Biden y los perdones anticipados

 

Hace años, mis amigos Bob (gringo) y Steve (británico) estaban discutiendo sobre el rol de sus países en Hispanoamérica y en el mundo mientras yo atendía un bar. En un momento, Bob le dijo a Steve: ¡Ustedes han saqueado los países en donde han tenido colonias!, a lo que Steve contestó: Pero por lo menos no lo hacíamos fingiendo que los estábamos salvando.

Cuento esta historia porque los Estados Unidos de América fue uno de los principales promotores de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, bien encaramado en un high horse. Y, ¿qué vemos ahora, al final del período presidencial de Joe Biden? Impunidad de lo más descarada para su familia y para otros personajes nefastos. ¿Te acuerdas de que ya había perdonado a su hijo Hunter en diciembre pasado?

¿De qué había que perdonar anticipadamente a James B. Biden, Sara Jones Biden, Valerie Biden Owens, John T. Owens y Francis W. Biden? ¿De qué había que perdonar anticipadamente a Anthony S. Fauci? ¿Cómo es que decía Thelma Aldana en Guatemala? ¡El que nada debe, nada teme! Por otro lado, ¿uno necesita perdón si no ha hecho nada malo? ¿Qué hizo Mark Milley para tener necesidad de un perdón anticipado? ¿Ya no se podrá investigar a Liz Cheney y a los del comité de investigación del 6 de enero?

Alguien dirá que el perdón anticipado es para evitar procesos maliciosos; pero, ¿cómo se vería desde Washington D. C., desde Madrid, desde Berlín y desde otras capitales si un expresidente chapín perdonara a su familia y a aliados políticos antes de abandonar la presidencia? ¿Cómo se vería eso desde The Washington Post y desde The New York Times?

El caso de Fauci es especialmente ominoso porque, ¿se puede perdonar a alguien por crímenes contra la humanidad? ¿Ya no se podrá investigar a Fauci por manipulación de virus?

Al respecto, mi cuate Phil Magness escribió: Un indulto general preventivo por delitos no especificados por parte de Fauci excede la autoridad contemplada del poder de indulto presidencial según la constitución, y debería ser desestimado sumariamente si surge evidencia de un comportamiento criminal específico. Y Robbie Soave anotó: Que Biden perdone a Fauci es absolutamente espantoso. Necesitamos saber cómo se originó el covid y si la investigación sobre la ganancia de función jugó algún papel. Fauci fue el principal defensor público de la financiación de dicha investigación y está acusado de manera creíble de engañar al Congreso al respecto. Desde una perspectiva ciciguera, ¿Biden puso a su familia y aliados por encima de la ley? ¿Por qué hay tanta diferecia entre el número de indultados durante las administraciones demócratas y las republicanas? ¿Qué tienen en común las administraciones demócratas que necesitan tantos indultos? Mira la gráfica de abajo, compartida por Juan Ramón Rallo.

Los Estados Unidos de América, que Ayn Rand llamó el primer país moral en la historia del mundo, se merece algo mejor. No porque todos los actos de sus políticos sean morales (como fueron inmorales y canallas la erradicación de los indígenas y la segregación), por supuesto que no; sino porque es el único que fue fundado sobre principios morales. Porque fue el primer país que vio a las personas como individuos, y no como miembros de un colectivo.

La diferencia en los números es escandalosa.

A mi edad desconfío de los políticos; pero, por el bien de aquella gran nación y por el bien de Occidente, espero que allá, en el norte, haya un golpe de timón y que después de aquellos últimos actos ominosos de Biden en los EE. UU. se rechace el socialismo; se restaure la libertad de expresión; se expongan las mentiras de los medios tradicionales de comunicación; sea enterrada la ideología woke; se promueva el valor de la familia (no sólo de un tipo de familia); se detenga el lavado de cerebro en las escuelas; que el país no sea entregado a los chinos ni a los islamistas; y que los gringos no se avergüencen de su herencia.

Dicho lo anterior, vivimos tiempos fascinantes.

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