La presentación de la danza precolombina del palo volador está en riesgo debido a la escasez de árboles de más de 50 metros de altura en bosques comunitarios. Este hecho, culturalmente triste, pone expone una realidad que hay que reconocer: el sistema actual de protección de bosques no está funcionando y la clave está en la palabra comunitario. Lo que es de todos no es de nadie y por eso es que la gente derriba los árboles que son de todos para convertirlos en ocote.
En el fondo, reconozcámoslo, entre la tragedia de los comunes y la pobreza (que obliga a la gente a usar ocote), las malas políticas económicas están acabando no sólo con los árboles y las aguas (ese tema lo podemos discutir luego), sino con la riqueza cultural las gentes de este país.
Yo nunca he visto un palo volador de verdad; y por compromisos de trabajo no lo veré este año. ¿Lo veré el año entrante? No se. Una vez vi uno de metal en el Distrito Federal de México; pero no es lo mismo. En los años 70 y no recuerdo en qué contexto se puso un palo volador allá por donde está la estatua de Tecún Uman al lado del zoológico La Aurora. Se lo usó y ahí estuvo por años. Lo veía todos los días porque por ahí pasaba el bus de mi colegio y siempre me llamaba la atención. Me impresionaba lo alto que era y me imaginaba a los voladores bajando de él porque mi padre me había explicado para qué servía. También me llamaba la atención el hecho de que, durante todo el tiempo que estuvo ahí enhiesto, siempre tuvo una lata en su extremo superior.
En fin. En Cubulco este año usarán el palo de 2012 con la esperanza de que la humedad no haya dañado la base. Y yo espero que no haya un accidente. Y espero poder ver el palo volador el año entrante.
El de la foto es el palo volador que vi en el D.F.