El Congreso de la República sigue legislando de forma demagógica y produciendo leyes específicas y concretas con el supuesto propósito de beneficiar a grupos sociales (aunque para ello se perjudique a otros y se creen distorsiones no sólo en los mercados, sino en las relaciones entre las personas). Los antiguos decían que la demagocia es el arte de halagar a la plebe (para conseguir réditos políticos).
Mucha gente cree que los estacionamientos privados deberían ser regulados; que debería haber un control de precios y que, por ejemplo, los propietarios de los parqueos deberían responder por daños que ocurran en los locales. Se pierde de vista que el servicio que prestan los estacionamientos y por el cual cobran lo que cobran (y los usuarios pagan sin ser obligados a adquirir el servicio) es el de espacio para estacionar; no el de seguridad para el vehículo. Este último es un tipo de servicio muy diferente al del espacio y no estoy seguro de si alguien querría prestarlo voluntariamente a los precios actuales. Se pierde de vista que, cuando hay control de precios, sucede lo que tiene que suceder: escasez.
En fin, sospecho que usuarios de parqueos y propietarios de parqueos van a salir perdiendo si pasa aquella legislación; y que los únicos que posiblemente salgan ganando van a ser las empresas aseguradoras porque los propietarios de parqueos necesariamente tendrán que contratar seguros para enfrentar los costos de asegurar carros. Mientras tanto, toma en cuenta que:
1. En los estacionamientos generalmente hay letreros que explican que el establecimiento no se hace responsable por daños a los vehículos y que los propietarios los dejan ahí por su cuenta y riesgo. De modo que queda claro que a cambio de cualquiera que sea la suma que me cobren en el estacionamiento, lo que me ofrecen es un espacio para dejar mi carro; y no me ofrecen seguridad.
2. En esas condiciones, está claro que yo tengo que elegir entre dejar ahí mi auto, o dejarlo en la calle y evaluar dos cosas: si quiero seguir dando vueltas en busca de un espacio, o si quiero jugármela y dejar mi auto en la calle para no pagar la tarifa del estacionamiento.
3. Si los dueños de estacionamientos ofrecieran seguridad, seguramente sus costos se elevarían y habría que ver si podrían, o querrían, prestar ese servicio adicional al mismo precio que prestan el de espacio.
4. Lo mismo ocurriría si pagaran algún tipo de seguro. Eso incidiría en sus costos. y podría influir en los precios para el usuario.
5. Quizás debería haber dos tipos de estacionamiento: unos que sólo ofrezcan espacio, como los que hay ahora; y otros que, por el precio correcto, ofrezcan otros servicios como seguridad, seguro, limpieza y qué se yo qué más podrían querer los clientes y qué más estarían dispuestos a pagar.
6. Para protegerse de usuarios inescrupulosos (o incluso de gente de buena fe que pudiera estar equivocada) en los parqueos tendrían que recibir los vehículos como cuando uno los alquila. Tendríamos que llenar un formulario con un inventario mínimo de los daños que ya tiene el vehículo al dejarlo estacionado, e incluso un inventario de lo que hay adentro. ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a invertir en esto cada vez que te estaciones?
7. Si alguna oficina estatal va a extender licencias para estacionamientos, ¿qué va a evitar que esa oficina y la extensión de licencias sean fuentes de corrupción como lo son todas las demás oficinas que extienden permisos?
A mi juicio está claro, y siempre lo ha estado, que los estacionamientos no cobran por seguridad, sino que cobran por espacio. Es muy peligroso que haya quienes demanden que los diputados hagan leyes para obligar a otros a ofrecer bienes y servicios que no están dispuestos a ofrecer, a cambio de tarifas que no están dispuestos a aceptar.
Yo prefiero vivir en una sociedad en la que se respete las libertades de producir, consumir, intercambiar y de servir, sin coerción, ni privilegios.