Los crímenes de los nazis fueron actos oficiales y legales, fueron políticas de la Alemania moderna que era una nación occidental educada, industrializada y civilizada, reconocida en el mundo por el prestigio de sus logros intelectuales y culturales, cuenta Leonard Peikoff en The Ominous Parallels, al explicar por qué es que aquella nación fue la cuna del nacionalsocialismo.
Peikoff cuenta que los universitarios fueron de los primeros en apoyar a Hitler y que los intelectuales se contaron entre sus patrocinadores más ardientes. Los nazis no obtuvieron el poder contra los deseos de la gente y no había brecha entre los intelectuales prevalecientes y la mayoría de la gente. Esa gente votaba por los nazis porque compartía con Goebbels la idea de que ser socialista es someter el yo al nosotros…es sacrificar el individuo por el todo”.
El libro es relevante porque en la Guatemala cada vez más personas se dan cuenta de que algo está carcomiendo nuestra sociedad precaria. Pero, ¿qué es? Entre nosotros mucha gente sabe que algo monstruoso podría estarse gestando; pero no tiene idea de qué es, ni por qué. De ahí la pregunta desesperada: ¿Y ahora, qué?
La tesis de Peikoff es que la respuesta a la pregunta de por qué es que los nazis triunfaron en la Alemania de principios del siglo XX (y por qué es que sus ideales son tan populares actualmente, aunque no estemos conscientes de ello) se halla en una ciencia cuyo objeto son las ideas, en una ciencia que determina el destino de las naciones y el curso de la historia. Y esa ciencia es la filosofía. La filosofía nos sirve para entender en qué tipo de universo vivimos, explica cómo es que adquirimos el conocimiento, y define el código de valores de acuerdo con el cual actuamos, tanto en la esfera privada, como en la pública.
Para responder a la pregunta de ¿Y ahora, qué? Sugiero que cada uno de nosotros empiece por preguntarse si comparte el ideal filosófico de los nacionalsocialistas y de Goebbels. ¿Estás de acuerdo con someter tu yo al nosotros y en sacrificarte por el todo? ¿Estás dispuesto a someter el yo de otros al nosotros y en sacrificarlos por el todo?
Columna publicada en elPeriódico.