11
Dic 11

La fiesta de Guadalupe en mi barrio


La fiesta de Guadalupe es la fiesta de mi barrio.  Hoy comenzó a las 5 de la mañana con cohetes, bombas, campanadas y mariachis.  Continúa a media mañana cuando llega la orquesta al mercado y suena el musicón.  Y cerca de la una sale la procesión que no regresa hasta pasada la media noche.

Esto es algo de lo bonito de vivir en un barrio que guarda las costumbres de antes y que era un pueblo separado de la ciudad de Guatemala.  Todavía se viven los sonidos, los colores, los aromas y los sabores del ambiente decimonónico de las fiestas populares chapinas.

Aunque sean fiestas místicas me las disfruto porque me gusta ver a la gente contenta y me gozo los toritos, las comidas, y el alboroto.


11
Dic 11

Luces Campero en la noche


Anoche fue la fiesta de las Luces Campero en la ciudad de Guatemala; y durante 30 minutos el cielo se iluminó con fuegos artificiales.   En casa las vimos con ponche de frutas en mano, y comiendo deliciosas dobladas que hizo Elsa.

Yo me las gozo mucho porque me gusta maravillarme de lo que es bello.  Además siemrpe es una buena ocasión para reunir amigos y familias.


10
Dic 11

Mi barrio está de fiesta

Como se acerca la fiesta de Guadalupe mi barrio está alegre.  El mercado, la plaza y la iglesia son los centros donde se lleva a cabo la celebración.  En el mercado tiran la casa por la ventana y hay adornos, música y ambiente de festejo.  ¡¿Cómo iba a ser de otra forma, si es el mercado?!

En la plaza está instalada la feria navideña llena de aromas y colores; y en la iglesia hay bombas y todo tipo de golosinas propias de este tipo de festejos.


09
Dic 11

El arbolito de Navidad ya ilumina mi casa

Ahora que ya está listo el árbolito de Navidad, en mi casa, me acordé de que O Tannembaum, se cantaba -en la casa de mi abuela Frances- en tres versiones distintas.  Pero lo que a mí me divertía mucho es que la versión en español no tenía nada que ver con árbolito ni con nada parecido. La música era la misma; pero la letra era distinta.

O Christmas Tree! O Christmas Tree!

Much pleasure thou can’st give me;
O Christmas Tree! O Christmas Tree!
Much pleasure thou can’st give me;
How often has the Christmas tree
Afforded me the greatest glee!
O Christmas Tree! O Christmas Tree!
Much pleasure thou can’st give me.

O Tannenbaum, o Tannenbaum!

Du kannst mir sehr gefallen!
Wie oft hat nicht zur Weihnachtszeit
Ein Baum von dir mich hoch erfreut!
O Tannenbaum, o Tannenbaum!
Du kannst mir sehr gefallen!

Resuene ya el órgano,
Pastor ven al pesebre.
Que al ritmo de las cítaras
La fiesta se celebre.
¿No oyes vibrar el órgano?
Que fiesta tan alegre.

De mi infancia recuerdo varios árboles importantes. En casa de mi abuelita Juanita es imposible olvidar unos chiribiscos hermosamente adornados con cabello de ángel y con luces en tonos pastel. También recuerdo los pequeños árboles que ella, y mi tía abuela La Mamita, solían montar -con primor extraordinario- para mi hermano y para mí, junto a nuestro propio nacimiento en miniatura.

En la casa de mi abuela, Frances, recuerdo que los árboles generalmente pinabetes, o cipreses. A veces adornados con nieve fabricada elaborada en la casa con un jabón que venía en escamas; y siempre llenos de figuras variadísimas, algunas muy antiguas, y luces multicolores. Allá los árboles eran tan altos que mi padre y mi tío Freddy tenían que usar escalera para llegar hasta arriba y distribuir bien las luces y las figuras.

En la casa de mis padres tuvimos toda clase de árboles. Aunque los favoritos eran los pinabetes, tuvimos cipreses, pinos y chiribiscos. En algún momento de principios de los años 70 se pusieron de moda los árboles que ya venían nevados y tuvimos uno de esos. Y en los malos tiempos tuvimos un árbol prestado, y un árbol simbólico, hecho con chorizo de pino, en la pared.

Durante mucho tiempo no puse arbolito en mi casa, sólo Nacimiento; pero ahora me gusta poner ambos y me los gozo mucho.

Este año -y una vez más gracias a doña Mireya, don Ronald y al Rafa- tenemos un árbol hermoso, aromático y con mucha personalidad que nos llena de magia y de alegría la casa. Ese arbolito me trae invaluables recuerdos de decenas de alegres festejos, y promete muchos más; y si quieres tu pinabete, los hay galanes en la 30 calle 11-42, zona 12, colonia Santa Rosa II; teléfono 2476-0496.


09
Dic 11

Adornos chapines de Navidad

Ranchitos, coronas de ciprés y pinabete, chichitas, aserrín de colores, gallitos, musgo y arena blanca son algunos de los adornos tradicionales e indispensables para la Navidad chapina.

Hoy que estuve en el mercado pasé a comprar lo que necesitaba para disfrutar de esta fiesta.


08
Dic 11

Los infaltables buñuelos de la fiesta

En las fiestas de fin de año, conocidas entre los guatemaltecos como fiestas de Concepción Reyes, son infaltables los buñuelos. Y lo de Concepción Reyes, por cierto, es porque empiezan en la víspera de la fiesta de la Concepción (el 7 de diciembre) y terminan con la de Reyes (el 6 de enero).

En fin, esas delicias llamadas buñuelos son omnipresentes junto al ponche de frutas. ¡Ah que cosas mas ricas!

Anoche, durante la alegre Quema del Diablo, disfrutamos de ambas delicias. El ponche con su toque de buen ron; y los buñuelos dorados, bien esponjosos con su miel de anís.  ¡La Mafer se rayó con sus buñuelos!

Cuando quemábamos al Diablo en casa de mis padres, mi madre elaboraba los buñuelosen lo que mi padre y mis hermanos hacíamos lo nuestro con la fogata y los cohetes.

Una de mis anéctotas favoritas acerca de los buñuelos es la de una ocasión en la que mi padre decidió jugarle una broma a mi hermano, Juan Carlos. Resulta que JC es de los que tomaba la porción más grande y el buñuelo más grande, siempre que podía; así que un 7 de diciembre, mi padre tomó un pedazo de algódón, lo forró con masa de buñuelos y produjo uno notablemente más grande y hermoso.

Ya cubierto con miel, el buñuelo en cuestión se veía tentador, así que cuando JC entró a la cocina y vio el buñuelo grande lo reclamó para sí. Mi padre entabló con él una discusión y le disputó el buñuelo. Los que sabíamos de la broma observábamos con entusiasmo y el momento culminante fue cuando mi hermano tomó el buñuelo y se lo metió entero a la boca.

Y tardó unos segundos en notar que había algo extraño. Unos segundos más se requirieron para que se diera cuenta de que había caído en una broma y que estaba mascando un buñuelo de algodón.  En casa siempre recordamos esa broma de mi padre.


08
Dic 11

Los “volcancitos” de toda la vida

Los volcancitos, son unos de mis juegos pirotécnicos favoritos; y la marca Tigre Brand, ha sido la de toda la vida.  Recuerdo esa marca desde que era niño no sólo en los volcancitos, sino en las estrellitas.

Cuando yo era niño no habían fuegos complejos como los que hay ahora. Había ametralladoras que uno despenicaba y cuyos cohetillos quemaba de uno en uno. Y también los silbadores, que como no eran de plástico, no ocasionaban mayores daños mayores. Había saltapericos que eran divertidos; pero que, como la mara no le atina, había gente que se los comía creyendo que eran confites.  A mí me gustaban las estrellitas, los volcancitos y unos pequeños que uno somataba contra el piso y tronaban.  Y cuando la cosas se ponía seria se lanzaban unas varas y unas luces muy rudimentaria que es imposible comparar con las de ahora.

Anoche, durante la Quema del Diablo hubo unos platillos voladores muy bonitos. Y me hicieron falta los misiles, que también me alegran mucho.


07
Dic 11

¡Que alegre estuvo la Quema del Diablo!

Como el año pasado, en esta ocasión quemamos al Diablo con los Peter que se lucen, no sólo con la hoguera, sino con su cariño y con una riquísima cena.

La pira estuvo espectacular, hecha con las ramas de un nisperal podado. Niños y adultos gozamos el gran fogarón. Y en la mesa hubo tostadas con frijoles (aderezadas con queso seco), con salsa (aderezadas con perejil y rodajas de cebolla) y guacamol (que aportamos nosotros e hicimos en casa); así como unos buñuelos dorados y esponjados, como debe ser. No faltó, tampoco, el ponche de frutas con su toque de buen ron.

Muchas culturas tienen tradiciones similares y las que recuerdo ahora son las hogueras de los celtas y las fallas valencianas.  De distinta naturaleza entre sí, y muy diferentes a nuestra Quema del Diablo, todas están relacionadas con el uso del buen fuego que ilumina y que purifica.

Según la tradición chapina, el fuego incinera al Diablo representado por las cosas viejas que se queman en la pira.  La tradición demandaba que en al fuego del 7 de diciembre fueran arrojados los vejestorios, símbolos de rencores, de envidias, de malas experiencias del año y de otras cosas que son el Diablo y que hay que arrojar fuera de la casa (o del corazón) y entregar a las llamas.

Por supuesto que hay mara que no le atina y que quema llantas, colchones, y otros materiales inapropiados, con lo cual la hoguera adquiere características altamente tóxicas.  Y con eso, los irresponsables están conjurando, no a la eliminación de los demonios mitológicos, sino a la intervención del estado niñera, que es igual, o peor que el mismísimo Belzebú.

En esta fiesta mis amigos y yo recordamos a  Prometeo, el dador del fuego o de la luz. Otro héroe mitológico que, como Lucifer, se rebeló contra la tiranía de los dioses.

Voto porque la tradición de la Quema del Diablo sea conservada;  no sólo por su simbolismo, sino por lo hermoso que es ver a las familias reunidas alrededor del fuego y comiendo buñuelos.  Yo, mientras tanto, le entrego lo que tenga que darle al fuego y, como siempre, me reiré del Diablo.


25
Nov 11

Celebración del Día de Gracias…y torito


Este año, El Torito le dió un toque especial a la celebración del Día de Gracias en casa.  Como en otras ocasiones, amigos y familia nos juntamos a festejar los frutos del trabajo y a divertirnos como micos.  El torito estaba programado para mi cumpleaños; pero como llovió intensamente toda esa noche hubo que diferirlo y esta fue una ocasión propicia; ya que le dió un toque inusual y alegría extra a la fiesta.

Y el pavo, ¡ah, el pavo!…el pavo salió magnífico.  Hermoso, dorado, jugoso, suave, lleno de aromas y sabores.  En casa hemos perfecionado muchísimo el relleno que es mi parte favorita.

A mí me gusta celebrar el Thanksgiving Day porque, ¿a quién no le gusta una comilona epicúrea con la familia y con amigos queridos? Pero, además, aprecio muchísimo su significado profundo. El Día de Gracias, festeja el exito de la libertad, del individualismo, de la propiedad privada.

Antes de que el gobernador William Bradford y los pilgrims abandonaran el colectivismo, no tenían más que escasez y hambre. Pero una vez que optaron por que cada quién fuera responsable de sus siembras y de sus necesidades; y una vez que optaron por un sistema que proveyera los incentivos necesarios para mejorar la productividad y evitar la hambruna, las cosas cambiaron. El colectivismo fue sustituido por la cooperación social y el hambre fue sustituido por la abundancia.

¿Cómo no tener respeto por una celebración así? Este festejo de la vida y de la productividad contrasta con el tipo de cosas que celebramos en otras culturas. Por ejemplo, aquí le damos prioridad al Día de todos los santos (que están todos muertos). Y eso, seguramente, dice mucho de nosotros.

La abundancia, la alegría y el optimismo que caracterizan al Día de Gracias, junto a la compañía de amigos viejos, y amigos nuevos, hacen que esta fiesta sea una de mis favoritas.

¿Y El Torito?

De todos los fuegos artificiales que he visto mi favorito es El Torito. Oí por primera vez de él cuando era niño y mi tía abuela La Mamita me contaba de los festejos populares de cuando ella era niña, a principios del síglo XX.

Cuando ella llegaba a la parte del torito, y de cómo se dejaba ir entre la gente mientras disparaba cohetes y luces, yo me emocionaba mucho. Pero no fue hasta la adolecencia que vi uno en persona. Y desde entonces no me resisto a ver toritos, aunque me correteen.

Por cierto que el de anoche nos lo hubimos en la cohetería Kalimán de la 2a. avenida 20-40, zona 1; teléfono 5709 0997.  Duró un montón y tenía luces variadas y de colores.  Luces que salían disparadas y que daban vueltas.  ¡Un verdadero torito, como debe ser!  Y todos aplaudimos y gozamos mucho de este espectáculo chapín.

Aunque en la primera foto soy quien lleva puesto al torito, en realidad fue un experto quien lo quemó y quien lo hizo bailar.  Yo sólo posé.

Las fotos son por Así es la vida.


08
Nov 11

Ayote en dulce

Gracias a mi amiga, Carmen, ayer comimos ayote en dulce que es uno de los postres chapines tradicionales en esta temporada.  Por no se qué razón, al ayote y a los jocotes en dulce se los conoce como cabecera; y los niños de antaño, durante lo que ahora conocemos como Halloween, iban de casa en casa recitando: Angeles somos/ del cielo venimos/ cabecera pedimos./ Si no nos la dan/ puertas y ventanas lo pagarán.

Era la versión criolla del trick or treat; y si los rapaces no recibían sus dulces de ayote y de jocotes manchaban con cal puertas y ventanas.