15
Abr 17

Nuestra alfombra, la más “fresh”

Desde hace cinco años un grupo de amigos y yo tenemos la tradición de preparar alfombras frente a la casa de doña Yoli.  Es un encuentro generacional, una celebración de la vida entre amigos y familia, y una continuidad de las tradiciones chapinas.

Los que siguen de cerca este espacio saben que no estoy de acuerdo con la filosofía prevaleciente en ésta temporada; pero afortunadamente coincide con el equinoccio de primavera y con la fiesta de la fertilidad, lo cual me da la oportunidad de celebrar como debe ser: con buen bacalao y buen vino, en compañía de personas a las que valoro mucho.

Como el año pasado, en esta ocasión hicimos dos alfombras, una de aserrín y otra de pino. El diseño de la primera fue audaz y muy distinto a las que hemos hecho en años anteriores. Daba mucha alegría ver cuando la gente se detenía a hacer comentarios y se tomaba fotos con ella.  Una familia se detuvo a ver y la pequeña niña que iba con ellos pidió que si la dejábamos ayudar con la alfombra.  ¡Por supuesto que le dijimos que sí y gozamos mucho su entusiasmo!  Una vez más, cuatro generaciones participamos en la elaboración de las alfombras. Además de cuatro generaciones hubo cuatro nacionalidades involucradas.

Doña Yoli preparó su delicioso bacalao a la vizcaína; acompañado por un arroz impecable, moyetes exquisitos y bien calados, y el tradicional encurtido de remolachas, zanahorias, arvejas y ejotes.  Ese es el almuerzo chapín para ese día.  Así era en la casa de mi bisabuela, en las de mis abuelas, en las de mis padres y así será hoy en mi casa.  Sólo que aquí, en vez de encurtido, comemos aguacates porque somos fans de los aguacates.

¿Por qué es que practico algunas tradiciones -aunque no esté de acuerdo con la filosofía de muchas de ellas-? Pues me gusta el encuentro entre generaciones; el establecimiento y fortalecimiento de vínculos culturales, históricos, familiares, y amistosos. Las tradiciones nos dan la oportunidad de enriquecernos afectiva y culturalmente. Nos sirven para aprender acerca de costumbres y prácticas que no sólo son inmemoriales (en muchos casos), sino que se han adaptado, o han permanecido prácticamente inmutables.  Por eso es que la nuestra  debe ser la alfombra elaborada por el mayor número de ateos y agnósticos por metro cuadrado, en todo el país.

Para los lectores distraídos será raro que porque uno es individualista no rechace las prácticas culturales colectivas.  Sin embargo, no hay nada en el individualismo metodológico que apunte en esa dirección; y ciertamente no hay nada en el individualismo -como principio según el cual los hombres poseemos derechos individuales que no les pueden ser arrebatados por ningún otro hombre, ni tampoco por cualquier número, grupo o conjunto de hombres- que apunte hacia aquella creencia.

Las tradiciones enriquecen la evolución social.  Son parte del largo proceso de prueba y error por medio de cual crece y prospera una sociedad.  Las tradiciones dan un sentido de pertenencia: a este grupo de amigos, a estas familias, o a esta tribu…y luego a la sociedad.

De verdad les agradezco a mi bisabuela, a mis abuelas, a mis padres, a mis amigos y a todos los que no sólo me enseñaron a disfrutar de las tradiciones y de la alegría de celebrarlas en compañía de quienes uno ama; sino que me permiten ser parte de ellas. ¡Mi vida es muchos más rica gracias a las experiencias, y a quienes me acompañan en el camino de vivirlas!

Como en otros años, comparto el siguiente relato que expresa muy bien mis propios sentimientos frente a las alfombras; y porque la familia de la autora vivía en la Quinta Avenida de la zona 1, a unas cuadras donde vivía mi tatarabuela, Gilberta y su familia, sobre la misma avenida en la que hicimos la alfombra de ayer:

En Alfombras de aserrín,  Amelia Lau Carling relata que La semana antes del domingo de Pascua…los vecinos crean alfombras de aserrín teñido, de flores y de frutas sobre el camino de muchas procesiones.  Año tras año las hacen con nuevos diseños.  Año tras año las procesiones marchan sobre ellas, destruyendo sus dibujos al pasar.  De niña en Guatemala, mi hogar era el de una familia china que se aferraba a sus costumbres.   Pero la semana santa era una temporada como ninguna otra hasta para una familia china tan tradicional como la nuestra.  Con los vecinos nos juntábamos en las aceras para admirar las alfombras antes de que los cortejos caminaran sobre ellas.  Viendo las procesiones, yo sentía que la historia que narraban ocurría ahí mismo.  Y la belleza de los breves tapices creados con tanto primor se ha quedado grabada en mi corazón.

Al describir el proceso, Amelia cuenta que Primero puso una capa de aserrín natural y la regó con agua.  En seguida sus ayudantes dibujaron sobre ella las figuras de aserrín coloreado.  Se encaramaban sobre  tablas para alcanzar los lugares que debían adornar sin estropear lo que ya habían hecho.  Con un colador y unos esténciles de cartón, pasaban finas lloviznas de colores.  Cuidadosamente medían los diseños, siguiendo las instrucciones…luego otro ayudante pasaba por toda la alfombra con una regadera muy fina de agua, “pish, pish”, para que el aserrín quedara bien plano.  Ay, que linda era.  ¡Parecía una alfombra de verdad!

Si, es cierto que uno termina bien cansado; pero es ese cansancio que enorgullece luego de haber hecho algo alegre, algo hermoso, algo que enriquece y algo que te deja lleno de buenos recuerdos y de cariño hasta el punto de que con un buen baño y una buena noche de descanso ya estás listo para hacerlo mejor…el año entrante.

Actualización: les pregunté a los lectores de @luisficarpediem si alguna vez habían hecho alfombra y de los 17 que respondieron, 11 dijeron que sí y les gusta; en tanto que 6 dijeron que no han hecho.

La tercera foto es por María Dolores Arias y la cuarta es por José Eduardo Valdizán.


11
Oct 16

Tu vida en números

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¿Cómo es tu vida en números? Puedes saberlo si visitas yourlifeinnumbers.org/

Nací en 1961 y el mundo -mi mundo- ha cambiado bastante desde aquel año.  Cuando uno mira las noticias es fácil ponerse del lado pesimista; pero yo soy optimista moderado, optimismo que se apoya en datos, hasta cierto punto.  ¿Cuál es el verdadero estado de cosas?  He aquí cuatro datos:

  • Cuando yo tenía 5 años de edad, la expectativa de vida promedio en el mundo era de 56 años y ahora es de 72. (¡Un incremento de 29%)
  • De cada mil niños nacidos, 113 morían antes de cumplir un año de edad; y ahora sólo mueren 32.  ¡Una reducción de 72%!
  • El ingreso medio por persona subio 167% (¡cifra ya ajustada a la inflación y al poder adquisitivo!)
  • La disponibilidad de alimentos subió de 2,300 calorías por persona al día a 2,800 calorías, ¡un incremento de 22% y menos hambre en el mundo!

Entre 1961 y 2016, en Guatemala:

  • La expectativa de vida subió 56%
  • La sobrevivencia infantil subió 83%
  • El ingreso por persona se elevó 125%
  • La disponibilidad de alimentos creció 33%
  • El índice de escolaridad subió 223%
  • El índice democrático (que en realidad debería llamarse índice republicando subió de -5 a 8, es decir 217%

Si quieres ver cómo ha cambiado el mundo, y cómo ha cambiado tu mundo, visita yourlifeinnumbers.org; un sitio gracias a el Cato Institute.


27
Mar 16

Hermosa la cuarta alfombra…y la quinta

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Escucha el podcast aquí.

Nooo, no era suficiente hacer una alfombra y el viernes hicimos dos.  Desde 2013 con un grupo de amigos participamos en la chapinísima tradición de elaborar alfombras.   En casa de doña Yoli, en la quinta avenida de la zona 1, nos juntamos para pasar un día alegre, hacer un proyecto en común, comer y beber como vikingos y celebrar la dicha de estar juntos.

Este año elaboramos dos alfombras, una de aserrín de colores para el paso de la procesión de La Recolección y otra de pino y flores para el paso del cortejo de Santo Domingo que pasó a menos de una hora luego de que pasara la primera.

En esta ocasión hubo cuatro generaciones involucradas en el proceso (aunque el pequeño Oliver no hizo más que estampar su pie de un palmo de largo en el aserrín).

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¿Por qué es que practico algunas tradiciones -aunque no esté de acuerdo con la filosofía de muchas de ellas-? Es que me gusta el encuentro entre generaciones; el establecimiento y fortalecimiento de vínculos culturales, históricos, familiares, y amistosos. Este año hubo cuatro nacionalidades involucradas en nuestra alfombra. Las tradiciones nos presentan la oportunidad de enriquecernos cultural y afectivamente. Nos sirven para aprender acerca de costumbres y prácticas que no sólo son inmemoriales (en muchos casos), sino que se han adaptado, o han permanecido prácticamente inmutables.  Esta debe ser la alfombra elaborada por el mayor número de no creyentes por metro cuadrado, en todo el país.

Los lectores descuidados creen que porque uno es individualista debería rechazar las prácticas culturales colectivas.  Empero, no hay nada en el individualismo metodológico que apunte en esa dirección; y ciertamente no hay nada en el individualismo -como principio según el cual los hombres poseen  derechos inalienables que no les pueden ser arrebatados por ningún otro hombre, ni tampoco por cualquier número, grupo o conjunto de hombres- que apunte hacia aquella creencia.

Las tradiciones colectivas son parte de la evolución social y la enriquecen.  Son parte del largo proceso de prueba y error por medio de cual crece y prospera una sociedad.  No sólo de forma, sino también de fondo.  Las tradiciones dan un sentido de pertenencia: a este grupo de amigos, a estas familias, o a esta tribu.

Dicho lo anterior, de verdad les agradezco a mi bisabuela, a mis abuelas, a mis padres, a mis amigos y a todos los que no sólo me enseñaron a disfrutar de las tradiciones y de la alegría de celebrarlas en compañía de quienes uno ama; sino que me permiten ser parte de ellas.  ¡Mi vida es muchos más rica gracias a las experiencias, y a quienes me acompañan en el camino de vivirlas!

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Doña Yoli preparó su tradicional bacalao a la vizcaína, delicioso; acompañado por un arroz impecable, moyetes deliciosos y bien calados, y el encurtido de remolachas, zanahorias, arvejas y ejotes.  Ese es el almuerzo tradicional chapín para ese día.  Así era en la casa de mi bisabuela, en las de mis abuelas, en las de mis padres y así fue ayer en mi casa.

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En su libro, Alfombras de aserrín,  Amelia Lau Carling cuenta que La semana antes del domingo de Pascua…los vecinos crean alfombras de aserrín teñido, de flores y de frutas sobre el camino de muchas procesiones.  Año tras año las hacen con nuevos diseños.  Año tras año las procesiones marchan sobre ellas, destruyendo sus dibujos al pasar.  De niña en Guatemala, mi hogar era el de una familia china que se aferraba a sus costumbres.   Pero la semana santa era una temporada como ninguna otra hasta para una familia china tan tradicional como la nuestra.  Con los vecinos nos juntábamos en las aceras para admirar las alfombras antes de que los cortejos caminaran sobre ellas.  Viendo las procesiones, yo sentía que la historia que narraban ocurría ahí mismo.  Y la belleza de los breves tapices creados con tanto primor se ha quedado grabada en mi corazón.

Elegí este relato porque Amelia expresa muy bien mis propios sentimientos frente a las alfombras; porque la familia de Amelia vivía en la Quinta Avenida de la zona 1, a unas cuadras donde vivía mi tatarabuela, Gilberta y su familia, sobre la misma avenida en la que hicimos la alfombra del viernes; y porque este año –por cuarta vez en mi vida– estuve algo involucrado en la elaboración de una alfombra de aquellas.

Al describir el proceso, Amelia cuenta que Primero puso una capa de aserrín natural y la regó con agua.  En seguida sus ayudantes dibujaron sobre ella las figuras de aserrín coloreado.  Se encaramaban sobre  tablas para alcanzar los lugares que debían adornar sin estropear lo que ya habían hecho.  Con un colador y unos esténciles de cartón, pasaban finas lloviznas de colores.  Cuidadosamente medían los diseños, siguiendo las instrucciones…luego otro ayudante pasaba por toda la alfombra con una regadera muy fina de agua, “pish, pish”, para que el aserrín quedara bien plano.  Ay, que linda era.  ¡Parecía una alfombra de verdad!

Si, es cierto que uno termina cansadísimo; pero es ese cansancio que enorgullece luego de haber hecho algo alegre, algo hermoso, algo que enriquece y algo que te deja lleno de buenos recuerdos y de cariño hasta el punto de que con un buen baño y una buena noche de descanso ya estás listo para hacerlo mejor…el año entrante.

Las dos primeras fotos son por Raúl Contreras, de Así es la vida; y las dos de grupos son por José Eduardo Valdizán.


04
Mar 16

¿Gloriosa victoria?

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Escucha el podcast aquí.

Si la pintura Gloriosa victoria, por Diego Rivera fuera pintada hoy, ¿quiénes la protagonizarían?  En lugar de John Puerifoy, ¿estaría Todd Robinson?,  En vez de John F. Dulles, ¿estaría John Kerry? ¿Jimmy Morales estaría en lugar de Carlos Castillo Armas? ¿Qué dirigente de la iglesia católica estaría en vez de Mariano Rossell? En la bomba, ¿estaría la cara de  Obama?  ¿Cuál de los personajes será Biden?

El cuadro original se halla en el Museo Pushkin, de Moscú. Fue llevado allá por el artista, en tiempos de  Stalin, y si no conoces la pintura puedes googlearla.

La meditación viene al caso luego de leer la entrevista con el embajador Robinson, de los Estados Unidos de América, publicada en elPeriódico el martes pasado.  En ella, el representante diplomático dice, entre otras frases de igual talante: Voy a luchar contra la corrupción y no importa si es un político, alguien del sector privado, o del gobierno y a lo largo de la entrevista habla en el tono en el que hablaría el Presidente de la República, la jefa del Ministerio Público, un fiscal, un juez, o alguien que tuviera un mandato y la autoridad para hacerlo.  Si así fuera, ¿quién no se uniría a tal propósito?  ¡A la corrupción hay que combatirla, así venga de donde venga!

Sin embargo, la misma declaración venida de un embajador extranjero tiene implicaciones que dan para mucho.  ¿Siente, Robinson, qué tiene un mandato, o autoridad para -personalmente- luchar contra la corrupción como lo haría un gobernador enviado por la metrópli a una colonia? ¿Siente que tiene el mandato, o la autoridad necesaria para actuar como un procónsul, como visitador, o algo así?  Como lo que es caldo para el pollo, es caldo para el chunto, todo el tono de la entrevista mueve a pensar que los días de Foster Dulles y de Puerifoy  volvieron.

En su artículo 41, la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas estipula que sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades…[los diplomáticos]…están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado.  Da curiosidad saber si el enviado de los EUA actúa como actúa por sus pistolas, o por instrucciones superiores.

La foto la tomé de aquí; y esa columna fue publicada en elPeriódico.

Actualización: el 11 de marzo de 2016 el embajador de El Vaticano, decano del cuerpo diplomático, les exigió a sus colegas que eviten la injerencia en la toma de decisiones del país.


01
Mar 16

El volcán de Fuego está feroz

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Un espectáculo de fuego está ofreciendo…¿qué si no el volcán de Fuego?  Desde anoche está arrojando lava y hoy en la mañana tanto él como el volcán de Pacaya estaban en actividad.

El Guatemala hay unos 37 volcanes y son parte del cinturón del Pacífico y tres de ellos están activos: Santiaguito, Pacaya y Fuego.  En el país convergen tres placas tectónicas y no en balde se dice que es uno de los lugares geológicamente más interesantes del mundo.  Esta es la cuarta erupción de 2016 y según el Insivumeh una de las columnas de ceniza alcanzó los 6,000 metros sobre el nivel del mar; el coloso arrojó flujos de lava de unos tres kilómetros de longitud.

La foto es desde mi balcón y abajo se aprecian las luces de la ciudad de Guatemala. Arriba la columna ígnea que sale del volcán y a su izquierda se ve correr la lava.

Abajo una conversaciòn que tuve, sobre volcanes, con el geólogo extraordinaire, Sam Bonis.

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30
Ene 16

Guatemala en “La rebelión de Atlas”

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La República Popular de Guatemala -escribían los periódicos del 26 de enero- rechaza el pedido de los Estados Unidos de un préstamo de mil toneladas de acero.  El párrafo es de La rebelión de Atlas, la novela magnífica de Ayn Rand y yo tenía que haber puesto esta entrada el martes pasado porque…fue 26 de enero.

Esa no es la única mención chapina en la novela; ya que unas páginas antes, la autora explica que Dagny sabía que era posible sacar dinero del negocio de los ferrocarriles, y sabía también quien lo estaa haciéndo.  Cuffy Meigs vendía trenes del mismo modo que si estuviese vendiendo el último de los suministros del ferrocarril cada vez que podía armar un plan que le impedía quedar al descubrierto.  Vendía rieles a Guatemala o a compañías tranviarias de Canadá, cables a fabricantes de fonógrafos, y durmientes como combustible para hoteles de centros turísticos.

¿Por qué será que Ayn Rand eligió a Guatemala?  No sabemos que haya estado aquí; pero, ¿habrá leído acerca del País de la eterna primavera en las noticias? Los años 50 fueron tiempos interesantes en la Tierra del quetzal; y para 1957 cuando la novela fue publicada, Guatemala se había escapado de la órbita soviética y del colectivismo y el totalitarismo que, en la novela, habían llevado el mundo al colapso.


04
Nov 15

Instrumentos de Claudio Urrutia; y el Mapa en relieve

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El Mapa en relieve, además de ser un monumento a Guatemala, es una cátedra de geografía dictada objetivamente al aire libre por su autor; desde el centro de alguna estrella, o posiblemente con rayos de sol sobre un pizarrón de grama verde que simboliza la magnífica presencia de nuestra naturaleza mil veces pródiga, dijo el presidente Manuel Estrada Cabrera, el 29 de octubre de 1905 al inaugurar aquella obra prodigiosa de Francisco Vela y Claudio Urrutia.

En la Biblioteca Ludwig von Mises, de la Universidad Francisco Marroquín hay una exhibición de instrumentos y herramientas que pertenecían al ingeniero Claudio Urrutia, todos de principios del siglo XX.  Si te fascinan este tipo de cosas te va a encantar la exposición.  La entrada es gratuita de lunes a sábado.  Entre semana de 7:00 a.m. a 8:00 p.m. y el sábado de 8:00 a.m. a 12:00 m.

En la foto se observan un telescópio sextante, binoculares y una cámara fotográfica.

En el Libro de oro del Mapa en relieve, Carlos E. Prahl R. escribió: En el mapa en relieve…no sólo están presentes las ciencias de cálculos y medidas, y otros aditamentos coadyuvantes; sino la belleza de las formas…corresponde a la representación de la realidad física con montañas, cerros, volcanes, ríos, lagos, valles, cuencas, depresiones, planicies, costas, mares, etc., realzados; y además las principales ciudades, pueblos, aldeas, puertos, carreteras, vías férreas, etc.  

No había aviones para tomar fotografías aéreas del territorio guatemalteco…ni disponía de los recursos modernos para emprender la construcción de la obra de tal magnitud.  El mapa fue construido en 18 meses con 1089 metros cuadrados, 750 yardas de tubería de plomo, 60,000 ladrillos, 25,900 quintales de cemento, concreto y mampostería.  

La base del mapa es de piedra y en los espacios ocupados por agua se colocó piedra pomez. Las curvas de nivel están hechas de ladrillo y en la capa que recubre la totalidad, se usó cemento Portland.  Las cabeceras departamentales están colocadas en escala; los caminos cincelados.  Las líneas de los ferrocarriles son de plomo, los puentes de acero y la pintura la más fina del mercado.

Claudio Urrutia fue pionero de la cartografía, en Guatemala.  En 1876 inventó la Mira Urrutia, un instrumento topográfico que patentó en Nueva York.  Sus mediciones científicas sirvieron de base para la construcción del Mapa en Relieve de Guatemala.   En 1879 inventó una de las primeras calculadoras en el mundo, misma que fue exhibida en la Exposición Mundial de París donde obtuvo la Medalla de Oro como premio.  Urrutia también desarrolló un nuevo método de cálculo topográfico, al que llamó método telegonométrico.  Utilizó la fototelemetría para sus cálculos topográficos de larga distancia.  Eastman Kodak le compró a él el Faster Shutter, que Urrutia inventó y usaba en su cámara fotográfica.

Puedes ver fotos de la construcción del mapa, aquí.


11
Jun 15

“Best Seller” en Historia de Guatemala

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Guatemala.  El mundo no volvió a ser el mismo, fue Best Seller  No. 1 -hoy- en la categoría de Guatemalan History, en Amazon.

El libro ocupó el puesto número 5 en la categoría de Kindle eBooks sobre política en español; y 6 en la categoría de libros en español sobre Historia de América Central.  Por supuesto que gracias a ustedes, que lo adquirieron.  Y bueno…si no lo has adquirido, quizás quieras hacerlo ahora y añadirlo a tu Kindle.

Esta recopilación de algunas de mis columnas (Carpe Diem) incluye temas de ética, jurídicos y económicos, así como costumbristas, desde le perspectiva de este observador de la acción humana.  La versión impresa incluirá fotografías por yours truly. Al perpetrar esas columnas -en un espacio políticamente incorrecto- comparto con mis lectores algunas reflexiones y experiencias en busca de lo que es bueno, lo que es bello y lo que es pacífico. Los artículos incluidos en el librito han sido publicadas en los diarios guatemaltecos Siglo Veintiuno, Prensa Libre y actualmente en elPeriódico.

La verdad es que me alegra me alegra mucho que la Editorial Episteme me hiciera el honor de publicarlo y también me alegra que haya sido bien recibido. Ojalá que quien se tope con él se acerque a la filosofía de la libertad. Me gustaría que el acto de leer el libro invitara al lector a conocer la filosofía objetivista, a leer las obras de Ludwig von Mises, y a desconfiar del poder y de los poderosos. Que los invitara a desconfiar del misticismo, de la irracionalidad, del colectivismo y del altruismo.

El segundo lugar fue para  I, Rigoberta Menchú an Indian Woman in Guatemala, por Rigoberta Menchú y el tercer puesto fue para Buried Secrets: Truth and Human Rights in Guatemala, por Victoria Sanford.


04
Abr 15

¡La tercera alfombra fue un éxito!

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Las tradiciones nos presentan la oportunidad perfecta para enriquecernos cultural y afectivamente.  Nos sirven para  aprender acerca de costumbres y prácticas que en muchos casos son inmemoriales; y que se han adaptado, o han permanecido prácticamente inmutables. Por eso es que practico algunas tradiciones -aunque no esté de acuerdo con la filosofía de muchas de ellas-.  Es que me gusta el encuentro entre generaciones; el establecimiento y fortalecimiento de vínculos culturales, históricos, familiares, y amistosos; la tarea en común y la recompensa alrededor de la mesa generosa.

Los lectores descuidados creen que porque uno es individualista debería rechazar las prácticas culturales colectivas.  Empero, no hay nada en el individualismo metodológico que apunte en esa dirección; y ciertamente no hay nada en el individualismo -como principio según el cual los hombres poseen  derechos inalienables que no les pueden ser arrebatados por ningún otro hombre, ni tampoco por cualquier número, grupo o conjunto de hombres- que apunte hacia aquella creencia.

Las tradiciones colectivas son parte de la evolución social y la enriquecen.  Son parte del largo proceso de prueba y error por medio de cual crece y prospera una sociedad.  No sólo de forma, sino también de fondo.  Las tradiciones dan un sentido de pertenencia: a este grupo de amigos, a esta familia, a este clan, o a esta tribu…en estas circunstancias particulares.

Dicho lo anterior, de verdad les agradezco a mi bisabuela, a mis abuelas, a mis padres, a mis amigos y a todos los que no sólo me enseñaron a disfrutar de las tradiciones y de la alegría de celebrarlas en compañía de quienes uno ama, respeta, o admira; sino que me permiten ser parte de ellas.  ¡Mi vida es muchos más rica gracias a las experiencias, y a quienes me acompañan en el camino de vivirlas!

Este año, como en 2013 y 2014,  hicimos alfombra con unos amigos en la Quinta avenida y Primera calle de la zona 1. Las alfombras son componentes propios e indispensables de las procesiones chapinas. En su libro, Alfombras de aserrín,  Amelia Lau Carling cuenta que La semana antes del domingo de Pascua…los vecinos crean alfombras de aserrín teñido, de flores y de frutas sobre el camino de muchas procesiones.  Año tras año las hacen con nuevos diseños.  Año tras año las procesiones marchan sobre ellas, destruyendo sus dibujos al pasar.  De niña en Guatemala, mi hogar era el de una familia china que se aferraba a sus costumbres.   Pero la semana santa era una temporada como ninguna otra hasta para una familia china tan tradicional como la nuestra.  Con los vecinos nos juntábamos en las aceras para admirar las alfombras antes de que los cortejos caminaran sobre ellas.  Viendo las procesiones, yo sentía que la historia que narraban ocurría ahí mismo.  Y la belleza de los breves tapices creados con tanto primor se ha quedado grabada en mi corazón.

Elegí este relato porque Amelia expresa muy bien mis propios sentimientos frente a las alfombras; porque la familia de Amelia vivía en la Quinta Avenida de la zona 1, a unas cuadras donde vivía mi tatarabuela, Gilberta y su familia, sobre la misma avenida en la que hicimos la alfombra del viernes; y porque este año –por tercera vez en mi vida– estuve involucrado en la elaboración de una alfombra de aquellas.

Al describir el proceso, Amelia cuenta que Primero puso una capa de aserrín natural y la regó con agua.  En seguida sus ayudantes dibujaron sobre ella las figuras de aserrín coloreado.  Se encaramaban sobre  tablas para alcanzar los lugares que debían adornar sin estropear lo que ya habían hecho.  Con un colador y unos esténciles de cartón, pasaban finas lloviznas de colores.  Cuidadosamente medían los diseños, siguiendo las instrucciones…luego otro ayudante pasaba por toda la alfombra con una regadera muy fina de agua, “pish, pish”, para que el aserrín quedara bien plano.  Ay, que linda era.  ¡Parecía una alfombra de verdad!

Como los dos años anteriores, luego de elaborar la alfombra doña Yoli nos invitó a almorzar los tradicionales bacalao a la vizcaína, curtido y moyetes.  ¡Que le salen deliciosos!  Una buena recompensa por unas 5 horas de trabajo…que no cuentan como trabajo porque es un agradable encuentro entre viejos y nuevos amigos, acompañado por buenas bebidas y cositas variadas para comer. Cansados, claro, pero siempre dispuestos a reírnos y a disfrutar de todo lo que es bueno, lo que es bello y lo que es pacífico.  Le haim.

La foto de arriba es por Raúl, de Así es la vida; y el de la foto de abajo, por José Eduardo,  es el equipo que elaboró la alfombra frente a la casa de doña Yoli (aunque faltaron, en la foto, Erick y Andrés).

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