¿Guatemala es la feria de los subsidios, o qué fregados? Sólo ayer me enteré de que una diputada pretende otorgarles el privilegio de un subsidio a los pescadores durante la época de veda; grupos de diputados pretenden otorgar el privilegio de un subsidio a…¿todos, o a algunos consumidores de combustibles fósiles y gas propano? Me enteré de que un grupo de diputadas pretende otorgar el privilegio de un subsidio a…¿todas, o a algunas consumidoras de compresas, tampones y otros productos para la menstruación?. ¿Qué otros grupos de interés están haciendo cola en el Congreso para ordeñar a los tributarios en su beneficio particular?
Los subsidios son privilegios porque los políticos estatistas que los otorgan toman el dinero de todos los tributarios para repartirlo entre cierta clientela. Esa clientela no tendría acceso a aquellos recursos si no tuvieran la influencia necesarios para conseguir el apoyo legislativo, y sin el poder coactivo y arbitrario de un grupo de políticos. La práctica de repartir privilegios de aquella forma se llama clientelismo; y el clientelismo es la tendencia a favorecer a determinadas personas, organizaciones o grupos de interés para conseguir su apoyo político.
Aparte del daño moral que hace la multiplicación de privilegios, esa práctica destruye el principio de igualdad de todos ante la ley y fortalece el concepto de política como mercado de privilegios. Crea incentivos perversos y perjudica la asignación económica de recursos. Contamina el cálculo económico. Los subsidios suelen tener consecuencias no intencionadas, como llenar los bolsillos de actores mercantilistas. Los subsidios tienen apariencia de ser benevolentes; pero en realidad son malignos porque son pagados con los impuestos que les quitan a todos los tributarios (incluidos los mismos privilegiados), son pagados con impuestos, y/o son pagados con inflación. Son, como se dice en mi pueblo, pan para hoy y hambre para mañana.