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El cotarro (¿o el gallinero?) está alborotado desde que ayer empezó a circular la información sobre los llamados The Panama Papers; una filtración (que no una investigación) acerca de cuentas y compañías offshore de dirigentes mundiales, políticos, dirigentes deportivos, deportistas, celebridades, delincuentes, empresaurios, empresarios, y…en fin…una fauna de los más variada.
Como hay criminales y otros delincuentes involucrados -como narcos, políticos y empresaurios corruptos, y otros-, y los datos fueron filtrados de forma indiscriminada sin distinguir el origen y los propósitos de las cuentas y compañías offshore, la gente sencilla tiende a confundirse y a pensar que todo el que tiene cuentas, o compañías en el exterior está involucrado en actividades delictivas. Pero tu, que eres un poco más leido, sabes que no.
Tu sabes, por ejemplo, que los llamados paraísos fiscales existen porque existen los infiernos fiscales. Sabes que muchas personas se ven en la necesidad de proteger sus ganancias legítimas y su propiedad contra la expoliación y la corrupción prevalecientes en sus países de origen. Sabes que hay personas que tienen la triste necesidad de mantener la privacidad extrema frente a las amenazas no sólo de redes criminales complejas, sino que muchas veces vinculadas a políticos en ejercicio del poder. Sabes que hay personas y empresas que -por el giro legal y legítimo de sus negocios- debe tener cuentas, o empresas en el extranjero.
Sabes, por ejemplo, que tener cuentas, o compañías offshore no es ilegal, ni debería serlo. Lo que sí es ilegal es usarlas para cometer delitos, o para esconder los frutos de delitos. Parece evidente, entonces, que dadas las premisas anteriores, no todas las personas que tienen cuentas, o compañías en el extranjero lo hacen por motivos criminales, y ni siquiera por motivos delincuenciales.
Hay un abismo moral entre aquellos que tienen cuentas y compañías offshore para protegerse de la expoliación, la corrupción, la extorsión y de actividades parecidas, o para facilitar sus negocios legítimos; y quienes las tienen como consecuencia de ejercer la expoliación, la corrupción, la extorsión, el narcotráfico, el tráfico de influencias, y otras actividades similares. ¡Para nada son lo mismo un emprendedor, un artista y un deportista que protegen su propiedad contra el saqueo; que un jefe de gobierno, un político y un empresaurio que ocultan el producto de la rapiña! Los primeros tienen la obligación moral de proteger su propiedad; mientras que los segundos son depredadores.
Es particularmente ominoso el hecho de que muchos de los que usan cuentas y compañías offshore para ocultar actos delincuenciales y fraudes -o sus frutos- son el mismo tipo de políticos (y cronies) que insisten en elevar impuestos, en mantener impuestos elevados, en controlar los negocios y el sistema financiero, y en someter a la política actividades que son propias del mercado. Los amigos de la legislación, los fans de los tributos, los entusiastas del intervencionismo y otros estatistas de buena fe deberían tomar nota de aquellas ironías groseras. ¡Hay 12 dirigentes nacionales entre los cientos de políticos, sus familias y socios de todo el mundo entre los usuarios de cuentas y compañías offshore para esconder fortunas malhabidas!
…y sin embargo uno puede empezar a oír el clamor: ¡Démosles más control y poder a los políticos y a sus funcionarios! Y si uno preguntara, ¿Por qué?, ¿Cuál crees que sería la respuesta honrada? Cándido (mientras come sus garbanzos en dulce) dice que la respuesta honrada es Porque las cuentas no son mías; pero humor aparte, mis cuates expertos ven otras posibilidades detrás de The Panama Papers: Una represalia contra Putin por su negativa en cuanto a firmar un acuerdo para no vender armas nucleares; y la búsqueda de la eliminación del secreto* bancario en el contexto de la guerra perdida contra las drogas y la obsesión con elevar la recaudación tributaria.
Mientras tanto una investigación de verdad, con respecto a The Panama Papers, debería distinguir entre el grano y la paja, no debería criminalizar a las cuentas y compañías offshore, ni a quienes las usan por motivos legítimos; y debería exponer a quienes las usan para objetivos criminales.
Si te interesa este tema, el artículo The 8 Most Important Things to Read to Understand the Panama Papers Document Leak te va a ser muy útil.
*¿Notaste que la palabra secreto está en itálicas? Esto es porque el secreto bancario, como secreto propiamente dicho -en Guatemala- fue eliminado en 2001. Ahora los políticos y funcionarios pueden exigirle tu información a un banco por medio de un juez; pero…¿te das cuenta? No es lo mismo que para conseguir la información los políticos y funcionarios tengan que pasar por un juez a que puedan hacerlo directamente desde el Ejecutivo, por ejemplo. Hay muchísimas más posibilidades de abuso sin la intervención del juez; y hay muchísima más concentración del poder sin la intervención del organismo judicial.