23
Ago 24

Sperisen, ¿Justicia o venganza?

 

Se enjuiciarán los actos, verás, lo que hiciste y lo que no, las posturas y el color de tu pabellón, y habrá que decir por qué, cómo y cuándo, y para qué, por dónde y por qué razón y con qué ambición, así dice una canción de Patxi Andión que cito, no porque crea en un juicio final místico, sino porque estoy convencido de que nuestras acciones tienen consecuencias y de que debemos hacernos cargo de ellas frente a nosotros mismos. Incluso los jueces, fiscales, oenegeros y burócratas activistas.

Me acordé de esos versos cuando vi El caso Sperisen, una vergüenza judicial, documental que con trocitos y con detalles explica cómo es que a Erwin Sperisen, exjefe de la Policía Nacional Civil de Guatemala, le fueron violados sus derechos humanos y sus garantías procesales, según resolvió el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.

¿Violados por quiénes? Por una coalición aterradora de ONG, jueces, fiscales, burócratas, operadores políticos y activistas que, de la mano de la CICIG, se coludieron para mantener a Sperisen tanto tiempo como fuera posible en una prisión infame —y sometido a tortura— en abierta violación a la presunción de inocencia y con más ansias de venganza que deseos de hacer justicia.

En un proceso por encargo, los perpetradores de aquella vergüenza cometieron una serie de estafas judiciales para las cuales no dudaron en fabricar y presionar testigos, producir testimonios contradictorios, engañar a una anciana supuestamente denunciante, obstaculizar la defensa, considerar innecesaria la presentación de pruebas contundentes y manipular supuestas evidencias, hasta conseguir la barbaridad de declarar a Sperisen cómplice de una persona inocente. Repito: ¡declarar a Sperisen cómplice de una persona inocente!

El juicio estalinista al que fue sometido el exfuncionario puso en evidencia lo corrompido que está el sistema judicial de Suiza; pero no te engañes al preguntarte cómo es que cosas así pasan en aquel país, que no es una república bananera. Es capciosa esa aproximación. La venalidad y la podredumbre a todos los niveles de aquel sistema judicial tienen un común denominador: el socialismo. De ahí la conexión de los actores mencionados arriba y su intimidad con la CICIG; y para entender el fenómeno que es aquella comisión te recomiendo La CICIG, ¿experimento, o conspiración?, por Carlos Sabino, y Un libanés de San Marcos, por Aziza Musa.

Dicho lo anterior, el peor crimen de aquella coalición infernal no es solo haberle matado y arrancado casi 12 años de vida (zoé en términos griegos) a Erwin Sperisen, que ya es malo. Lo peor es que le mataron 12 años de ¡Vida! (bios en términos griegos) al padre, al esposo, al hijo, al amigo, al hombre independiente, productivo y orgulloso. Lo más desgarrador y conmovedor del documental no son solo los testimonios de los hijos y la esposa de la víctima (que también son víctimas), sino cuando estamos frente a ellos en la pantalla. Y no se quedó atrás el testimonio del hijo de Javier Figueroa, declarado inocente en Austria, donde el socialismo no consiguió jueces prevaricadores.

Por el lado malo, la lección que nos deja la experiencia de Erwin Sperisen y su familia es que la maldad existe y que el averno puede levantarse con ferocidad si tienes los enemigos necesarios. Pero por el lado bueno, la experiencia humana que nos deja aquella pesadilla (que no ha acabado) es el valor de tener propósito, el de la familia y el de los amigos; es entender el valor del para qué, frente al por qué; y el hecho de que lo que te pasa en la vida, no te determina.

Erwin Sperisen es el Alfred Dreyfus chapín y El caso Sperisen es un magistral Jáccuse…! que todo guatemalteco de bien debería ver junto a las personas que más ama.

Columna publicada en RepúblicaGt.


16
Nov 23

El fantasma de la CICIG debe ser exorcisado

 

Desde los tiempos de los cacos y los bacos la sociedad guatemalteca siempre ha sufrido de una especie de enfermedad autoinmune; la de que habemos los unos y los otros y que, en consecuencia, cuando los tirios llegan al poder pueden usarlo contra los troyanos y viceversa.  En el siglo XXI aquel mal endémico fue agravado porque la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala le dio apariencia de una cruzada moral a aquella enfermedad por ello legitimó el uso de la guerra jurídica (lawfare) que ahora les están reventando en la cara a muchos.

Iustitia. Maarten van Heemskerck, dominio público, via Wikimedia Commons.

La sensibilidad republicana y años de compromiso con la defensa del estado de derecho, así como con la de los derechos individuales de todos por igual impiden que me suba al carro de la herencia de la CICIG. 

¿Qué es eso de llegar a las 6 de la mañana a capturar personas llevarlas presas y exhibirlas?  Algo así se justificaría si s tratara de la comisión flagrante de delitos, o en caso de peligro de fuga, o si fuere delitos violentos.  Pero si estos no son los casos, lo que corresponde es citar a los involucrados, en vez de armar espectáculos mediáticos.

Como lo que es salsa para el ganso, es salsa para la gansa, tan mal estaba esa práctica en tiempos de Velásquez, Dall´anese y Castresana, como lo está ahora.  

Por otro lado, la libertad de expresión es un derecho fundamental que debe gozar de toda protección posible para todos por igual.  Nadie, nadie, nadie debería ser perseguido por sus ideas, ni opiniones.  Por malas que sean esas ideas, ni por desagradables que sean quienes las expresan. Preocupa…o a mí me preocupa…que sea aceptable perseguir judicialmente a personas por tuits. 

Por otro lado, con la toma forzada de la Universidad de San Carlos de Guatemala, que ciertamente causó daños y perjuicios graves a estudiantes, profesores, administrativos y proveedores de esa casa de estudios y que seguro que causó daños a instalaciones; y en los bloqueos, cuyos instigadores y ejecutores también fueron causados daños y perjuicios a miles y miles de personas, ¿por qué no iba a haber más de un delito involucrado en ambos actos? Los responsables de sedición, por ejemplo, deben enfrentar las consecuencias jurídicas de sus decisiones y sus acciones; pero, sin arbitrariedades, sin ambigüedades y sin que en el proceso de investigación y sin que en el proceso judicial se violen derechos individuales, ni garantías procesales.

El fantasma de la CICIG debe ser exorcisado para tirios y troyanos, para bacos y para cacos, para ellos y para todos.


06
Jul 23

Ética de las emergencias: ¿principios, o intereses políticos?

 

Un fantasma recorre Guatemala y hay que espantarlo a sombrerazos; es el de la tentación de abandonar las instituciones, las formas e incluso lo poquito de estado de derecho que queda por aquí porque hay una emergencia política.

Es lo que hacía la CICIG que, con el pretexto de combatir la corrupción -que es una emergencia- no dudó en violar el debido proceso, aplicar las leyes de forma caprichosa y servir a intereses específicos a costa del interés general.  Sale más caro el caldo que la gallina cuando tratamos de resolver un problema institucional, o de derecho, mediante la realpolitik.

La ética de las emergencias demanda que, incluso en estados de  imprevistos que requieren una especial atención y deben solucionarse lo antes posible, y sobre todo en esos casos, es preciso aferrarse a los principios del modo en que sólo se aferran a ellos aquellos individuos que confían en ellos. Creo, de verdad, que hay que hacer un esfuerzo en esa dirección sobre todo desde la academia y desde el periodismo, por ejemplo.  

Estas meditaciones vienen al caso en el contexto de la resolución electoral de la Corte de Constitucionalidad emitida el fin de semana pasado, resolución que esa corte no tiene facultades para emitir; pero que aparentemente…repito, aparentemente…soluciona una emergencia. ¿Una emergencia fabricada políticamente? Es muy posible que sí.

Fabricada, y espero equivocarme de cabo a rabo, fabricada por grupos interesados en invalidar los comicios del 25 de junio, y….ojalá que me equivoque, incluso imposibilitar los del próximo 20 de agosto.

En un ambiente en el que el Tribunal Supremo Electoral actúa como súcubo y a la Corte de Constitucionalidad le encanta su rol de íncubo, ¿qué vamos a hacer para defender el valor del voto? ¿Qué vamos a hacer para defender las reglas del juego que aceptamos jugar? Confío en las Juntas Receptoras de Votos y en la descentralización del sistema electora, pero, ¿están a la altura las autoridades superiores? ¿Podremos rescatar el proceso de afianzamiento de un sistema republicano? 

¿Vamos a confiar en las instituciones y a defenderlas, o vamos a jugar a Mickey Mouse y a aprendices de hechiceros?


28
Abr 23

Lecciones de la CICIG: ¿Hasta dónde mejoró las instituciones?

 

La CICIG, ¿experimento, o conspiración? es el título del más reciente libro del historiador Carlos Sabino.  Por andar escribiendo de otras cosas me había olvidado de reseñarlo; pero nunca es tarde porque esta es una obra imprescindible para quienes están interesados en la historia reciente de Guatemala.

Carlos Sabino y Ricardo Rojas conversaron sobre la CICIG.

Dos eventos hacen que un vistazo a este libro sea oportuno ahora: Iván Velásquez, ex jefe de la CICIG y ministro de la Defensa del presidente colectivista de Colombia, Gustavo Petro, parece haber sobrevivido al remezón que sufrió el gabinete en Bogotá y continúa en el gobierno colombiano.  La semana pasada hubo una enriquecedora conversación entre el exjuez argentino Ricardo Rojas y Carlos Sabino en la Universidad Francisco Marroquín.

La obra que les comento, sin duda, es una puerta de entrada para empezar a entender la historia y el rol que jugó aquella comisión controversial que fue establecida para combatir cuerpos ilegales y aparatos clandestinos en Guatemala. A falta de aquellos, sin embargo, terminó dando la apariencia de que luchaba contra la corrupción, mientras actuaba como un instrumento para cambiar institucionalmente a este país, al margen de las elecciones y de la voluntad de electores y tributarios, y sin responder moral, ni políticamente de aquellos, a pesar de sus altos niveles de poder e influencia.

Aquellas circunstancias y una serie de abusos, así como la hubris, hicieron posible que Guatemala no renovara el convenio para el funcionamiento de la CICIG y que el comisionado y su equipo cerraron la tienda con un ¡Puf! de despedida.  De varios de esos abusos y arrogancia desmedida, da cuenta Sabino en la segunda parte de la obra que nos ocupa al estudiar casos emblemáticos.

Durante la conversación entre Sabino y Rojas recogí algunas observaciones valiosas para meditar, que te comparto:

La CICIG fue un experimento fallido, hasta sus promotores principales se trataron de distanciar de ella; si fue una conspiración, esa conspiración no funcionó y es parte de un pasado del que casi nadie quiere hablar, dijo Carlos Sabino.

El comisionado de la CICIG no era un funcionario de la ONU, sino que estaba bajo un régimen sui generis, era un híbrido y el convenio de. su creación no olía muy bien… Podemos aprovechar la experiencia de la CICIG para mejorar las instituciones, si sigue todo mal quiere decir que aquello no sirvió…Las soluciones mágicas no sirven, dijo Ricardo Rojas.

Hace falta escribir sobre el debido proceso legal, los atajos no son buenos, es una lección que podemos aprender de la experiencia de la CICIG, dijo Ricardo Rojas.

La corrupción no se combate desde un superpoder, ni con burocracia, no se debe explotar políticamente el tema de la corrupción, dijo Carlos Sabino.

En el mundo, en el derecho penal hay una moda llamada el derecho penal del enemigo que no es para delincuentes ordinarios, esa idea de Gunther Jacobs influyó en la CICIG, dijo Ricardo Rojas.

Con la CICIG hubo pánico con respecto a la falta de seguridad jurídica…La administración de justicia da miedo, se ha politizado, aquí y en todo el mundo…La CICIG no sustituyó al MP, sino que lo manejó, creó juzgados ad hoc, puso a su gente. Hubo testigos falsos y chantaje en procesos de la CICIG, dijo Carlos Sabino.

El problema es la arbitrariedad del poder. Una vez se violan las reglas del debido proceso, todo es posible e incluso se puede condenar personas apretando testigos, y hasta sin pruebas, dijo Ricardo Rojas.

La CICIG se contaminó y no pudo salir del juego local y optó por ciertas salidas políticas, hubo errores de cálculo creyó que la gente los apoyaba en sus planes para el país, le apostaron todo a Velásquez, dijo Carlos Sabino.

No escribí para atacar a la CICIG; compren el libro, léanlo hasta el final y saquen sus propias conclusiones, dijo Carlos Sabino.

Columna publicada en elPeriódico.


20
Ene 23

Oportunidad de oro para conocer a la CICIG

 

Por el caso de los convenios de colaboración suscritos con la empresa brasileña Odebrecht, la FECI anunció que podría llevar a la justicia a Iván Velásquez, ex jefe de la CICIG, y actual ministro de la Defensa de Gustavo Petro, en Colombia. En ese contexto, tanto Petro, como Alejandro Giammattei bajaron los canastos y se enseñaron los dientes.  Es una ocasión de oro para leer La CICIG: ¿experimento, o conspiración?, por Carlos Sabino.

Según el actual jefe de la FECI, Velásquez debería responder por sus actos ilegales, arbitrarios y abusivos al frente de la CICIG y podría haber sido parte de una estructura criminal relacionada con el caso Odebrecth.

El de Odebrecth es uno de los casos de corrupción más grandes en América Latina, a lo largo de más de 30 años. La foto la tomé de Facebook.

¿Qué es el caso Odebrecth?

El caso Odebrecht es uno de los casos de corrupción más grandes en la historia reciente de América Latina, a lo largo de más de 30 años.  Está basado en una investigación del Departamento de Justicia de los EE. UU junto con 10 países de Hispanoamérica y aquella constructora brasileña.  El caso Odebrecht en Guatemala se remonta al 2012, cuando el Ministerio de Comunicaciones le otorgó a dicha empresa el negocio de la ampliación de la carretera que va desde Escuintla hasta la ciudad Tecun Umán en la frontera con México…y Odebrecht no cumplió habiendo recibido pagos por US$ 218 millones.  Guatemala acordó un arreglo mediocre con muy mal olor.

Hubo cuestiones rarísimas como que a los ejecutivos brasileños no se les capturó cuando estuvieron en Guatemala y se les dejó huir a su país para que, luego, las negociaciones se realizaran en Brasil.  Guatemala no asistió a la reunión de fiscales en la que los países afectados por las estafas de Odebrecht acordaron reparaciones.  La Procuraduría General de la Nación, representante del estado, fue marginada (por la CICIG y la FECI, de Velásquez) de las negociaciones en las que se pactó una reparación estimada como baja en comparación con las que recibieron otros países donde la constructora fue obligada a terminar las obras y a pagar multas.

Dicho lo anterior, y a la luz de los privilegios que le concede al jefe de la CICIG el acuerdo y mandato para el establecimiento de aquella todopoderosa comisión es casi seguro que no será posible llevar a Velásquez a los tribunales; pero, ¿es posible una investigación profunda que exponga el resultado de aquellos convenios? Si el comisionado goza de impunidad…perdón…de inmunidad…¿por lo menos es posible que los tributarios chapines conozcamos qué ocurrió de verdad?

No hay momento más oportuno que este para leer La CICIG: ¿experimento, o conspiración? obra en la que el historiador Carlos Sabino hace un valioso recuento histórico de los orígenes, desarrollo y resultados de aquella comisión.

Carlos Sabino y Yours Truly durante la presentación del libro en la librería Sophos. Haz clic en la foto para ver esa presentación.

En la primera parte del libro, Sabino lleva al lector por un camino que empieza en el fin del enfrentamiento armado interno y nos conduce por la mal recordada Minugua, el aborto de la CICIACS, y el engendro de la CICIG.  Explora el modus operandi de los tres comisionados de aquel órgano.  Expone casos paradigmáticos como el asesinato de Rodrigo Rosenberg, el caso Ríos Montt, la caída de Otto Pérez y el caso La Línea.  No te vas a aburrir leyendo detalles sobre estos y otros casos como el de la familia Bitkov, la muerte misteriosa de Pavel Centeno y los tratamientos especiales de los casos Oberbrecht y Transurbano.

La CICIG: ¿experimento, o conspiración? es una especie de vademécum para todo aquel que quiera entender a la Comisión que, durante los 12 años actuó en Guatemala, lo hizo con poderes formidables, sin tener que rendir cuentas -financieras, éticas, ni políticas- ni a los tributarios, ni a los electores chapines.

El autor hace un análisis de lo que ocurrió en términos políticos y judiciales con la CICIG, para luego contarnos cómo es que su imagen de incorruptible y justiciera se fue por el caño. La primera parte concluye con recomendaciones y meditaciones sobre como combatir la corrupción y a las mafias, y más importante, sobre las posibilidades reales que hay al respecto.  Sabino hace aquello con la maestría que lo caracteriza, no sólo como historiador, sino como sociólogo y como buen tlacuilo.

En idioma nahuatl, el tlacuilo es un escriba que no sólo tiene conocimientos profundos de la cultura, costumbres, política e historia, sino que tiente habilidades notables para relatar la historia.

Columna publicada en elPeriódico.


15
Nov 22

Acompañé a Sabino en presentación de su libro sobre CICIG

 

Carlos Sabino presentó su libro La CICIG: ¿experimento, o conspiración? Un recuento histórico de la Guatemala contemporánea en la librería Sophos y tuve a honra acompañarlo y presentarlo.

El autor, Carlos Sabino, y yours truly, durante la presentación de La Cicig: ¿Experimento, o conspiración? Haz clic en la foto para ver la presentación.

No ha sido agradable el tema porque es conflictivo dijo Carlos Sabino en el acto y añadió que el trabajo que hizo no fue el de denunciar, elogiar, ni cargar de adjetivos, sino el de tratar de despejar, de la parte emotiva, lo que pasó en Guatemala. Respeto al lector y quiero que el lector decida qué hay de experimento y qué hay de conspiración, explicó el autor.

Carlos Sabino se refirió a los antecedentes más remotos de la CICIG, habló sobre el rol del miedo y el de la ingenuidad, habló sobre el ejercicio del poder absoluto y sobre el hecho de que detrás de las actuaciones de los miembros de la comisión no había cuestiones personales, sino que había una coherencia de objetivos institucionales.

Una de mis frases favoritas de Carlos Sabino, durante este acto, fueron: Las revoluciones son grandes estallidos emocionales que destruyen sin saber qué se va a construir después.

No dejes de ver la charla de Sabino en este enlace.

A continuación las palabras que ofrecí para presentar al autor:

Cuando le comenté de la publicación de este libro a una amiga con la que suelo compartir noticias como esa, me dijo: Que bueno, ese es un libro muy necesario.

Coincido en que es necesario porque:

  1. En Guatemala hay un antes y un después de la CICIG.
  2. Porque es un tema complejo en el que por ver un árbol, podemos no ver el bosque.
  3. Porque es un tema que involucra dilemas y problemas éticos, jurídicos y políticos que están calientes.
  4. Porque es un tema conflictivo que demasiadas veces es abordado desde perspectivas sentimentales vehementes.
  5. Porque es atareado y difícil hacer lo que hizo Carlos Sabino.

¿Y quién mejor que Carlos Sabino para abordarlo?

Carlos Sabino no sólo es sociólogo e historiador, Carlos es un tlacuilo.  En idioma nahuatl, el tlacuilo es un escriba que no sólo tiene conocimientos profundos de la cultura, costumbres, política e historia, sino que tiente habilidades notables para relatar la historia.

Tomas cualquier libro de Carlos Sabino, empiezas a leerlo y no quieres parar; y cuando terminas, lamentas haber llegado al final.  Eso pasa con sus biografías de Jacobo Árbenz y Jorge Ubico, por ejemplo; o con su Guatemala, la historia silenciada y otros.

Como lector, con La CICIG: ¿experimento, o conspiración? te va a ocurrir lo mismo.  Vas a querer avanzar para conocer bien el ambiente en el que se cocinó la idea de una comisión internacional para arreglar Guatemala; vas a querer conocer los casos paradigmáticos y sus vericuetos; vas a querer saber ante quién era responsable la Comisión.  Como investigador, como periodista y como maestro vas a encontrar que cuando Carlos escribe que la burra es pinta, es porque tiene los pelos en la mano.

La cuestión es, sin embargo, ¿qué vamos a encontrar como ciudadanos?  ¿Qué vamos a encontrar como miembros de la polis? ¿Qué vamos a encontrar para aprender de aquella experiencia y si vamos a aprovechar lo aprendido?…tanto si somos tirios, como si somos troyanos.  Carlos y la Asociación de Amigos del País -que es su mecenas en esta obra- nos ofrecen la oportunidad de explorar un capítulo emocionante de la historia contemporánea guatemalteca.

¿Vamos a saber aprovecharla? ¿O la vamos a desperdiciar?


23
May 22

La indignante historia de Juana Alonzo

Juana Alonzo Santizo, Guatemalteca, retornó ayer a su país natal después después de pasar casi ocho años encarcelada de manera injusta en México, tras ser detenida cuando intentaba migrar a Estados Unidos.  Su historia me pareció muy conmovedora y creo que no debe pasar inadvertida.

Alonzo fue encarcelada en 2014 en México tras ser detenida cuando buscaba migrar a los Estados Unidos de América. Posteriormente, fue acusada de secuestro e ingresó a prisión.

Juana Alonzo Santizo. Foto de elPeriódico.

Según diversas fuentes, la detención de la migrante estuvo plagada con irregularidades, incluida la supuesta firma ilegal de documentos y la falta de un traductor ya que no hablaba español. Alonzo se encontraba en la prisión de  Tamaulipas. desde 2014 donde la Fiscalía local le notificó su libertad este sábado debido a que fue acusada de un delito que no cometió y del que fue sindicada injustamente, según la Presidencia mexicana.

El caso me recordó la película mexicana Presunto culpable, que te recomiendo que veas; y debería recordarnos que en las cárceles de México, Guatemala e Hispanoamérica hay muchísimas personas que se hallan presas injustamente por cualesquiera que sean los motivos.  Miles y miles de personas viven el infierno de la prisión por delitos que no cometieron, o por otros motivos injustos.

El caso me recordó los de aquellos guatemaltecos que fueron encarcelados, en prisión preventiva, una figura caprichosa e inexistente en la legislación penal guatemalteca y me recordó especialmente a aquellos que murieron mientras estaban presos preventivamente y se les negó la asistencia médica y psicológica que necesitaban. Jueces, fiscales y la nefasta CICIG fueron responsables de aquellas arbitrariedades. Me recordó los casos de aquellos que guardan prisión por venganza y por presiones políticas.

De ahí que sean tan importantes el respeto a las garantías procesales y al debido proceso.  Nadie debería tener que sufrir lo que sufrió Juana Alonzo, y nadie debería de padecer lo que padecen los presos injustamente, ni sus familias.


27
Sep 19

¿Aprenderemos del experimento de la CICIG?

El Congreso fiscalizará lo actuado por la CICIG; que fue un instrumento de política pública, autorizado por el Congreso con una gran cantidad de prerrogativas y privilegios. Como debería ocurrir con toda herramienta de política pública, lo correcto es que su gestión sea documentada y evaluada, no sólo de forma administrativa, sino jurídica, política y ética.

Ilustración tomada de Facebook.

Claro que interesan los resultados; pero también los métodos y los costos, no sólo financieros, sino de otra índole, incluso humanos.  Sobre todo, en cuanto a personas cuyos derechos hubieran sido violados por prácticas de la CICIG.

¡Por supuesto que la comisión del Congreso no debe involucrarse en los procedimientos judiciales en cuanto a definir si una persona es culpable, o no! Eso es propio de los jueces y no de los diputados; pero ¿por qué no podría evaluar el fenómeno de la prisión preventiva en cuanto a su generalización y plazos? De hecho, hay que hacer una reforma legislativa al tema, y qué mejor que hacerla con los pelos de la burra en la mano.  ¿Por qué no podría ser evaluado el fenómeno de la “prisión provisional” –que ni siquiera existe en la legislación–? En 12 años, ¿cambiaron los índices de percepción de la corrupción? ¿Hubo jueces presionados?

La CICIG fue un experimento de tales dimensiones que necesita ser entendido responsablemente a la luz de datos e información objetiva, que vayan más allá de las preferencias personales de tirios y troyanos; y que sean de acceso público. Entender la CICIG no es pegarle a un caballo muerto porque la CICIG es un fenómeno internacional (que incluso ha querido emular El Salvador), ¿por qué es que la comunidad internacional no querría contar con la mayor cantidad de información posible para aprender, comparar y contrastar?

Finalmente, la función más importante del Congreso no es legislar, sino fiscalizar; y aquel órgano tiene como función constitucional nombrar comisiones de investigación en asuntos específicos de la administración pública, que planteen problemas de interés nacional; y, finalmente, me da confianza que Luis Pedro Álvarez integre esa comisión.

Columna publicada en elPeriódico.


21
Ago 19

¡Adiós, CICIG, adios!

A sólo 14 días de la finalización de aquel experimento llamado Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, su jefe presentó su informe de cierre…en vídeo. Los funcionarios y corifeos de aquella comisión hubieran querido que su despedida fuera algo así como triunfal; pero da la impresión de que tuvo ese tufillo de alábate pato,que mañana te mato, propio de burócratas y oenegeros aplaudiéndose unos a otros.

La foto es de Facebook.

El acto se salvó porque familiares y amigos de víctimas de las malas prácticas de la CICIG se hicieron presentes y -valientemente- les reclamaron a los funcionarios por violar las garantías del debido proceso y la presunción de inocencia, o por presecusiones injustas, cuando no por la desidia y la irresponsabilidad que terminó con vidas humanas.

En fin…luego de la propaganda y de las loas, madrigales y elegías que se dedicaron unos a otros (entre la CICIG y sus fans), si te interesa tener una mejor perspectiva de lo que significó el mandato de aquella Comisión, te recomiendo tres lecturas:

CICIG y el imperio de la ley.

Francisco Valdés Paiz: en nuestro caso se cometió doble impunidad.

Carta abierta de Max Quirín a la CICIG.

O, tal vez, quieras leer una lista de chambonadas de la CICIG que fui recopilando durante algún tiempo:

Testigos obligados a mentir

Otra chorrada de la CICIG

Otro tiro por la culata para la CICIG

Mario Estrada y otra chambonada de la CICIG

La increíble y  triste historia de los fracasos de la CICIG.

Otro fiasco de la CICIG

Otro pedo inflado de la CICIG y el MP

La CICIG, como Saturno, se come a sus hijos

La CICIG otra vez en la picota

La mulada, la CICIG

Los fracasos de la CICIG y la crisis de los tributarios

¿Otra vez la chorreó la CICIG?

La CICIG y Thalia

Otra vez, y otra vez, la CICIG en entredicho

Otra vez la CICIG cuestinada, esta vez por adopciones

Las cuitas de la CICIG


27
Jun 19

¡Otro desatino del TSE contra la libertad de expresión!

Quienes han gritado fraude sin tener pruebas serán denunciados en lo penal, advirtió el Vocal III del Tribunal Supremo Electoral; ¡Y que vocación totalitaria tiene esa gente! ¡Que gusto por la mordaza!

La foto es de elPeriódico.

Me cuento entre los que sospechan que lo que ha habido en este proceso electoral es ineptitudes y chambonadas en cantidades industriales; sin descontar que desde el inicio del proceso hubo una manipulación institucional y legislativa grosera e intencional para favorecer a la candidata consentida: Sandra Torres.  Y sostengo que eso que se conoce como fraude, no hubo. Los chapines nos dejamos dar atol con el dedo por parte de la CICIG y de los otros patrocinadores de la legislación electoral -en inglés- es lo que ocurrió. Y el atol nos lo tragamos a pesar de las advertencias que hicimos muchos a tiempo.

Dicho lo anterior, no está de más recordarle al Vocal y a sus colegas integrantes del TSE, que según el artículo 35 de la Constitución es libre la emisión del pensamiento por cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa. Este derecho constitucional no podrá ser restringido por ley o disposición gubernamental alguna; y que no constituyen delito o falta las publicaciones que contengan denuncias, críticas o imputaciones contra funcionarios o empleados públicos por actos efectuados en el ejercicio de sus cargos.

La desesperación es mala consejera…y algunos asesores, también; y va a ser de película si se atreven a hacer la primera detención.

Tal vez los señores magistrados deberían leer El principito: La autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables. Si yo ordenara a un general convertirse en ave marina, y si el general no obedeciera, no sería la culpa del general. Sería mi culpa. El monarca sólo ordenaba puestas de Sol, a la hora de la puesta del Sol.