23
Mar 09

Notas sobre la ley de armas

Cuando los diputados Guatemaltecos discutan la nueva ley de armas y municiones, ojalá se acuerden de que:
1. Los delincuentes prefieren víctimas desarmadas.
2. Los delincuentes no registran sus armas.
3. A los delincuentes les viene del norte el límite para las munciones.
4. Los electores y los tributario chapines son las víctimas de los delincuentes.
5. A los electores y a los tributarios, el estado no los protege.  Vea usted lo que pasa con los pilotos de autobuses, con las víctimas de extorsión, con los asaltados de todos los días, y con todos aquellos a quienes no les queda otra que confiar en la policía, en el Ministerio Público y en los tribunales.
6. La delincuencia se combate acabando con la impunidad, no multiplicando leyes.  


Digg!


25
Dic 08

¿Cohetes sin cigarrillos?

A las 0 horas del 25 de diciembre, para celebrar la Navidad, los chapines quemamos cohetes. Y a la ensordecedora y luminosa quemazón de las 12 de la noche, le sigue el ritual de despenicar una ametralladora y de quemar uno por uno cada cohetillo.

Debido a que en Prensa Libre leí que “El Congreso aprobó ayer una ley que prohíbe fumar en lugares públicos —sean abiertos o cerrados—, y fija sanciones para las personas y establecimientos que incumplan esa disposición”, pensé que aquella práctica tan chapina iba a ser muy difícil cuando entrara en vigor la fascista ley antitabaco que nos recetó el Congreso. Esto es porque quemar cohetes con cigarrillos es muy práctico. En cambio, hacerlo con una candela, un encendedor, una brasa, o con un ocote, por ejemplo, resulta muy impráctico. Ya sea porque el viento apaga las llamas, o porque es más complicado conseguir y hacer brasas, que encender un chancoaco.

Yo no fumo, ni me gusta. Fumé, y no me gustó. Pero hice mis primeros tanes…para aprender que no me iba a gustar fumar, cuando mis padres me daban cigarrillos para quemar cohetillos. Y más tarde traté de fumar en serio…pero igual no le agarré el gusto.

Y bueno, sip. Confieso que yo era de esos chicos desesperantes que quemaban cohetillos uno por uno. Por eso es que anoche disfruté mucho viendo a mi sobrino cómo quemaba los suyos…y pensé mucho en cómo vamos a solucionar lo del cigarrillo sin correr el riesgo de ser multados. Claro que anoche no pasó ni un policía por la calle mientras quemabamos cohetes; ya me imaginaba yo que, si la ley hubiera sido como decía el reportaje, ¿habría patrulleros en busca de patojos delincuentes que, cigarro en mano, quemen petardos y violen la ley? Y si un chico es inimputable porque es menor de edad, ¿se lo llevarían a un tribunal de menores, o multarían a los padres…o a los tíos?

Si no se aplican la ley anticapuchas, ni la pena de muerte, ¿el estado niñera aplicaría las multas contra los niños que quemen cohetes y los encendieran con cigarrillos? ¿Cuánto costaría perseguir fumadores de Nochebuena? Una vez más, ¿quedaría en ridículo el estado niñera?

Menos mal que la prohibición no es tan absurda como decía el reportaje en cuestión; pero…¿cuánto falta para que fumar sea absoluta y totalmente prohibido? Quizás hasta dentro de la propiedad de uno. La realidad, siempre puede superar a la ficción.


13
Nov 08

Tropiezos para los empresaurios de seguros

La iniciativa para una nueva ley de aseguradoras regresó a la Comisión de Economía, a pesar de los esfuerzos que ha hecho el superintendente de bancos, Edgar Barquín, para empujarla en el Congreso de la República.  Muy atinadamente, el diputado Francisco Contreras, ha llamado la atención sobre el hecho de que “algunos legisladores tienen la idea que al entrar en vigencia la nueva ley cerrará el mercado a las empresas internacionales y favorecerá el monopolio de las nacionales”. 


Una buena leída a La Ley, de Federico Bastiat, ayudaría a más y más diputados a entender la naturaleza de este tipo de normativas que benefician a unos, en perjuicio de otros.

23
Sep 08

No hizo falta una ley

La gente es más lista de lo que los legisladores creen; y gracias a Wicho, he aquí un ejemplo: “Los guatemaltecos ven con otros ojos la factura de consumo de energía eléctrica y optan por sustituir los tradicionales focos incandescentes, o lámparas, por bulbos ahorradores, con lo cual propician un mercado que apenas empieza a ver la luz”.

No hicieron falta Consejos Nacionales para el Ahorro de Energía, ni hizo falta una Ley de Racionalización del Consumo Energético. No hicieron falta reglamentos, ni cuotas, ni nada. Como la gente sabe, el mercado sabe. ¿Qué hacemos los chapines cuando suben los costos de las cosas? Priorizamos, elegimos, cambiamos.

No sólo ocurre el ahorro que aprovechan los que ahorran; sino que, con el cambio en los hábitos de los ahorradores, nuevas personas “ven la luz”. ¡Así es el mercado!


23
Sep 08

La obligación de leer y la de disfrutar de la lectura

La hemorragia es el flujo de sangre incontrolado, fuera de su continente normal que es el sistema cardiovascular. Así, la legislorragia es el flujo incontrolado de normativas y reglamentaciones, más allá de las leyes propiamente dichas. La palabra viene de legis o leyes; y ragia o flujo violento.

Las leyes, propiamente dichas, son generales y abstractas, contrario a las normativas y reglamentaciones, que son particulares y específicas, aveces hasta con nombre y apellido, y generalmente excluyentes. Las leyes no fijan fines u objetivos, las normativas y las reglamentaciones sí.

Un ejemplo de legislorragia es la Ley de fomento para la lectura y la comprensión lectora, opus del diputado Roberto Villate y compañeros.

La exposición de motivos está plagada de una erudición pomposa, arrogante, decimonónica y pretenciosa en la que se hace alusión a la Biblioteca de Alejandría, y en la que se hace uso de frases como que “el libro acompañará al hombre hasta el último día de su vida sobre la tierra. Sencillamente porque ha sido la más alta representación de la presencia del hombre en el universo”; o como que “una lectura disfrutada con riqueza y plenitud es la conquista más plena que puede hacer un hombre en su vida”; o como esta otra: “la lectura debe causarnos placer”.

Reconozco que la lectura es un placer, al menos para mí; pero nunca me atrevería a legislar basado en que la lectura debe ser un placer. La riqueza y plenitud de una buena lectura son maravillosas, al menos para mí y para mucha gente que conozco; pero…¿se atrevería usted a legislar basado en que esa es la conquista más plena que puede hacer un hombre en su vida? ¿No es eso como imponer los valores de uno, en otros? ¿No eso, arrogancia pura?

A mí me place mucho leer, y de alguna manera puedo decir que me gano la vida gracias a lo que leo (y a lo que escribo) y ciertamente que la mejor herencia que me dejó mi abuela fue aquel amor por la lectura; pero, ¿tengo derecho a exigir que sea igual para los demás? Creo que no. Creo que es tan arrogante, como alguien que se quejara de que “la gente prefiere comprar teléfonos móviles, en vez de libros”, como si la gente fuera menos, porque tiene otras necesidades, o porque goza de otros placeres.

Es snob pretender que la gente es menos porque su conquista más plena es algo que nosotros no apreciamos, o porque encuentra placer en gozos que nosotros despreciamos.

La norma parece buena; pero en el fondo es perversa porque pretende cambiar a la gente a fuerza de legislación. Eso es maligno y propio de las mentalidades totalitarias. Ya lo dijo Hannah Arendt: “A lo que aspiran las ideas totalitarias no es a transformar el mundo exterior o a transmutar revolucionariamente la sociedad, sino a transformar la propia naturaleza humana”.

La norma en cuestión pretende crear Consejos para el Fomento de la Lectura, que “establecerán los tipos de lectura que convengan” a los estudiantes. O sea que se leerá lo que manden los sabios de los consejos. Y todo lo que interese a los chicos, será excluido. ¡Ah, chispas! Si así hubiera sido conmigo, yo nunca hubiera conocido muchos de los autores que influyeron y enriquecieron mi vida.

La norma manda a establecer una hora de lectura que deberá ser coordinada a lo largo y lo ancho de todo el sistema educativo. Pretende que en cada aula (de esas que no tienen escritorios, ni pizarrones, ni nada) haya un rincón revistas, obras literarias, periódicos, libros de lectura, bibliotecas de la paz y demás. Esto último da un poco de risa (en medio de lo absurdo) porque, eso de los periódicos, ¿habrá una suscripción a cada diario nacional por aula, o una por escuela? Los chicos, ¿leerán diarios del día, o diarios viejos? ¿Serán diarios nacionales, o extranjeros, o ambos?

La norma pretende que los estudiantes del Ciclo Básico lean por lo menos cinco libros durante el ciclo escolar. Y la pregunta aquí es que esos cinco libros, son adicionales a los que ya hay que leer de acuerdo con los curricula existentes? Y si no lo son, ¿de qué sirve esta disposición en particular?

Repito que no me opongo a la lectura (lo cual es necesario aclarar para anticiparme a los chillarán que sí); repito que considero que la lectura enriquece y da placer (lo cual es necesario aclarar para anticiparme a los que no saben que soy un eudaimonista, un hedonista y un epicureo). Lo que no se vale es usar la ley para imponer valores, ni placeres, ni nada. No se vale usar la ley para imponer que la lectura sea comprendida. No se vale usar la curul para contribuir a la legislorragia. No se vale usar la facultad legislativa para normar y reglamentar hasta si uno debe disfrutar de los libros, o no.


11
Sep 08

Armas: ¡¿En qué cabeza cabe?!

Una nueva ley de armas ha sido presentada en el Congreso y su principal característica es que no limita el número de armas que pude tener una persona y el único requisito que pide, para tenerlas, es que el poseedor tenga una licencia por cada tres de ellas. Yo aplaudo esta iniciativa porque la anterior, desarmaba a los ciudadanos honrados.

Lo que me parece descarado y una sinvergüenzada, es la justificación para hacerlo. El diputado Luis Mendoza, presidente de la Comisión de Gobernación del Congreso, dijo que es para equilibrar entra las demandas de la sociedad civil y las de los empresarios de armas que pedían dejar en libertad la adquisición de municiones.

La explicación de Mendoza pone en evidencia lo que sabemos y sospechamos: que la legislación chapina está plagada de normativas hechas a la medida de los grupos de interés que tienen influencia y poder. En vez de leyes generales y abstractas que protejan los derechos individuales y el cumplimiento de los contratos, el Legislativo es una churrería de normas mandadas a hacer, particulares y concretas, hasta con nombre y apellido.

La verdadera justificación para no negarles a la gente la facultad de poseer y portar armas registradas reside en el derecho a la defensa que todos tenemos qua personas. Los delincuentes prefieren víctimas desarmadas. Los delincuentes ni registran sus armas, ni piden licencias para portarlas y cometer crímenes con ellas. Y encima de todo, la administración y el Estado son demostradamente incapaces de proveer un mínimo de seguridad y justicia. En esas condiciones, el indiscutible derecho individual a la defensa de la vida y de la propiedad es, sobradamente, la única justificación necesaria para que el estado niñera se mantenga al margen de este asunto.

Más, aún, las armas en manos de los ciudadanos no sólo sirven para defender legítimamente la vida, la propiedad y la libertad contra los delincuentes; sino para garantizar la protección de aquellos derechos en caso de que la administración (depositaria del poder público y del monopolio del uso legítimo de la fuerza para proteger los derechos individuales) se convierta en una sistemática violadora de los derechos que está llamada a proteger. Esto, claro, no les gusta a los políticos; pero ¿quién dijo que tiene que gustarles? Total, “el poder público proviene del pueblo y los funcionarios son depositarios de la autoridad”.

Lamentablemente, entre la manía regulatoria de los grupos de interés que dicen representar a la sociedad civil, y la rapiña de los pipoldermos y de sus patrocinadores, se olvida lo más importante.


20
Ago 08

Azucareros piden privilegio y protección

Un grupo de Sugar Kings chapines aseguró que podrían invertir más en la producción de etanol, siempre y cuando “exista una ley que les garantice el mercado para su producto”.

Los empresaurios del etanol producen el 45 millones de galones al año, de los cuales el 85 por ciento es exportado a Europa y los Estados Unidos de América.

Este es un ejemplo encantador de un grupo de interés que, sin pena alguna, pretende utilizar la ley para obligar a otros a comprar sus productos, y para obligar a otros a salir del mercado.

En manos de empresaurios así, y de los políticos que son su clientela, la ley deja de ser “la organización del derecho natural de legítima defensa”; y se convierte en “instrumento de todas las codicias y hacedora de iniquidad”, como diría el buen Federico Bastiat.


03
Jul 08

Metabo y el nuevo fascismo japonés

Cuando uno cree que ya lo vio todo suceden cosas como la siguiente: de acuerdo con una ley de hace sólo dos meses las empresas y los gobiernos locales japoneses deben medir las cinturas de las personas de entre 40 y 74 años de edad. Los hombres que se pasen de 33.5 pulgadas, así como las mujeres que rebasen las 35.4 pulgadas, tendrán que someterse a una dieta si luego de tres meses no han bajado de medidas. Y si fuera necesario, esas personas serán re-educadas luego de seis meses.

Metabo, es la palabra con que los japoneses etiquetan a quienes tienen sobrepeso, de acuerdo con la regulación.

Es cierto que el exceso de peso puede ser un problema para la salud (lo sabré yo, que tengo que bajar de peso para quitarle trabajo a mi corazón); pero el exceso de peso no es un problema de salud pública, ni justifica que el estado se meta a fijar metas de medidas. ¡Coño!, el estado benefactor no se mide; y los fascistas de la anorexia han encontrado quien les siga la corriente hasta extemos como el citado. ¿Cuánto tardarán los legisladores en Occidente, en querer imitar una estupidez como esta?


10
Abr 08

Empresaurios en acción

“La industria azucarera nacional puede abastecer la demanda local, pero la falta de legislación para el uso del etanol no garantiza la comercialización”, dijo el presidente de uno de los grupos azucareros guatemaltecos más importantes, mismo que invertirá unos $40 millones en una nueva planta destiladora de alcohol carburante.

Traducción: Como todavía no podemos usar la ley para obligar a los guatemaltecos a comprar nuestro producto, no podemos garantizarles mayores ganancias a nuestros accionistas. Sin embargo, invertiremos $40 millones con la seguridad de que, con ayuda de los pipoldermos, conseguiremos hacer uso de la fuerza de la ley, en nuestro particular beneficio. Las ganancias de este negocio, por supusto, no serán repartidas entre tributarios y electores; sólo entre los citados accionistas.


24
Oct 07

Los diputados deberían de derramar su sangre

Este es el glifo maya correspondiente al sacrificio de derramamiento de sangre.

Los reyes y sacerdotes mayas solían perforarse el pene, la lengua, o las orejas para extraerse la sangre que, ofrecida a los dioses, permitía que el universo continuara funcionando.

Este glifo lo encontré en una estela ubicada en uno de los museos de Tikal; y cuando mi amigo Andy la vió opinó que los legisladores -igual que los gobernantes mayas- deberían derramar su sangre como parte de sus obligaciones y especialmente antes de legislar.

Hoy, los guatemaltecos nos enteramos de que las diputadas “Anabella de León y Conchita Mazariegos, de la Comisión de Probidad, gastaron Q14 mil para hospedarse en Casa Santo Domingo y dictaminar dos anteproyectos”; y de que pretenden que el Congreso de la República (o sea: Nosotros los tributarios) pague la cuenta. ¡En suites de lujo y con jacuzz!, hágame usted el favor. Dígame si esto no es una infamia.

Estoy de acuerdo con Andy. En vez de pagarles lujos y jacuzzis a los diputados para que produzcan diarrea legislativa, los representantes deberían estar dispuestos a probar, con el derramamiento ritual de su sangre, que las leyes que van a discutir y a aprobar son lo suficientemente generales, abstractas e impersonales como para que valga la pena.