18
Feb 14

Llamado de “El periódico”: Si nos callan como individuos…

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En su última página de hoy, El periódico hace un llamado: El gobierno nos quiere callar y podemos impedirlo con tu ayuda.  A través de presiones políticas está coaccionando a muchas empresas para que no se anuncien en este medio. Unámomnos como ciudadanos libres que somos porque necesitamos el apoyo de 6 mil padrinos que den Q1,000 cada uno para salvar nuestro derecho a expresar opiniones sin censura.

Deposite a las cuentas 30-2003862-1 de BAM

006-016500-1 de Banco Industrial

24-0225921-6 de G&T Continental

A nombre de Aldea Global S.A. Será manejado anónimamente.

Para más información, llame al 2427-2333.  Llamé para averiguar si se puede donar menos, o si se puede donar por cuotas y me dijeron que sí, que muchas gracias.

Comparto el anuncio, con ustedes, no sólo porque soy columnista de ese diario, al que aprecio; sino porque la lucha por la libertd de expresión y contra los abusos de poder es una lucha de todos.

¿Sábes? Me acordé de algo que -durante el nacional-socialismo- escribó Martin Niemöller:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era  comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

La lucha por la libertad de expresión y contra los abusos del poder es de todos.


14
Feb 14

Guatemala: en picada la libertad de Prensa

Agresiones físicas contra periodistas y los asesinatos de cuatro personas dedicadas a esa profesión, son algunos de los motivos por los que el informe Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2014, mostró una caída vertiginosa de la libertad de Prensa en Guatemala: ¡29 puestos con relación al año anterior!

Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras, les dirigió  un documento a los pipoldermos, en el cual expone el impacto negativo y lo sobredimensionado de los ataques contra el presidente de El Periódico, Jose Rubén Zamora por parte de la Administración.

La clasificación realizada por RSF mide el nivel de libertad de información en 180 países.

Esto es triste porque en los últimos 25 ó 30 años en Guatemala ha habido bastante libertad de expresión -que no sólo de Prensa- y eso ha permitido un diálogo permanente y abierto (auque a veces suba de tono) a lo largo y lo ancho de esta sociedad.  En momentos en los que la incipiente república y el incipiente estado de derecho han estado amenazados (seriamente amenazados) la Prensa ha jugado un papel importante para evitar el deterioro y hasta para revertirlo.  En años muy recientes, las redes sociales han empoderado a miles de ciudadanos y la libertad de expresión se ha extendido.  ¡Mucho habían tardado, los grupos de interés y de poder, en darse cuenta de aquello e iniciar procesos de amordazamiento!.

Hace sólo unos días, mi cuata Cristiane Schmidt -de Brasil- estuvo en Guatemala y en esta conversación nos cuenta la importancia de la libertad de Prensa para evitar el deterioro de una sociedad y de un país.


10
Ene 14

Otro “oso” de los “pipoldermos”

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Es difícil tenerles respeto a los pipoldermos; no solo porque casi todos los días los diarios exponen la forma irresponsable y criminal en la que desperdician el dinero que toman de los tributarios, sino porque al estilo de Maduro, Correa, Kirchner, Morales y Ortega se han embarcado en una cruzada para acabar con la libertad de expresión.

Mal asesorados y testarudos hasta el ridículo, los pipoldermos con ínfulas totalitarias acusaron a Jose Rubén Zamora de incurrir en el delito de desacato a los presidentes de los organismos del Estado, figura decimonónica que fue derogada en 2006 por medio de una sentencia de la Corte de Constitucionalidad. En ese contexto y acertadamente, la CIDH advirtió que la amenaza de responsabilidad penal por deshonrar la reputación de un funcionario público, inclusive como expresión de un juicio de valor o una opinión, puede utilizarse como método para suprimir la crítica y los adversarios políticos. Asimismo, dicha Comisión señaló que las personalidades políticas y públicas deben estar más expuestas –y no menos expuestas– al escrutinio y la crítica del público. Dado que estas personas están en el centro del debate público y se exponen a sabiendas al escrutinio de la ciudadanía, deben demostrar mayor tolerancia a la crítica.

El sueño húmedo de todo pipoldermo –del color que sea–, es que nadie lo critique y que los súbditos (que no ciudadanos) le teman y lo traten como se trataba a los dictadores en El señor presidenteEl otoño del patriarca, o La fiesta del chivo. Empero, el respeto no se gana por medio del miedo, y está clarísimo que, en una república sana, en pleno siglo XXI, la libertad de expresión (como derecho que es) prevalece sobre cualquier pretendido privilegio que quisiera arrogarse un político, o un funcionario de turno.

¿Qué clase de empleados serviles, o ineptos asesoran a los pipoldermos? ¿Qué tinterillos les aconsejaron lo del desacato? ¡Es tanta la necedad de acabar con la libertad de expresión que estuvieron dispuestos a echarse un oso que a ningún estudiante de Derecho Penal I se le hubiera pasado! ¿Es tanta la ineptitud, o tanta la arrogancia?

Columna publicada en El periódico.  La caricatura es por Fo, de Prensa Libre, y es muy divertido que el personaje se llama Pierre Nodoyuna.


29
Dic 13

Ante los atentados contra la libertad de expresión

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La junta directiva de la asociación de ex diputados constituyentes publicó un comunicado muy oportuno ante los atentados contra la libre emisión del pensamiento.  En el mismo expresaron su preocupación y alarma ante el servilismo de algunos miembros del Organismo Judicial, especialmente en acciones contra los ciudadanos José Rubén Zamora y Mario David García, así como contra el diario El Periódico y el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras.

Recuerdan, los exconstituyentes, que la función de la Procuraduría de los Derechos Humanos es la de defender a los ciudadanos contra los abusos de los funcionarios del estado y que la crítica hacia esos funcionarios no es delito.

El documento advierte contra el debilitamiento de las instituciones.


30
Ago 13

Por la libertad de expresión II

Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento, y muera quien no piense como yo, escribió Voltaire (como ironía); y pareciera ser que esa es la consigna del Procurador de los Derechos Humanos… y la de su clientela.

¿Cuál es la evidencia para aquella afirmación? El hecho de que el PDH condenara a Ricardo Méndez-Ruiz por sus expresiones sobre el pasado guerrillero de muchos miembros de Organizaciones no gubernamentales que medran alrededor del tema de los derechos humanos. El Procurador cree que puede condenar moralmente a Méndez-Ruiz (como podría condenar a cualquier otro ciudadano que no estuviera de acuerdo con él), porque supone que las perspectivas que expone el ciudadano señalado criminalizan las actividades de muchos oenegeros durante el enfrentamiento armado interno.

El hecho, sin embargo, es que la guerrilla organizaba y ejecutaba actos como secuestros; y no hay necesidad alguna de criminalizar el secuestro, porque esa actividad ya está tipificada en el Código Penal. ¿Sabes qué otra cosa escribió Voltaire? A los muertos se les debe respeto, y a los vivos nada más que la verdad. La Historia de Guatemala está siendo escrita ahora mismo y –en busca de la verdad– los guatemaltecos tenemos derecho a escuchar todas las perspectivas posibles de lo que ocurrió durante los años en los que la guerrilla intentó establecer la dictadura del proletariado por la fuerza. Méndez-Ruiz, y otros ciudadanos como él, están abriendo ventanas para entender mejor lo que ocurrió entonces.

Alguien, en Facebook, escribió que no se debería señalar a los exguerrilleros por pecadillos que cometieron en los años setenta y ochenta. Perdonen, pero pecadillos cometen los acólitos que se toman el vino de consagrar en las sacristías. Los secuestros y otros delitos cometidos por exguerrilleros (y ahora oenegeros) no son pecadillos; y los guatemaltecos y la Historia tenemos derecho a conocer de aquellos actos y a saber quiénes los cometían. Aunque eso incomode a la clientela del Procurador.

La libertad de expresión está bajo asedio, no mediante la vieja censura, sino por medio de actos como la judicialización y la condena de las informaciones y opiniones inconvenientes.

Esta columna fue publicada en El periódico.


23
Ago 13

Por la libertad de expresión

Hasta hace poco, quienes más hacían uso de la libertad de expresión en público y con frecuencia eran los periodistas desde sus diarios, y sus estaciones de radio y televisión; por eso anda por ahí la creencia de que aquel derecho individual es un privilegio para periodistas.

Empero, la libertad de expresión es una manifestación de la libertad (a secas), uno de los indiscutibles derechos individuales reconocidos en toda sociedad civilizada para todos sus miembros sin distinción alguna. Por eso es que es cierto aquello de que quien defiende su derecho, lo defiende para todos los demás.

Aquella condición adquiere más importancia si tomamos en cuenta que la libertad y la tecnología empoderan como comunicadoras a todas las personas que quieran hacer uso de las numerosas posibilidades que hay (Facebook, YouTube y Twitter, para citar tres). Una persona cualquiera no necesita de un diario, una radio, o un canal de televisión para hacerse escuchar y para tener influencia; y por eso es que los que usufructuan el poder están aterrados.

Hasta hace poco era relativamente fácil que los dictadores del momento, o los aspirantes a dictadores, ejercieran sus facultades –legales o no– para censurar información y opiniones que perjudicaran sus intereses, o los de sus clientelas. Ahora es más difícil, porque la censura es generalmente mal vista en todas partes y porque, si un régimen quiere mantener las apariencias republicanas, no puede actuar de forma burda como se hacía antes. Pero, sobre todo, porque la tecnología ha descentralizado y desconcentrado las fuentes de información y de opiniones. Por eso es que los regímenes más hábiles acuden a recursos como la judicialización y la criminalización de las informaciones y opiniones inconvenientes.

Tu libertad de expresión está siendo asediada y muchas veces el asedio es sutil, pero otras es descarado y muy violento. Y a los chapines de estos tiempos nos toca defender la libertad de expresión frente a los ataques directos, así como contra las falacias y mentiras que los pipoldermos y sus clientelas fabrican para coartar la libertad.

Columna publicada en El periódico.


09
Ago 13

La censura y la dictadura

Las dictaduras del viejo cuño censuraban a lo bruto; o había una oficina oscura por en algún edificio del régimen por la cual tenían que pasar todos los materiales sujetos a inspección; o en los lugares donde pudieran surgir esos materiales -medios de comunicación masivos, por ejemplo- se instalaba un equipo de censores.

En la historia reciente de Guatemala, y cuando yo trabajaba en Aquí el Mundo (un noticiario de televisión), mis compañeros me contaban que durante el régimen de Efraín Ríos Montt la censura operaba de tal manera que las noticias pasaban por el censor segundos antes de que estuvieran programadas para ser transmitidas; de modo que si al censor se le ocurría que una noticia no podía ser transmitida, había una pausa incómoda.  La censura no sólo es una violación a la libertad de expresión; sino que suele ser ejercida con lujo de fuerza y de forma abusadora…sólo porque se lo puede hacer de esa forma.  Hace pocos años y durante el golpe de estado que protaginizó Jorge Serrano, ese régimen torpe intentó actos de censura que muchos enfrentaron valientemente y otros aceptaron ovejunamente.

La censura puede ser un instrumento útil para una dictadura, o para un régimen que pretende elevar sus niveles de control político sobre la población casi a los de una dictadura.  Pero tiene desventajas: La primera es tecnológica porque no es lo mismo imponer censura en 3 diarios impresos, 3 canales de televisión y 16 noticiarios de radio (las cifras son sólo para ilustrar) que tratar de callar todos los blogs, Facebook, Twitter y docenas y docenas de otros medios de comunicación.  En los años 90, recuerdo que en Burma el régimen militar castigaba con 8 años de prisión a quien tuviera un fax.  Recientemente, en Egipto el régimen no puedo detener las comunicaciones por medio de redes sociales y teléfonos que facilitaron su derrumbe. La segunda es que la censura generalmente tiene mala prensa (cuando la prensa no es cómplice, claro).  La censura y las mordazas que la hacen posible, generalmente son denunciadas y rechazadas en todo el mundo civilizado y por eso es que los regímenes autoritarios y los que pretenden ser totalitarios ya no censuran pelado.  China y Rusia pueden censurar a lo bruto, pero sólo porque sus regímenes son extremadamente inescrupulosos.

Recientemente, en Ecuador, el régimen diseñó una ley que les permite a los políticos controlar el contenido de las noticias y de los comentarios por medio de la regulación nacionalista de los contenidos y de la propiedad de los medios masivos.  Allá, el régimen de Rafael Correa utiliza la legislación (que no la ley) para protegerse de la crítica, de la denuncia, de la oposición y de la actividad contralora por parte de la prensa, de los tributarios y de los electores.  En consecuencia, las leyes, que deberían proteger a la gente contra los abusos de quienes ejercen el poder, se convierten en normas que impiden el ejercicio sano de la ciudadanía y provee de blindaje a los actos abusivos de quienes controlan las armas, los tribunales y las regulaciones.  Regímenes como los de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, usan las mismas técnicas amordazantes de forma legal.

¿Qué, entonces, es una mordaza?  La organización Un mundo sin mordaza considera que es mordaza todo instrumento, medida o regulación que se utilice:

Consideramos mordaza todo instrumento, medida o regulación que se utilice:

  • Para frenar, limitar, coartar, censurar o condicionar la libre creación , expresión y difusión de ideas, opiniones o sentimientos y el libre ejercicio de actividades culturales en el sentido más amplio, que incluye la investigación, la ciencias, las artes, los cultos, los credos y todas las prácticas de búsqueda de la verdad, la belleza, la justicia y la felicidad conforme al dictado de la libre subjetividad de individuos y grupos.
  • Para criminalizar la protesta o para impedir la objeción, la crítica, el disenso, la discrepancia y la diferencia.
  • Para forzar a la pertenencia, a la asociación o al ejercicio de conductas, prácticas y actividades contrarias al libre criterio subjetivo del individuo o del grupo.
  • Para convertir a la educación en una herramienta de indoctrinamiento. Para forzar a la adhesión a ideologías, credos o dictámenes de personas, instituciones u organizaciones.
  • Para limitar el derecho al trabajo, a la propiedad privada, a la libre empresa, al comercio, al salario, al juego, a la vida, a la libre asociación y al libre desempeño de cualquier actividad lícita de expresión, comunicación o comercio de ideas.

Dada la inaceptabilidad de la censura en estos tiempos de democracia, los regímenes que quieren hacer uso de instrumentos amordazantes deben hacerlo mediante el uso de las facultades que se atribuyen como consecuencia de haber sido electos por mayoría; y al amparo de leyes que consiguen por medio de sus aplanadoras parlamentarias, y de tribunales sumisos.  Así es fácil de disfrazar la censura con velos y velos de regulaciones y fallos serviles que, aunque legales (en el sentido más ofensivamante positivista del término), nunca pueden ser legítimos…ni remotamente aceptables.

La libertad de expresión es un derecho incuestionable en una sociedad sana y civilizada; y como tal no puede estar sujeta a las necesidades políticas, ni a las exigencias del poder. Ya sabes: los derechos individuales deben prevalecer sobre los interes colectivos y sobre los intereses individuales.

Estas meditaciones vienen al caso en el contexto de los procedimientos express contra Giovanni Fratti por opiniones vertidas en la radio en el contexto del caso de Rodrigo Rosenberg.  Los pipoldermos tardaron en animarse a imitar a sus colegas de América del Sur y están haciendo sus pinitos en el arte maligno de censurar mediante expedientes democráticos y guizachadas.  Los Colom lo intentaron con el tuitero @jeanfer; Rafael El machete Espada lo intentó con Marta Yolanda Díaz-Durán y ahora los pipoldermos de turno lo intentan con el caso de Fratti; con un caveat, eso sí:  No lo intentan directamente, sino por interpósita persona.  Así son menos evidentes la intimidación y la censura; intimidación y censura que no sólo van dirigidas al personaje que es víctima directa del ataque, sino contra cualquiera otro que vaya a tener la osadía de exprersar opinión alguna que incomode a los pipoldermos, o a su clientela.

Si esta intentona por judicializar las opiniones tiene éxito, los pipoldermos tendrán en sus manos una herramienta poderosa y efectiva de censura y de control poblacional.  No te engañes pensando que las víctimas sólo seran los periodistas.  Toda persona tiene opiniones (informadas, o no).   Tu libertad de expresión está en peligro.

Si funciona el acoso judicial contra las opiniones, todos aquellos que expresen opiniones contrarias a los intereses de los pipoldermos podrían enfrentar denuncias judiciales que, aunque espurias e ilegítimas, tendrían costos para las víctimas.  Costos monetarios, psicológicos, sociales y, en casos extremos, hasta penales.

La judicialización de opiniones es una arma muy peligrosa de intimidación política; sobre todo si es de carácter penal.  En una sociedad sana, si se qusiera proteger la honra de las personas contra acusaciones o sindicaciones falsas, por ejemplo, lo más atinado sería optar por la vía civil.  Además, para más protección de los derechos individuales y de la labor contralora que los ciudadanos deberían ejercer sobre los mandatarios, estos y sus funcionarios no deberían de poder evadir la crítica mediante procedimientos judiciales.  Total, la libertad y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda.

Con el caso en cuestión, la sociedad guatemalteca esta en uno de esos momentos críticos que demandan acción y responsabilidad de parte de la ciudadanía.  Y la bifurcación es la siguiente: ¿Le abrimos la puerta a la censura legalista y enmascarada, o se la cerramos con fuerza y en defensa de la libertad? ¿Defendemos la república, o le ponemos la alfombra de bienvenida al autoritarismo y a la dictadura?  ¿Actuamos como seres humanos, o como ovejas?

Tu…¿qué decides?


18
Abr 13

¿Qué dice el Procurador de los Derechos Humanos?

Llamado a la paz y a evitar la confrontacion social

En las últimas semanas, diversas acciones y pronunciamientos que atraen la polarización,  insinúan e incluso podrían incitar a la violencia, me hacen reiterar la necesitdad de apelar al sentido de nación y espíritu democrático de toda la población guatemalteca,para que no se dejen manipular por ningún tipo de presiones ajenas al debido proceso y al ejercicio imparcial de la justicia, dice un comunicado publicado por el Procurador de los Derechos Humanos.

Dado que en política, la palabra polarización se refiere a la división de la opinión pública en extremos opuestos, uno puede suponer que al Procurador le incomoda aquella división.  ¿Preferiría, el funcionario, que la opinión pública fuera una sóla?    Si es así, ¿cuál prefiere? ¿Preferiría que en el contexto del juicio viciado por supuesto genocidio no se cuestionaran los designios de los grupos nacionales e internacionales interesados en condenar a Efraín Ríos Montt y a José Mauricio Rodríguez aún a costa del estado de derecho y del debido proceso?

Personalmente, yo preferiría un Procurador que considerara total y absolutamente inaceptables los procesos judiciales y las presiones ajenas al debido proceso, al ejercicio de la justicia.  Preferiría un Procurador que fuera inmoderado en su defensa de la presunción de inocencia y de otras garantías procesales.  No sólo para los encartados en el proceso que originó el pronunciamiento, sino para todos los habitantes de la República.  Personalmente preferiría un Procurador que defendiera la libertad de expresión no sólo en esta caso, sino en cualquiera otro.

¡A ver si el Procurador dice algo con respecto a las presiones que ejerce la presencia de cuatro jueces y fiscales que vinieron a apoyar a los grupos interesados en sentencias condenatorias a cualquier costo!

El futuro de Guatemala está en juego y más que una mordaza lo que necesita la opinión pública es confianza en que se puede reflexionar, cuestionar y discutir sin la censura de quienes están obligados a defender la libertad de expresión.


05
Abr 13

Nuevo ataque cibernético a “El periódico”

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Por sexta vez, desde octubre, y desde la cobarde clandestinidad, la administración de Otto Pérez Molina ha botado el sitio Web de El periódico.  Te invito a leer esta columna de José Rubén Zamora, presidente del diario.


18
Feb 13

Libertad de expresión, “Plaza pública”, e impostura

Estoy de acuerdo con la idea de que los medios de comunicación -incluidos los masivos- existen para el ejercicio de la libertad de expresión de sus propietarios; y por eso creo que no se debe limitar la existencia de medios de comunicación.  The more, the merrier; porque así los hay para todos los gustos.  Creo, también -pero esta es una consideración más mercadológica, que de otra naturaleza- que a los medios de comunicación que tienen pretensiones de ser masivos, les conviene ser diversos.  Y a los usuarios nos conviene que compitan.

Estoy convencido de que cuando los propietarios de un medio de comunicación deciden publicar algo, o no, lo que hacen es ejercer su derecho de propiedad y que esa decisión no constituye censura.  El propietario tiene derecho a decidir qué ideas va a apoyar con sus recursos, y qué ideas no.  Y ya que hay ideas buenas, e ideas malas, no considero que sea algo virtuoso financiar, o apoyar la diseminación de las ideas malas.  Es más, creo que eso es intrínsecamente malo.  El buen periodismo debe ser objetivo; pero…¿tiene que ser imparcial?

Dicho lo anterior no me parece que Plaza pública haya cometido censura cuando su director, Martín Rodríguez tomó la decisión de quitar una columna de opinión y cerrar el blog: La vida parcialmente examinada, compartido por Walda Salazar y Oscar Pineda.  El director de aquel medio actuó en defensa de los intereses de los propietarios del diario y de sus patrocinadores.  El diario es de los jesuitas y estos tienen derecho a pedirles a sus empleados y a sus colaboradores que no critiquen a la Compañía, ni al Papa, ni al Vaticano.

Y hasta aquí llegaría la cosa si no fuera porque Plaza pública se presenta como paladín de la libertad de expresión sin compromisos con los poderes, ni con los patrocinadores o anunciantes.  Con respecto a la relación entre el periodismo y los patrocinadores, el 9 de marzo de 2012 el diario publicó un editorial titulado El periodismo y la censura empresarial.  En esa pieza el diario afirmó que  uno de los problemas más profundos de la libertad de expresión en una democracia y la consideración del derecho a la información como un bien público para la sociedad de Guatemala y Centroamérica: la censura empresarial y la autocensura de los medios.

“Plaza pública” surgió…porque un grupo de periodistas estábamos frustrados con los límites a la libertad de expresión y de prensa que existen en los medios tradicionales a la hora de abordar …el papel del sector privado en nuestro país.

Los periodistas y los medios en Guatemala nos legaron en 25 años una democracia en la que le perdieron el miedo a fiscalizar a los políticos y a los militares, pero nos heredaron también una gran deuda en cuanto a describirnos al resto de poderes en la sociedad, empezando por los más poderosos, los empresarios. Y es que, contrario a las restricciones imaginarias construidas por el discurso conservador, la cosa pública, el interés público, eso que debe ser discutido y abordado por una sociedad, no se limita a las acciones y a los actores del Estado.

En la democracia guatemalteca y su libertad de expresión –abortada en el siglo XX y amordazada desde el Estado al amparo de la elite conservadora– es comprensible que la alerta permanente para evitar censuras dirija sus reflectores a los políticos y al Estado. No está de más.

Pero desde esta tribuna…queremos apuntar otros reflectores hacia la censura que ejerce fuera de micrófonos parte del sector privado sobre el periodismo en Guatemala y que no tiene que ver con la línea editorial de los medios, línea que en muchos casos, da buen y legítimo cobijo a los intereses patronales. Es algo cotidiano que ante un cuestionamiento de parte de un reportero, un empresario llame al dueño del medio para vetar artículos que considera que pueden afectar a las aspiraciones de su empresas, o de sus amigos, casi siempre con éxito. O incluso llegar al extremo de que telefónicas tengan el poder de vetar cartas de los lectores que sean críticas con sus servicios.

En aquellas líneas, Plaza pública daba la impresión de ser un medio que estaría libre de la censura, o autocensura que supuestamente ejercen los poderosos, los dueños, los anunciantes y los patrocinadores.  Daba la impresión de que se erigía frente a los lectores un medio de comunicación al que no frustrarían los límites a la libertad de expresión que ejercen los poderosos y los conservadores.  Daba la impresión de que sus reflectores no iban a apuntar sólo a las acciones de los políticos y del estado, sino que iban a ser de más amplio espectro.  Daba la impresión de que ninguno de sus colaboradores iba a recibir llamada alguna de propietario alguno  para vetar artículos que perjudicaran sus intereses, o los de sus amigos.  Y daba la impresión de que, si eso llegara a suceder, el que llamara no iba a tener éxito.

Pero qué va.  Ahí está que no.  Ahí está que era impostura.  Ahí está que a Plaza pública, como a cualquier otro medio de comunicación masivo, tiene que pensar dos veces si se mete con sus propietarios, con sus intereses, con los amigos de sus propietarios, con los socios de sus propietarios, ni con sus intereses.  Y si se mete…tiene que enfrentar las consecuencias.

Más valiente y cabal hubiera sido que Plaza pública fuera sido objetivo y que no se hubiera puesto ínfulas de paladín contra los poderes, ni contra los intereses de los propietarios y patrocinadores de otros medios.  Mejor hubiera sido que, desde el principio, hubieran dicho que aunque no reconocían el derecho que los anunciantes tienen de decir que ideas patrocinan y qué ideas no patrocinan, si reconocían la facultad de los jesuitas a decidir qué ideas patrocinan y qué ideas no.  Hubieran dicho, desde el principio, que no creían que los propietarios y anunciantes de otros medios tuvieran el derecho de negarle espacio y tiempo a nadie; pero que esa creencia exceptuaba a los jesuitas, al Papa, al Vaticano y a sus intereses.  Así la gente no se hubiera confundido y las cosas hubieran sido claras, respetuosas y transparentes; sobre todo para sus lectores, y también para Salazar, Pineda y otros colaboradores.

Al final de cuentas Plaza pública no va a morder la mano que le da de comer; porque si lo hace, y ad majorem dei gloriam, un jesuita va a llamar a Martín para recordarle que en ese medio no se debe criticar a los dueños, ni a los patrocinadores.