¿Se acuerda usted cuando la gasolina había pasado de los Q30 por galón? ¿Qué hacía usted? Le apuesto a que, como yo, empezó a racionalizar el uso de combustible. El encarecimiento de la gasolina, y la crisis económica nos obligó a usar menos y mejor los combustibles.
¿Cuál fue la consecuencia? La primera es que bajaron el consumo y la importación de hidrocarburos. Las gasolinas ahora están mucho más baratas. De hecho, el jueves un amigo me vio en mi bicicleta y cuando comentamos que lo hago más por placer que por hacer ejercicio; el me dijo algo así como “y de todos modos la gasolina está tan barata ahora, que ni el ahorro vale la pena”. ¿Se da cuenta?
Ahora que el precio de la gasolina está bajo, hay gente que cree que no vale la pena racionalizar su uso, y empezará a subir el consumo. ¿Qué cree que va a ocurrir cuando suba el consumo? ¡Cabal!, subirán los precios, si es que la crisis no nos obliga a racionalizar de todas formas.
Es un hecho que “los superpetroleros que alguna vez navegaron sin pausa alrededor del mundo para satisfacer una insaciable sed de petróleo, ahora están fondeados frente a las costas, a plena carga, con sus tripulaciones matando el tiempo. En los Estados Unidos, hay varias facilidades para el almacenamiento de grandes cantidades de petróleo, que se encuentran prácticamente colmadas. La demanda de crudo se cayó a pique, y el mundo se vio repentinamente inundado de petróleo que no tiene adonde ir”.
Todo esto es una buenísima lección para:
-Quienes dicen que los precios nunca bajan.
-Quienes aseguraban que el precio del petróleo no tenía techo.
-Quienes hicieron sus prespuestos suponiendo que el precio del petróleo iba a subir, y subir.
-Quienes creían que sólo la intervención estatal iba a bajar el precio de los combustibles, y sin ocasionar escasez.![]()

