones fabricadas por la Fed. Vielman es banquero y conoce la importancia que los incentivos tienen en la toma de decisiones. Nada de lo humano debería serle ajeno.
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Vielman afirma que el interés propio puede ser inmoral, y lo dice como que si hubiera descubierto el plutonio, o el agua azucarada. ¡Por supuesto que el interés propio puede ser inmoral, o moral! ¿Quién, entre los objetivistas y los capitalistas laissez faire, ha dicho que el interés propio no puede ser inmoral? De hecho, la inmoralidad, o moralidad del interés propio –o del interés más caritativo– depende de si para su consecución se violan derechos ajenos, o no. Depende de si para su consecución se acude al fraude, o no. Eso no es nuevo; pero nuestro seducido por la superficialidad tendría que ser un poco humilde para darse cuenta de que está pontificando desde sus prejuicios. Y para eso es que los objetivistas y los capitalistas cuentan con la ley; para castigar a los delincuentes y a los que cometen fraudes.
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Greenspan no es un “desregulador par excellence” como afirma Vielman. Fue objetivista en su juventud, creyó estar equivocado, ejerció su derecho a cambiar de opinión, y en su edad madura, cuando llegó al poder, se dedicó a subir y a bajar tasas desde la presidencia de unos de los entes reguladores más poderosos y fabulosos del mundo. Reality bites; y por eso no es extraño que al final de sus días esté convencido de que hay que regular. Lo que sí es extraño, es que un banquero de la talla de don Julio Vielman haya tratado este tema con tanta ligereza.
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Este comentario fue publicado en El Periódico, el 18 de enero de 2009.

08
Ene 09

Calvin & Hobbes y los rescates de empresas

Calvin & Hobbes es una de mis caricaturas favoritas; y de mi amigo, Ramón, he recibido la siguiente, ¡dibujada hace 15 años! acerca de los subsidios (y los rescates) para empresas:

Calvin está atendiendo su puesto de venta de limonada y Susie exclama, frente al puesto: “¡15 dólares por un vaso!”. A lo que Calvin responde: “¡Así es!, ¿quiéres uno?”.

En la siguiente viñeta Susie pregunta: ¿Cómo pretendes justificar el precio de 15 dólares?”; y Calvin contesta: Oferta y demanda.

Acto seguido, Susie dice: “¡¿Dónde está la demanda!?, no veo demanda”. Y Calvin le responde: “Hay mucha demanda”.

En el siguiente cuadro Susie exclama: ¡Ah sí!. Y Calvin explica: “Seguro. Como único accionista de esta empresa, demando ganancias monstruosas para mi inversión. Y como presidente y CEO de la compañía, demando un salario anual exhorbitante. Y como mi empleado, demando un salario por hora más alto y toda clase de beneficios laborales; y además están los costos de producción”.

Susie se le queda viendo al pichel de limonada y comenta: “Pero parece que sólo echaste un limón en agua sucia”. A lo que Calvin explica: “Bueno, es que tengo que cortar costos en algún lado, si quiero ser competitivo”. Y Susie pregunta: “¿Y qué pasa si me enfermo por tomar eso?” A lo que Calvin responde: “Caveat emptor es mi lema. Yo tendría que cobrar más si hiciera caso de todas las regulaciones ambientales y de salud”.

Susie se da la vuelta y mientras se aleja del puesto de limonada comenta: “Estas loco, voy a ir a tomar otra cosa”. Y Calvin, con el puño en alto, le grita: “¡Claro! ¡Quítame el trabajo! ¡Son ustedes, los enemigos de los empresarios los que arruinan la economía!”

Calvin se queda trompudo y en la siguiente viñeta se le ve caminando, luego se acerca a su mamá y le dice: “Necesito ser subsidiado”.

Esta lección, escrita hace 15 años por el genial Bill Waterson, muestra como funcionan el mercantilismo, los empresaurios y los subsidios (o rescates).


08
Ene 09

El mercantilismo, ¿rescatará al porno también?

¡Claro!, si hay para rescatar bancos y para rescatar a la industria del automovilismo, ¿por qué no va a haber para sacar de aprietos a la pornografía?

La gigantesca industria del porno asoma la cabeza por la puerta que han dejado abierta las recientes ayudas públicas a sectores como el bancario, el inmobiliario o el automovilístico. Larry Flynt, el editor de Hustler, y Joe Francis, responsable de Girls Gone Wild, le pidieron al Congreso estadounidense 5.000 millones de dólares para que saque a su industria de la crisis por la que atraviesa. Aunque más de 75 millones de estadounidenses visitan sitios Web porno, las ventas de DVD porno bajaron 22% el año pasado. Como no soy mojigato, no cuestiono el rescate del porno qua porno; sino que cuestiono el rescate per se.

A mí me cae en gracia porque de esto se trata el mercantilismo: de obtener favores del estado; y por eso no debe confundirse con el capitalismo o laissez faire, que se trata de eliminar los privilegios y de proteger la igualdad de todos ante la ley. Por eso es que el mercantilismo se parece al socialismo, en su carácter redistributivo.


02
Oct 08

Entendiendo la crisis: back to 2005

Freddie Mac: A Mercantilist Enterprise, es un magnífico artículo que, en 2005, escribió Paul Cleveland en el Mises Institute.

“The Federal Home Loan Mortgage Corporation, commonly known as Freddie Mac, has recently come under close scrutiny after it was forced to restate its earnings upwards for several years. While it might be easy to dismiss this event as insignificant since earnings and profits were higher than initially reported, these restatements point to a serious problem associated with all Government Sponsored Enterprises (GSEs). The unfolding story involving Freddie Mac provides ample evidence that GSEs are a perversion of free enterprise and actually work to undercut the very essence of what a free market should be“. El énfasis es mío y es muy recomendable leerlo completo.

Gracias al cuate, Edwin, por la pista.


29
Sep 08

No hubo rescate…Una lección

Ahora que el Congreso de los Estados Unidos de América rechazó el plan de rescate financiero del Secretario del Tesoro, Henry Paulson, me he acordado de un importante episodio en la Historia de la Revolución Americana.

Durante el debate de la Asamblea de Carolina del Norte, mientras se discutía si se deberían, o no tributos para financiar la Guerra de Independencia, también se discutió el principio de No taxation without representation, uno de los temas principales que inspiran aquella Revolución.

Del funcionamiento de aquel principio pivotal hemos visto hoy un importante ejemplo: En los EUA, los políticos no pudieron, de un plumazo, asignar $700 mil millones para el pretendido rescate financiero. La desafortunada iniciativa -que talvez sea aprobada, luego- ha sido rechazada en primera instancia; y los políticos y los empresaurios que esperan que se haga realidad, tendrán que sudarla y empujarla.

Es bueno que así sea; primero por respeto a un principio importante, y luego, porque lo ideal es que aprendamos de lo errores. Y para eso, esta cita de Ludwig von Mises es una buena vía para empezar:

La expansión crediticia es obra del gobierno. Esa expansión crediticia es el arma principal con que los gobernantes cuentan en su lucha contra el mercado. Les permite conjurar aparentemente la escasez de capital y reducir el interés. Sobre esta base financian la máxima prodigalidad en el gasto público, alimentan euforias alcistas aparentemente inacabables y, según dicen, hacen próspero a todo el mundo…Pero, en definitiva, la expansión crediticia empobrece a la gente.

Esta cita, que parece mandada a hacer ad hoc, para los tiempos en que vivimos, es de La acción humana…que es una obra de


28
Sep 08

Sid y el movimiento nulo

En buen haitiano, un movimiento nulo es un esfuerzo que no lleva a ningún lado.

Desde hace varios meses, este espacio es visitado por Sid. Sid manda enlaces a artículos, deja comentarios, se identifica plenamente y entretiene; pero consume demasiada energía porque ocasiona muchos movimientos nulos.

Me explico:

Sid no ve diferencia alguna entre el capitalismo y el mercantilismo. Para él son la misma cosa y no le importa que Aristóteles haya explicado hace añales que A es A; y que A no puede ser No A.

Una discusión en esas condiciones no puede ser sino un esfuerzo que no lleva a ningún lado porque pasa por encima de las reglas más elementales de lógica.

Uno puede hacer un análisis burdo y medir el tiempo sólo entre día y noche. Que no está mal si uno va a ser superficial. Pero si uno quiere ser más preciso puede medir el tiempo en horas. No es lo mismo decir que es de día, que decir que son las 9 de la mañana. Ambos pueden ser verdad; pero si son las 9 de la mañana, la segunda observación es más precisa.

No es lo mismo decir que son las 9 de la mañana, que decir que son las 9:15 de la mañana. Ambos pueden ser verdad; pero si son las 9:15 de la mañana, la segunda observación no sólo es más precisa, sino que pone en evidencia que aunque 9 y 9:15 comparten algunos elementos: definitivamente no son lo mismo. Como no sería lo mismo una observación más precisa que distinguiera entre las 9:15 y las 9:15:01.

Aquello es lo que le pasa a Sid. Sid sólo puede ver capitalismo, donde los instrumentos de la ciencia económica son capaces de ver con más precisión. Y ¡hombre!, capitalismo o laissez faire, no es lo mismo que mercantilismo.

Para poner sólo una diferencia básica: Toda la literatura capitalista aboga por la eliminación total de privilegios; en tanto que el mercantilismo se trata de empresaurios utilizando la ley para obtener privilegios. Es cierto que en ambos casos hay mercados y actividad empresarial involucrados; pero es obvio que son éticamente distintos.

Me explico, otra vez:

Si escribo una entrada sobre la crisis actual del mercantilismo, y cito al economista Ludwig von Mises, Sid pregunta que si me apoyo en Rothbard, Rand, Friedman, o Paulson. Para seguirle el juego…no le contesto directamente, pero lo invito a leer la frase de Mises.

Pero Sid comete un vicio que cometen muchos cuando no leen, o leen con prejuicios: Sid ve lo que quiere y argumenta contra lo que él dice que uno dijo, no contra lo que uno dijo. De modo que Sid vuelve a hacer caso omiso de Mises, vuelve a preguntar “en qué altar rezo”, y ¡se tira contra Rothbard y contra Paulson!

¿Lleva a algo este círculo vicioso? ¿Qué sentido tiene tanto movimiento nulo?

Sid entretiene -y como se identifica y envía lecturas interesantes, yo supongo que es un caballero-; pero atenderlo consume demasiados tiempo y energía. Too high maintenance.

Hago, aquí, un último esfuerzo con Sid y le recomiendo, a él y a cualquiera otro que desee información seria y profunda sobre la crisis financiera; este estupendo análisis de Juan Ramón Rallo, del Instituto Juan de Mariana.


26
Sep 08

¿$700 mil millones para rescatar empresaurios?

Si usted está escandalizado por la perspectiva de que en los Estados Unidos de América los empresaurios mercantilistas de Wall Street sean rescatados de sus malos negocios, usted no es el único. Ese rescate les costará a los tributarios gringos unos $700 mil millones, dinero que entrará al mercado y, además de indignación, causará inflación.

¡Esta no es una solución capitalista, o de laissez faire!, sino que es una solución política, típicamente mercantilista que deliberadamente beneficiará a unos, en perjucio de otros.
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La solución capitalista apunta a que todos los que participaron de la fiesta de las tasas de interés subsidiadas para gente que no podía pagar casa barata, paguen el precio de haber aprovechado el poder de legislar para obtener privilegios. Ya sea el privilegio de emitir papeles para multiplicar ganancias, o el privilegio de comprar casa barata. No hay tal cosa como laissez faire, en un mercado regulado como es el mercado financiero.
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La solución capitalista apunta a que los tributarios no tienen por qué pagar, a la fuerza, por negocios en los que no tuvieron –qua tributarios- nada que ver.
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La distinción entre la solución capitalista y las pretendidas soluciones mercantilistas son importantes porque se halla en la raíz del problema: el capitalismo apunta hacia la responsabilidad individual; en tanto que el mercantilismo apunta hacia la responsabilidad diluida en el colectivo. Y si no se entiende la raíz praxeológica del problema, o no se quiere entender por motivos ideológicos o políticos, no se va a entender la posible solución del entuerto.
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Como escribió José Orgega y Gasset, citado al lado de la obra que ilustra esta entrada: Orden no es una presión que desde afuera sobre la sociedad, sino un equilibrio que se sucita en el interior. Dicha definición orteguiana se aplica igualmente al mercado. Si se intenta imponer orden en la sociedad, o en el mercado, desde afuera, ocurren el desequilibrio y los incentivos perversos del tipo de los que generaron la crisis actual.
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Si no se entiende esto, no se entiende la raíz del problema, y no se entenderá una posible solución…o unas posible soluciones. La realidad no es opcional, dijo acertadamente mi filósofa favorita Ayn Rand.
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La obra que ilustra esta entrada se llama Relaciones infinitas y es de Lourdes y Arturo de la Riva.

24
Sep 08

El mercantilismo en crisis

¿Será casualidad que al capitalismo se le conozca como laissez faire? ¿Por qué es importante llamar la atención sobre este hecho?

La frase laissez faire, laissez passer, es de Jean-Claude de Gournay, que la usó en el siglo XVIII en una argumentación contra el intervencionismo del gobierno en la Economía. ¿Sabe qué quiere decir? Dejad hacer, dejad pasar; o sea: No te metas; y desde otro ángulo, quiere decir libertad en la economía, impuestos bajos o inexistentes, libertad laboral y gobierno mínimo.

¿Cuál es la esencia del capitalismo? El imperativo moral de que el hombre, para vivir qua hombre, necesita de libertad; o sea, que necesita que otros no ejerzan coacción arbitraria en su vida y su propiedad.

Nada que implique multitud de regulaciones y controles de le economía, impuestos altos o abundantes, tutelaridad o paternalismo laboral, y un gobierno omnipresente puede ser llamado capitalismo. Quien hiciera algo así incurriría en una contradicción lógica, razonablemente inaceptable en una discusión seria. Buena para la barricada y buena para desinformar; pero lógicamente insostenible.

¿Cómo, entonces, es que la crisis financiera que enfrenta el mundo le es atribuida al capitalismo?

Mucha gente cree que todo lo que tiene que ver con dinero, finanzas, Wall Street y los ricos, también tiene que ver con el capitalismo. Pero no es así.

El mercado financiero, que tiene mucho que ver con los elementos citados arriba, es uno de los mercados más regulados del mundo. Y ya vimos que la regulación abundante no es una característica del capitalismo.

Los gobiernos están presentes a todo lo largo y todo lo ancho del mercado financiero. Hay todo tipo de comisiones y de contralores involucrados en las actividades que tienen que ver con la intermediación financiera. Y ya vimos que la intervención estatal no es una característica del capitalismo.

Así nos podemos ir de característica en característica; pero dejémoslo aquí, para no hacer esto cansino.

Entre el extremo de un sistema capitalista o de laissez faire, y uno de intervencionismo totalitario, hay lo que se conoce como sistema mixto. Técnicamente el sistema mixto no existe porque sólo hay de dos: O hay libertad, o no la hay. Sin embargo, para efectos de afinar pinceladas –no en el campo filosófico, sino en el campo político– existe una pléyade de posibilidades que van, desde el mercantilismo, hasta el socialismo carnívoro, pasando por el socialismo vegetariano y otras variantes cuantitativas de regulaciones e intervencionismos.

La existencia de tantas variantes del sistema mixto tiene que ver, no con la ciencia económica, ni con la filosofía, sino con el ejercicio del poder; o sea, con el uso de la fuerza para conseguir lo que no se conseguiría de otra forma. Esa, por supuesto, no es una característica de un sistema capitalista, o de laissez faire. Este último se basa en el intercambio voluntario y en los contratos.

Los males que en estos días le son atribuidos al capitalismo o laissez faire, son males propios del carácter mixto del mercantilismo y del socialismo; y a menos que uno haga un análisis muy burdo, no hay forma de confundir las cosas.

Es un hecho que la crisis empezó a desencadenarse por la manipulación política de la Reserva Federal, en los Estados Unidos de América. La Fed redujo los costos de los créditos para viviendas. Eso aumentó la cantidad de dinero prestable. Muchas personas que no hubieran calificado en un sistema capitalista, obtuvieron créditos baratos. Aumentó la cantidad de vivienda. Mucha gente compró casa. ¿Tutti contenti? No.

Hasta aquí lo que vemos es un alud de intervencionismo impropio del capitalismo; y característico de un sistema mixto, mercantilista o socialista. La Fed es intervencionista y reguladora. La manipulación de tasas de interés es intervencionista y reguladora. La aspiración de que muchas personas tengan acceso a casa propia, a costos bajos es intervencionista y reguladora. El impulso a una industria específica, como la de la construcción, es intervencionista y regulador. ¿Dónde está el capitalismo o laissez faire?

Pero la vorágine no para aquí. La Fed se asustó porque la economía se le recalentó, o sea que se le fue de sus manos reguladoras e intervencionistas. ¿Y qué hizo? Elevó las tasas de interés. Más intervención y más regulación. ¿Y qué pasó? Las personas que tenían casas adquiridas con créditos políticamente baratos se vieron arrinconadas, no pudieron pagar las nuevas tasas de interés y tuvieron que devolver los inmuebles. Los bancos que daban préstamos políticamente baratos, a causa de la intervención estatal por medio de la Fed, enfrentaron pérdidas y la burbuja estalló.

Porque en todo este asunto hay bancos, financieras, mercados y empresas involucradas, los análisis burdos se imaginan que la crisis es una consecuencia del capitalismo o laissez faire. Convenientemente, este tipo de análisis pasa por alto la omnipresencia de la regulación y de la intervención estatal encarnadas en la Fed y en docenas de agencias y comisiones propias del gobierno, y ajenas al mercado libre. ¡Hace décadas y décadas que no hay un mercado libre en el sistema financiero! Todo en él está regulado, controlado y supervisado por el poder político encarnado en el gobierno.

Los que claman por regulación olvidan que todo aquello no hubiera ocurrido si la Fed no hubiera manipulado las tasas de interés para beneficiar a los pobres que no podían comprar casa. Los que claman por regulación hacen caso omiso de que la política que desató la crisis es de carácter mercantilista y hasta socialista, no capitalista o de laissez faire. La crisis esta es un fracaso del intervencionismo, no del capitalismo.

El capitalismo no hubiera manipulado tasas. El laissez faire no hubiera promovido créditos malos. Y en cuanto al rescate de bancos en problemas –tema que da para más– el capitalismo no los hubiera rescatado, y hubiera visto el asunto como una necesaria, aunque dolorosa depuración. Son los empresarios y los políticos mercantilistas y socialistas los que se resisten a aceptar que el mercado sabe más que ellos. El capitalismo no tiene problema alguno de conciencia cuando los que administran mal su riesgo deben enfrentar las consecuencias de sus decisiones; pero los empresarios y los políticos socialistas no aguantan la idea de tener que enfrentar las consecuencias de sus actos.

Y aquí es donde entra el concepto de incentivos. Los actores económicos reaccionan a los incentivos que hay. Y todos aquellos papeles e instrumentos financieros que ahora son vistos como consecuencias de una supuesta libertad excesiva, no son sino producto de los incentivos existentes en un mercado que no es libre, ni tiene nada que ver con el laissez faire capitalista; sino con uno en el que las regulaciones, la intervención, las políticas de fomento, y las comisiones de esto y de aquello, tienen todas las características de ser un mercado mercantilista, y hasta socialista.

Los socialistas más rabiosos y los mercantilistas perdularios proclaman que este esta crisis financiera es consecuencia del capitalismo; cuando, en realidad, lo es del socialismo y del mercantilismo. Es consecuencia de la connivencia entre empresarios y políticos para beneficiarse de los mercados. Es consecuencia del paternalismo y de la fatal arrogancia de creer que se puede hacer propietarios a la fuerza, o de que la economía puede ser manejada como si se tratara de subir y bajar palancas.

Los socialistas rabiosos y los mercantilistas perdularios pueden seguirle dando palos al capitalismo o laissez faire; pero sus manos huelen a pólvora. La baba del intervencionismo y las regulaciones está en la génesis de todo este asunto. Uno puede ignorar este hecho, puede engañar a las masas y puede sentarse a esperar la próxima crisis; o puede aprovechar las lecciones de la ciencia económica y aprender de los errores cometidos.

Para eso, los dejo ahora con algo del gran Ludwig von Mises: “El cúmulo de conocimientos de la ciencia económica es pieza fundamental de la civilización: es la base sobre la cual se han erigido el industrialismo moderno y todos los logros morales, intelectuales, tecnológicos y terapéuticos de los últimos siglos. Queda a los hombres decidir si aprovechan el invaluable tesoro que este acervo supone o si, por el contrario, lo dejan de utilizar. Si deciden prescindir de tan espléndidos hallazgos y menospreciar sus enseñanzas, no se limitarán ciertamente a eliminar la economía, sino que destruirán también la sociedad y al género humano”, frase extraída del capítulo 39, parte 7, de Human Action.

Para más información, le recomiendo:

La crisis financiera. Por Juan Ramón Rallo

Who is behind the financial crisis? Por Antony Mueller

¿Falta de regulaciones? No, solamente regulaciones poco efectivas. Por Tyler Cowen

El fiasco del rescate de Fannie y Freddie. Por Gerald O´Driscoll

Podcast: Shiller on housing and bubbles. Por Russ Roberts

Bailouts will lead to rough ride. Por Ron Paul


11
Jun 08

Mentalidad de hambre

Si los alimentos abundan, como nunca, ¿por qué hay precios altos y hambre?

  • La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas estima que la producción mundial de cereales tuvo un récord de 2.108 millones de toneladas en 2007 y que logrará un nuevo récord de 2.164 millones de toneladas en 2008.
  • La producción de arroz aumentará a 7,3 millones de toneladas y la de trigo a 41 millones de toneladas.

Entonces, ¿por qué están subiendo los precios y por que hay disturbios en el mundo a causa de la falta de alimentos? Encontré una buena respuesta en el artículo Mentalidad de hambre en tiempos de cosechas abundantes, por Swaminathan S. Anklesaria Aiyar, y la respuesta no me sorprende. Seguramente no le sorprenderá a usted.

  • En Estados Unidos, una quinta parte de los cultivos de maíz han sido destinados al etanol y en Europa algunos aceites vegetales han sido destinados al biodiesel. Todo ello causado por subsidios y por políticas intervencionistas en favor de los grupos de interés que producen biodiesel, y etanol.
  • Para proteger a sus consumidores domésticos de los altos precios a nivel mundial, docenas de gobiernos han prohibido la exportación del arroz y el trigo—principalmente Argentina, Brasil, Rusia, China, India, Ucrania, Vietnam, Camboya, Pakistán, Egipto e Indonesia. Los controles de exportación han reducido, artificialmetne las cantidades de arroz y trigo disponibles en el mercado mundial.
  • Los países que limitan las exportaciones esperan reducir el almacenamiento, el cual podría aumentar aún más los precios. Pero los países que imponen controles a las exportaciones se han hecho acaparadores ellos mismos, creando una escasez artificial en el mercado mundial y un precio internacional artificialmente alto.

La producción mundial de granos logrará un nuevo récord en 2008. La gente tiene hambre y no es porque falte alimento, explica Anklesaria Aiyar. Las políticas intervencionistas -keynesianas, mercantilistas, o socialistas- (para proteger intereses partitulares, o para “proteger” a los consumidores) son las que están causando este desastre innecesario.


07
May 08

Empresaurios mercantilistas piden privilegios

El presidente de la Asociación de Exportadores de Guatemala espetó que es importante que el Banguat intervenga para mantener un tipo de cambio estable que permita sostener el nivel de sus negocios y el de los de sus agremiados. El sector reclama que el precio del dólar debe mantenerse arificialmente alto para que no decaigan su competitividad y sus utilidades.

Claro que el Presidente de la AGEXPRONT no lo puso así, porque no es baboso; él habló de “sostener el nivel de las exportaciones” y de su posible colapso. Pero usted, que tampoco tiene un pelo de tonto, leyó entre líneas.

Usted sabe que el subsidio cambiario a algunos exportadores es un privilegio que la administración dispensa a costa de otras personas. Como usted, que paga su casita en dólares, o como usted que tiene que importar bienes de capital para mejorar su competitividad, o como usted que depende del combustible importado. En fin…la vieja historia de unos viviendo a costa de otros.

Usted sabe que los precios son mensajes que le ayudan a tomar decisiones sobre dónde y cuándo colocar sus recursos escasos en el mercado. Sabe que si precios como el tipo de cambio son “mentirosos” porque están intervenidos, el cálculo económico es más riesgoso que de costumbre.

Usted sabe que los empresaurios mercantilistas, que dependen del subsidio cambiario para permanecer en el mercado y para seguir teniendo untilidades (que no les reparten a quienes realmente les pagan el subsidio), son el problema; no la solución.