Cándido remojó su champurrada en su leche con café y me dijo: ¿Se dió cuenta de que desde hace varias semanas y en todos los diarios del país, todos los días sale una noticia sobre el café y la roya? No ha habido un sólo día en que eso no ocurra. Y, ¿sabe “usté” por qué? Porque los cafetaleros quieren que los tributarios les paguen el combate contra la roya.
¿Sabe “usté” por qué me cae mal eso? Porque el del café es un negocio de particulares. Las fincas, los beneficios y las exportadoras son propiedades de personas particulare específicas. Cuando ganan millones de quetzales vendiendo, beneficiando y exportando el grano ellos disfrutan de las ganancias. Yo me gozo mis tazas de café; pero pago cada libra que compro. Nunca he recibido dividendos de una finca, un beneficio, o una exportadora. Ningún cafetalero me ha dicho: “Mirá vos Cándido, ahí te va tu cheque por las ganancias que tuvimos el año pasado”.
Y ahora, que sus negocios enfrentan problemas quieren “socializar” los costos de proteger sus siembras y sus negocios. No hay derecho, ¿”Va”? Ellos se quedan con las ganancias (como debe ser); pero nos pasan el costo de combatir la roya y eso no me parece justo.
Así en buena onda, yo creo que no es justo, ni correcto que los propietarios de ningún negocio usen el dinero de los tributarios para enriquecerse, o para conservar sus riquezas.
Ahí andan, esos “empresaurios” con la historia de que miles de personas se quedarán sin trabajo y con que la roya afectará a millones. ¡Como no chon! Cuando se trata de rescatar sus negocios, ahí si que el café es de todos; pero como le digo…a mí nunca me han dado un cheque de dividendos por los negocios que hacen. Y yo pago cada libra de café que compro.
¿A eso es lo que “usté” le dice mercantilismo?, preguntó.
Sí, le contesté, a eso mismo.