14
Feb 11

Lo sublime de los tejidos indígenas

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Durante mi visita de la semana pasada a Xela, una de las mejores experiencias que viví fue la visita al Museo Vibo´z, de don Oscar Boj.  En ese lugar encantador, don Oscar mantiene viva la excelencia y la tradición de los mejores textiles indígenas.

Antiguamente, su padre, don Víctor Boj, tenía ahí un taller con entre 12 y 14 telares; pero ahora sólo hay dos que se mantienen ocupados todo el tiempo en la producción de textiles de altísima calidad.  Don Oscar está involucrado en esta actividad desde que tenía 10 años de edad y ayudaba en las tareas a su padre y al equipo que trabajaba en el taller.

Vibo´z es un museo interactivo en el que don Oscar, con pasión y con paciencia, le cuenta a uno los detalles más íntimos de la producción de cortes, huipiles, sobrehuipiles, servilletas, tzuts y otras piezas importantes del vestuario tradicional indígena.

En Vibo´z uno puede vivir la complejidad, la profundidad y la belleza de los equipos, los materiales y los diseños.  Y si uno ya sentía admiración por estos textiles antes de visitar este espacio, cuando uno sale de él esa admiración adquiere caracteres sublimes.

Los textiles indígenas me hay llamado la atención desde niño, en parte por haber pasado muchas de mis vacaciones en Panajachel; y en parte porque tanto mi bisabuela, Adela, como mi abuela, Frances, integraban piezas indígenas a sus vestidos occidentales.  Ayer mismo fui a visitar a mi tìaabuela, Adelita, y tenía puesto un bellísimo huipil en el que predominaba el color morado.   Nunca fui ajeno a los colores variados de sus diseños, ni a la rica  iconografìa que incluye quetzales, aves diversas, flores, cuerpos celestes y una extraordinaria abundancia de formas.

Mis amigos y yo pasamos un rato muy agradable aprendiendo acerca de los textiles y don Oscar nos permitió hacer uso de su equipo y tener la experiencia de producir canillas de hilo.

Vibo´z queda cerca del Puente de los Chocoyos, en Xela; y seguramente cualquiera del vecindario lo puede guiar a ese lugar hermoso, cuando usted ande por Quetzaltenango. A don Oscar también se lo puede encontrar en la Casa No´j, frente al Parque Centroamérica en aquella ciudad.


14
Feb 11

¡Felíz Día del Cariño!

Está bien…me pongo cursi, ¿y qué?  ¡Feliz Día del Cariño!  Y para leer algo enriquecedor al respecto recomiendo A Romantic Boom and Bust.


13
Feb 11

Los cascarones anuncian las fiestas


Los cascarones anuncian las fiestas del Carnaval; y me encontré estos ayer en el mercado. Los cascarones son imprescindibles para las festividades son huevos vacíos, rellenos con confetti y un grano de maíz, coloreados con añilina y cubiertos con papel de China. ¿Podría, alguien, explicarme cuál es el propósito, o el significado del grano de maíz?

La idea, con los cascarones es rompérselos a alguien en la cabeza; normalmente de forma sorpresiva. El año pasado, por cierto, fui al Mercado Central con una amiga y un visitante extranjero al que andábamos paseando.  Cuando vi un canasto de cascarones tomé uno y se lo rompí en la cabeza a mi amiga; y en ese momento, el visitante puso cara de pánico y alcanzó a decir: ¡A mí no! En parte porque debe haberlo tomado por sorpresa, y en parte porque llevaba puesto un peluquín, y sin duda temió que yo le estrellara un cascarón en su bisoñé.  Y a mí no me quedó más que aguantarme la risa.

Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo de meses, elaboraba elconfetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta.

Muchas culturas en Europa y en el Oriente Medio tienen la costumbre de pintar huevos.


26
Nov 10

¡Celebración de la vida y de lo que la hace buena!

¿Cómo no dedicarle una noche a la celebración de todo lo bueno que hemos tenido en el año? ¿Cómo no celebrar a las personas que nos aman y que amamos, a nuestras familias y a nuestros amigos? ¿Cómo no celebrar las cosas buenas que tenemos: los frutos del trabajo, y la salud? ¿Cómo no celebrar a las ideas y a las personas que hacen posible lo que tenemos y lo que hace nuestras vidas más placenteras, más fáciles y más alegres?

A mí, por eso, me gusta mucho celebrar la fiesta del Día de Gracias.  La verdad sea dicha, las fiestas en las que se celebran la muerte y el sacrificio sólo me interesan como fenómenos sociales y como parte de las tradiciones (¡Y por la comida que se acostumbra en ellas!); pero, realmente, me parecen perversas.  ¡Que vivan la vida y la productividad!

Anoche celebramos con un pavo que hicimos en casa de acuerdo con la receta de mi bisabuela, Adela o Mami; acompañado por puré de camote, ensalada y un Quimera 2005, de Achaval Ferrer, que trajeron amigas queridas.  Y el toque chapín lo puso una torta de yemas, de Totonicapán, departamento guatemalteco famoso por sus panaderías, entre otras cosas.

He aquí una meditación valiosa sobre esta fiesta,  por el cuate Craig Biddle.


25
Nov 10

Concluida la fase 1 del pavo

Debido a los horarios apretados, en casa preparamos en fases el pavo para la cena de hoy: Fase 1, es la preparación del relleno y la sazón de la piel del ave.  Fase 2, es la horneada.

Ya hicimos la primera parte, que consiste en picar y freír en mantequilla: cebolla, apio, hongos, castañas  y los menudos del pavo.  Luego, estos se mezclan con pan que ha sido remojado en vino blanco de modo que no quede empapado, sino húmedo.  Esta mezcla se sazona con sal, pimienta y salvia.  Luego el pavo es sobado con mantequilla, ajo, sal y pimienta.

Mi bisabuela, mi abuela y mi madre usaban champiñones; pero a mí me gusta usar crimini, o shitakes aveces porque su sabor se hace sentir más; y hoy usamos shitakes. Y otra cosa que hago, porque me gusta el toque que le añade, es ponerle un chorrito de aceite de oliva.

Cuando está frío el relleno se coloca dentro del animal.

Para mí, el pavo es sólo un vehículo para hornear el relleno, que es mi parte favorita, la que me me pone contento y la que me lama los bigotes.  Definitivamente no me gusta la pechuga -que mi bisabuela decía que era como comer sábana-, y me disfruto mucho la carne de las alas y de  los muslos.

La fase 2, ocurrirá hoy en la noche.  Luego de rellenado el pavo, se le ponen encima lascas de tocino a lo ancho de la pechuga y sobre las piernas y en las alas.  Se pone dentro de la bolsa con algo de vino blanco y ¡al horno!

Esta es una de las recetas de mi bisabuela, Adela.  Ella preparaba otras dos: una con manzanas y otra con ostras; pero esta es mi favorita.


02
Nov 10

El Fiambre es mi plato favorito

El Fiambre es un plato guatemalteco que se come con ocasión del día de Todos los santos; y de todos los platos chapines, este es mi favorito. A grandes rasgos, es una combinación compleja de vegetales, carnes, embutidos y conservas cuyo elemento unificador es un caldillo.

El que hacemos en casa es la receta de mi madre que, a su vez es la receta de mi abuela y de mi bisabuela paternas. No hay una sola receta de Fiambre porque cada familia tiene la suya; y aunque dos, o tres recetas vengan de una misma, las tres serán distintas porque cada quién le pone su sazón y cada quién le quita, o le pone ingredientes a su gusto. En mi familia, por ejemplo, aunque los fiambres de mi abuelita Frances y el de mi tía Baby venían del de mi bisabuela Adela; el primero tendía a ser dulzón y el segundo tendía a ser ácido. A mi me gusta ligeramente endulzado con miel de abejas por el toque de madera que le da la miel.

Hay cuatro tipos básicos de Fianbre: El verde, el blanco, el rojo y el rosado; y el que hacemos en casa es de este último tipo y del lado dulzón. Lo importante, sin embargo, es que no importa qué receta se haga, el Fiambre sea armonioso y balanceado. Demasiados, o muy pocos de algunos ingredientes pueden estropear la armonía y el balance.

El Fiambre es, por mucho, el plato más extraordinario y magnífico de la cocina chapina. El plato tiene sus detractores que yo pongo en dos cajones: el de los melindrosos, del cual no vale la pena ocuparse; y el de los que han tenido una mala experiencia con él, principalmente porque han probado alguno que, en vez de ser una combinación armoniosa y balanceada, ha sido una mezcla pretenciosa -o miserable-.

Este es un plato que se come en familia y compartido. En la ciudad es algo difíl notarlo; pero en los pueblos es muy evidente. A lo largo de la mañana del día 1 de noviembre, platos van y platos vienen de una casa a otra. O bien, a la casa donde se hace el fiambre, llegan familiares y amigos a comer. Los invitados -y los invitados de los invitados- suelen llevar algo de su propio fiambre, o bien, aveces llevan otra cosa, como dulces de ayote, o de jocotes, conocidos como cabeceras.  De ahí los versos que los niños chapines solían recitar durante la celebración guatemalteca de lo que en el norte se conoce como Halloween.  Angeles, somos/ del cielo venimos/ cabecera pedimos, es lo que los niños chapínes solían decir cuando salían a pedir dulces en la noche del 31 de octubre.

Algunas cervezas y otras bebidas siempre son bienvenidas. Como el fiambre tiene algo de vinagre, hay que tener mucho cuidado con que vino se elige para degustarlo. Yo prefiero algo como Carmenere, o Shiraz.  Y si se tiene a la mano pan de horno de leña…¡¿qué mejor!?

La preparación del Fiambre consume mucho tiempo: Un día para picar las verduras, otro para rodajar las carnes, otro para mezclar el caldillo y todos los ingredientes, y otro para que la mezcla se curta antes de ser consumida. El Fiambre se sirve adornado con una variedad adicional de ingredientes.

Nadie conoce exactamente de dónde surgió la costumbre de preparar el Fiambre. Mi tía abuela, La Mamita, decía que habían tres posibilidades: que se hubiera originado debido a la práctica de ir a almorzar al cementerio e intercambiar platillos; que había tenido su génesis en la visita sorpresiva de un obispo a un convento y de la necesidad de prepararle un almuerzo sin que hubiera suficiente de una sóla cosa; o que había sido un milagro en el que estaba involucrado cierto hambriento que halló muchos ingredientes en un monasterio. Incluso se atrevía a asegurar que la etimología de la palabra venía de fé de hambre.

Sea cual sea su origen, el Fiambre es mi plato favorito en todo el universo-mundo. Y celebro con mucha alegría la dicha de prepararlo y consumirlo.  Los de la foto son los platos que preparamos para comer ayer en casa.


01
Nov 10

Conmovedora escena en el cementerio


Tengo años de ir al Cementerio General de la ciudad de Guatemala para la fiesta de Todos los santos; pero nunca había visto una escena tan conmovedora como la que recogí en este vídeo.

Me gusta ir porque es una tradición chapina y porque era algo que hacíamos con mi padre. Como yo no creo en una vida después de esta, ahora no voy a visitar muertos, sino a aprender sobre la gente y a disfrutar del ambiente de fiesta. Esta anciana llevándole música a su difunto y compartiendo con él incienso y quién sabe qué pensamientos, le dio un giro muy conmovedor a la visita de hoy. Y me recordó que la vida no está en otra parte, y que a las personas que amamos hay que amarlas aquí y ahora.


01
Nov 10

Espectáculo familiar en el cementerio

Esta familia estaba ganandose la vida hoy, en el Cementerio General de la ciudad de Guatemala.  Como todos los años, para las fiestas de Todos los santos y el Día de los muertos, los chapines visitan cementerios.  El General es el más grande del país y atrae a miles de personas de todas las condiciones.  La gente llega a visitar a sus muertos, a almorzar con ellos, a divertirse y a entretenerse.

Mi padre solía llevarnos a mis hermanos y a mí; y como en estas fiestas no se permite la entrada de automóviles a la necrópolis, mi madre nos pasaba dejando, entrábamos caminando y visitábamos a varios familiares enterrados allá.  Luego salíamos a tomar horchata a una célebre refresquería que quedaba por ahí cerca y mi madre nos recogía para ir a almorzar el Fiambre a casa.

Ahora suelo ir al cementerio acompañado de amigos extranjeros que disfrutan de conocer las tradiciones guatemaltecas; o de amigos chapines que no conocen, o no han participado de estas costumbres.  Ellos disfrutan las historias de fantasmas, y las visitas a las tumbas de personajes históricos del país.  También nos gusta explorar el lugar desde el punto de vista arquitectónico.  En realidad es un paseo muy agradable en el que se aprende mucho acerca de la gente y de la vida en Guatemala.

Hoy, mientras paseábamos por el Cementerio General, nos encontramos con esta familia que ofrecía un espectáculo musical y de baile.


23
Oct 10

¿Tres que desaparecieron?

Vaya usted a saber por qué, hoy amanecí pensando en el soldador de ollas, el afilador de cuchillos y la compradora de papel y botellas.  Tengo añales de no ver a los tres.  Estos tres personajes recorrían las calles de los barrios de la ciudad de Guatemala y ofrecían sus servicios.  No recuerdo cómo lo hacía el primero; pero el afilador de ollas llevaba un pito inconfundible y la tercera gritaba ¿Tiene papel o boteeeeeeeeeeeellas?

El primero que desapareció, según mis recuerdos era el soldador de ollas; oficio que creo que desapareció totalmente porque, ¿quién suelda sus ollas?, del mismo modo en que ¿quién zurce sus calcetines? Ahora resulta más barato y conveniente comprar una olla nueva, o estrenar calcetines que soldar aquellas, o zurzir estos.

Los otros dos es posible que no hayan desaparecido, sino que es sólo que ya no los veo.  Cuando el afilador de cuchillos llegaba a la casa le sacábamos todos los de la cocina; pero no los del comedor, porque estos eran llevados a un lugar especializado.  Es que aveces, a los afiladores de la calle se les iba la mano y recuerdo que, en la cocina de mis padres, había un cuchillo de mango blanco cuya hoja fui viendo reducirse y reducirse hasta que parecía casi un estilete.

La compradora de papel y botellas me causaba mucha alegría porque en la casa de mis padres se recibían entre dos y tres diarios; y siendo ellos jóvenes y parranderos, nunca faltaban las botellas. Así que si la compradora pasaba en algún momento que no estaba ninguno de los dos, yo sacaba el papel y las botellas y era el beneficiado por la venta.

¡Chispas!, tiene razón la lectora y cuata AnaLu, que dejó un comentario: Me faltaron los que componen zapatos; y el grito que yo recuerdo era el de ¿Zapatos para cooomponeeeeeeeeeer?


10
Oct 10

¡Ya es la temporada de ayotes y de fin de año!

¡Hoy es 10/10/10!; y los ayotes, en los mercados, anuncian que ya está aquí la temporada de fin de año.   Estas calabazas, se consumen en dulce, preparadas con miel de panela, pimienta gorda, y canela.  Es el postre tradicional que, con los jocotes en dulce, acompaña al Fiambre que se consume para el Día de Todos los Santos.

Ayote también se le dice a la cabeza; como en No te da el ayote.