Veintiséis atentados, cuyo fin ha sido mortal, 27 amenazas contra políticos y otras personas relacionadas con el proceso electoral, más 8 allanamientos a las sedes de partidos políticos, es la cuenta de actos delincuenciales relacionados con aquel proceso, según un monitoreo de la Procuraduría de los Derechos Humanos, del 14 de enero de 2011 a la fecha.
En San José Pinula, municipio vecino a la ciudad de Guatemala, -¡y en menos de una semana!- dos candidatos a alcalde fueron asesinados. La primera víctima fue Augusto Ovalle, candidato del Partido Unionista (del alcalde capitalino Alvaro Arzú); y la segunda fue Carlos Enrique Dardón, candidato del partido Compromiso, Renovación y Orden (del rector Eduardo Suger). Ambos asesinados tenían en común que eran novatos en la política; y que antes de ello estaban dedicados a sus vidas empresarial y profesional, respectivamente.
Da la impresión de que eran gente buena, que aceptaron el reto de incursionar en política partidista para hacer la diferencia. Decisión que yo admiro y respeto. Pero…¿y ahora? ¿Qué mensaje recibe la gente buena y decente con respecto a la participación política partidista?
Llegué a la mayoría de edad a principios de los años 80 cuando era muy, pero muy mal visto y peligroso participar en política partidista ya que la guerra de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca estaba en pleno apogeo. Y yo participaba a espaldas de mis padres. Más adelante, poco a poco, mucha gente bien y mucha gente jóven empezó a involucrarse; pero yo ya había decidido que no era lo mío. Yo prefería el mundo de las ideas, al arte de lo posible. La cosa es que, durante algún tiempo, empezó a ser menos mal vista la participación de la gente decente en política.
Con todo y todo, esa práctica sana no ha llegado a cuajar del todo en la sociedad chapina; y el hecho de que una sucesión de gobiernos irresponsables haya abdicado a la obligación que tienen de proveer seguridad y justicia, sólo ha empeorado el ambiente.
Veintiseis candidatos asesinados, y dos de ellos en una misma circunscripción municipal son las consecuencias tempranas de un deterioro que hemos consentido y cuyos efectos ya podemos atisbar.
Tu, ¿qué crees?