02
Nov 09

La educación privada es buena para los pobres

¿Por qué será que muchos padres de familia guatemaltecos prefieren mandar a sus hijos a pequeños colegios de barrio, antes que mandarlos a una escuela estatal? ¿Por qué será que esos padres prefieren -si pueden- pagar entre Q200 y Q350 mensuales, antes que aprovechar la educación estatal gratuita?


El hecho es que, aunque en muchos de aquellos establecimientos hay hacinamiento y otras condiciones poco pedagógicas, los padres de familia les tienen más confianza a los colegios de garage, que a las escuelas del estado.

¿Sorpresa? No; de ninguna manera.

En la investigación titulada La educación privada es buena para los pobres: un estudio sobre las escuelas privadas atendiendo a los pobres en los países de bajos ingresos, James Tooley y Pauline Dixon muestran que los colegios privados pueden satisfacer las necesidades educativas de la población de menos recursos. Entre 2003 y 2005 trabajaron en Ghana, Nigeria, Kenya e India donde compararon el rendimiento académico de los alumnos según muestras aleatorias de escuelas privadas y estatales, así como los recursos financieros disponibles en ambos tipos de establecimientos.

Usando evidencia de un estudio realizado durante dos años en India, Ghana, Nigeria, y Kenia, Tooley y Dixon derriban presunciones popularmente sostenidas de que las escuelas privadas en los barrios pobres son educacionalmente inadecuadas en comparación a sus contrapartes estatales. Los puntajes crudos de los exámenes de desempeño académico muestran un aprendizaje considerablemente más alto en las escuelas privadas que en las estatales.

La satisfacción con los profesores y la asistencia a clases por parte de los estudiantes es mucho mayor en las escuelas privadas para los pobres que en las escuelas públicas y en las anteriores esto se obtiene a un costo mucho menor. Los autores muestran que una gran mayoría de los niños pobres que atienden a escuela están registrados en escuelas privadas y ellos proveen algo de evidencia de que la educación gratis primaria desplaza a las escuelas privadas pero no aumenta el registro total de estudiantes.


10
May 07

Carta de una lectora

De la lectora Ana Luisa Alvizurez he recibido la siguiente nota:

El día sábado 21 de abril del año que corre, redactó un artículo en Prensa Libre titulado “Los pobres ¡al colegio!” del quisiera hacer algunos comentarios, lamentando mucho que ya haya pasado algún tiempo pero siempre es bueno comentar el tema.

No soy partidaria al cien por cien de la privatización de la educación, pero acepto los grandes errores y horrores que se han cometido en la educación pública y que como cualquier otra institución pública da lugar a la corrupción y la generación de sindicatos “mal intencionados o desvirtuados”, con gente que busca únicamente sus propios beneficios.

El estudio realizado por Pauline Dixon y James Tooley es muy acercado y valedero y sería muy productivo aplicarlo en nuestro país; aunque a decir verdad sin necesidad de un estudio es fácilmente deducible que la educación Privada tiene un alto grado de competitividad y mejor preparación que la educación pública por varias razones, entre las cuales está la exigencia de mantener un rango de alumnos en la institución lo que permite generar la competitividad y la preparación, en primer lugar de los docente y luego el trabajo con los alumnos.

Su comentario final reza de la siguiente manera: “Para la privilegiada dirigencia sindical chapina, igual que para miles y miles de personal alrededor del mundo, los colegios privados son la mejor opción. ¿Por qué? Pues, porque quiere lo mejor para sus hijos y es evidente que lo mejor no está en las escuelas estatales…”

Como ya mencioné es evidente que la educación privada es una razonable opción, aunque quiero que se considere que así como hay muy buenas y excelentes instituciones privadas, así las hay también “de garage” (por la pobre infraestructura y calidad educativa que imparte). También así como hay instituciones públicas en deplorable condición también las hay con un alto nivel competitivo mejor que instituciones privadas.

¿Entonces cuál es la diferencia? UNA CABEZA QUE DIRIJA ORDENADA Y
RAZONABLEMENTE A LA INSTITUCIÓN SEA PUBLICA O PRIVADA. Y ESA CABEZA (DIRECTOR, COORDINADOR O SUPERVISOR) DIRIGIRÁ E IMPREGNARA EN SU PERSONAL EL CARISMA Y LA FILOSOFÍA A SEGUIR PARA FORMAR ALUMNOS Y ALUMNAS ALTAMENTE COMPETITIVOS.

Todo padre de familia está en la total libertad de elegir dónde quiere que estudien sus hijos. ¿Y por qué libertad? Bien lo menciona Jean Bastiat en su libro “La Ley”: La solución del problema social es la libertad y la correcta aplicación de la ley.

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Pues yo estoy de acuerdo con Bastiat; pero hay que recordar que la palabra ley, en su obra, no es cualquier cosa que emana del legislativo, sino que debe cumplir con las características de ser general, abstracta e impersonal. Por otro lado, yo, sinceramente, creo que el problema no es de personas, sino del sistema, de las leyes. Una persona buena, en un sistema corrupto, por muy carismática y filosófica que sea, igual va a fracasar. Puesto en otras palabras: el problema no es el piloto, sino el pichirilo. Saludos.


21
Abr 07

Los pobres ¡al colegio!

Que el hijo del más alto dirigente de los maestros-burócratas chapines, estudiara en !tres colegios privados! no me sorprendió. Y ya va a ver usted por qué.

A finales de los años 80, ¿dónde cree usted que estudiaban los retoños de varios dirigentes guerrilleros? No en la universidad cuyas paredes estaban llenas de pintas del Ché Guevara y de hoces y martillos; sino que en una universidad privada y de origen religioso. Se los cuento como lo vi.

Por eso es que no me pareció una inconsistencia particularmente rara que el hijo del enemigo número uno de la educación privada, y defensor número uno de la educación estatal, estudie en colegios privados. Es más, ¿cuántos altos dirigentes populares toman decisiones parecidas para sus vástagos? Y, ¿por qué?

Inconsistencias aparte, hay motivos de fondo para que aquello ocurra: normalmente la gente quiere lo mejor para sus hijos; y por eso es que a la primera oportunidad, los padres buscan las mejores opciones de educación para sus herederos.

Usted no ve que, en condiciones normales, un padre saque a sus hijos de un colegio privado y lo pase a una escuela pública. Aquí, y en la Cochinchina, lo que ocurre es al revés.

Pauline Dixon y James Tooley realizaron un estudio sobre las escuelas privadas para los pobres en países de ingresos bajos. El estudio se llama La educación privada es beneficiosa para los pobres; y está disponible en el Centro de Estudios Económico-Sociales.

Dixon y Tooley descubrieron que en India, Ghana, Nigeria y Kenya los colegios privados son una solución importante –aunque subterránea– para satisfacer las necesidades educacionales de los pobres. A las autoridades no les gusta y uno puede suponer que a los sindicatos de maestros-burócratas tampoco; pero, qué importa eso si los estudiantes y sus padres están satisfechos con los resultados.

En los barrios marginales de Hyderabad, India, de las 918 escuelas encontradas, sólo 35% eran públicas. En total, el 65 por ciento de los estudiantes en aquellas áreas de bajos ingresos asistían a escuelas privadas.

Hay que admitir, claro, que muchos de aquellos planteles privados no son ni siquiera colegios de garage y que aún así son relativamente caros; empero, con todo y sus limitaciones, son preferidos a las escuelas gratuitas que ofrece el gobierno.

En tres distritos de Lagos, Nigeria, sólo 34% de las escuelas eran públicas y 75% de los estudiantes asistían a colegios privados.

Si uno va al Centro Histórico de Guatemala, a muchos barrios y colonias, y a muchos departamentos del país, seguramente encontrará docenas de colegios privados que no son la gran cosa; pero, aún así, los padres prefieren que sus hijos estudien ahí. Con todo y las posibles carencias del sector privado, como en India, o en Nigeria, los padres guatemaltecos –aunque sean sindicalistas y revolucionarios– no eligen que sus hijos estudien en el sector público. Prefieren que sus hijos estudien en el sector privado.

Aquello no es casualidad, Dixon y Tooley encontraron que las evaluaciones realizadas a los estudiantes mostraron logros mucho más elevados en los colegios privados, que en las escuelas públicas. En Hyderabad, por ejemplo, los puntajes promedios en matemáticas fueron aproximadamente 22 y 23 puntos porcentuales más en los colegios privados e informales, que en las escuelas estatales. ¡No es cuestión de status!, por imperfectos que sean los resultados en los planteles privados, son mejores que los de los planteles estatales.

Para la privilegiada dirigencia sindical chapina, igual que para miles y miles de personas alrededor del mundo, los colegios privados son la mejor opción. ¿Por qué? Pues porque quieren lo mejor para sus hijos y es evidente que lo mejor no está en las escuelas estatales. Como dicen Dixon y Tooley: la existencia de colegios privados y su contribución a la educación para todos son motivos de celebración.

Publicada en Prensa Libre el sábado 21 de abril de 2007