Le pregunté a un grupo de jóvenes si se habían dado cuenta de que todo está caro; y me contaron anécdotas personales y familiares acerca del alza en los precios. Los más chispudos entre ellos comentaron que esa alza de precios no es la inflación, sino un efecto de la inflación; porque lo que se infla es la cantidad de dinero que hay en el mercado. Luego les conté que el índice de precios al consumidor anda por 9.7%, pero que se puede poner peor porque en tiempos de Vinicio Cerezo superó el 40% anual.
La inflación es empobrecedora. Le roba valor a los sueldos que recibe la gente, destruye los ahorros y el valor de las pensiones y corroe las posibilidades de formación de capital y por lo tanto hace estragos en la productividad. Mina la confianza y la estabilidad. De ahí que es genial que Ricardo Rojas -ex juez penal argentino- haya escrito el libro titulado La inflación como delito.
¿Quiénes son los únicos que pueden inflar la cantidad de dinero que hay en el mercado? Los políticos y funcionarios que dirigen la política monetaria desde el último piso del Banco de Guatemala ya que son los únicos que pueden ordenar la impresión de más dinero. ¿Ya te diste cuenta de que últimamente, cuando vas al banco te dan muchos billetes nuevos? ¡Esos son billetes inflacionarios!, emitidos para sufragar los gastos de los políticos y burócratas por medio de presupuestos deliberadamente desbalanceados. No es casualidad, es causalidad.
En su libro, Ricardo explica el dinero, su origen y evolución; la relación que hay entre el dinero y los precios; la naturaleza de la inflación; la relación entre la inflación y el crédito; la responsabilidad de los políticos y burócratas por la inflación y como eliminar esta última; la naturaleza de la responsabilidad de los políticos y burócratas del gobierno por sus actos; y explica por qué hay que sancionar penalmente a los políticos y burócratas que producen la inflación. Al final explica la necesidad de crear un nuevo tipo penal en esa dirección; y hace una propuesta concreta.
Si eres abogado, economista, político, funcionario, juez, fiscal, profesor, estudiante, y si tu familia depende de tus ingresos, deberías leer este libro que está escrito de forma didáctica y sencilla; pero contundente.
Claro que el camino para crear aquel nuevo tipo penal no va a ser fácil porque los políticos y burócratas no van a renunciar a sus facultades inflacionarias sólo porque sí. A Juan de Mariana, el corruptísimo duque de Lerma y Felipe III no lo metieron preso por decir que el pueblo tenía derecho a matar al tirano; sino por cuestionar las facultades inflacionarias del Rey.
Hace falta una ola arrasadora de opinión pública y de ahí que es importante que tú -como elector, mandante y tributario- te enteres de que hay inflación porque los que tienen el poder de emitir moneda lo hacen en exceso y con ello cercenan tu propiedad de forma perversa, dañan la administración pública y minan la fe pública. Por ello, deberían ser responsables penalmente y el principal interesado en que eso ocurra deberías ser tu, que es el que paga las cuentas…a sabiendas, o engañado.
Columna publicada en elPeriódico.
Sobre este tema recién escribí tres artículos: